Predicación por el Pastor David Cortés durante la Conferencia de la Familia en San Miguel Zozutla, Puebla.

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Me he propuesto darles un tema a los varones y créanme que he estado pensando que será lo más propio de enseñar, puesto que no los conozco, no conozco sus vidas. Pero eso es bueno por una parte, porque puedo hablar sin que ustedes piensen “me la está tirando a mí”. Por otra parte, no conozco las necesidades que hay, pero el Señor las conoce. Voy a darles un tema muy generalizado que creo yo tiene que ver mucho con la vida de nosotros como varones. He tratado de predicar esto en donde quiera que he andado, muchos lugares, porque es algo necesario en nuestra vida.

Hay muchos desordenes en la vida de los cristianos hoy día, mucha confusión. El diablo sabe que tiene poco tiempo y ha creado mucha confusión: denominacional, congregacional, familiar, doctrinal, en todos los aspectos hay mucho desorden. Hay desorden en las iglesias, hay desorden en las familias, es desastroso lo que está viviéndose en el cristianismo de hoy. El mundo ha afectado mucho al pueblo de Dios. Hemos fallado mucho los padres de familia. Hemos fallado mucho los pastores también en muchas áreas. Quisiera decirles que mucho de lo que está sucediendo se debe a que nosotros los varones no estamos teniendo la función que debemos tener. No estamos haciendo lo que Dios espera que nosotros hagamos. Hay cobardía, hay tolerancia, hay condescendencia, hay falta de convicciones cristianas en muchos varones y los hijos crecen en desorden, la familia se disgrega muchas veces. El problema está en liderazgo del hogar. Los hombres no estamos teniendo la actitud que debemos tener, que el Señor espera que nosotros tengamos. El mundo está muy influenciable, o influyendo o afectando mucho. La propaganda, la política, las leyes, están haciendo que el hombre esté cediendo su terreno. Estamos viendo montones de cosas sucediendo en la sociedad y por lo tanto en las iglesias. Se está metiendo la inmoralidad, se están metiendo los vicios, se está metiendo el mundo de una manera muy horrible a nuestras iglesias. Eso es porque los hombres no estamos parados donde deberíamos estar, no estamos llevado nuestra responsabilidad. Quiero hablarles acerca de esto,

Segunda de Reyes, capítulo 20:1 “En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás“. Ezequías era uno de los grandes reyes de Judá, uno de los hombres valientes que decidió poner en regla las cosas. Su papá había hecho mucho desordenes en el pueblo de Judá. Mucha idolatría, mucha inmoralidad. Había levantado altares de prostitución idolátrica y Ezequías decidió hacer las cosas bien. Él quiso hacer las cosas como su abuelo las había hecho y no obstante que había tenido la influencia de su padre, Ezequías comenzó su trabajo, su ministerio como rey de Judá, el reino del sur, y empezó un tremendo trabajo de limpieza de todos los lugares de idolatría. Restableció el culto a Jehová, levantó el nombre del Señor en alto. De pronto Ezequías cae enfermo y dice la Biblia, que Isaías el profeta, viene a visitarlo por orden de Dios con este mensaje “ordena tu casa porque morirás y no vivirás“. En el nombre del Señor le dijo a Ezequías “Dios dice que no te vas a aliviar de esta enfermedad, ordena tu casa porque morirás y no vivirás”. El resto de la historia la sabemos porque tanto Reyes como Las Crónicas y otro libro de Isaías nos completan la historia, donde Ezequías, dice la historia, que volteó su casa a la pared y le rogó al Señor que oyera su oración y que se acordará de todo el esfuerzo que él había hecho y Dios le concede 15 años más. Cabe mencionar que Ezequías tenía 39 años de edad aquí, la Biblia lo enseña. El Señor le concedió 15 años más de vida. Lo asombroso de esto es que Ezequías era un hombre que sabía liderar, sabía hacer las cosas, los negocios del reino los tenía bien, era de buena ley, hacía las cosas bien. Pero tenía desorden en su casa. Dios le dice “ordena tu casa porque morirás“. No sé cuantas cosas están implícitas en esa orden. Es obvio que Ezequías tenía que arreglar algunas cosas en su casa para poder morir, según el Señor lo había así planeado.

El tema que surge de aquí, es ese “ordena tu casa“; ordénala porque morirás. Este pasaje también encuentra un paralelo en el tema en Segunda de Samuel capítulo 17; ahí tenemos la historia de un consejero muy atinado que se llamaba Ahitofel. Él fue consejero de David. Era un consejero tan confiable que dice la escritura que cuando Ahitofel daba un consejo era tenido como si Dios hubiera hablado. Por alguna razón él tenía una manera de aconsejar muy confiable y dice la escritura que en la sublevación de Absalón , Ahitofel lo siguió y traicionó a David, su gran amigo, su gran rey y en la huida que David tuvo que hacer, huyendo de la muerte. Porque Absalón lo buscaba para matarlo, Ahitofel dio un consejo respecto de lo que David debería de hacer, ya una vez saliendo de la ciudad. Vino otro que se llamaba Husai, quien era amigo de David. Husai se infiltró en la contienda haciendo labor de espionaje, para decirle a David lo que estaba pasando con el ejército de sublevación. Husai dio un consejo diferente a Absalón y Ahitofel dio uno distinto. El consejo que dio Husai fue acatado, el de Ahitofel fue rechazado; esto él no lo soportó. Y dice la escritura Segundo de Samuel 17: 23: “Pero Ahitofel, viendo que no se había seguido su consejo, enalbardó su asno, y se levantó y se fue a su casa a su ciudad; y después de poner su casa en orden, se ahorcó, y así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.” Otra vez vemos a un hombre que sabía hacer bien las cosas, ser un buen consejero, un hombre de mucho acierto, de mucho tino, manejaba bien la política, manejaba bien las relaciones sociales, manejaba bien los asuntos que tenían que ver con las negociaciones del rey, pero su casa no estaba en orden.

La Biblia registra, y saben que es inspirada verbalmente, por alguna razón dice que Ahitofel fue y puso su casa en orden. Eso quiere decir que había dejado cosas para después, cosas que él pensaba podían esperar, pero a la hora de sentir que ya iba a morir, porque él se iba a quitar la vida, se da cuenta que hay cosas que poner en orden. “Ordena tu casa“, en los demás pasajes está este principio de la Palabra de Dios. Fíjense bien, Dios es un Dios de orden, el enemigo es desorden. Todo lo que corresponde al reino del Señor es y debe ser orden, todo lo que es lejos de Dios es desorden. Nuestra naturaleza es pecaminosa, somos herederos, por decirlo así, de una naturaleza pecaminosa, tendenciosa al desorden, por naturaleza nosotros somos desordenados. Es más fácil el desorden que el orden naturalmente. Es más fácil la impuntualidad que la puntualidad. Es más fácil el pecado que la santidad. Es más fácil pasarse horas viendo una película de acción o de sexo o de drama o lo que sea a estar una hora en la casa de Dios; porque nuestra naturaleza es tendenciosa a lo pagano, a lo desidioso, al desorden. No aprendemos las cosas importantes, la naturaleza nuestra es de desorden. Ustedes pasan por una cantina y eso huele a orines, huele a tabaco, huele a marihuana, huele a pecado. El pecado apesta.

Esa es la naturaleza de nosotros, el desorden, el cochinero, la maldición, la blasfemia, a mentira, la hipocresía, la falsedad, la traición. Eso corresponde a la naturaleza. Y nosotros somos de una naturaleza pecaminosa. Además, como mexicanos tenemos una cultura de desorden. Culturalmente somos desordenados, somos impuntuales, mentirosos, prometemos y no cumplimos. Esa es nuestra característica. Si alguien me dice “pastor cuente usted conmigo” ¡quién sabe! Habría que verlo porque es más fácil el desorden que el orden.

Imagínense, somos de una naturaleza pecaminosa y además de una cultura desordenada. ¿Cuántas cosas en nuestras vida no están en orden?,¿ cuántas cosas no estarán en desorden en nuestra vida? El Señor dice en su Palabra “ordena tu casa”. Una vez que nos convertimos al Señor Jesucristo fuimos implantados de una naturaleza divina. El apóstol Pedro dice que aunque mantenemos esta naturaleza de carne pecaminosa fuimos hechos participes de la naturaleza divina. En otras palabras tendemos hacia el orden, somos desordenados, pero quisiéramos ser ordenados. Cuando nos convertimos a Cristo, una nueva naturaleza nos fue implantada. Si alguno está en Cristo dice “nueva criatura es “y aunque somos mexicanos y somos desordenados y mentirosos, estamos siempre impulsados por la Palabra de Dios para hacer las cosas en orden, de manera que tenemos toda la posibilidad de darnos cuenta de las cosas que están en desorden y buscar que haya orden en nuestra vida. Creo yo que los varones tenemos mucha culpa al desorden que hay en las vidas de las familias cristianas, no estoy hablando de los inconversos, de las familias cristianas. Cuando nuestra familia debieran ser familias ordenadas, nuestra vida debiera ser una vida de ejemplo. Nuestra esposa debiera ser una mujer de ejemplo; no estamos logrando eso, no estamos logrando eso. Porque no somos conscientes de que todo lo dejamos para después, de que todo lo dejamos al desorden.

Déjenme hablarles de las cosas prácticas. Hay cosas prácticas que son muy importantes y que están en desorden en nuestra vida. Por ejemplo, hablemos de los papeles en nuestra casa. Estoy hablando de las cosas de esta tierra. El acta de nacimiento, el acta de matrimonio, los papeles del carro, los papeles de la casa, el testamento para cuando nos muramos. Si nosotros muriéramos así como estamos ahorita, ¿cuántas cosas quedarían en desorden?, ¿cuántos problemas le heredaríamos a nuestros hijos?, ¿cuántos pleitos se levantarían entre nuestros hijos porque nosotros no ordenamos nuestra casa? Somos de una cultura desordenada, hay muchachos que están registrados en el registro civil como que nacieron el mismo año, porque los abuelos los juntaban y los iban a registrar y están en la fecha que se acordaban. Hay mucho que dice “yo nací el 17 de julio, pero estoy registrado el 20 de junio de un año después”. De manera que hay un tremendo desorden. Hay personas que se llaman de una manera legalmente y usan otro nombre; y en la licencia traen un nombre y en el acta de nacimiento traen otro nombre. Un desorden total. Eso nada más habla de lo menos importante y cuan importante es todo esto.

Cuando dice la Palabra de Dios “ordena tu casa”, es porque tenemos un campo de acción que nosotros debemos atender. En Proverbios 24:30-34 habla Salomón: “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu pobreza como hombre armado.” Dice “Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña del hombre falto de entendimiento” Se refería al viñedo de alguna persona. Ese campo representa nuestra área de trabajo. Ese campo puede representar nuestra familia. La viña, en la Biblia tipifica a Israel, pero también tipifica a la familia. “Yo pase”, dice Salomón, “junto a la viña del hombre flojo, perezoso, haragán; junto a la viña del hombre falto de entendimiento que todo lo dejaba para después” y dice “toda esa viña, estaba llena de espinos, ortigas habían cubierto toda su faz y su cerca estaba toda destruida” dice “yo lo vi y lo puse en mi corazón, lo mire y tome consejo“. ¿Por qué esta eso así? porque tenía un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo la mano para dormir. Él está diciendo que lo va a arreglar después. Así vendrá como caminante tu necesidad y tu pobreza como hombre.

La viña, el campo, el área suya y la mía. Usted no puede venir a arreglar mi campo, ese me toca a mí. Yo no puedo arreglar el campo de usted, ni el uno puede arreglar el campo del otro. Es algo que a cada uno de nosotros nos corresponde. Su viña es su familia, su trabajo, su responsabilidad, como profesionista, como comerciante, ese es su campo, principalmente la familia suya. Nadie puede arreglar los asuntos de su familia, como usted los puede arreglar. La Biblia dice “ordena tu casa”, muchas veces nosotros por la dejadez, por la desidia, por la flojera tenemos muchas cosas prácticas en desorden. Hay muchas cosas en la casa que necesitan reparación y la estamos dejando para después. Las cosas se van a complicar después, porque no estamos haciendo las cosas en orden ahora. Hay un verdadero desorden en muchas familias, estoy hablando únicamente, por el momento, de las cosas prácticas.

¿Cómo están tus deudas? los pagos que tenemos que hacer a Elektra, Coppel o cualquier lugar; los impuestos que tenemos que pagar, préstamos que adquirimos. Siempre todo dejado para después; acumulando deudas, acumulando compromisos y nosotros haciéndonos cada vez más viejos y más incapaces e insuficientes físicamente, más cansado y se nos olvida que en cualquier momento la muerte nos puede sorprender. “Ordena tu casa porque morirás y no vivirás” dice la Palabra de Dios, es necesario muchas veces enfrentarnos con momentos decisivos en nuestra vida. Un mensaje como este puede resultar un gran beneficio para alguno que diga “tiene razón el predicador, la Palabra de Dios enseña que yo debo ordenar las cosas y yo debo ir a poner orden en mi casa”. Hay cosas que no están en orden y lo único que a veces nos falta es un empujoncito, para empezar a hacer las cosas. ¿Cómo están tus papeles?, ¿qué pasaría con las tierras que tienes si tú murieras ahora, con la casa que tienes o con las propiedades que tienes?; -“no , pues no valen mucho”, pero muchas veces por un pedazo de tierra los hijos se andan matando, por un pedazo de tierra se crean enemistades entre hermanos de la misma sangre; porque se nos olvida que un día moriremos.

Ordena tu casa porque morirás y no vivirás“, la lista de cosas prácticas que tenemos que poner en orden pudiera ser muy larga. Pero ese no es el énfasis en el que yo quisiera tratar. Porque así como hay cosas prácticas que están en desorden, hay cosas mucho más importantes que están en desorden. Es necesario ordenar la casa en el sentido práctico, pero es más necesario ordenar la casa en el sentido moral. Por ejemplo, ¿cómo está tu matrimonio?, ¿en desorden? A veces llegan a arrejuntados, como dicen. No están casados, ella está casada por otro lado con quién sabe quién y él está casado por otro lado y ahora están viviendo juntos; ordena tu casa. No somos animalitos, somos hijos de Dios. Si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Gracias al Señor, que perdona nuestros adulterios y tonterías que hicimos en el pasado. Gracias a Dios por la sangre redentora de nuestro Salvador, pero no podemos seguir así. No podemos seguir así, “ordena tu casa porque morirás y no vivirás”…

Si están en desorden los papeles del carro, ¿cómo estarán os papeles más importantes?, ¿las funciones más importantes de nuestra vida?, ¿tú matrimonio está en regla?; -“no, pastor es que ella no me quiere dar el divorcio”, haz algo, a lo mejor tienes que pagar un abogado o tienes que viajar al pueblo o a lo mejor tienes que meter dinero, yo no sé que tengas que hacer, pero hay que arreglar la vida. Estamos siendo de tropiezo, la gente que viene de otros lados, estamos siendo un mal ejemplo para el mundo inconverso, estamos pisoteando el nombre del Señor Jesucristo, porque no tenemos una vida en orden, somos dados a la desidia, a la mentira, al ‘ahí se va’, pensamos “hay otro peores que yo, que me dejen a mí” y montones de pretextos porque no tenemos ordenada nuestra vida.

Lo que estoy diciendo es que de ninguna les falto al respeto o meterme en lo que no me interesa, yo no quiero sabe, ni lo estoy haciendo en tono de burla, pero alguna vez tenemos que ser confrontados a la Palabra de Dios.

¿Cómo están las funciones de cada miembro de la casa? Según la Palabra de Dios, la cabeza del hogar es el papá, no la mamá. El que ordena la casa no es la suegra que vive con nosotros o la tía solterona que vive con nosotros, es el papá. Es el que pone en orden a la muchacha y el muchacho rebelde. El papá es el que tiene la Palabra y la sabiduría y la autoridad dada por Dios. Dice la Biblia en Efesios 5:22-23: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador“; el Señor quiso que el hombre fuera la cabeza del hogar. Dice la Biblia que él es la cabeza del hogar, no la señora. ¿Por qué los hombres ya no vale nuestra palabra? porque hemos dejado nuestro terreno, la señora es la que manda, la doña es la que se sale con la suya. No tenemos orden en la casa; “pastor, es que usted no sabe con la bruja con la que estoy casado” dirán algunos, ¿dónde están tus rodillas?, ¿dónde está el poder de la oración?, ¿dónde está tu consagración? no hay problema que no tenga solución en Dios. “Ordena tu casa porque morirás y no vivirás“.

Hay muchas cosas en desorden en los hogares. Yo soy pastor, llevo 36 años haciéndolo, he visto miles de problemas, hay padres que le tienen miedo a sus hijos; tienen miedo corregirlos porque creen que se les van a ir, porque capaz y el muchacho lo golpea y han doblado las manos. Cuando el papá no pone orden en su casa, los hijos se les van a pervertir. Hoy en día ya no corremos el riego de que se vayan a fumar o tomar alcohol, se van a las drogas, se van a hacer homosexuales o lesbianas, por la falta de un líder en la casa.

¿Cómo están las funciones de cada miembro?, ¿su palabra es obedecida?, ¿su palabra es respetada?, ¿ha permitido faltas de respeto en su casa? Dice en Efesíos 5:33: “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” Yo no digo que le dé una bofetada a su mujer, pero dígale a su esposa “tú no me faltas el respeto a mí, tú no me alzas la voz”. Cuando vea que los hijos le faltan el respeto a la mamá, usted ponga orden, porque la falta de respeto trae muy malas consecuencias en el hogar. Los hijos se nos pervierten, nuestras muchachas y muchachos necesitan un modelo de varón de verdad. No estoy hablando de un macho mexicano, estoy hablando de un hombre piadoso, un hombre sabio, un hombre que ora al Señor y busca la dirección de Dios para que las cosas se hagan bien en la casa. Cuando tus hijos quieren salir a algún lado, ¿a quién le piden permiso?, ¿a la mamá o al papá? a veces dicen “mamá , mi papá no me deja ir” -“tú vete, no le hagas caso a ese viejo, está loco”; ordena tu casa…

¿ Cómo están las funciones de cada miembro?,¿ cómo están las responsabilidades de cada uno de los miembros de la casa?, ¿se cumplen las responsabilidades? los muchachos entran a la escuela y no la terminan. ¡No! si comenzó la secundaria aunque sea de ‘panzazo’ la tiene que terminar. Hoy los muchachos no tienen mucha materia gris, igual y lo heredó de nosotros, pobrecito, pero es importante que salgan. Que nuestros hijos, como dice la Biblia en Salmos 127:4 “Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.” ¿Saben qué quiere decir eso? que los hijos son la flecha, el papá es el arco y Dios es el arquero; Dios quiere que nuestros hijos lleguen a donde nosotros no pudimos llegar, que nuestro hijos por Dios lo que nosotros no pudimos hacer. Nosotros nos convertimos del alcohol, de la inmoralidad, pero nuestros hijos nacieron en un hogar cristiano, ellos pueden legar mucho más lejos. Pero lejos de eso, tenemos una generación de muchachos, perezosos, rockeros, marihuanos, mentirosos, haraganes, que se sientan en la iglesia y no quieren cantar y ahí tenemos la batería en las iglesiaa, por falta de pantalones en los hombres, hablando en el sentido correcto.

“Ordena tu casa porque morirás y no vivirás”. ¿Quién manda en la iglesia las mujeres o los jóvenes? los varones piadosos y digo piadosos, no los borrachos, si no los varones de Dios. A mí me asombra que ese rey tan tremendo que era Ezequías, el Señor le dice “ordena tu casa Ezequías”. Él tenía muchas cosas en orden en el reino, pero su casa era un desorden, a lo mejor tú vives muy bien, tienes ordenando el rancho o el negocio, pero tu casa en desorden. Lo más importante, no está en orden. “Ordena tu casa porque morirás y no vivirás”; una de las grandes ventajas es que un predicador de fuera sea quien dice esto, es que puede hablar sin que usted piense “me la está tirando a mí”. Yo no conozco sus vidas y yo lo que predico aquí, lo predico en mi iglesia y conozco las vidas de muchos de ellos y necesitamos enderezar nuestras vidas en base a la Palabra de Dios. Yo estoy convencido que la gente que vale la pena le gusta que le digan la verdad, que no se anden por las ramas. Con todo respeto y toda decencia necesitamos entender que hay cosas que están en desorden en nuestra vida. No hay varón perfecto, todos vamos creciendo, dice la Biblia que el hombre justo es como la luz de la aurora, que va en aumento. Tenemos que aprender lo que no hacemos, ahora es momento de empezar a hacerlo. Siempre hay una nueva oportunidad.

¿Cómo están las responsabilidades?, ¿cómo están los horarios en la casa?, ¿cada quién llega a la hora que quiere y se acuesta a la hora que quiere y se levanta a la hora que quiere y come a la hora que quiere? ¡qué desorden es ese!; ¿cuándo fue la última vez que todos comieron a la misma hora? no porque cuando llega uno, el otro se va y a veces llega de trabajar él y la señora se va a trabajar. Un desorden total. Porque hemos tomado valores económicos, materiales en vez de valores morales y espirituales. Queremos ganar más, queremos tener más comodidad y sacrificamos la armonía familiar, el tiempo con los hijos y con la esposa. Dice la Biblia “goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu juventud“. A veces los hijos crecen y crecen y cuando acordamos, ya los chamacos no quieren que uno los abrace; de chiquillos podías jugar con ellos, se trepaban en tu cuello, la hacías de caballo y de burro y te la pasabas bien, pero ya no tienen tiempo para eso. Ahora tus hijos creen que estás loco, que eres anticuado, que ya estás viejo, que no tienes que decirle nada, que te van a demandar y cosas así. ¿Por qué? porque no tenemos orden, si usted tiene hijos chiquititos dele gracias a Dios que puede escuchar estas cosas, porque hay quienes tienen a los hijos bien divididos; decía mi abuela, “árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza”, ¡qué difícil enderezar las cosas cuando ya crecieron los hijos!; “ordena tu casa”…

Yo te invito a que tú hagas una reunión en tu casa y le digas a tu esposa “mi amor (o como le digas), hay cosas que teneos que arreglar, yo te he estado faltando mucho al respeto, no lo voy a volver a hacer y estamos pasando demasiado tiempo en la televisión y no hemos leído la Biblia ni orado juntos por mucho tiempo. Yo quisiera que nos levantáramos todos a la misma hora,p reparas el desayuno y pasáramos un ratito junto y conviviendo o tomados de la mano oráramos por los alimentos y cada quien se va a la escuela, trabajo o tú te quedas en casa y haces la comida”. ¿Por qué no hacerlo? “ordena tu casa porque morirás y no vivirás”…

Muchas veces el orden que tenemos en nuestra vida exterior revela el desorden que tenemos en nuestra vida interior. “Ordena tu casa porque morirás y no vivirás”… ¿cómo están las amistades de tus hijos?, ¿las amistades tuyas?, ¿las amistades de tu esposa?, ¿sabe usted que hay amigos que no deben ser parte de nuestra vida?, ¿sabe usted que la Biblia enseña que hay gente en la misma iglesia que no pueden ser nuestras amistades? Dice la Biblia que si alguno anda desordenadamente, no conforme al Evangelio, con él ni comas; y está hablando de hermanos, ¡qué triste!, ¿cuánto más habrá gente inconversa que no pueden ser amistades de nosotros? Nada más a nuestros hijos les falta una mala amistad para que se echen a perder. La Bliblia dice en Primera de Corintios 15:33: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” Y Proverbios 13:20 dice: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.”

Amistades: ¿cómo están nuestras amistades?, ¿tú sabes quiénes son los amigos de tus hijos e hijas?, ¿quiénes son?, ¿con quién platican?, ¿con quién hacen las tareas o trabajos?, ¿no sabes que en cualquier chico rato puede llegar a decir tu muchachito de 13 ó 14 años a decir que no le gustan las mujeres, que le gustan los hombres?, ¿y tú? en el trabajo, en el rancho ocupado de cosas importantes, pero no tan importantes como lo que merece nuestra atención: nuestra familia y su vida moral. Ellos necesitan que se les diga que se les ama, que se les cuida, ellos deben saber tener confianza en nosotros, que nosotros nos preocupamos por ellos, que si están tristes nosotros estamos tristes. Abraza a tus hijos, pasa tiempo con ellos, sal con ellos, que te digan lo que pasa, que te digan lo que sucede, que les hace sufrir, que está pasando en la escuela; a lo mejor están pasando problemas bien difíciles, pero papá no se acerca a ellos, papá vive lejos. Si es necesario ordenar la casa en el sentido práctico, cuánto más es importante ordenar la casa en el sentido moral, pero si es importante en el sentido moral, cuánto más es importante en el sentido espiritual. Las cosas que se ven son temporales, las que no se ven son eternas. Lo más importante es la vida espiritual.

¿Cómo está tu vida en el sentido espiritual?, ¿lees tu Biblia todos los días?, ¿cuántos de ustedes han leído su Biblia completita de pasta a pasta?, ¿sabe usted qué l mayoría de los cristianos nunca han leído su Biblia entera?, la mayoría de los cristianos ven la televisión 2 ó 3 horas al día, pero ni siquiera se pasan 10 minutos leyendo la Biblia. ¿A dónde vamos? “ordena tu casa porque morirás”…. ¿tiene usted tiempo devocional?, ¿se levanta por la mañana y busca un lugar, dobla su rodilla y ora a su padre que está en los cielos?, ¿sabe la Palabra de Dios y permite que el espíritu de Dios le hable? ¿Sabe qué? andamos tan apurados, hay que irnos tan rápido, está bien lejos y mil pretextos y razones y la vida espiritual la tenemos totalmente abandonada. “Espinos han cubierto la faz, ortigas por todos lados” seguimos siendo los mismos rencorosos, amargados, geniudos, rezongones, celosos, nosotros y nuestros hijos, porque nuestra vida espiritual es un desorden. ¿Dónde está la piedad?, ¿dónde está el nombre de Dios en nuestros labios? Estamos siempre asustados por lo que está pasando en el mundo y no nos damos cuenta que lo que está pasando es que la venida del Precioso Salvador de nosotros se acerca. Entonces andamos como perredistas y queremos que el movimiento Morena, no que el PAN, o que el PRI; olvídate de eso, ordena tu vida espiritual, Cristo viene pronto. No es tiempo, ni hay tiempo de andar con cosas de este mundo terrenal, nos espera una patria celestial. Ordena tu casa, preocúpate por la vida espiritual de tus hijos. ¿Tus hijos son salvos?, ¿estás segurísimos que tus hijos ya tuvieron un encuentro personal con Cristo? si no, tus hijos en la orillita del abismo para ir al infierno. Dios no lo quiera, si algún día nuestros hijos mueren, así como están, muchos hijos de cristianos están encaminados al infierno, porque no nos preocupamos. Vienen a la iglesia y cantan, pero ¿ya tuvieron encuentro personal con Cristo? usted sabe que la iglesia nos salva. A lo mejor ustedes se bautizaron, pero sin Cristo en el corazón todos les pareceréis iguales ante el Señor.

¿Cómo está tu vida espiritual? ahora tus hijos ya son salvos. Según la pregunta,¿ es evidente que tus hijos son salvos?, ¿se nota que son cristianitos de verdad?, ¿se les nota?, ¿Cristo es una realidad para tus hijos?, ¿aman al Señor?, ¿leen la Biblia? Nosotros como pastores nos sentimos muchas veces muy frustrados porque los padres no nos ayudan, predicamos y predicamos, pero los papás no hacen nada en su casa. Es más, hasta andan criticando a uno. Un hermano tenía graves problemas en su casa y yo entré a ayudar, a tratar y hablé con la muchacha y la hermana y el papá me dice “pastor, mi casa es mi terreno, usted no se meta por favor”. Desastre: él se fue con una mujer musulmana. ¿Dónde están tus hijos? Un día vamos a responder delante del Señor por nuestros hijos.

¿Se nota que tus hijos son cristianos?, ¿son piadosos? Ahorita que están chiquitos, que les gustan las cosas de Dios, enséñales, preocúpate porque les enseñaron el domingo en la escuela dominical, “¿qué aprendiste mijo, mija?, ¿qué te dijo el Señor? estoy orando por ti” Preocúpate por su vida espiritual, la mayoría crece en algarete. Dicen “me salió bueno o me salió malo”, como si te lo hubieras sacado en una rifa. ¡No! a los hijos se les labra, se les instruye. Instruye al niño en su camino. Dice la Palabra del Señor que ordenes tu casa en el sentido espiritual. ¿Tienes tiempo devocional?, ¿lees la Biblia?, ¿oras al Señor?, ¿tus hijos te ven orando?, ¿sabes cómo se van a acordar nuestros hijos cuando muramos? ellos van a decir “en ese sillón se tiraba mi papá y veía la televisión toda la tarde”, en vez que digan “en ese rincón mi papá oraba todos los días”.

Ordena tu casa: ¿asistes a la iglesia fielmente? Hay hermanos que creen que le hacen un favor a uno “cualquier día de le caigo pastor, cómo cualquier día, le voy a dar la sorpresa”, ¿han oído eso? piensan que nos están haciendo un favor a nosotros. Y creen que debemos decirle “gracias hermano, que vino” ha dicho como 10 mentiras, pero tenemos que poner una cara, de ¡qué bueno! no le voy a mentir a uno. Llegan tarde, dicen y no hacen, prometen y no cumplen. La relación con la iglesia, la esposa del cordero, es una relación pobre. Nuestra vida es un desorden. Ordena tu casa porque morirás y no vivirás” Tu servicio al Señor, dijiste que ibas a servir de esto y que tu esposa iba a cuidar a los niños y tus hijos más grandes también, dónde está eso? “ordena tu casa porque morirás y no vivirás“….

Hay muchas cosas que tienen que estar puestas en orden. Yo sé que he comentado ejemplos y el espíritu de Dios habrá enseñado muchas cosas más a su vida, que yo no sé y no necesito saber. Yo sé de mi vida, usted sabe de la suya, hay tres razones por la que debemos ordenar la casa:

1.- Porque un día ya no estaremos aquí, dice Hebreos 9:27 ” está establecido para los hombres que mueran una sola vez, después el juicio“, ¿quién se va a morir primero de todos nosotros?, ¿quién cree usted?, ¿alguien sabe? Hay viejitos que están que se mueren y se mueren no lo hacen o enfermos y tampoco, y el muchacho más bueno para el deporte puede ser el que se muera. Porque la muerte no avisa, el que determina quién se va a morir es el que nos dio la vida. No porque estamos jóvenes o nos sentimos fuertes o no tenemos cáncer, significa que vamos a orar 10 años más. La muerte nos puede sorprender esta mista tarde, esta misma noche, mañana llega la noticia. Entonces, ¿cuándo tengo que ordenar mi casa?, ¿mañana?, ¿dentro de 10 años?, ¿cuándo mis hijos salgan de la prepa?, ¿o cuándo? Pues ya, ahora, hoy mismo ordena tu casa. Hoy tienes que ir a tu casa, lo que a ti te toca, no el vecino, usted ordene su casa. “¿Sabes qué? estamos haciendo cosas mal, hay muchos desorden en esta casa. Vengan muchachos vamos a sentarnos aquí y oren al Señor”. Pongan riendas con sabiduría, con prudencia, con buenas palabras, porque un día vamos a morir.

2.- Porque no debemos dejarle problemas a nuestros hijos. Dice la Biblia en Segunda de Corintios 12:14 “He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.” No debemos dejarles problemas a nuestros hijos. Un pariente mío me dijo “David, yo le voy a dejar puros problemas a mis hijos para que aprecien” Y les dejó una de problemas: un enredo de propiedades y ¡para qué quieren! Esto no debe ser así. Ordena tu casa, porque nuestros hijos deben vivir con el recuerdo de nosotros que los inspire, no que los amargue; que los levante, no que los aplaste. Los recuerdos que nosotros dejemos a nuestros hijos los van a levantar o los van a sumir, depende que clase de recuerdos les dejemos. Nosotros no debemos buscar que nuestros hijos nos saquen de la pobreza, debemos dejarles una herencia o un legado que los levante o que los lleve a hacer por Dios lo que nosotros no alcanzamos a hacer. Si nosotros con el lastre de pecado que traíamos del pasado no pudimos hacer por el Señor lo que deberíamo, que nuestros hijos lo hagan: que vivan para el Señor, que sirvan para el Señor, que levanten en alto el nombre del Señor Jesucristo.

3.- La segunda y terecera razón está en Eclesiastés 6:1-2: “Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.” Lo dijo Salomón, que el hombre trabaja y da muchas cosas y Dios le concede muchas buenas para tener, pero Dios no le permite que lo disfrute él, dice “que lo disfruten los extraños”. ¿A ti te gustaría que tu casa la disfrutara un yerno sinvergüenza y baquetón que nunca trabajó?, ¿qué en el desorden que nosotros llegamos venga un avispado y se quede con todo y que tu esposa y a tus hijos los manden a la calle? Si sabe que eso pasa. Ordena tu casa para que no permitas que tus esfuerzos los disfruten los extraños. “Esto es un mal que es muy común entre los hombres” dice Salomón. Ordena tu casa porque morirás y no vivirás.