Tremendo mensaje de parte del Pastor David Cortés Peña acerca de la necesidad de poner limites a nuestra familia e hijos para vivir una vida cristiana en el Señor. Te la recomiendo mucho. ~ Pastor Arturo Muñoz


Da click derecho para bajar video (113 MB)

Deuteronomio Capítulo 22, versículo 8. Les recuerdo que Deuteronomio es el quinto libro de la ley y es el repaso de la ley de aquella gente que sí iba a entrar a la Tierra Prometida. Muchas cosas se repiten de Éxodo. Pero el libro de Éxodo fue escrito para los judíos, que no entraron a la Tierra Prometida. Recuerden que hubo una rebelión y Dios los castigó y ninguno de los que salieron de Egipto, entraron a la Tierra Prometida, excepto Josué y Caaleb. Los que entraron fueron los hijos de todos ellos. Deuteronomio es un repaso de la ley con más detenimiento, con más detalle para aquellos que sí entrarían a la Tierra Prometida. Esta gente nunca había tenido una tierra propia, nunca habían tenido una vida propia, ellos, sus padres, sus abuelos, bisabuelos y tatarabuelos habían sido esclavos. Todos en el tiempo en Egipto. Nunca tuvieron una personalidad propia, nunca tuvieron propiedades de ellos, no sabían vivir en comunidad, no sabían cómo llevar las cosas, nunca habían tenido nada. La ley les regula cada una de sus conductas, como debían de comportarse, como debían de tratarse, como debían de enfrentar las enemistades, los abusos, las situaciones inesperadas. Y esto es como Deuteronomio ubica o menciona leyes un poco raras y específicas; leyes muy curiosas, como por ejemplo “no comerás el cabrito, ni la leche de su madre“. Leyes cómo “no vestirás con lana y lino juntamente“. Leyes curiosas, que tenían que ver con su conducta, con su vestir, con festejarse, con la celebraciones, cosas muy minuciosas. Cuando lee uno la Biblia ve esas cosas y dice “esas cosas no tienen mucho significado” y a veces preferimos pasar por alto esos libros y no leerlos y nos vamos a otros pasajes que podemos entender más. Les recuerdo que toda la escritura es inspirada por Dios. Desde la primera letra hasta la última es inspirada por Dios y es nuestra obligación leerla todos los días. En Deuteronomio 22:8, tenemos una ley: “Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.

Cuando entraron los judíos a la Terra Prometida, entraron a poseer tierra que ellos no habían comprado, ciudades que ellos no habían construido y casas que ellos no habían edificado. Josué los introdujo a la Tierra Prometida y les señaló los límites que cada una de las tribus deberían tener. Conquistaron a los pueblos que ahí estaban y los príncipes de cada una de las tribus distribuyeron la tierra por familias; así encontramos a los judíos habitando ciudades y casas que ellos no conocían, que ellos no habían construido. Como ellos siempre habían vivido en tiendas en el desierto no sabían lo que era vivir en una casa propia, pero cuanto debió ser su entusiasmo cuando entraron a la tierra y Josué les dijo a los príncipes de cada tribu “distribuyan a las familias” y las familias tuvieron su propia casa, su propia vivienda. La señora decía “esta casa es mía” – “sí, esta casa es de nosotros”- “¿de verás?”, los niños decían “¿y esta recámara va a ser para nosotros?” -“sí y esta para ti; y este va a ser nuestro patio”. ¡Imagínense! Toda aquella emoción de tener una casa propia. Los judíos estaban celebrando ese llegar a la Tierra Prometida, comenzaron a comer del producto de la tierra, del producto de los animales y empezaron una nueva vida.

Dice la Biblia “cuando edifiques casa nueva“. La ley está enseñando aquí que ellos iban a tener nuevas oportunidades, nuevos deseos, nuevos comienzos en su nueva vida y deberían tener cuidado y precaución de aquellas cosas que se les iban a venir encima. “Cuando edifiques casa nueva harás pretil a tu terrado para que no eches culpa de sangre sobre tu casa si de él cayere alguno“. Esta ley encontrada allá en el remoto libro de Deuteronomio, pareciera que tiene curiosidad en el sentido meramente histórico. Pero cuando vemos que esas leyes tenían una aplicación espiritual, una intención espiritual, vamos a darnos cuenta que es lo que el Señor tenía en mente cuando dio esas leyes a los judíos. Así como el pueblo de Israel salió de la esclavitud de Egipto para ser el pueblo de Dios nosotros salimos de la esclavitud del pecado. La Biblia dice que Egipto es el mundo, de allí el Señor nos rescató por medio de nuestro Moisés y nuestro Señor Jesucristo, nuestro libertador y nos llevó a una vida nueva. Cuando nosotros nos convertimos a Cristo, comenzamos una vida nueva. Empezamos darnos cuenta de leyes, de indicaciones, de enseñanzas que nosotros no teníamos en Egipto, éramos esclavos del mundo, esclavos de nuestra carne, esclavos de nuestros deseos, esclavos de la gente, esclavos de los designios del mundo. Pero ahora estamos en Cristo, tenemos un nuevo comienzo, una nueva vida en el Señor.

Las leyes que se escribieron para aquel pueblo tienen una aplicación práctica para ellos, pero tienen una aplicación espiritual para nosotros el día de hoy también. Para demostrar esto quiero llevarlos, por ejemplo, a otra ley que tenemos un poquito adelante; Deuteronomio 25:4, otra ley que uno lee y dice “bueno, esto ¿para qué nos sirve ahora?”. Veamos lo que dice, Deuteronomio 25:4 “No le pongas bozal al buey mientras esté trillando.” Una ley que le decía a los judíos “mira, cuando vayas a trillar, cuando vayas a cosechar el trigo, no le pongas bozal a los bueyes que llevas en la yunta, no pondrás bozal al buey que trilla”. Esa ley parece que no tiene aplicación para nosotros el día de hoy, pues a veces ni los bueyes conocemos. Sin perder Deuteronomio 22, vamos a Primera de Corintios, capítulo 9, versículos 9 y 10. El apóstol Pablo está defendiendo su ministerio y está contrarrestando las acusaciones que le están haciendo a él de que explota a las iglesias, de que recibe salario para seguir su predicación, lo están criticando mucho de que está recibiendo sostenimiento de las iglesias. Acuérdese que Pablo recibía sostenimiento de las iglesias. A la Iglesia de Filipos, Pablo le dijo “ninguno participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos“. Y le dice “he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús“. Las iglesias, le mandaban ofrendas al misionero y de esa manera se sostenía. Los Corintios acusaban a Pablo de esas cosas. Pablo se defiende y dice en Primera de Corintios 9:9-10 “Porque en la ley de Moisés está escrito: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando.» ¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes, o lo dice más bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la cosecha.” ¿Notan ustedes que Pablo toma esta ley de Deuteronomio 25:4 y la aplica a su vida personal? Dice “hermanos de Corinto, ¿por qué me están juzgando porque recibo salario?, ¿qué no está escrito en la ley <<no no pondrás bozal al buey que trilla” y luego dice “¿será que Dios tiene cuidado de los bueyes o lo dirá por nosotros?” Luego él mismo contesta y dice “pues por nosotros escribió“. Quiere decir que aquella ley antigua y aquella ley que parece no tener sentido para nosotros hoy cobra un sentido poderoso para nosotros hoy en el sentido espiritual. Pablo dice “¿acaso Dios está pensando en los puros animales cuando dijo <<no le pongan bozal al pobre animal>>?, ¿no estaría teniendo una aplicación para nosotros?, pues para nosotros escribió”. Dando a entender ” no le pongas bozal al misionero que va a predicar la Palabra de Dios”, esa es la aplicación que tiene para nosotros. El obrero es digno de su salario. De esa misma manera están las leyes, que parecieran no tener significado para nosotros.

Esta ley de Deuteronomio 22:8 qué dice “cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.” ¿Será que Dios estaba pensando en las fachadas de la casas o tenía una aplicación para nosotros hoy? La respuesta es la misma: por nosotros escribió.

1. Las nuevas oportunidades

Vamos a hacer un pequeño análisis de lo que es esta ley “cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.”. La primera frase que llama la atención es “cuando edifiques”; resulta que ellos iban a llegar a tener la oportunidad de edificar una casa nueva, aunque ellos habían entrado a habitar casas que habían tenido antes los amorreos y jebuseos, heteos y todos aquellos; llegaría el momento en que la señora le diría a su esposo “fíjate mi amor que yo quisiera que le hicieras una ventana a este cuarto, está muy oscuro, el techo está muy bajito y yo me siento asfixiada aquí, huele todavía a las yerbas y los inciensos que ofrecían los amorreos a sus dioses, ese hueco ahí me frustra todo. Quisiera que le hicieras una ventana” y el marido le dice “oye, si yo le hago una ventana a esto, esta casa no tiene cimientos, se nos va a venir abajo” -” pues no sé, haz algo” – y le contesta “¿qué tal si hacemos una casa nueva?”. Los judíos comenzaron a destruir esas viviendas viejas y hediondas, impregnadas de los fétidos olores de lo abominables amorreos y construyeron casas nuevas.

Cuando edifiques casa nueva” habla de aquellas oportunidades que el Señor les daría nuevas, aquellas etapas diferentes en las cuales lo que ahora tenían, aunque era muy emocionante tener una casa diferente de una tienda. Llegaría el momento en que darían un paso más hacia adelante y dirían “voy a tener una casa nueva, ahora sí, voy a ser más libre, voy a tener una nueva visión, voy a tener una mejor manera de vivir, edificaciones nuevas, oportunidades nuevas”. Dios es un Dios siempre de nuevas oportunidades, nuevas etapas, ocasiones en las cuales Dios nos permite corregir lo que está en mal estado, enmendar nuestros errores, mejorar nuestra condición. Nuevas oportunidades, gracias a Dios por las nuevas oportunidades que nos da. Gracias a Dios por las nuevas etapas que tenemos en la vida. “Cuando edifiques casa nueva” puede referirse a ese muchacho que está terminando la universidad y va a ejercer su carrera. Una casa nueva ya no va a ser el estudiante a hacer proyectos y llevar tareas y levantarte de madrugada para estudiar y quebrarte la cabeza, una nueva oportunidad: ahora vas a pensar en poner tu despacho, tu consultorio, tu oficina, abrir tu negocio, meter una inversión, una casa nueva. Cuando eso suceda, dice el Señor “harás pretil a tu terrado“. Tal vez usted tiene un nuevo matrimonio, se acaba de casar ya no va a vivir esa vida de soltero ya no va a estar dependiendo de su papá, ahora ya tiene una esposa que lo atiende, ya tiene un marido que la cuida: una nueva etapa, una nueva oportunidad, ya no van a cometer los errores que sus padres cometieron, ya no van a estar metidos en las costumbres viejas de los padres. Ahora tiene una nueva oportunidad.

Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado“, tal vez llega el momento en el que Dios nos habla de una manera fuerte y se presenta una nueva oportunidad, todos nosotros estamos aquí gracias a Dios a las nuevas oportunidades. Dios nos presenta de cuando en cuando, etapas u ocasiones en las que nos brinda la oportunidad de edificar una casa nueva, gracias a Dios por las etapas. Una cosa es ser joven y soltero, otra cosa es ser casado, ¡qué bonita etapa la del matrimonio!, ¡Ay que a gusto viven él y ella en una luna de miel!, pero al rato vienen los niños. Todos decimos “la cosa ya no va a ser igual”, pero disfruta uno al bebé. Los hijos crecen y ya no es el bebé, ya tienen un muchacho, un adolescente que cada día se parece más a su papá, ya van a la escuela, ya van a la universidad, ahora los muchachos ya empiezan a salir y se empieza, como decimos, “a desgranar la mazorca”. Los hijos se van a la universidad y ya no vuelven, se casan y dejan al padre viejo solo. Una nueva oportunidad. Mi esposa y yo ya tenemos a nuestros hijos casados y los hermanos dicen “¡ay pastor! se deben sentir muy solos”, fíjese que no, estamos bien a gusto, ya tenemos más dinero porque no gastamos en los hijos. Ahora vienen los nietos a visitarnos.

2. Tener pretiles

Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado”. Dios, bendito sea su nombre, es un Dios de nuevas etapas, de nuevas oportunidades y cada oportunidad debe aprovecharse. “Cuando edifiques casa nueva harás pretil a tu terrado”, ese pretil dice que debe estar en el terrado. Nos habla de que los judíos tenían la costumbre de subirse al techo. Yo supongo que era por el clima tan cálido y el fresco de la noche y de la tarde se sentía mejor en el techo. Yo viví un tiempo en San Luis Río Colorado, Sonora, muy caliente, un desierto. Y nos salíamos a dormir en el techo, en la caja de la camioneta, aprovechábamos el fresco de la noche y de la tarde. Yo me imagino que por eso los judíos desarrollaron ese gusto para subirse al terrado y allá se subían en el techo de la casa, allá el hombre se ponía a meditar, a pensar, a esperar la comida, allá se subían el par de viejos para platicar, allá se subían a recibir las visitas. Mucha parte de su vida la llevaban en el terrado. Era un gusto de ellos, era una costumbre de ellos. Esta ley no les quita esa costumbre, les concede esa costumbre, no les dice el Señor “cuando edifiques casa nueva no te andes trepando al techo”, dice “hazle pretil a tu terrado”, sigue subiendo, pero pone pretil”. Eso quiere decir que Dios concede favor a nuestros gustos, a nuestras costumbres.

Los seres humanos somos personas de costumbres y algunas costumbres son malas, pero algunas costumbres son buenas, muy buenas. Hay unas muy buenas, otras muy malas, afortunadamente los cristianos tenemos muy buenas. El Señor Jesucristo asistía en su juventud y adolescencia a la sinagoga todos los días de reposo conforme a su costumbre, una buena costumbre. Daniel oraba tres veces al día como solía hacerlo antes, una costumbre de las buenas. Nosotros como mexicanos tenemos costumbres muy buenas, que ya quisieran los demás pueblos. Hay pueblos que no tienen costumbres como las nuestras, los americanos, por ejemplo, no son tan familiares como nosotros, no saben lo que es una carne asada, comen sandwiches. Nosotros cualquier cosa o pretexto, si ganaron las Chivas y si no ganaron también, o los del Cruz Azul que ahora son los del equipo favorito, no lo sé. Si pierden, porque perdieron, si ganan porque ganamos y si cumplió años el vecino, por ese vecino hacemos una fiesta para todo. Terminan los servicios en la iglesia y esa plática ya no hay como correrlos para cerrar el templo y apagar las luces. Ahí se quedan platique y platique, no le hace que sean las 11 de la noche y al día siguiente se tengan que levantar a la 5 am. Los americanos, cuando termina el culto en una iglesia americana, 10 minutos después ya no hay nadie, costumbre de cada pueblo. Dios respeta nuestras costumbres, pero dice “cuando quieras subir al terrado le harás pretil”.

Gracias a Dios porque el Señor concede nuestras diversión, si uno se molesta si nosotros celebramos un aniversario, un cumpleaños, unos XV años. Dios no se molesta si tenemos momentos de convivencia y nos gusta comer. A un hermano le regalaron los edificios de una Iglesia nueva en Chicago y dice “nos vamos a ir para allá, porque hay 2 engordaderos”, ya tenía 2 comedores la iglesia . A Los hermanos nos gusta comer mucho, dice el Señor “está bien”.

3.Las aplicaciones de los pretiles

Cuando edifiques casa nueva harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.”, la tercera cosa importante aquí es la palabra pretil. Los pretiles, se refería a unos parapetos, de hecho la palabra pretil en el hebreo quiere decir “parapeto”, Un muro alrededor del terrado, una valla, una barda. Porque si vas a andar caminando y te vas a andar paseando aquí y allá y vas a recibir a tus visitas, los muchachos de tus vecinos van a subir, tus muchachos van a andar corre y corre y puede alguno de ellos caerse. “Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.” Estamos llegando a la aplicación más importante de la ley. Cuando se refiere a las nuevas etapas de la vida. Terrado se refiere a las costumbres que nosotros tenemos. Pretiles se refiere a los límites que debemos poner a nuestra vida. En las nuevas oportunidades de la vida, en la celebración de nuestras costumbres “harás pretil a tu terrado”; eso significa que debemos poner normas, límites, marcas claras para nosotros y nuestra familia, marcas claras para nosotros y nuestra iglesia. Desde aquí para allá no puedes pasar, ni de allá te puedes meter para acá.

Límites, normas: pretil a tus terrados. Es una ley de Dios, es un mandato de Dios. Nuestros hogares se desmoronan, nuestras iglesias se nos dividen, nuestros muchachos se van al mundo, nuestros matrimonios se destruyen por falta de pretiles, por falta de normas; queremos que nuestros hijos entren en razón por sí mismos, queremos que nuestros muchachos caigan en consciencia por sí mismos. Queremos que nuestros muchachos tengan criterio propio y la Biblia dice “No es así, harás pretil a tu terrado”. Vas a poner una clara marca aquí y le vas a decir a tus hijos “de aquí para adelante no pasas, no te acerques ahí”. Porque si alguno se cae, echarás culpa de sangre sobre tu casa.

Pretiles, normas, límites: la Biblia usa la palabra vallados, cercas, muros, linderos para referirse a que el cristiano debe tener límites muy claros en su vida. El hogar cristiano debe tener límites muy claros en su actitud. Acuérdense que nosotros venimos del mundo, de la esclavitud donde nos gobernaban nuestro impulsos, donde nos gobernaba el ‘¿qué dirán?’, donde la gente decía que debíamos hacer, si ellos se ponían el pelo verde, nosotros lo hacíamos, si ellos se querían poner un fierro en la oreja atravesado, andábamos con un fierro en la oreja, se quieren poner un afiche o corchalata y se la meten y ahí andan todos haciendo lo que la gente dice. Ahora nos convertimos a Cristo, no estamos sujetos a la esclavitud de este mundo, somos libres en el Señor y tenemos una nueva vida y tenemos una herencia propia y tenemos la garantía de Dios a amar nuestras buenas costumbres. Pero dice el Señor “harás pretil a tu terrado“. No es un consejo, es una orden.

¿Cómo están los pretiles en tu casa? No estoy hablando del techo de tu vivienda, estoy hablando de las normas en tu hogar, ¿cómo están los pretiles en tu vida personal?, ¿cómo están los pretiles en sus diversiones?, ¿cómo están los pretiles en su manera de vivir?, ¿nuestros hijos hacen lo que quieren?, ¿crecen cómo quieren? o tienen pretiles muy claros? Hablemos, por ejemplo, de los horarios en la casa: ¿cada quien se levanta y se va a la hora qué quiere y llega a la hora qué quiere en la noche?, ¿qué negocios tiene un muchacho después de las 9 de la noche? A menos que esté en la iglesia, ¿qué negocios tiene en la calle?, ¿qué se va a ir fumar marihuana?, ¿qué va a hacer en la calle?, ¿a besuquearse la novia? Eso es no tener pretiles. Un hogar cristiano tiene pretiles, normas “a esta hora tienes que estar en casa, en esta hora te vas a levantar, a esta hora todos vamos a comer, en esta hora todos vamos orar juntos en nuestra casa”. Pretil a tus terrados. Nuestros muchachos van a caer en las garras de la perversión y de la droga a menos que tengamos pretiles en nuestros terrados. Qué bueno que tu muchacha ya está grande, ya no parece niña, ya es una jovencita, mira que cuerpo de muchachita; ¡qué bendición cuando edifiques casa nueva!, ¡harás pretil a tu terrado! Mucho cuidado con cómo se viste, mucho cuidado de cómo anda, mucho cuidado de cómo se comporta, cómo reacciona ante el sexo opuesto. Harás pretil a tu terrado.

4. El pretil para las diversiones

Hablemos de las diversiones. La televisión, el internet, el facebook, las redes sociales, el teléfono celular. Todas esas modernidades que el mundo tiene tan fácilmente al alcance de la mano de todos. Muchas casas no tienen lo suficiente para vivir, pero todos traen celular, ¿dónde están los pretiles? Cualquier impío, inconverso, desconocido le mete ideas a tu muchacha por la internet, por el facebook, por la computadora. Cualquier tonto hace tonta a tu niña. Cualquier impío, cualquier pederasta está metiéndose por Juan por su casa en nuestra propia casa, ¿sabe por qué? por falta de pretiles. Le pones televisión, le pones internet, le pones computadora a tu hijo en su recámara, dizque para que haga proyectos, para que navegue en el ciberespacio, para que consulte con internet, para que no tenga que ir a las bibliotecas y no te das cuenta que es un terrado sin pretiles. ¿Cuántas vidas se han echado a perder por falta de pretiles en cuanto a las diversiones?; “Sí, diviértete” dice el Señor “súbete al terrado, pero pon pretiles”. A Dios no le molesta que uno se divierta, pero debe tener límites. ¿Qué tanto se la pasa hablando con quien sabe quién? lleva una hora, o dos horas la muchacha hablando con quien sabe que desconocido, y ¿dónde están los límites en tus terrados?, ¿dónde está esa obediencia que le debemos al Señor? Por eso nuestros hijos se nos pierden, por eso nuestros hogares se meten en el mar de confusión y de pleitos y de malas actitudes y de malas decisiones: por falta de pretiles. ¡Qué bueno que tiene un nuevo trabajo!, ¡qué bueno que tienes un nuevo negocio!, ¡qué bueno que tienes una nueva oportunidad en tu vida! Pero harás pretil a tu terrado. Si no pones pretil a tu terrado, el mundo va a hacer contigo lo que le dé la gana. “Echarás culpa de sangre sobre tu casa“.

Qué Dios te bendiga en las oportunidades y las nuevas etapas en tu vida, pero ten cuidado, dice la escritura “harás pretil a tu terrado“. Si no puedes hacer pretiles a tu terrado no hagas casa nueva, no aceptes ese empleo, no aceptes ese trabajo, no te vayas a ese rumbo de cosas, te está impidiendo venir a la casa de Dios. Lo más importante de un cristiano es asistir a la casa del Señor en el día del Señor, todo creyente tiene que estar en la casa de oración buscando al Señor. Ahora te están dando una oportunidad y piensas “gracias a Dios una buena oportunidad, que tengo, voy a prosperar, voy a salir al fin de pobre”, pero te está impidiendo venir a la casa de Dios. No, esa no es una casa que Dios quiere para ti. El mundo te está engañando.

 5. El pretil para las amistades

Hablemos del pretil de las amistades. La Biblia dice en Primera de Corintios 15:33″No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” Proverbios 22:24-25 “No te entrometas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos. Porque no aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma“. Dice la Palabra de Dios “al que anda desordenadamente señálalo y no te juntes con él para que se avergüence“. Hay un límite que el Señor dice que debemos tener en cuanto a las amistades. Hay amistades que no convienen. Hay muchachitos, compañeros de la escuela de tus hijas que no tienen porqué ser amigos de tus hijos, ni de tus hijas. Hay amistades aun dentro de la iglesia que no convienen para ti. Desgraciadamente hay gente en la misma iglesia, aun entre el mismo pueblo de Dios que anda desordenadamente, de los cuales nos dicen “apártate”. No porque dice que es hermano o porque sea de la misma denominación ya está calificado para ser un amigo tuyo. Hay malas amistades aun dentro del pueblo de Dios desgraciadamente. Ahí dice que hay gente en la iglesia con el “cual ni aun comáis”. Hay límites. A esas personas que se están acercando alrededor de tus hijos, ¿sabes quién son?, ¿sabes que te tienes que parara muy firme y decirle a tu hijo “no te quiero ver con ese muchacho o muchacha”? o a tu hija tienes que decirle “no te quiero volver a ver con esa muchachita” -“ay papá pero..”- “no me gusta para ti, no quiero”- “pero papá yo ya soy adulta”- “no señor, mientras vivas debajo de este techo no quiero verte acompañada de ese muchacho, y el día que yo te vea, vas a ver quién es tu padre”.

Harás pretil a tu terrado“, no es un consejo, es una orden de Dios. Limita a tus hijos las amistades. De hecho, te voy a decir algo. Nuestros hijos piadosos van a sufrir por falta de buenas amistades, porque está mundo está plagado de malas amistades. Muchos muchachos se han perdido en el mundo por causa de los malos amigos, aun dentro de la iglesia. Ni se diga los inconversos. Ahí donde se hacen amistades, se hacen relaciones, donde se hacen noviazgos, donde vienen embarazos no deseados, hijos no deseados, por falta de pretil en los terrados, en cuanto a la amistad se refiere. Mejor que tu hijo o hija llore porque no tiene amigos a que llore porque los malos amigos que le hicieron caer en las garras del pecado.

6. El pretil para el noviazgo

El noviazgo. La muchachita tiene 15 años y ya se anda muriendo porque no tiene novio, 18 años y ya se siente quedada, porque no tiene novio. Como todos en la escuela tienen novio, ella también quiere tenerlo. ¿Para qué quieren ser novios? usted ya sabe para qué; ¿usted le va a prestar a su hija a un filisteo para que se divierta con ella?, ¿usted va a permitir esos noviazgos que el mundo tiene que andan buscando lo oscurito? Aun en la iglesia, se van ahí a lo oscurito. ¿Por qué lo oscurito?, ¿dónde está papá para que ponga pretil en los terrados? Hermanos, la iglesia debe tener pretiles. Cuando tú llegas a la casa de Dios, hay pretiles. Tú no vienes a jugar, tú no vienes a mensajearte por el celular, no vienes a platicar, ni a chismear. Vienes a escuchar la Palabra de Dios, si no la puerta está muy ancha. Tienes que poner pretiles, porque se te desboca el rebaño. “Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno;” Me voy a la iglesia donde voy con chanclas y shorts y allá canto lo que me dé la gana”, pues vete a otra porque aquí es la casa de Dios. “Harás pretil a tu terrado”, el pueblo de Dios tiene que ser muy selectivo en sus amistades, en sus relaciones.

7. El pretil para la música

La música que se oye. ¿Cómo están esos pretiles?, ¿que anda escuchando el muchachito que tiene los audífonos en la oreja? Parecen tarados, ¿qué anda escuchando?, ¿te das cuenta?, ¿ya le preguntaste?, ¿a algún impío?, ¿esa música mundana?, ¿o rock cristiano?, ¿qué cosa es eso de rock cristiano? no hay mayor abominación delante del Señor, le quieras ofrecer una alabanza en la charola de Satanás. “¡Ay es que no hay buena música”, súfrelo. La sana doctrina se sufre. Hay buena música, hay buenos himnarios. Ora al Señor que te conceda una buena música, habrá algo. Mientras tanto tú debes tener pretil en tus terrados, porque la mala música es más envenenadora que las drogas. La mala música es peor que la misma televisión.

“¡Ay! mi muchacho ya sabe manejar el internet! ya navega, vieras todas las cosas que consigue”, ¡qué bueno, qué listo el muchacho, mucho más abusado que tú! Ponle pretiles, “esto no se escucha, esto no se hace”. Tendrás que agarrar el iPhone y azotarlo contra el suelo, tendrás que desconectarle el internet. Por los pretiles de la música que oyes. La música que se oye en el hogar, la música que traes en el carro: ¿ranchera?, ¿qué? porque es cristiana, ¿bachata y todas esas porquerías que usan los centroamericanos y nosotros las rancheras y las baladas y todas esas cosas?. ¿Dónde están los pretiles?; “tengo un carro nuevo, ¡qué bendición!, Dios me bendijo con esto, y tiene un cd y entrada para usb y ipod” – “¡qué bueno hermano!, que ya tiene un carro que te vale más de 150 mil dólares”. ¿Se da cuenta? Dios es de bendiciones, de nuevas oportunidades, etapas, cosas que jamás habíamos tenido, ahora sí qué bueno!, dice el Señor “te gustan los carros, ahí tienes un buen carro, pero harás pretil a tu terrado”.

8. El pretil del ejemplo

Las palabras y expresiones que se usan. Palabras sucias, vulgares que los muchachos usan. Hablemos del pretil del ejemplo paterno. Juan 13:15: “Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes, Primera de Corintios 16, Primera de Tesalonicenses 1:7; “De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya”; Primera de Timoteo 4:12: “Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza”; Tito 2:7: “Con tus buenas obras, dales tú mismo ejemplo en todo. Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad”, Primera de Pedro 2:21: “Para esto fueron llamados, porque *Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos”; Primera de Pedro 5:3: “No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño.”Y otros pasajes hablan del ejemplo.

El ejemplo es indispensable para la formación de nuestros hijos. Hacen falta bueno ejemplos, Cristo dijo “porque ejemplos os he dado“. Pablo le dijo a Timoteo “sé ejemplo a los creyentes en palabra conducta, espíritu, fe y pureza” Pedro dijo a los pastores “siendo ejemplos de la ley“. El ejemplo es algo que marca el límite de nuestros hijos, que tus hijos te vean orando, que te vean adorando, que te vean cantando al Señor, que te vean leyendo las escrituras, que te vean llegando temprano a la casa de Dios, prestando atención a la casa de Dios, que ellos puedan crecer y decir “yo siempre vi a mi padre orando al Señor, yo siempre v a mi padre en la casa de Dios y a mi mamá también y ahí estaban mis hermanos mayores, yo tengo el ejemplo paterno en mi vida”. Eso es un pretil en nuestros terrados. Cómo hacen falta buenos ejemplos en nuestros hogares, muchas buenas veces los más malos ejemplos los damos nosotros: los padres. Nos andamos peleando, decimos groserías, amenazamos, tenemos la música a todo volumen, estamos viendo novelas por todos lados, estamos viviendo la vida como cuando andábamos en Egipto y queremos que nuestros hijos sean piadosos. Hacen falta ejemplos buenos en la iglesia. Sabes cuando tú vienes a la iglesia, tú vienes entre otras cosas, a ser ejemplo. Tú inspiras a otros o los haces tropezar. Siempre hay alguien que te está viendo, debes pensar que vienes a ser un buen ejemplo. Ese es un pretil en nuestros terrados.

9. El pretil del atar familiar

Hablemos del altar familiar. En mi casa, la casa de mi esposa también, cuando éramos niños y ni siquiera nos conocíamos teníamos altar familiar. Una de las cosas que mi esposa y yo nos identificamos es que fuimos criados en el altar familiar. Todos los días mi mamá, mi papá y mis 11 hermanos, con una abuelita y un tío viejito, que vivían con nosotros, todos los días nos reuníamos para leer la Biblia. Todos los días leíamos un capítulo de l Biblia y memorizábamos un versículo de la Biblia. Diario cantábamos a Dios, luego levantaba peticiones mi papá y orábamos, todos los días. Yo aprendí la Biblia antes de aprender a leer. Cuando yo fui aprendiendo a leer en 1ero de primaria, yo ya había aprendo a leer en la Biblia, conocía versículos. En algún rincón de mi mente hay cientos de versículos de memoria. Esas cosas me detuvieron muchas veces de pecar. Yo también fui joven, yo estuve en escuelas seculares, yo también tuve tentaciones, yo viví en los tiempos de las minifaldas, yo tenía tiempos de los hippies, los tiempos de los pachucos. Todos esos malos ejemplos estaban aun en la misma iglesia, pero había algo que frenaba mi vida: lo que había aprendido en el altar familiar. Ahí aprendí a temer a Dios, aprendí a amar a Dios, aprendí a amar la Biblia, aprendí a estar en la casa de Dios. Jamás de los jamases nosotros nos salíamos de la iglesia “qué ya me anda del baño” -“aguántese, para eso tiene vejiga nuevecita”. Hoy en día los muchachos no se salen de la iglesia porque ya les anda de ir al baño, se salen de la iglesia por maleducados, porque no tienen pretil en sus terrados. Están enfermos y yo entiendo eso, son excepciones.

Ahí los pies nos colgaban de lo chiquitos que estábamos, pero estábamos en veladas, en campamentos, en cualquier actividad de la iglesia. El Altar familiar es un gran pretil en nuestros terrados. Tú no sabes hermano, cuando a tu hijo le van a frecer droga, tú no vas a estar ahí. Cuando a tu muchachita la van pretender unos impíos, cuando estará en peligro de perder su virginidad, tú no vas a estar allí. Pero si le infundes el temor de Dios, dice la Biblia “el temor de Jehová aparta a los hombres del mal”. Haz pretil a tu terrado.

10.El pretil de la iglesia

Hablemos del pretil de la iglesia. La iglesia es un pretil, la iglesia tiene normas, la iglesia tiene celo, la iglesia canta himnos. Yo los felicito por los himnos cantados, el himnario que tienen es muy bueno, es un pretil. La iglesia no es un salón de diversión, la iglesia no es para que te desahogues. La iglesia es para que aprendas a temer a Jehová, para que aprendas su palabra, para que anheles su venida, para que aprendas poner tus ojos en las cosas celestiales. Para eso es la iglesia, para que te digan lo que no te van a decir fuera. Lo que yo te digo, no te lo van a decir ni en la universidad, es solamente en la casa de Dios donde lo oirás. Haz que tu hijo venga a la iglesia, “harás congregar al pueblo” dice la Biblia en Deuteronomio. Mi hijo no quiere venir”, bueno, entonces ¿para qué sirves papá? tráetelo de una oreja, aunque esté de mala gana, siéntalo y que escuche todo el sermón. En una de esas Dios le va a hablar. Si se va, ya el Señor lo devolverá. ¿Quieres ir a la iglesia mijito?- sí mucho va a querer ir-, venir a la iglesia no es una opción. Tu esposa, tú y tus hijos deben saber que mientras vivan debajo de ese techo y coman en esa mesa van a ir a la iglesia truene, llueva o relampaguee. No se les pregunta, se les avisa que vamos a ir a la iglesia. Hay hermanas que van solas y el marido viendo el futbol “no quiso venir”, dicen montón de mentiras, que le duele la cabeza, etcétera. No te hagas solidaria con sus mentiras, di que es un flojo y se quedo allá en tu casa, para que oren por él. Porque el juicio de Dios va a venir sobre él y sobre ti que los estás encubriendo. No mientas, si no quiso venir sólo dilo. Si dice tu marido “le dices al hermano Rémulo que me dolía mucho la cabeza” – “No, si me pregunta le voy a decir que no vas por flojo, perdóname”.

. “Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno;” Gracias a Dios por las nuevas etapas, las nuevas oportunidades de la vida que él nos concede, salir de apuros, salir de etapas difíciles en la vida. ¡Qué bueno que nuestros hijos crecen!, gracias a Dios ya pasaron esas etapas en la que cada rato se enferman, ya el muchacho va saliendo. Que bendición, quiere ser médico, quiere ser abogado.

11. El pretil de la disciplina

Otro pretil es la disciplina. “Castiga a tu hijo entre tanto que hay esperanza, mas no se apresure tu alma para destruirlo“. No estamos hablando de maltrato, pero estoy hablando que muchos muchachos necesitan que les arrime tierra, como las plantitas. No toleres las mentiras en la casa, no toleres la falta de respeto en la casa, no toleres las maldiciones en la casa, no toleres esas cosas porque se convierten en monstruos cuando son más grandes. Esas antiguas leyes que parecían no tener sentido, cobran vida cuando las aplicamos a nuestra vida personal hoy. Nosotros también vivíamos en nuestro Egipto, pero un día nuestro libertador nos saco de la esclavitud del pecado y vamos camino a la Tierra Prometida, una vida nueva el Señor no ha dado. Casas nuevas, etapas nuevas, oportunidades nuevas, bendito sea el Señor!

Pare terminar quiero decir quiénes son los primeros que se caen de los terrados: nuestros hijos. Lo más querido que uno tiene. Yo quiero recordarle esta noche que la vida futura, nuestra vejez, está en las manos de nuestros hijos, la felicidad tuya y mía. Cuando lleguemos a viejos, está en las manos de nuestros hijos. Seremos o felices o lo infelices que nuestros hijos nos hagan. No el dinero que tengas en el banco te va a hacer feliz, eso no es una garantía. Lo que verdaderamente te hará feliz será la clase de hijos que tú puedas levantar. “El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza de su madre”, no hay dolor más grande para una pareja que se le vaya un hijo al mundo, que un hijo se le pierda, que un hijo se le vaya a las drogas, que un hijo se pervierta. Ese es un verdadero dolor: que tus hijos se olviden de ti, te arrinconen en un asilo de ancianos y te arrumben como un mueble viejo. No hay enfermedad y dolor que un buen hijo no te pueda aliviar.

Los primeros que se caen de los terrados son los hijos, lo que más uno ama. Los hijos no saben lo que uno los quiere hasta que ellos tienen a sus propios hijos. Los hijos son lo más caro de nuestra vida, ponle pretiles. En muchos hogares el pretil es solamente una raya de cal que los muchachos ignoran, “ya te dije que no andes haciendo eso” y te oyen como oír llover, son bardas pintadas de anaranjado, por decirlo de alguna manera; que ellos sepan que hay cosas que: “no se hacen en esta casa ni lo sueñes, ni te creas que va a oír esa música, ni te creas que vas a andar noviando a esta edad, ni te creas que va a venir esa mugroso a ser tu amigo y que van a tener una pijamada y que van a hacer tarea, ni te lo creas, ni se te ocurra”. Pretiles fuertes, porque se pueden caer del terrado.

Dice “echarás culpa de sangre sobre tu casa“, ¿sabe lo que significa eso?, ¿se acuerda cuando Caín mata a Abel y Dios viene y le dice “Cain donde está Abel tu hermano,”no sé acaso yo soy guardia de mi hermano” dijo el primer grosero. El Señor contestó “la voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la Tierra de aquí en adelante Caín, la Tierra no te va a dar su fuerza, errante andarás en la Tierra, todos los días de tu vida, es decir nunca te va a ir bien Caín, nunca más, por la sangre que escuchaste de tu hermanos en la Tierra y cualquiera que te viera te va a querer matar” Y Caín dijo “grande es mi castigo para ser soportado, eso es culpa de sangre sobre tu casa“. Si tus hijos se te pierden por falta de pretiles, el Señor reclamará su sangre de tus manos, si tus hijos se te van a las drogas, si tus muchachas sete casan con un impío y llora el resto de sus días, si tu muchacha te sale embarazada en el noviazgo porque no tiene pretiles, Dios reclamará eso de tus manos; La Tierra nunca te va a dar sus frutos, errante y extranjero serás en la Tierra y cualquiera que te viere te querrá matar, grande es mi castigo para ser soportado.

Hermano, tal vez tu hijo ya se te desbarrancó. Cuando alguien se cae del terrado, puede que se haga un chipote, pero puede que se rompa un hueso. Eso duele más. Cuando alguien se cae del terrado, puede que se rompa un hueso, pero puede que quede paralítico el resto de su vida, tú nunca sabes. Cuando alguien se cae del terrado puede que se dé un raspón, pero puede que se mate, tú nunca sabes. Tal vez tú tienes un hijo que ya se cayó del terrado y está en la cárcel , tal vez tienes un hijo que ya se cayó del terrado y está viviendo con un impío, viviendo una verdadera tragedia, tal vez tu hijo ya se cayó del terrado. Yo te diré una casa, clama a Dios, quizá Dios te quiera dar una nueva oportunidad, pero si tú tienes todavía consciencia, tus hijos y tu vida están en formación y estás contento de que tu hijo es un profesionista, haz pretiles. Restaura los pretiles que tenías cuando te convertiste, aquellas convicciones que empezaron a labrarse en ti, ya se agujeraron, ya se cayeron esas bardas, vuélvelas a edificar. Mira como se porta tu hija, mira como se viste, mírala lleva la faldita arriba de la rodilla, al rato va andar como una mundana; mírala ya se quiere pintar el pelo anaranjado, al rato ya va a traer un arete en la nariz, proclamando a todo el mundo que su Dios es cosa de juego. Esto por falta de pretil en los terrados. “Cuando edificares casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno;”

Señor, queremos clamar a ti misericordia para nuestra familia, nuestros jóvenes, señoritas y adolescentes. Tal vez tenemos pretiles que arreglar y queremos pedirte sabiduría para edificar los pretiles. Toma control y haz lo que yo no puedo hacer.