¿POR QUÉ NO GANAMOS LAS BATALLAS?

1a Crónicas 5:18-22

“ 5:18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla. 5:19 Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab.

5:20 Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.

5:21 Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas.

5:22 Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio. “

Dice la palabra de Dios, que estas dos y media tribus que se encuentran en la parte Sur, de lo que ellos habían tomado al cruzar el río Jordán, dos y media de esas tribus se habían quedado del otro lado del Jordán; y es la tribu de Rubén la tribu de Gad y la media tribu de Manasés. Y dice la palabra de Dios que estos eran hombres valientes, y habían y estaban de hecho en ciertos problemas, porque dice en la última parte en el versículo 21: 1a Crónicas 5:21 Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas.

5:22 Y cayeron muchos muertos, (de los enemigos) porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.

Y si algo nosotros tenemos que recordar es que la guerra es de Dios, la obra, la obra no es mi obra, no es la obra del pastor, no es la obra de algún hermano, sino la obra es la obra de Dios, y lo que nosotro estamos haciendo no es por nuestra propia causa, no es por nuestros propios intereses, o porque algún loco le cayó una idea de hacer algo y escribió aquí la Biblia, sino la palabra de Dios es palabra de Dios, y lo que nosotros leemos no fue escrito por un hombre, sino dice la palabra de Dios que esto fue escrito por el Espíritu Santo dado a los hombres, para que nosotros lo podamos leer y saber cual es la voluntad de Dios, entonces la guerra, la guerra no es de nosotros, la guerra es de Dios.

Y ¿por qué ellos pudieron ganar esta guerra?

Primero vamos a ver la condición en la que se encontraban ellos

1a Crónicas, 5:18-22 5:18 “Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.”

Eran hombres valientes, eran hombres que no se espantaban con cualquier cosa, eran hombres que estaban dispuestos para salir y luchar y creo que necesitamos más hombres valientes. Hombres como Gedeón que cuando viene Dios y habla con Gedeón allá en Jueces 6 y le dice “varón esforzado y valiente”

Hombres como Josué cuando Dios le dice a Josué allá en Josué capítulo 1 “mira Josué que te mandó a que seas valiente, que te esfuerces y seas valiente” y la valentía yo creo que depende mucho en que nosotros confiemos en Dios; en que nosotros no podemos pero cuando Dios está conmigo, mi mentalidad cambia en cierta manera, y digo “bueno sí yo solito no puedo, pero aquí detrás está mi Dios y es quién me puede ayudar”

Tu hermano no puedes por ti solo, no puedes ganar las batallas por ti solo, no puedes dejar el alcohol por ti solo, no puedes arreglar tu  matrimonio por ti solo, no puedes contra tus amistades que te acarrean a la maldad por ti solo, no puedes contra el pecado por ti solo, ¡necesitas de Dios!  y cada uno de nosotros necesitamos de Dios.

Pero ellos eran valientes, y dice después:

1a Crónicas “5:18-22 5:18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla. “

Eran hombres armados, tenemos que ser valientes y tenemos que estar armados, no dejes la Biblia, no dejes de leer la Biblia, no dejes de prepararte en la Biblia, no dejes de salir sin tu Biblia, no dejes de confiar en las promesas de Dios que se encuentran en la Biblia. Estos hombres eran hombres que traían escudo y espada, salían a la batalla, pero salían con su espada, salían a la batalla pero salían con su escudo, porque sabían que los dardos del diablo andan ahí cayendo por todos lados y necesitamos llevar el escudo de la fe, y necesitamos llevar la palabra de Dios, y estos hombres iban armados. ¿Estás bien armado hermano? Perdemos la batalla porque no estamos tan armados como deberíamos de estar; el diablo viene y pone duda en nuestro corazón, el diablo viene y empezamos a escuchar otras doctrinas y empezamos a dudar de la palabra de Dios.
Tenemos que armarnos, tenemos que salir con escudo y espada, pero ¿de qué sirve que yo salga con escudo y con espada, sino la se usar?

¡De qué sirve? que vengo a la iglesia y dice el pastor “Vaya a Génesis” y no se en donde está Génesis, tenemos que aprender dónde está Génesis, dónde está Apocalipsis, dónde está Mateo, Juan.

Hace años llegamos a una casa y la señora, no se si era hermana, pero la señora decía “¡oh Alabado sea el nombre de Dios! ¡Magnífico!” y esto y aquello; y yo me sentía tan pero tan pecador porque ésta señora decía todas estas cosas grandes de Dios. Y le dije: “¡oh! ¡Que tremendo hermana! usted se ve que sí es bien espiritual. Oiga hermana (y llegó su hija) y le dije (creo que en esa ocasión iba acompañado del hermano Cristian) oiga mire, vamos a leer la Biblia, vamos hacer una oración y nos vamos, vamos a ir a Génesis. A lo que la señora me respondió: “Génesis, ¿en dónde está Génesis?” Y no sabía en donde estaba Génesis. Y era una hermana super espiritual.

Yo prefiero que “no seamos súper espirituales” y sepamos en dónde está Génesis, donde está lo que dice la Biblia, sepamos que es lo que dice Dios y que obedezcamos a Dios. En vez de estar ahí de superficiales tratando de alabar a Dios, con unos labios que a lo mejor después son mentirosos, y después hay engaño y después hay mentira.

De tal manera que Dios quiere que seamos hombres valientes y estemos nosotros armados, pero también Dios quiere que estemos preparados; preparados para la batalla, vea lo que dice adelante

1a Crónicas 5:18-22 5:18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.

Sabían cómo entesar un arco, para entesar un arco se requiere algo de fuerza, no es tan sencillo, no es como de esos arquitos que venden ahí en los lugares que turisteamos y que le jalamos y sale la flechita y cae. ¡No! estos arcos eran arcos que se tienen que entesar y jalar y es algo que no es para débiles, es algo que uno tiene que practicar constantemente, es en lo cual yo debo de tener conocimiento, no es de los arcos de hoy en día, que son casi casi automáticos y uno los levanta y le aprieta un botón y con el iphone ya se tira ahí la flecha ¡no! Estos arcos eran arcos en donde de aquí para allá tenían que llegar a 50, 100, 150 metros y se tenían que entesar y jalar y apuntar; y estos hombres estaban no solamente armados, pero sabían usar lo que ellos llevaban y sabían usar esas flechas, sabían usar esos arcos y 1a Crónicas 5:18-22 5:18 Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla. Diestros en la guerra, eran diestros, tenían práctica, sabían cómo ir a la guerra, sabían cómo ir y luchar y tenían conocimiento, eran diestros.

Cuando salimos a ganar almas hay quienes van por primera vez y no saben que decir, y les tiemblan las canillas y tocan con temor, porque es la primera vez y la segunda vez y la tercera vez, y peor cuando el pastor le dice “ahora usted hermano, usted dígale, usted háblele”

-Pero pastor ¿qué le digo?

-Nada más dígale que somos de la Iglesia Cristiana Bautista y dele el folleto.

¡Y así empieza uno!

Y así comenzamos dando un folleto y dando una invitación. Pero buscamos no dar un evangelio diluido, sino explicarle a la gente, quién es Dios, porque para eso me ha salvado Dios, y para eso salimos a la guerra y le hablamos a la gente de Cristo, y tengo que prepararme y saber cómo usar la palabra de Dios.

Y de repente ya estamos ahí en el punto número uno “mire todos somos pecadores” número dos “por nuestros pecados merecemos el infierno”  número tres “Cristo murió por nuestros pecados y nuestras buenas obras no nos pueden salvar” número cuatro “¿no le gustaría a usted aceptar ese precioso regalo de la salvación?”

Y yo recuerdo la primera vez ahí hablándole a una señora; una señora ya grande y yo de trece años, y tartamudeando algo y con pena y sabiendo que no lo estaba haciendo bien; y al final cuando le pregunté a la señora que si quería aceptar a Cristo, me dijo que sí, y yo ya me estaba dando la vuelta y me dice “sí, sí quiero aceptarlo” y le dije “¿de verdad?” y me dice “¡sí!” y yo preguntando nuevamente ¿quiere hacer la oración? y me dice “¡sí!” y yo “¿aquí en frente de toda la gente?” y ella “¡sí!” y yo “¿aunque la vea la gente? y ella “¡sí!” y yo “¿no le va a dar vergüenza?” y ella “¡no!” e hicimos la oración. No recuerdo con quien iba, pero hicimos la oración y ésta señora le pidió a Cristo salvación.

Y recuerdo mucho que en esas semanas alguien llegó a mi casa y tocó la puerta y eran los falsos testigos de Jehová, y me empezaron a atacar y yo me sentí muy nervioso, yo creo que yo sentía más nervios que ellos; ellos muy valientes y hablándome y diciéndome, y yo me sentí, recuerdo, algo con nervios, y no estaba tan preparado como me hubiera gustado, y se fueron y dije “¡wow! entonces los que van a una casa, tienen confianza y son valientes, ellos no tienen temor” Porque yo no les vi nada de temor, y yo de trece años, yo  me sentí con nervios y dije: “sí así es entonces, eso quiere decir que cuando yo vaya a una casa, y yo sepa en quién yo he creído, y yo les estoy mostrando algo que puede traer solución a sus lamas, solución a sus vidas, solución a sus matrimonios, es palabra de Dios, eso quiere decir que yo puedo ir confiado”

Y debemos ir confiados con la palabra de Dios, y debemos de saber nosotros cómo ir a esa guerra, ser valientes, llevar escudo y espada y saber que hacer, tener esa práctica, el estar preparados, pero, si ellos hubieran sido valientes, armados y preparados y hubieran confiado en ellos mismos, no hubieran ganado esta guerra. Porque la guerra es de Dios; hay algo más que nosotros necesitamos para poder ganar estas batallas.

1a de Crónicas 5:19

“Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab. “

Todos estos eran parte de (suenan como nombres de las guerras de las galaxias ¿verdad?) reinos que estaban ahí alrededor.

1a Crónicas 5:20 Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.

Ellos ya eran valientes, ellos ya estaban armados, ellos ya estaban preparados, pero dice la palabra de Dios que fueron ayudados ¿por qué fueron ayudados? Porque, “porque clamaron a Dios”

No ganamos las batallas:

1.- Porque no clamamos a nuestro Dios.

Pensamos que nosotros la podemos hacer, no necesito de Dios, yo soy bien sabio, yo soy bien inteligente, yo ya conozco la Biblia y yo ya se como usar la palabra de Dios, yo tengo experiencia en esto, yo ya he ganado algunas batallas.

Y comenzamos a confiar en nosotros mismos y dejamos de orar, dejamos de clamar, dejamos de decirle al Señor: “Señor tú eres mi ayudador” “¡Oh! Señor ayúdame en este problema!” “Yo ya conozco tu palabra, yo soy valiente, yo estoy armado, yo estoy preparado pero ¡necesito de ti!”

Y tenemos nosotros que necesitar más de Dios, y clamar más a Dios y orar más a Dios, y en la mañana ponernos más de rodillas para ganar estas batallas que tenemos durante el día.

Porque sino oramos, sino clamamos, sino pedimos, Dios no nos va a escuchar; somos tan orgullosos que nos olvidamos de Dios, pensamos que por nuestro conocimiento en su palabra, ya la vamos a poder hacer. Vamos a ganar esas batallas porque, ¡ah! ya la he ganado antes, este problema en el matrimonio ¡ya lo he ganado antes! este problema en el trabajo ¡oh, ya lo he ganado antes! este problema financiero ¡no, yo ya se como hacerle! Allá en la escuela, allá en el trabajo, con la familia, con mi matrimonio, conmigo mismo ¡no! ¡yo ya se que hacer! Pero ¡estás equivocado, necesitas clamar más a Dios!

¡Necesitamos confiar más en Él también!

Tenemos nosotros que clamar y orar más

Josué 24:7 “Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto. “

Dios recordándoles a ellos, Josué recordándoles y diciéndoles “yo y mi casa serviremos a Jehová” “acuérdense de cómo Dios nos ha librado” Y hermano acuerdate de como Dios te ha ayudado, y simplemente cuando clamaste a Dios, Dios fue tu ayudador.


Dice la Biblia en Jueces 3:9” Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

Dice aquí clamaron, clamar es implorar el favor de Dios, decirle a Dios “yo no se como hacerle aquí, he intentado, he hecho, tengo este problema está difícil, pensé que yo lo iba a resolver, pero más me estoy hundiendo”

Y a veces nos hundimos más y más porque confiamos en nosotros mismos, confiamos en alguien más, decimos “¡oh no! yo soy bien inteligente; yo recibo cada quincena, no necesito de Dios”

Y fue lo que me dijo mi abuelo cuando le pregunté ¿abuelo usted necesita de Dios? respondiendome “¡oh no! yo no, yo tengo mucho dinero, yo le presto dinero a la gente, tengo 20, 30, 40 terrenos” … y no me dejo ni uno creo, pero bueno.

Confiando en el mismo, y confiamos tanto en nosotros mismos que se nos olvida ponernos de rodillas, y en ocasiones aunque sea algo pequeño “¡oh Señor! aquí hay una decisión que tengo que tomar. ¿me caso con Petronila? o ¿me caso con Pancracia? ¡Señor que hago! ¿Petronila o Pancracia? Una está bonita y no viene a la iglesia, y la otra está bien fea pero canta y alaba tu nombre” Pues yo creo que mejor la que canta, aunque esté bien fea. Porque lo que importa está aquí (señala el corazón). Mira si el hermano Joel Molina se pudo casar ¡cualquiera de ustedes se puede casar! ¡Todos tenemos esperanza! Pero ¿cuál es la voluntad de Dios?  

-¡oh, yo ya sé que voy hacer!

-¿ya le pediste a Dios? ¿ya clamaste a Él? ¿ya buscaste su voluntad?

Perdemos las batallas porque no tomamos un tiempo de orar.

Estuvimos en la cas de unos hermanos y cuando nos subimos a su carro el hermano hizo una oración “Por favor Dios, llevanos con bien a la casa”. Y no fue una oración de veinte minutos, pero no fue una oración “porque sí” sino yo creo que fue una oración sincera, y dije en mi mente “ah pues igual y nada más ahorita” y ¡no!. Después fuimos a otro lugar e igual hizo una oración y luego fuimos a otro lugar y luego hizo otra oración ¡y nos olvidamos tanto de Dios!, que el domingo decimos:

-¡woo! soy cristiano de veras, tengo que ir a  la iglesia, ya lo estaba olvidando.

Y me voya poner mi traje de cristiano y ¿dónde está mi Biblia?

Y buscas tu Biblia y la encuentras y la desempolvas, vines a la iglesia y solamente te acuerdas que hay un Dios el día domingo, pero, ¡no hermano, estas mal! Hay Dios el día lunes, y el día martes y toda la semana.¡¿Estás clamando a Dios?! ¡No te olvides de Dios! ¡Clama a Dios!

Jueces 3:9 “Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

Y cada vez que clamaban a Dios, Dios les ayudaba, que interesante.

Muy pocas ocasiones, cuando el pueblo de Israel clamaba a Dios, Dios les daba la espalda, muy pocas ocasiones ¿y sabes cuando eran esas ocasiones? Cuando había pecado en el pueblo de Israel. Pero cuando ellos se ponían bien con Dios y clamaban a Dios, ¿sabes lo que Dios hacía? ¡Les ayudaba!

¿y sabes lo que Dios puede hacer en tu vida, cuando tu clamas a Él? Dios te puede ayudar de la misma manera.

Salmos 127:1

“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;

Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.”

De tal manera que hermano por más que veles, por más que edifiques, sino reconoces a Dios, sino clamas a Él, vas a perder tus guerras.

Perdemos nuestra guerras porque no clamamos a Dios

2.- Porque no confiamos en Dios

1a Crónicas 5:20 “Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él.“

Pusieron su confianza en Él, clamaron a Dios en la guerra y cuando dijeron “¡oh Señor ayúdanos! ¡Ayúdanos contra estos, contra los de Nodab, los de Nafis, los de Jetur, los Agarenos, contra todos estos ayúdanos!” y después de orar no dijeron “¿que estamos haciendo? ¿orando a Dios? ¡Nosotros somos cuarenta y cuatro mil setecientos setenta!

Que eran diestros y sabían como salir a la guerra, como entesar arco, eran diestros en la guerra y ellos no dijeron “¿por qué estamos orando? ¡tu y yo podemos! ¡vamos a la guerra y nosotros vamos a ganar!”
Cuando ellos fueron contra los de Hai ¿qué les pasó? Dijeron “¡no! ¡nosotros sí podemos!” Y perdieron la guerra ¿por qué? porque Dios no estaba con ellos

Y por más que sepas y por más que tengas conocimiento y por más que hayas ganado otras batallas allá atrás, no quiere decir que vayas a ganar la siguiente

¡Y tenemos que confiar en Jehová! Dice la Biblia “porque esperaron en Él”


Salmos 22:5 Clamaron a ti, y fueron librados;

Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

Me gusta un corito un corito que cantamos de la Biblia

“Confiad en Jehová perpetuamente

porque en Jehová el Señor está

la fortaleza de los siglos

confiad en Jehová”

Y debemos de confiar en Él

¿Qué quiere decir confiar en Él? Confiar en Él quiere decir confiar en Él.

Confiar en Él es que cuando nosotros oramos  y estamos esperando en Él, no vamos a dudar en que Él no me puede ayudar, sino que voy a creer que Él sí me puede ayudar

Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino,

Y confía en él; y él hará.

No dice “mira este camino en el cual tu estás andando, no lo confíes en Él, sino tú se tú propio (¿qué dice la gente allá afuera?) arquitecto, tu diseña y dibuja tu vida y vive tu vida y no tienes que confiar en nadie más, tú tienes que confiar solamente en tí” Pero mi Biblia dice “mira no confíes tu camino en ti, confía tu camino en Él, dale a Él tus planes, dale a Él tu vida, cree en Él confía en Él, encomienda a  Jehová tu camino y confía en Él y Él hará”

¿Ellos que hicieron? Ellos clamaron a Dios, pero después de clamar a Dios, ellos esperaron en Él, a veces nosotros clamamos a Dios, y decimos “bueno como Dios, no me ha respondido, yo lo voy hacer como yo creo conveniente”

Como cuando venimos con el pastor

-Oiga pastor necesito que me ayude a tomar una decisión, ¿me voy o no me voy a los Estados Unidos?

-No hermano no se vaya

-¡No! eso no era lo que yo quería escuchar, ahora me voy

Y no encomendamos a Jehová nuestro camino.

¿Cuántas veces confiamos en nosotros mismos?

¿Cuántas veces confiamos en lo que yo pienso que es correcto?

Ahora si yo he estado orando, yo creo que Dios pone en nosotros una paz abundante en mi; perdemos nuestras batallas cuando no confiamos en Él

Daniel 3:18 “Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”

Habla aquí de Sadrac, Mesac y Abed-Nego

Daniel 3:28 “Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.”

Han salido aquí de este horno de fuego ardiendo y el rey Nabucodonosor había dicho que se tenían que arrodillar a ésta estatua de oro puro y ellos decidieron no hacerlo ¿por qué sabes qué? Ellos confiaban en Dios, y ellos dijeron “no no vamos a inclinarnos a estos otros dioses, porque nosotros confiamos en Dios, y los trajo el rey les dijo

-¿no se van ustedes a arrodillar?

y ellos respondieron

Daniel 3:17 “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.”

Ahora para que Dios te libre, tienes que servir a Dios, para que Dios te ayude, tienes que ser hijo de Dios  Daniel 3:17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.  Eso se llama creer en Dios, confiar en Él, ellos confiaban en Dios

Pero luego dice en el siguiente versículo

Daniel 3:18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

En otras palabras “y si no nos libra” “Él tiene poder, lo sabemos que lo puede hacer, pero si aún no lo hace” Daniel 3:18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.

Pero cuántas veces decimos que confiamos en Dios y le decimos: “¡oh Señor yo se que tu me puedes quitar ésta enfermedad que yo tengo! ¡y te doy una semana!” Y ya después de una semana “¡ah, no me la quitó! ya no voy a creer en Él! ¡no! ahora ya no voy a ir a la iglesia!”

-Vine a la iglesia y me robaron, alguien me saludó mal, alguien me hizo algo. ¡ah estos hermanitos!

¿Confías en Dios, por los hermanitos? o ¿Confías en Dios porque Él es Dios?

Yo confío en Dios porque Él es Dios.

Y las cosas que nos suceden día tras día, no tienen que ver en absoluto de que si Dios tiene poder o no tiene poder, porque, ¡Él tiene poder!

El tiene poder para librarnos, Él tiene poder para ayudarnos, Él tiene poder para proveernos, Él tiene poder para bendecirme en cada paso que yo doy; pero si no lo hace Él sigue siendo Dios, lo único que tu y yo tenemos que hacer es confiar en Él.

Hermano, hermana tienes que confiar en Él y si no confías en Él, dice  en 1a de Corintios 15  “si no tienes fe que Él resucitó, pues ¿de qué sirve? Ten fe que Él resucitó, cree que el resucito, cree que el todo lo puede, confía en el.

Daniel 3:27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.

3:28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.  .

Confiar en Dios es entregar tu cuerpo completamente; El hermano Fernández da una ilustración de que alguien puso una cuerda de un extremo a otro en las cataratas de Niágara y que un hombre subió a una bicicleta sin los hules, y con un tubo largo fue cruzando de un lado a otro, y todo el mundo aplaudió, y este mismo hombre regresó y todo el mundo aplaudió nuevamente y preguntó ¿cuántos de ustedes creen que lo pueda volver hacer? y todos dijeron ¡oh si claro, tu lo puedes volver hacer!

y el hombre animado respondió ¡ok! y preguntó a un espectador ¿usted cree que yo lo pueda volver hacer? y el espectador contestó ¡oh sí yo creo que usted lo puede volver hacer! a lo que el equilibrista le dijo -ok, súbase conmigo, y rápidamente el espectador le contestó -¡noo! ¿que tal si me muero? ¿que tal si se cae?

-Entonces no está confiando que realmente lo puedo volver hacer.

Y en ocasiones estámos así confiamos, pero no entregamos nuestro cuerpo, confiamos:

-¡oh si Dios! ¡Tu puedes ayudar al hermano porque está diezmando!

-ok ¿y tu vas a diezmar?

-¡noo! yo no Señor, a él sí, pero, ¿qué tal si a mi me va mal? ¿qué tal que si por confiar en ti, se me acaba el dinero?

¿Qué tal que si por confiar en ti y salgo a ganar almas, me pasa algo en la calle?

¿Qué tal que si por confiar en ti, se me va esta muchacha? ¿y tomó la decisión incorrecta? ¡mejor me apresuro!
¿Qué tal que si por confiar en ti ___?

Y no entregamos nuestros cuerpos a Él

No solo confiar en Él es entregar mi cuerpo, pero dice en Romanos que aun tengo yo que entregar mi mente

Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

Cuando presentas tu cuerpo en sacrificio, tú estás confiando en Dios, y le dices “Señor aquí está mi cuerpo en sacrificio”

12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Tengo que entregar mi cuerpo, pero también tengo que entregar mi entendimiento, a veces mi cuerpo está aquí, pero tu estás en Marte o en Júpiter o en otro lado. Porque parece que no hay nadie en casa, y me muevo para acá y todavía estás viendo para allá ¿en qué estás pensando?

Tenemos que confiar en Él

3.- Porque no creemos

1a Crónicas 5:21 Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas.

Aquí el total son cuatrocientas dos mil personas y ganado, entre todo. ¡Cuatrocientos mil! ¿Cuánto le cabrá al estadio Azteca? En la cancha ¿unas cincuenta mil vacas? Imaginate ocho veces lo del estadio Azteca de ganados; no solamente eran buenos guerreros ¡eran buenos vaqueros! ¿Cómo llevas tanta gente y tantos animales de un lado para otro?

5:22 Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio.

Ellos creyeron que la guerra era de Dios, y no estoy hablando de un creer de confiar, estoy hablando de un créer de convicción; estoy hablando de un créer de reconocer. en Efesios 6:10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

La pregunta es ¿crees esto?

No es un creer de fe, o de confiar “¡oh sí yo confío que hay huestes espirituales de maldad!” Sino es un créer de reconocer, es un créer de convicción, es un creer de creer la palabra de Dios. Y Dios quiere que yo crea que la palabra de Dios, su palabra, es verdad.

Dice la Biblia “ganaron esta guerra porque ellos clamaron y ellos esperaron” ¿por qué? Porque la guerra era de Dios, ellos sabían que la guerra de por sí, era de Dios, no era la guerra de ellos sino la convicción de ellos es “¡Ésta es la guerra de Dios”!

Y sí ésta es la guerra de Dios, voy  a clamar a Él, voy a esperar a Él, porque es la guerra de Dios.

Y hermanos estamos en una guerra de Dios, no es mi guerra, no es tu guerra, pero es la guerra de Dios, y lo que yo debo de hacer es reconocer, no solamente tenemos que creer en sus promesas, pero tenemos que creer de convicción que lo que me dice es verdad, que Él es Dios.

¿Crees que Él es Dios?

Creer que Él da vida eterna, creer que Él murió por ti, creer que tienes vida eterna a través de Él, creer que Él tiene todo poder, creer que Él te puede librar, creer que también quizás no te puede librar pero que Él tiene el poder, creer en sus promesas, creer en sus palabras, creer en la Biblia.

Tenemos tantas dudas, porque no creemos en Él. La guerra era de Dios, ellos sabían que había un Dios, y creían que Él existía, ellos creían de corazón y dijeron “por eso vamos a clamar, por eso vamos a confiar, porque la guerra es de Dios”

Y si la guerra es de Dios, Dios me va ayudar. Y si la guerra es de Dios ahí está Él y me va a defender. Y si la guerra es de Dios todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Y si la guerra es de Dios me voy a poner en las manos de Dios.

Ellos reconocieron y ellos creyeron que  la guerra era de Dios.

¿Crees que la guerra es de Dios?

¿Crees que estamos realmente en una lucha? y que no es una lucha como dice aquí en Efesios 6, no es una lucha contra sangre y carne,  no es una lucha contra el vecino, no es una lucha contra el primo, contra el hermano, no es una lucha contra el esposo, hermana; no es una lucha contra la esposa, porque finalmente el diablo es quien quiere destruir tu matrimonio. Y tu puedes clamar y esperar en Él y creer o confiar, confiar de esperar en Él, pero si tu reconoces que la lucha que hay a tu alrededor es una lucha espiritual, vas a poner tu confianza en un Dios que es espiritual.

Porque finalmente es el diablo que quiere destruir nuestras vidas, es el diablo que quiere destruir tu matrimonio, y no es contra el esposo, ni contra la esposa, como lo dije; sino, que es el diablo que quiere destruir eso; y tienes que creer eso, que nuestra lucha no es contra sangre y carne, no es contra el suegro ni la suegra, no es contra el vecino ni la vecina, algunos la traen hasta contra el perro, el gato y el perico, y lo que se encuentran tirado; pero nuestra lucha es contra huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes, nuestra lucha es contra el diablo, y la guerra es de Dios, y tu y yo no vamos a poder ganar esa guerra sino creemos y confiamos en Él.

Deuteronomio 20:1 “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.”

Ellos tenían que salir a luchar contra todos estos pueblos, Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, y ellos decidieron calamar, ellos decidieron confiar, pero ellos dijeron “¡ok, la guerra no es de nosotros, la guerra es de Dios!” y ellos creyeron, ellos creyeron como si Dios estuviera ahí atrás de ellos.

No tengas temor porque Jehová tu Dios está contigo. ¿Crees que Dios está contigo? o ¿dudas?

Cuando David salió contra el filisteo, contra Goliat él no salió y le dijo “¡eh! yo soy el mejor luchador!” el dijo “¡ey! ¿Tu le estás gritando a mi Dios? ¡ahorita te voy a demostrar quién es mi Dios!” Porque el creyó, él creía que la guerra era de Dios

Hermano, hermana, no estás solo en esta guerra, no estás solo en esta batalla ¿crees que Dios está contigo?

-¡ay pastor, ya nadie me ama!

-¿Crees que Dios está ahí contigo?

-¡pastor voy a perder la guerra y la batalla!
-¿Crees que Dios está ahí contigo?

Tienes que creer, confía, clama a Él, pero la guerra no es nuestra guerra, la guerra es de Dios y tenemos que creer más que Dios está ahí para ayudarme.