Pasemos al otro lado

Lucas 8:22-25

22 “Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.

23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.

24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.

25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?”

Jesús les dijo “pasemos al otro lado del lago” y lo que estaba diciendo era: “Te quiero invitar a un viaje y quiero que pasemos tiempo juntos.” Era importante lo que habían hecho previamente y Jesús les dice: “Los quiero invitar para que tomen este viaje conmigo.”

Hace años mis papás tenían una ferretería y de vez en cuando mi papá me decía: “Arturo acompáñame a un viaje.” Y esos viajes eran ir a la ciudad de México, ir a un mercado en donde vendían todo de ferretería, pero yo no iba para comprar o ver el material; yo iba porque sabía que iba a estar con mi papá, íbamos a platicar, comer juntos y yo estaba en sus manos. Él me estaba invitando.

Mi esposa, mis hijos y yo estamos a punto de tomar un viaje y es un viaje donde siento que Dios está diciendo: “Ven pasemos al otro lado y yo te invito que pases tiempo conmigo y veas mi poder y sepas que yo te amo, que en caso de que haya una tempestad o una tormenta yo quiero decirte que voy a estar ahí, te voy acompañar. Pasemos al otro lado. Voy a hacer una obra perfecta en sus vidas, pero va a ser un viaje en donde yo he preparado ciertas cosas. ”

Dice el versículo 22 Pasemos al otro lado del lago. Y partieron.El objetivo era llegar al otro lado y la promesa no era ir a la mitad del lago y hundirse; no estaba invitándolos para llegar a medias y ser truncados. Cuando Dios nos invita y guía y pone algo en nuestro corazón, Dios va a preparar ciertas cosas en nuestra vida y lo que él prepara en nuestras vidas no es para hacernos peores, no es para traer fracasos a nuestra vida, no es para tristeza, es para hacernos mejores y la tormenta y la tempestad que vinieron, Jesús ya la sabía de antemano porque él lo sabe todo. 

Él sabe lo que vas a pasar, sabe a lo que te vas a tener que enfrentar, sabe las necesidades que tienes. Cuando él te llamó al ministerio él ya sabía las pruebas, sabía la tormenta, sabía todo, él lo sabe todo. Por supuesto que él no les dijo: Pasemos, pero va a haber tempestad, vamos a naufragar, ¡No! Sino que él dijo: “Pasemos al otro lado” y él no dijo: Pasen; dijo: pasemos. No dijo: Vayan; dijo: vamos. Él se incluye.

Dice la Palabra de Dios en Marcos 4:35-40 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Cuando iban él estaba durmiendo y algunos pudieran decir: Pero, ¿por qué está durmiendo mientras los discípulos están viendo la tempestad? Ellos sabían nadar, pero en ocasiones en nuestra vida vienen tormentas y situaciones difíciles como en este caso. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

Jesús les había dicho: “Vamos a ir allá. Yo los voy a acompañar, van conmigo, han visto mi poder, han visto los milagros, saben quien soy yo y vamos a llegar hasta allá.”  A veces, nos falta reconocer que en nuestra vida Jesús tiene todo bajo control; él sabe lo que va a suceder, sabía de esta tempestad.

Podemos ver aquí el plan de Dios en la vida de ellos. Jesús dice: “Yo tengo un plan para ustedes, pasemos. Quiero hacer algo en tu vida, pasemos. Quiero hacer algo en tu familia, pasemos, quiero que te prepares y me sirvas y vayas adelante.” Quizás en este viaje Dios está preparando algo para ti y dice: “Tengo un plan para esta iglesia”; quizás Dios nos está diciendo: “Tengo algo preparado, pasemos. Voy a ir contigo.”

Jesús quería hacer algo en sus vidas. No iba a ser un viaje completo si no sucedía algo, si no pasaba esta tormenta y esos vientos, y cuando tomamos este viaje Dios dice: Yo te invito, pero yo tengo algo preparado

En Jonás 1:17 dice: Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Dios le dijo quiero que vayas a Nínive y Jonás se rebeló, se subió  a una barca que iba a Tarsis y empezó la tormenta; Jonás declaró que él era el problema, lo aventaron por ahí y Dios tenía algo preparado para él. 

¿Qué será lo que Dios tiene preparado para ti? Una vida donde todo es fácil, es una vida en donde espiritualmente no vas a crecer. Tiene que haber algo de fricción, algo de dificultad. Dios tiene algo preparado para ti y cuando llega lo que Dios tiene preparado ¿qué vas a hacer? ¿Vas a rehuir contra Dios? Los discípulos pudieron decirle a Jesús: “Tú nos invitaste al otro lado y mira lo que estás haciendo. Has causado problemas.” A veces comenzamos a apuntar contra Dios y Dios dice esto es lo que tengo preparado. Dios sabía por lo que ibas a pasar, pero necesitaba probar tu fe. 

Dios prepara una tormenta para probar nuestras vidas. Tu vida y mi vida deben ser probadas constantemente. Salmos 7:9 dice:Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón. No puedes ser establecido sino eres probado. Creo que antes de hacer algo Dios grande con nosotros, Dios nos tiene que probar. Para que Dios haga algo grande en nuestra vida, tenemos que ser probados y la manera en que nosotros tomamos esa prueba, es como Dios nos va a usar después. ¿Está probando Dios tu vida? La manera en que tú pasas esta prueba es como Dios te terminará usando.

Zacarías 13:9 dice: Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios. Cuando pasamos por la prueba podemos invocar Su nombre y Dios dice: “yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” 

Dice 1 Tesalonicenses 2:4 sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. Él no prueba nuestro corazón para que le resistamos, él prueba nuestro corazón para que le amemos más, para que confiemos más en él. Él nos prueba porque sabe que necesitamos crecer espiritualmente. ¿No te has dado cuenta que cuando vas a él en oración ya no oras cinco minutos como antes? sino que oras y oras y necesitamos de Dios. El problema es cuando decimos que no necesitamos de Dios, que no necesitamos la Biblia, ni orar, ni ir a la iglesia, ni pasar tiempo con Dios. Imagínate a estos discípulos yendo con Jesús y que de repente uno dijera: “Ya no quiero ir al otro lado, mejor me regreso nadando.” Ellos querían estar con Jesús y Jesús dice: Pasemos al otro lado. Quiero estar contigo. 

1 Pedro 1:3-7 dice: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo,” ¿En que nos debemos alegrar? En la salvación, en la vida eterna que tú y yo tenemos. Cuando las cosas van mal, acuérdate de esa salvación. “si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,  para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

Jesús reprendió al viento y a las olas y en  Lucas 8:25 dice: Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen? ¿Alguna vez le has dicho al viento que se detenga y se haya detenido? Ellos nunca habían visto esto, pero cuando el Señor Jesucristo se levantó y reprendió al viento y a las olas y se detuvieron, ellos simplemente dicen: “¡WOW! ¿quién es este?” ¿Sabes quien es? Es el hijo de Dios, es quien tiene poder, quien dice pasemos al otro lado, acompáñame, tengo un viaje que quiero que tomes conmigo, tengo algunas cosas preparadas, van a haber algunas situaciones, pero al final quiero que confíes en mí, y quiero que sepas que voy a estar contigo hasta el final, no te voy a dejar y si algo pasa clama a mí y yo te respondere. 

En este año Dios tiene ciertas cosas preparadas, pero no se te olvide clamar a él. Dile al Señor: Ayuda mi incredulidad. Quizás después de un mes vas a perder tu fe y Jesús va a tener que hacer algo. Quizás después de seis meses va a pasar algo y Dios va a mostrar que él es y sigue siendo poderoso. Jesús de vez en cuando te va preguntar ¿dónde está tu fe? Sigue adelante, no claudiques, siguele echando ganas.

Vamos a tomar un viaje y yo les invito para que pasemos juntos al otro lado y que cuando lleguemos digas: Qué bueno fue Dios en este día. Casi perdía la fe pero Dios mandó unas cuantas pruebas, unas predicaciones, pero aquí estoy siguiendo adelante.