Es tiempo – Parte 2

Lucas 2:36-38

36 “Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,

37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.

38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”

Ana siendo una mujer profetisa y no sabemos porqué la Biblia le llama profetisa, quizás porque Dios le había dado el don de profetizar de que Jesús estaría, vendría y redimiría a Jerusalén o quizás porque ella leyendo Su Palabra, reconociendo la verdad de Su Palabra ella dijo: “Si Dios dice que nuestro redentor va a venir es porque así será, hay que seguir creyéndolo.” Entonces María y José llegan con el bebé al templo y Ana lo recibe.

Vimos tres cosas acerca de Ana. Ana amaba la Palabra de Dios y creo que debemos de amar la Palabra de Dios. Ana permanecía y servía y no se apartaba del templo y si hay algo más que podemos aprender de ella es eso, de no apartarnos de la iglesia y servir en la iglesia y necesitamos este año servir e involucrarnos, hacer más por la obra de Dios.

Ana era una mujer noble, ya era de edad muy avanzada y eso no nos debe impedir y decir: “Es que ya tengo 40 años y ya estoy muy grande para servir al Señor.” No nos debe impedir nuestra salud. Hace años estando en una conferencia en Nueva York con el pastor David Acevedo y el evangelista Rolando Garlick, él ya tenía una edad avanzaba y él hablaba de ganar almas, muchas veces su hijo el hermano Daniel Garlick, lo tenía que sujetar mientras él hablaba en el púlpito y su edad y salud no le impedían. Tú y yo estamos jóvenes y gracias a Dios por la salud que tenemos y no hay que desperdiciarla sino usarla. Y yo pensé que cómo le iba a hacer el hermano Rolando para salir a ganar almas. Pidió una silla y se sentó en la banqueta y a cada persona que pasaba, él le hablaba y ganaba almas. Hubo gente que se sentó con él y él a su edad avanzada afuera del templo le hablaba a la gente y nosotros ponemos muchas excusas “es que mi edad”, “es que mi cadera”, “es que mi espalda” y creo que no podemos esperarnos hasta que tengamos 80 años y decir: “Ahora sí voy a servir al Señor.” No te esperes hasta que tengas esa edad porque primero debemos recordar que el Señor ya viene, con los sucesos que están pasando, con esta pandemia, con la política, con la tecnología y la Biblia nos habla del número que será puesto en la mano y en la frente y dice la Biblia que cuando todo eso suceda vendrá el fin. El fin ya viene y eso no nos debe de traer temor, al contrario, debemos decir: “Gracias a Dios que Jesús ya viene.” Quizás no vamos a llegar a los 80 años, él puede venir en este mes, en este año, o el día de hoy.

Ana la profetisa decía “El Redentor ya viene” y ella compartía y lo creía, no era Ana la dudosa, la que dudaba, no era Ana la incrédula, la que cuando se leía la Biblia ponía un pero, no era Ana la que siempre se quejaba, era Ana la que creía, y nosotros debemos de creer.

4. Es tiempo de ayunar y orar

Dice el versículo 37 “…sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Nos hace falta ayunar y orar. Creo que nos ha ayudado mucho el hecho de pasar por esta pandemia al orar más, de poner nuestras rodillas y pedirle a él. Mateo 17:19-21 dice: “Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” ¿Cuántas veces ayunaste el año pasado? Gracias a Dios porque hemos estado de rodillas, pero te voy a confesar algo. Yo no ayuné por la salud del pastor Victor Castillo, oré pero no ayuné. Hay que ayunar y orar más.

Ester les dijo que ayunaran por tres días y tres noches porque había una situación importante que tratar. La muerte de los judíos era inminente, ya se había firmado un edicto, pero ella dijo: “Por la salvacion de mi pueblo necesiatmos orar y ayunar” y de la misma manera que Ester debemos decir “por la salvacion de nuestros vecinos, de nuestro país, de este mundo necesitamos orar y ayunar más”. La almas necesitan de Cristo. 

A veces decimos ¿cómo le hago para ayunar? No hay una manera solamente, no hay un método. Sabemos que el Señor Jesús en Mateo 4 ayunó 40 días y 40 noches. Hay pastores que conozco que han ayunado 40 días y 40 noches, ahora sí han tomando líquidos, pero han ayunado y si quieres ayunar puedes hacer esto. Puedes hacer ayuno entre uno a tres días y si quieres hacer más días está bien, pero puedes comenzar con uno o tres días, y se trata de no comer o beber nada, puedes ayunar por una cosa específica. El Señor les dijo a los discípulos: “Este género.. no puede ser tratado sino con oración y ayuno.” Ora de media hora a una hora por la mañana y luego por la tarde y luego por la noche. Entonces al final del día puedes reemplazar el tiempo de comida por el ayuno o puede ser todas las 24 horas. Debemos regresar al ayuno y a la oración. 

Debemos orar continuamente. Dios quiere que estemos orando y ayunando de continuo la Biblia dice: “Orad sin cesar” y Romanos 12:12 dice: gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;El orar no solo es decir que vamos a orar por la comida “Señor, bendice los alimentos y te pido por todo el mundo. Amén.” Cuando Pablo oraba, oraba de manera específica y constantemente, puedes ir en el metrobús y estar orando, puedes ir caminando y puedes estar orando, y en la mañana, a mediodía y en la tarde y estar orando. 

Ana estaba en el templo, sirviendo y estaba orando y ayunando. Qué bendición era Ana, que bendición por hermano que toman tiempo para orar y ayunar. Esta mujer noble oraba y ayunaba.

5. Es tiempo de ser agradecidos

Lucas 2:38 dice: “Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios,” Es tiempo de ser agradecidos. Ana daba gracias a Dios. Hay mucho por lo que uno se puede quejar cuando tiene edad avanzada y cuando ella vio a José, María y a Jesús pudo haber dicho: “Llevo 84 años esperándote y hasta ahorita vienes.” Pudo haber llegado con queja, A Dios no le gusta la queja, que vengamos y traigamos quejas tras queja, pero esta mujer cuando los vio dio gracias a Dios, aún a su edad, con sus problemas, quizás con su artritis, quizás a su edad no podía ver bien, no podía caminar bien, quizás tenía algo, quizas había mucho por lo que se pudiera quejar, pero cuando vio la presencia de Dios, dio gracias.

Colosenses 3:15 dice: Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Cuando contamos todos nuestro problemas, achaques y situaciones y aun enfermedades y nos enfocamos en eso es en la manera en que vamos a actuar todos el día. Si nos enfocamos en lo negativo, en lo que no funciona, en la pandemia ¿sabes como vamos a terminar en la noche? No vamos a terminar con una sonrisa, vamos a terminar mal, pero enfoquemonos en lo bueno que es Dios, en lo maravilloso que es él, en la salvación que nos ha dado, Jesus dijo: “Voy pues a preparar lugar para ustedes”, enfoquemonos en que él viene. Hay que enfocarnos en la gracia y en las bendiciones de Dios y en lo bueno que es Dios, en que somos salvos y vamos al cielo. ¡Ana daba gracias a Dios! ¡Dale gracias a Dios en este año! Dale gracias a Dios por tu salud, por la salvación, por tu familia, por tu esposa, por tu esposo, por el trabajo y Santiago dice que aun en las pruebas debemos de dar gracias a Dios.

Dice 2 Corintios 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.Una vida cristiana es una vida triunfante, es una vida victoriosa, es una vida que Dios bendice para llevar la victoria. Dios quiere que seamos agradecidos.  Este año levántate y pon una lista de cinco cosas en las cuales puedas contar tus bendiciones. No te pongas a contar todo lo malo que pasó el año pasado porque va a ser muy triste, ponte a contar cómo Dios te ayudó, y las peticiones contestadas. Colosenses 3:17 dice: Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Hay que dar gracias a Dios.

6. Es tiempo de anunciar a Jesús

Ana servía, ayunaba, estaba en el templo y dice Lucas 2:38 “…y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. ¿Como habrá hablado del niño a todos? Quien sabe, por eso está la imaginación, pero cuando Ana vio a los tres en vez de quejarse dio gracias y después dice la Biblia que hablaba del niño a todos. Muy posiblemente a todos los que estaban reunidos. El templo era un lugar grande, se dividía en grandes secciones, era un lugar en donde hasta cientos de personas había y ella muy posiblemente estaba corriendo y diciendo “Este es el bebé, es el Hijo de Dios, el salvador que va a redimir a Israel. Aquí está el que nos va a ayudar y redimir.” Ana estaba anunciando. Es tiempo de anunciarlo, es tiempo de predicarlo.

Lucas 3:18 dice: Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo. Juan el bautista predicaba y también era profeta porque él dijo que vendría aquel que traería paz, salvación y Juan lo anunciaba.

Un rico mercader holandés estaba buscando comprar un diamante de cierto tipo para incluirlo en su colección. Un famoso distribuidor de N.Y encontró la piedra y le llamó para que fuera y la viese. El mercader voló inmediatamente a N.Y. donde el vendedor había designado a su mejor experto en diamantes para cerrar la transacción. Después de escuchar a la asistente describir a la perfección cada detalle técnico, el holandés decidió no comprar el diamante. Antes de marcharse el dueño de la tienda salió y le preguntó: ¿Puedo mostrarle el diamante nuevemante? El cliente aceptó. El dueño de la tienda no repitió ninguna palabra de las que había pronunciado antes el vendedor, simplemente tomó la piedra en sus manos, fijó en ella su mirada y describió la belleza de esta piedra de una forma que revelaba el porqué la piedra se destacaba sobre los otros diamantes que había visto en su vida. Inmediatamente el cliente compró el diamante. Metiendo su compra en el bolsillo, el comprador le dijo: Caballero, me pregunto ¿cómo es que usted pudo venderme este diamante cuando su mejor vendedor no lo pudo hacer? El dueño contestó: Ese vendedor es el mejor en el negocio, sabe más de diamantes que cualquier otra persona incluyéndome a mí y le pago un alto salario por su conocimiento y experiencia, pero le pagaría el doble si pudiera poner en él algo que le falta. Él conoce los diamantes pero yo los amo.

La diferencia es muchas veces que si conocemos a Jesús pero ¿amamos a Jesús? Conocemos y lo anunciamos pero quizás decimos “Sean salvos” pero cuando realmente le amamos, cuando sabemos el valor de la salvación y el valor de Jesús, lo que hizo en el calvario es porque realmente nos ama y dio su vida por nosotros y si nos pudiéramos dar cuenta cuanto Dios nos ama, nosotros podríamos ir, predicar y anunciar a este mundo que tanto él nos ama y que tanto le amamos y porque le amamos tanto vamos a anunciarlo y predicarlo a este mundo lo que él ha hecho por nosotros. Pero a veces parece que no le amamos lo suficiente, tenemos que amarle más.

Cuando alguien está enamorado se ve y cuando no está enamorado se ve, pero tenemos que recordar ese primer amor de cuánto le amamos y cuánto fuiste salvo y recibiste a Cristo dijiste “¿cómo es que nadie me había dicho esto antes de cuanto él me ama?” y fuiste y le hablaste a tu hermano, a tu hermana, a tu papá y mamá y si te encontrabas con un perro hasta el perro le hablabas porque estabas emocionado, porque amabas a Cristo pero ahora parece que solo lo conocemos y no lo amamos, y ya no compartimos de la misma manera que antes. Dice la Biblia que debemos regresar a ese primer amor, cuando decíamos “¡Cuánto amo a Cristo!”, y que podamos decir: “Este sábado no me voy a quedar en casa”, “durante la semana le voy a hablar a esta persona” y que podamos compartir más de Cristo.

Ve lo que dice Hechos 8:12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Felipe anunciaba y tenemos que ir y anunciar a la gente aún a personas que engañan, dice el siguiente versículo “También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. Felipe predicaba y la gente era transformada. Es tiempo de anunciar a Jesús.

7. Es tiempo de aceptar a Jesús

No podemos esperarnos hasta los 80 o 90 años. Esta mujer por lo menos tenía 107 años de edad y no podemos esperarnos a los 107 años para decir “ahora si le voy a pedir a Cristo salvación.” ¿Alguna vez le has hablado a alguien que te ha dicho: “Ahorita no, pero en unos años sí”? A mí me ha tocado. El vecino que tenía me decía: “Arturo, ahorita no, a los 40 años” Llegó a los 40 y él dijo “un poquito más.” Murió a los 41 años de un ataque al corazón y nunca aceptó a Cristo a lo que yo sé. No podemos esperarnos.

Santiago 4:14 dice: cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. Nuestra vida es como una neblina que se va y lo estamos viendo con esta pandemia, la vida es frágil y Dios quiere enseñarnos que la vida es frágil, no es para siempre pero mientras tenemos vida podemos ser salvos. Es tiempo de aceptar a Cristo y si tú no tienes a Cristo en tu corazón vas rumbo al infierno y no puede haber cosa peor que ir al infierno.

Si algo tenía Ana era es que había creído en Jesús y si algo nos pudiera decir Ana sería: “Acepta a Jesús.” Si algo nos pudiera decir cualquier persona que ha pasado de esta vida a la siguiente y aceptó a Cristo y fue salvo no por un bautismo, no por guardar los sacramentos, no por portarse bien sino solamente a través de Cristo, nos diría: “Acepta a Cristo, vale la pena. No hay nada mejor en este mundo que aceptar a Cristo.” Encontrar la salvación es mucho mejor que encontrar millones y millones de pesos. Dice la Biblia ¿de qué sirve a alguien si ganara todo el dinero del mundo y pierde su alma en el infierno? De nada sirve.

En esta semana salió la noticia de un hombre en San Francisco California, que escondió en un disco duro de su computadora la clave de siete mil bitcoins y estos siete mil bitcoins ahora valen 240 millones de dólares y está buscando la clave y no la puede encontrar y después de diez intentos se autodestruye la información del disco duro y lleva ocho, pero ¿sabes? Si encuentra la clave no le va a dar la vida eterna. ¿De qué le serviría a un hombre tener todo ese dinero si al final va al infierno? No le sirve de nada. Tenemos una clave, un código, un camino, una verdad y una vida y dice la Biblia “Nadie viene al Padre sino es por mí”. Jesus es el camino, la verdad y la vida, acepta a Cristo. Es tiempo de que aceptes a Cristo. No dejes pasar más tiempo.