Acepta a Cristo en esta navidad

Lucas 2:1-7

1 “Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.

2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.

4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.

7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.”

1. El mesón no lo aceptó

La Palabra de Dios nos habla de José en tiempo de censo y dice la Biblia que Dios tenía planeado que nuestro Salvador, el Señor Jesucristo naciera en Belén de Judea. El problema es que no vivían en Belén sino en Nazaret pero Dios tenía todo bajo control para que se realizara este censo y ellos pudieran subir hacia Belén.

Dice el versículo 5 “para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.” Dice ahí que estaban cumpliéndose los días de su alumbramiento y dice el versículo 7 “Y dio a luz a su hijo primogénito,” y ahí dice el primogénito no unigénito. En mi familia yo soy el primogénito porque soy el primero de varios hermanos, eso quiere decir que el Señor Jesucristo tenía más hermanos y hermanas. Dice después “…y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Un pesebre es donde come el ganado y ese fue el lugar donde el Señor Jesucristo nació y la razón es porque no había lugar para ellos en el mesón. 

La gente estaba regresando para ser empadronada y Belén no es una ciudad grande, no tenía muchos lugares para poder tener personas que llegaban de otras regiones para este censo, entonces, ellos no alcanzaron lugar.

¿Tenía Dios control para que nuestro Salvador naciera o no en el mesón y naciera en un pesebre? Por supuesto, Dios tenía toda potestad y todo bajo control para que el Señor Jesucristo tuviera que nacer en ese lugar. De tal manera que si hubiéramos estado pasando por ese momento, pudiéramos pensar ¿Cómo es posible que nosotros que queremos servir tengamos que tener a nuestro hijo en este lugar? No es digno para el Hijo de Dios, no es digno para que sea así, pero Dios dice: “Es digno ese lugar donde quiero que Nazca.”

Dice el versículo 7 “no había lugar para ellos en el mesón” porque simplemente estaba lleno y este lugar le pudieron haber hecho un campito pero le dijeron: “Ya no hay lugar y como ya no hay lugar pues vayan y busquen otro lugar.” Y dice la Biblia que nació en un pesebre.

Quizás no fue totalmente rechazado el Señor Jesucristo pero no fue aceptado, no se le dio un cuarto, quizás lo podamos ver como una casa con diferentes cuartos y no le dieron lugar en ese mesón.

Este mesón representa el corazón de personas en dónde el Señor Jesucristo quiere nacer, Él quiere vivir y habitar, Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Y la petición de los ángeles y el clamor de Dios para nosotros es que nos pongamos a cuentas con Él, quiere que Jesús no sea rechazado, quiere que Jesús sea aceptado.

Dice la Palabra de Dios que Él no retarda su promesa sino quiere que todos procedan al arrepentimiento. Dios quiere que todo el mundo pueda conocerle a Él. Él vino a morir por el mundo y Dios quiere que aceptes a Cristo, pero vemos que el mesón no lo aceptó. 

María y José tocaron a la puerta y cuando una mujer está a punto de dar a luz es un descontrol, es una desesperación, uno no sabe que hacer, es especial como padre primerizo, la esposa tiene un dolor y el padre deja lo que hace y corre y ya tiene la bolsa lista para correr porque es un tiempo en dónde uno se pone nervioso.

El Señor Jesús no fue aceptado en este mesón, y ese mesón representa el lugar donde Cristo quiere nacer. Él quiere nacer en tu corazón, quiere darte vida eterna, quiere transformarte si tan solo le dejas.

2. La multitud no lo aceptó

En Mateo 8:29 encontramos a un hombre que estaba endemoniado “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” Se acerca el tiempo en el cual el diablo va a ser echado al lago de fuego por la eternidad y continúa diciendo: “Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.”

La multitud no lo aceptó, esta ciudad, cuando vio a este hombre sano le importó más los cerdos y las cosas materiales. Ellos prefirieron rechazar a Jesús a perder más cerdos, y este mundo rechaza a Cristo por tener un negocio, por tener ganancias, porque dice: “Si Cristo viene va a cambiar y hacer que pierda ganancias.” Hay gente que gana dinero al vender alcohol en sus tiendas, cosas nocivas para la salud y hacer cosas chuecas y dicen que si aceptan a Jesús, va a tener que cambiar el estilo de vida, y que eso no les conviene. Dice la Biblia: “Mas buscar el reino de Dios y si justicia” No te aferres a las cosas materiales, al dinero, un día esto va a desaparecer y lo más importante va a ser lo que Dios nos ha dado: la vida eterna. Job le dijo a su esposa: “Hemos venido sin nada y nada nos vamos a llevar” y eso es lo que debemos recordar, y al mismo tiempo debemos ir invirtiendo en las cosas eternas, algo que sí nos podemos llevar son las almas de la gente perdida cuando les hablamos de Cristo, pero esta ciudad no lo aceptó, vio una pérdida si Jesús se quedaba y lo rechazaron. ¿Estás rechazando a Jesús porque piensas que te causa una pérdida? Acepta a Cristo en esta navidad.

3. Sus “mejores amigos” no lo aceptaron

Y mejores amigos entre comillas porque realmente era su pueblo, el pueblo judío, que era el pueblo que Dios había escogido habiéndolos sacado a través de Abram, trayendolos a la tierra de Canaán y Dios le dijo a Abraham que iba a hacer de él una nación grande, pero este mismo pueblo no lo aceptó. Juan 10:22-25 dice: “Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;”

Hay muchos que están a punto de reconocer a Cristo como su salvador, saben que Él nació en Belén de Judea, muchos están celebrando las fiestas y posadas y muchos de ellos llevan a lo que ellos llaman “el niño dios” y piensan que ese muñeco realmente es Dios y lo cuidan, lo protegen y lo adoran cuando él no es el Hijo de Dios, el Hijo de Dios está a la diestra del Padre y puede estar en tu corazón si le aceptas. Él no está en una imagen, en un muñeco, en una cruz, Él está en nuestro corazón y puede estar en el tuyo si lo recibes.

Ellos querían saber si Él era el hijo de Dios, cómo diciéndole: “Si tú eres el Hijo de Dios vamos a creer en ti”, estaban a punto de creer pero lo hacían en son de burla, de no creer en él. Dicen los versículos 25 al 28 “Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;  pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” Jesús es el único que nos puede dar vida eterna. Satanás no te puede arrebatar de la mano de Dios, cuando él nos salva nos tiene en su poder.  Y continúa diciendo: “Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.” Ellos le preguntaron pero no le creyeron, lo tenían en frente pero lo rechazaron. ¿Cuántos hay que tienen a Jesús en frente y lo rechazan? No le están aceptando, no están confiando en él, no están creyendo que Jesucristo les puede dar salvación. Solo Cristo salva, no es a través de la religión, de buenas obras, de guardar sacramentos, no es por el bautismo, solo es por poner nuestra fe en Él.

Ellos dijeron: “La salvación no es a través de ti, es a través de nuestros ritos, a través muestra iglesia, de nuestras creencias, de todas estas cosas pero a través de ti no es. Ni lo creemos.”

Acepta a Cristo en esta navidad, Él te puede dar vida eterna, no lo rechaces como lo hicieron los judíos. Juan 1:10-11 dice: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” Ellos no aceptaron a Jesús, hay que aceptar a Jesús para ser salvos, hay que pedirle a Cristo salvación. El versículo 12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” No rechaces a Jesús, acepta a Jesús en esta navidad.

4. El malhechor no lo aceptó

Dice Lucas 23:39-40 “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?” Este hombre malhechor estaba a punto de morir y el otro le dice: “¿No estás arrepentido? ¿No temes a Dios? No te das cuenta que somos castigados por lo que merecen nuestras acciones? El estar crucificados nos debería de hacer reaccionar de que hicimos mal.” Y cuántos hay que no se arrepienten de su pecados a pesar de su condición, de ver la mano y el juicio de Dios en sus vidas y si el juicio de Dios está en tu vida y él te dice que has hecho mal y por eso está mandando un castigo o un problema es para que tú te arrepientas y creas en Cristo y le pidas salvación y no es tiempo para rechazarlo sino para aceptarlo.

Dice los versículos 41 y 42: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Ciertamente el malhechor le pidió salvación porque le dijo: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” pero fue una salvación para seguir haciendo cosas malas, quizás para seguir robando y llevar la misma vida loca que ya llevaba. ¿Y cuántos dicen: “Yo no quiero a Cristo, quiero seguir mi propia vida, lo que yo de por sí hago y a mí me gusta vivir mi vida, nadie me va a decir cómo vivir mi vida, nadie me va a decir que hacer y cómo hacer las cosas, yo no me voy a sujetar a Dios, es más no hay Dios.” Y hay muchos que a pesar de esta navidad y estas cosas tan graves que estamos pasando aún así no se arrepienten. Dice Apocalipsis que vendrán plagas y muchos morirán y aún así no se arrepentirán. Hay gente que está viendo esta pandemia, que están viendo los problemas económicos, que está viendo y pasando por hambre, gente que está teniendo pecado y el juicio de Dios en sus vidas y ni aún así se arrepienten. Acepta a Cristo, no seas como este malhechor que no lo aceptó.

5. La mayoría de las personas no lo van a aceptar

Dice Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

La mayoría va a escoger el camino espacioso, van a escoger la puerta ancha, están escogiendo su propia vida de manera egoísta y es por eso que debemos pararnos en la brecha y decirle: “No sigas esa puerta ancha, no escuches al diablo y a esta ciudad. Hay un Dios salvador, que es Cristo, Él murió por ti” y debemos advertirles que al final hay un lago de fuego y hay que hacer nuestro trabajo y advertirles.

Jesús es el salvador, es el Hijo de Dios que vino a este mundo a vivir una vida sin pecado para salvarnos, pero tristemente la mayoría no lo va a aceptar. No quiere decir que nos demos por vencidos y que digamos: “pues si la mayoría se va a ir al infierno, Dios ya ni me puede usar” sino deberíamos decir: “Dios amó tanto a este mundo que dio a su Hijo unigénito y lo que voy a hacer es ir con la mayoría y hablarles de Cristo.” No podemos darnos por vencidos más importante son las personas que están afuera que las que estamos aquí adentro. Tú y yo ya hemos aceptado a Cristo pero hay quienes lo están rechazando.

Si tú no lo quieres aceptar como en el mesón, como en la multitud en Gadara, cómo los mismos judíos que no quisieron aceptarlo, como el malechor en la cruz y estás tomando está puerta ancha y el camino espacioso que lleva a a la perdición y no lo quieres aceptar, por favor acepta a Cristo, es el único que te puede dar salvación, no hay otro nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos.

Tenemos que ir con un corazón quebrantado, hablándole a la gente que Jesús vino para salvarle, que nació en Belén para darles vida eterna y orar por ellos, rogar al señor de la mies y que nos use para hablarle a gente para que no lo rechacen sino para que lo acepten.

En esta navidad acepta a Cristo. No hay mejor regalo que tú pudieras aceptar que el regalo de la vida eterna, porque solo Cristo salva. Oremos por aquellos que no tienen este regalo para que lo puedan aceptar.