Tres razones porque Saúl no reconoció su pecado

1 Samuel 15:17-23

17 “Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?

18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.

19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?

20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.

21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.

22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”

Encontramos aquí un rey que es Saúl y él era un rey que a sus propios ojos pensaba que había hecho bien, que no había hecho nada malo, que no se había portado mal, él decía que había seguido a Jehová. Y esa es la manera en que muchos de nosotros nos comportamos. Nos comportamos como si nunca nos hubiéramos portado mal, aparentamos como que si todo anda bien, caminamos y hacemos como que nunca hemos hecho nada malo.

Samuel estaba tratando de que saúl se diera cuenta de su pecado pero Saúl no se quería dar cuenta.

Dios le había dado una misión a Saúl, dice el versículo 18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.Era una misión especial de parte de Dios. Dice 1 Samuel 15:3Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos. Dios le dio una orden específica a Saúl para que obedeciera y no solo se la dio así porque sí, dice el versículo 1 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Él tenía que estar atento. Dios quería que Saúl fuera a esta misión y que destruyera a los amalecitas, al rey y a todo lo que él tenía. Saúl fue contra ellos pero dice el versículo 9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron. Bueno, así somos nosotros. Dios nos dice deja este pecado y Dios dice deja este tipo de música y le decimos: Ah si Señor esta música vil, música de rock pesado eso sí lo voy a destruir pero hay otra música de Shakira pues no está tan vil esta no la voy a destruir. Dios dice no robes y le decimos ah sí Señor, no voy a robar pero nos encontramos unos jitomates podridos y no los robamos pero de repente vamos a otro lugar y nos encontramos unos jitomates muy bonitos y eso nos los robamos porque estan bonitos y así somos. Hacemos lo que nos conviene y lo que nos gusta lo tomamos y lo que no lo despreciamos.

Debemos de darnos cuenta de que hacemos lo que nos conviene. Dice 1 Samuel 15:13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. Él quería aparentar ser el mejor cristiano, que todo estaba bien, de que él servía a Dios. Y así somos nosotros decimos, “Yo salgo a ganar almas, me pongo corbata, yo no ando como aquellos cristianos que se portan mal, que andan con un cigarro y una botella, yo si me porto bien.” Y ese es nuestro problema. Tratamos de aparentar que todo está bien, que nuestra vida anda bien, que porque nos vestimos bien todo anda bien y queremos aparentar delante de las personas que todo anda bien, pero delante de Dios andamos mal y hay pecado, y no lo queremos admitir ni reconocer de la misma manera que Saúl. Saúl no quería reconocer su pecado, no quería pedir perdón a Dios. De tal manera que estamos como Saúl somos un desastre, somos viles pecadores salvos por gracia, pero Dios quiere que reconocemos nuestro pecado. 

Samuel ni aun hablaba con Saúl cuando Saúl ya estaba diciendo yo ya cumplí, su misma respuesta ya lo estaba delatando, era un mentiroso. El versículo 14 dice, Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?No era que alguien le dijo que había escondido unas vacas y ovejas. Samuel estaba escuchando a las ovejas y vacas. El versículo 15 dice, Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.  Saúl estaba diciendo que él sí había cumplido pero el pueblo no. En vez de que Saúl tomara responsabilidad y dijera: Perdóname, porque yo di orden de que no se matara al rey, a las ovejas y a las vacas. Por eso Samuel le dijo que debería de estar atento a los mandamientos de Dios. Nos metemos en tantos problemas cuando no estamos atentos a los mandamientos de Dios 

Aquí encontramos tres razones por las que Saúl no reconoció su pecado y lo único que Dios quiere es que reconozcamos nuestro pecado. El paso para la bendición de Dios, el paso para que Dios nos comience a ayudar y bendecir nuestra familia es reconocer nuestro pecado pero si no tomamos ese paso ¿cómo crees que Dios va a bendecir nuestra vida, nuestro hogar, nuestro matrimonio o nuestro negocio? Tenemos que reconocer nuestro pecado pero le echamos la culpa a alguien más.

¿Que dijo Adán? “La esposa que me diste…” De tal manera que o podemos recibir la bendición de Dios o podemos dar excusas pero no podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo. En otras palabras si queremos recibir la bendición de Dios tenemos que dejar de dar excusas pero si continuamos dando excusas no vamos a recibir la bendición de Dios. Tenemos que reconocer nuestro pecado.

Saùl no reconoció su pecado por:

1. Por su orgullo

Dice el versículo 17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? Saúl era un joven que creía y confiaba en Dios él se consideraba pequeño delante de los ojos de Dios, era un joven humilde, dispuesto y obediente pero cuando fue rey y tenía ese poder, tenía esa fama, tenía su palacio él se creía muy muy y él pensaba que podía hacer lo que él quería porque era rey. Él no quiso reconocer su pecado porque había orgullo en su corazón.

Algo que nos estorba continuamente en nuestra vida cristiana es nuestro orgullo. Nuestro orgullo nos impide ver la gloria de Dios, el poder y la misericordia de Dios, dice en Salmos 63:1-3 “Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.” De tal manera que debemos de levantarnos de mañana y buscarle a él porque cuando hay orgullo no hay misericordia, ni gloria, ni poder de Dios, cuando hay orgullo hay castigo de parte de Dios. Dios se aleja del orgulloso Santiago 4:6 dice, Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Dios resiste la soberbia pero da gracia al humilde pero no solamente gracia sino mayor gracia.

Cuando tú y yo nos humillamos delante de Dios, Dios nos da mayor gracia y mayor bendición nos va mucho mejor cuando nos humillamos delante de Dios que cuando somos orgullosos. No hay duda de que Dios se da cuenta de nuestro orgullo. Y si tú tienes orgullo en tu corazón y Dios te dice que reconozcas tu pecado y tu maldad pero tú le dices que no eres mentiroso, ni ladrón, ni adúltero, ni mujeriego, ni borracho y que no eres nada, entonces la gloria y el poder de Dios se aparta; pero cuando lo reconoces y te humillas Dios te da mayor gracia. Saúl no quiso reconocer por su orgullo.

2. Por su obstinación

Dice 1 Samuel 15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. La obstinación de acuerdo al diccionario es mantener excesivamente firme una idea, una intención o una opinión, generalmente poco acertada sin tener cuenta otra posibilidad. 

Es como un niño al que le dice el papá que no meta sus manos al fuego  o se va a quemar pero el niño dice que no le va a pasar nada y ahí va y mete las manos y se quema. Y a veces somos así. Nos obstinamos y decimos “¡No, no estoy mal!” y esa la razón por la que Saúl no quería reconocer su pecado. Saúl decía, “Yo no he hecho nada malo, el pueblo perdonó. Yo no me he portado mal”. ¿Cuántas veces tiene que venir Dios y hacernos dar cuenta de nuestro pecado? pero nos obstinamos y le decimos al Señor, “Señor si me robé poquito pero no tanto como aquel”, “Si fui infiel pero no soy tan adúltero como aquel”, “Dije una mentira pero fue una mentira blanca y aquel dice un montón de mentiras mejor juzgalo a él” y tratamos de justificarnos y le decimos a Dios que no estamos mal.

¿Cuántas veces estás mal y te montas en tu macho y le dices a Dios yo no estoy mal? Dice la Biblia y como ídolos e idolatría la obstinación. ¿Por qué como ídolos? Porque estás adorando tu pecado, estas obstinado que no estás mal y tu pecado para ti no esta mal. 

El pecado de Saúl fue su desobediencia pero él decía que no estaba mal. El quería ofrecer a Dios las vacas y las ovejas pero Dios le dijo ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. En otras palabras le dijo ponme atención, vas a destruir todo, pero Saúl no lo hizo y su obstinación lo llevó a perder el reino. 

3. Por olvidar la Palabra de Jehová

1 Samuel 15:22 dice,  Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Dios quería que Saúl obedeciera las palabras de Jehová. Si, Dios quiere holocaustos y sacrificios, pero antes que eso Dios quería que obedeciera.

Saúl olvidó la Palabra de Jehová, él olvidó el cumplirla y hacer lo que Dios dijo que hiciera y dice el versículo 23 Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. Dios le dijo que Saúl había desechado y cuantas veces desechamos la Biblia porque nos olvidamos de la Biblia. Saúl no desechó directamente a Dios pero lo hizo indirectamente olvidando la Palabra de Jehová y cuando no cumplimos la Biblia es cuando nosotros desechamos su Palabra, olvidamos lo que no es importante. No se nos olvida comer y cobrar nuestra quincena pero se nos olvidan cosas que no son tan importantes.

Saúl no hizo lo que tenía que hacer porque para él no era tan importante. Para él, obedecer a Dios no era tan importante, él no puso atención, se olvidó de cumplir la Palabra de Dios.

Salmos 106:21 dice,Olvidaron al Dios de su salvación,Que había hecho grandezas en Egipto,No te olvides de Dios, de su Palabra. 

Saúl no cumplió la misión que Dios le dejó porque no era tan importante para él, no quiso reconocer su pecado por su orgullo y obstinación y Saúl no quiso reconocer su pecado porque simplemente se olvidó de la Palabra de Dios.

Lo único que espera Dios de nosotros cuando nos dice, “Este es tu pecado” Dios quiere que tu digas: Si, Señor ese es mi pecado, perdoname, me humilló y te suplico de tu misericordia y perdón.” Y lo que Dios hace es que nos perdona, pero cuando en nuestro orgullo, obstinación y rebeldía no reconocemos lo que él hace, es que Dios nos desecha.

No dejes de reconocer tu pecado, pídele perdón a Dios y él tiene bendición porque dice la Biblia que él dará mayor gracia a los humildes. Reconoce tu pecado.