Confrontandonos Dios con el pecado

Amós 3:1-15

1 “Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:

2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.

3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?

4 ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare?

5 ¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo?

6 ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?

7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.

8 Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

9 Proclamad en los palacios de Asdod, y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved las muchas opresiones en medio de ella, y las violencias cometidas en su medio.

10 No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y despojo en sus palacios.

11 Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra, y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.

12 Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho.

13 Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos:

14 Que el día que castigue las rebeliones de Israel, castigaré también los altares de Bet-el; y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra.

15 Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.”

¿Qué es confrontar? es atestiguar con pruebas un delito grave o común; presentar un cargo de violación a las leyes con suficientes pruebas. Ahora Dios tiene suficientes pruebas contra nosotros. No podemos decir que Dios no sabe cómo vivimos porque él lo sabe nosotros no podemos decir que Dios nos está inventando pruebas porque él sabe dónde y qué estamos haciendo, él sabe nuestros pensamientos si son correctos o son impuros, él sabe si nuestros deseos son hacer lo recto o la maldad. Podemos escondernos de medio mundo, nos podemos esconder del pastor y de cualquier hermano pero no de Dios, eso tenlo bien claro. 

Cuando pecamos estamos haciendo lo malo delante de los ojos de Dios. No podemos decir y jactarnos de que nadie nadie nos vio porque Dios nos estuvo viendo. Cuando alguien está haciendo y maquinando cosas perversas Dios ya sabe lo que ese alguien está pensando. 

Los predicadores no podemos dejar de decir la verdad aunque la verdad duela porque Dios es verdad, él nos ama y quiere la bendición sobre su pueblo, pero de ninguna manera Dios tolera el pecado que hay entre su pueblo.

Cuando Israel pasó el mar rojo, luego el río jordán y venció a Jericó estaba bien contento y Dios les dijo cuando entren maten a todos, nadie tome del anatema pero Acán tomó del anatema y lo escondió en su tienda y después fueron contra un pueblo pequeño Hai y los echaron en corrida y así varios grupos y Josué dijo “¿cómo es posible Dios tú nos dijiste que nos ibas a dar esta tierra para nosotros?” y él estaba postrado en tierra y Dios le dijo, “Levántate Israel ha pecado.” Y no fue todo Israel sino una familia pero Dios de ninguna manera tolera el pecado que alguien en medio de su pueblo comete, Dios no lo pasa por desapercibido. 

El pecado hace que la bendición de Dios se aparte. Dios sacó al profeta Amós de recoger frutos silvestres y le dijo que predicara a Israel. Amós era un profeta menor que quizá no hizo tanto como los profetas mayores pero él le declaró a Israel lo que estaba haciendo mal. Y Dios porque nos ama tiene el deber de decirnos la verdad. 

Estaba hablando con una hermana y ella me decía que estaba mal y estaba yendo con los médicos y uno le decía una cosa y otro otra y le dicen que está bien pero ella se siente mal. Yo le dije que vaya con un hermano que es cristiano, él no le va a echar mentiras, porque hay médicos que lucran con la enfermedad de los seres humanos y hay otros que son honestos que están para servir a la gente. Así como hay predicadores que solapan el pecado para tener multitudes de personas en sus iglesias pero no les dicen la verdad porque si predican la verdad se les va la gente de la iglesia.

Recuerdo cuando estaba en el instituto y en mi colonia andaba un seminarista y él veía como juntabamos niños y me dice, “oiga ¿cómo le hace para juntar tanto niño? yo por mas que me esfuerce no puedo. Yo soy seminarista del Seminario Teológico Católico Romano.” Y yo le dije usted sabe la verdad, sabe que Cristo murió en la cruz, que Cristo puede perdonar pecados, que la salvación solo depende de Cristo. El me dijo que sí, y yo le dije pues predique la verdad y usted va a tener gente. El me dijo que no podía porque si predicaba la verdad lo echaban de la iglesia catolica. La verdad es la que hace la diferencia entre la mentira del diablo y lo recto de Dios.

Lo que aborrece Dios de su pueblo es el pecado. Dice Amós 3:2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades. No hay escapatoria tarde que temprano el pecado que practiquemos nos va a pasar factura. Tarde que temprano el pecado nos va a alcanzar, el pecado nos va a alejar de Dios. Tu cuerpo va a estar sentado pero tu alma, tu espíritu y tu pensamiento va a estar en el pecado, no vas a estar concentrando, ni escuchando ni deseando que Dios cambie tu vida, vas a ser insensible a la palabra de Dios por el pecado que estás viviendo

Un predicador que llegó a Sudamérica empezó a predicar y a junta gente, comenzó a tener éxito y Dios le dio un grupo de personas, creció la iglesia y tres años después descubrieron que tenía dos mujeres. Cuando lo descubrieron huyó del país y jamás volvió. El pensaba que nadie se iba a dar cuenta lo que él estaba haciendo pero un día su pecado lo alcanzó. No podemos escondernos de los ojos de Dios. No solapes, no consientas tu pecado, aborrecelo, alejate de tu pecado, renuncia a tu pecado, Cristo te salvó. Dice 1 Pedro 4:1-3 “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.” 

Pedro exhorta a los cristianos y les dice que Cristo padeció por nosotros, él llevó nuestros pecados en su cuerpo en la cruz del calvario, para que nosotros no estemos apapachando nuestro pecado. Dios nos salvó, perdonó, purificó, santificó, justificó pero no para volver a revolcarnos en el lodo del pecado. Si eres nuevo creyente, tienes la salvación por la gracia de Cristo Jesús porque el llevó tus pecados en su cuerpo. Cuando Cristo exclamó “Dios mío, Dios mío por que me has desamparado? es porque su Padre le dio su espalda a Cristo, vio su cuerpo lleno de maldad, impureza, pecado, de toda suciedad e inmundicia y le dio la espalda y sintió los rigores del castigo que estaba sufriendo en esa cruz, pero sabe porqué lo soportó para que tu y yo ya no vivamos en el pecado. Por eso deberíamos de aborrecer el pecado. 

Dice 1 Juan 3:5-8 “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” ¿Para que nos salvó Cristo? para deshacer las obras del diablo en nuestra vida. Si tu tomas un baño es para oler limpio, no te bañas para después irte a revolcar en el lodo. La pregunta es: Si Cristo ya limpio tu alma de todo pecado ¿por qué te sigues revolcando en el lodo del pecado.? Dios dice a través del profeta Amós, ¿qué está pasando aquí? yo los saqué de Egipto, del mundo porque ya no son de este mundo son del reino celestial son mis hijos ¿qué tienen que estar haciendo tratos con el mundo?

La primera cosa que Dios nos confronta con el pecado es para recordarnos que el no salvó, que él hizo algo por nosotros que nosotros no podemos hacer. Cristo nos cambió, nos justifico, redimió, santificó para vivir para él, no para el mundo. A veces no entiendo a cristianos que van a las iglesias, son fieles, y de repente escucho que ya están bien lejos de Dios  y ¿sabes por que? porque vivian para Cristo y para el mundo. Los seres humanos nos podemos equivocar de las personas pero Dios no. Tu y yo le vamos a dar cuentas a Dios. Un día vamos a estar de pie ante Dios y Dios va a decir que abran el libro, y va a contar la historia de cada uno de nosotros y tu vas a decir, eso no. Ni tu esposa, ni tus hijos, ni el pastor, ni tus padres sabían lo que estabas haciendo.

Estuve aconsejando a unos jóvenes. Estos jóvenes eran fieles a la iglesia, trabajando en ministerios pero hacían cosas incorrectas, y hablé con ellos y cuando les pregunté ¿qué piensa Dios de tu vida? con esa pregunta los quebré porque no les dije, y ¿qué piensa tu familia de lo que estás haciendo? sino ¿qué piensa Dios de lo que estás haciendo con tu vida. La familia puede solapar el pecado. Elí tapaba a sus hijos que hacían cosas incorrectas en el ministerio y fuego extraño los mató porque Dios aborrece el pecado y cuando Eli escuchó eso, él se cayó para atrás, se desnucó y se murió. 

No pienses que por taparle a tus hijos lo que andan haciendo estas bien con Dios, eso no es ser buen padre. Ser buen padre es decirles que lo que están haciendo no agrada a Dios pero los padres dicen, “¡Ay pobrecito! déjalo, así aprende uno, cometiendo errores” y luego que llegue la muchacha a los cuatro meses y se le note una panza, no vas decir que comió mucho, y vas a querer taparla y le vas a querer comprar ropa holgada para que nadie en la iglesia se entere que como decimos los mexicanos se comió la torta antes del recreo, pero ¿qué tanto vas a tapar que a los nueve meses se va a oír un niño llorando? y van a decir los hermanos que adoptaron un niño y no, no adoptaron a un niño es el pecado que estuvieron  tapando por nueve meses. 

No juegues con el pecado hay cosas que tú aborreces. Por ejemplo la miel es algo bueno, natural a mí me gusta pero si yo la huelo me provoca náuseas y yo digo ¿por qué lo bueno me causa nauseas? me debe de causar náuseas los chicharrones, el olor a cigarro, el alcohol, la cerveza. Si yo sé que algo me hace daño ¿por qué lo voy a probar? si el pecado me va a hacer daño ¿para qué probarlo? mejor me alejo y el pecado va a robar tu testimonio, y va a destruir tu familia, si le va a llenar de rebeldía contra Dios aléjate del pecado.

Dios nos confronta con el pecado porque el pecado afecta a otros. En la Biblia en el libro de Ezequiel dice que el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre el pecado del hijo pero dice Dios que castigará hasta la tercera y cuarta generación de los que le aborrecen y los que lo aborrecen son los que toman el pecado a la ligera, aquellos que solapan el pecado. Dice Amós 3:9-10 “Proclamad en los palacios de Asdod, y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved las muchas opresiones en medio de ella, y las violencias cometidas en su medio. No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y despojo en sus palacios.” El mundo no sabe lo que le agrada a Dios, no hay temor de Dios en su vida. A mi no me extraña ver a un joven drogándose  si no tiene temor de Dios a mi lo que me extraña es ver a un joven que estaba en la iglesia y luego verlo drogándose, eso si me causa preocupación. ¿En qué momento se alejó de Dios, jugó con el pecado que lo alejó de Dios y volvió a las adicciones? 

Hay un pastor en el pastor en el Norte de México y un hijo de él que era muy fiel, un joven consagrado que quería seguir los ejemplo de su padre y quería pastorear la iglesia si era la voluntad de Dios. Unos hombre malos lo confundieron con un delincuente y lo acribillaron. A ese joven lo mataron y cuando lo estaban matando su hermano menor lo vio y cuando él llegó a la iglesia avisando que habían matado a su hermano dijo, “Papá ¿dónde está Dios, el que tú predicas, el que cuida a sus hijos? Odio a Dios y me voy a alejar de él. El se fue a las drogas. Pasaron tres años sin saber de él. Lo encontré en San Luis en la casa de adicciones, hablé con él, regresó a su casa, estuvo trabajando con su papá y de repente se volvió a desaparecer. Nadie sabe donde anda pero una cosa aseguro, anda en drogas otra vez. ¿Qué sucedió en él? Se alejó de Dios, cayó en las garras de Satanás. 

Dios no tiene la culpa de lo que nos pasa, Dios no envió a eso hombres para que mataran a su hermano fue Satanás que quiso destruir a un hombre que quería servir a Dios pero cuando odias lo que Dios a veces permite en tu vida y te amargas contra Dios es cuando te alejas de él, y tantas familias que pisan las iglesias y odian a Dios porque les han pasado cosas, porque a sus padres les dio cáncer, porque sus abuelitos han muerto de una manera terrible, y odian a Dios y dicen ¿por qué? si yo me acerque a Dios para que él bendijera mi casa ¿por qué mi abuelito que tanto quería murió de esa enfermedad tan terrible? y le echan la culpa a Dios pero no es la culpa de Dios, es la culpa de en que gastamos nuestra vida. 

Yo le pudiera echar la culpa a Dios. Dios ¿por qué si yo te sirvo tengo cuatro enfermedades en mi cuerpo? Al contrario digo, Gracias porque estoy enfermo y eso me hace depender más de ti. El diablo quiere que me aleje pero lo unico que esta haciendo es que me acerque mas a ti. No soy espiritual, no soy mejor que tu, pero si yo me alejo de Dios me va a ir mal en esta vida, si empiezo a solapar el pecado voy a acabar como en los ejemplos bíblicos de Éxodo y Deuteronomio. 

Es una cosa terrible el pecado, se transmite en generación en generación y es una cadena. El diablo agarra a esa familia y la oprime y la oprime hasta que acaba con todos. Hay tantas familias que yo aprecio que han pasado por tiempos tan difíciles y yo les digo que sigan mirando a Cristo y no se suelten de él, que le sirvan y le amen y ahora que están sirviendo a Cristo y que están fieles tal vez en su mente han entendido que esa es la verdad, que el no paga mal a nadie. El hombre si paga mal, el pecado siempre va a pagar mal, va  a traer muchas cosas mal. Solo rompiendo la cadena del pecado, haciendo lo recto, siguiendo a Cristo podemos no ser hallados culpables ante de los ojos del Señor. 

Dice la Biblia que el que confiesa su pecado y se aparta, alcanzará misericordia. Dios es bueno pero nosotros malos. Tú vas al médico no porque el médico esté enfermo es porque tú estás enfermo y vas buscando que el médico te ayude a recuperarse. No vengas a la iglesia porque eres santo sino porque Dios es Santo y necesitas la santidad de Dios en tu vida, ven no buscando los defectos de los hermanos, ven buscando a Dios porque sabes que lo necesitas todos los días. Solamente mirando a Cristo podemos vencer el pecado. confronte su pecado y confieselo al Señor. 

Dice Amós 4: 12 Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel. Un día vamos a estar ante el tribunal de Cristo y vamos a ser conocidos como no éramos conocidos. Mejor aléjate del pecado. Pablo decía, “porque las cosas que quiero hacer no las hago, y las que no quiero hacer esas hago. miserable de mí, quién me librará de este cuerpo de muerte.” Pablo tenía defectos, era un hombre usado por Dios de una manera increíble pero Pablo siempre estaba buscando a Dios porque sabía que su carne era mala pero no iba a permitir que el pecado dominara sobre él, por eso todos lo días  servía a Dios, buscaba a Dios, hacía algo para Dios porque el sabía que manteniendo su mente ocupada en las cosas de Dios era la manera en que él iba a vencer su carne. Pero ahora nos mantenemos ocupado en nuestro dios, el celular. Nuestro dios es Facebook, es Messenger, es Twitter, es Instagram, es Whatsapp, Whatsapp significa ¿qué está pasando? ¿cuál es tu dios? ¿tu celular o dios? primero te agarras de Dios o lo primero que agarras es tu celular para ver quien te escribió? El pecado entra sutilmente, entra como la víbora que llega y va zigzagueando en la tierra y te va casando y ve un animal y se para y si es de cascabel suena el cascabel y al ratón y al conejo se les quedan viendo y ya cuando los tiene atontados los ataca y así es el pecado y cuando te tiene bien tonto te ataca. 

El trabajo del pecado es destruir tu vida. La bendición de Dios edifica tu vida, el pecado te destruye y Dios quiere edificarte. Confronta tu pecado y confiésalo, apártate de él.

Dice Isaías 1:16-18 “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” Dios dice que nos apartemos del pecado y Juan 8:34-36 dice “Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.  Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Cristo nos libertó del pecado para ser libres del pecado. Proverbios 28:13-14 dice, “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal” No permitas que el pecado endurezcas tu corazón, confiesa tu pecado, no lo encubras, no lo tapes, no lo solapes, no lo apapaches, aborrece tu pecado. Cuando hables con Dios sobre tu pecado no le digas yo tengo este pecadito, sino Señor odio este maldito pecado que tengo en mi vida, ayúdame, dame victoria sobre este pecado. Aborrecelo así como si te quisieran dar un vaso de agua de drenaje, el pecado apesta, debes de odiar el pecado.

Esta es la misericordia de Dios si tu no encubres tu pecado y te apartas vas a encontrar el favor de Dios en tu vida pero si tu lo sigues solapando te irá mal. Dice Miqueas 7:19 “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” Dice el volverá a tener misericordia de nosotros. Yo te animo a que no finjas que estás arrepentido de tu pecado, yo te reto a que seas valiente y te arrepientas de tu pecado. Sé sincero con Dios, confiesa tu pecado, apartate y Dios va a tener misericordia de ti.