Una Piedrecita Blanca

Apoc. 2:10-17 “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.  Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”

Dios aquí está hablando a sus iglesias dos veces en el texto; Jesús está diciendo el que tiene oídos para oír, oiga. Dios le ha dado oídos, pero también si usted es hijo de Dios, si usted es salvo le ha dado oídos espirituales. Puedes oír y entender cosas que gente que no conoce a Cristo no pueden oír ni pueden entender. Él está aquí hablando a la iglesia durante un tiempo de mucha persecución, había mucho sufrimiento en la iglesia; vemos en el versículo 13: “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros ”

La ciudad de Pérgamo, está en Turquía en las montañas y afuera de la ciudad hay un monte que está en forma de una silla, como la montaña allá en Monterrey, y la llamaron la silla de Satanás. La gente de Pérgamo en esta ciudad, tenían una costumbre muy parecida a la que tienen aquí hoy en día aquí en México, ellos tenían la costumbre de si tu respetas lo mío yo respeto lo tuyo; si tu respetas mi religión yo respeto tu religión. Pero cuando alguien llegaba a la ciudad para predicar una doctrina nueva entonces los llevaban afuera de la ciudad frente a la montaña llamada la silla de Satanás y allí en un lugar donde tenían un altar le exigían a la persona, en este caso Antipas, le dijeron: como usted quiere empezar una nueva religión, una nueva doctrina, una nueva iglesia, queremos que usted primero ofrezca aquí frente a la silla de Satanás un sacrificio de respeto de todas las religiones, y de todas nuestras creencias. Antipas siendo un cristiano, rehusó hacerlo, él dijo hay uno sólo Dios, hay un solo Salvador, Jesucristo, él dijo: no hay otro Nombre bajo el cielo en quién podamos ser salvos, yo no voy a hacer un sacrificio y mucho menos frente al trono de satanás. Entonces los líderes de la ciudad dijeron: si tú no quieres ofrecer un sacrificio, entonces tú mismo serás el sacrificio y lo tomaron y lo mataron.

Antipas fue el que comenzó la iglesia en ésta ciudad y había muchos cristianos que estaban dando sus vidas por el evangelio en este tiempo; de aquí llevarían a jóvenes cristianos a Roma para ser sacrificados a los leones en el Coliseo, y también jovencitas de entre 18 y 24 años. Los romanos ponían a los lideres (pastores, misioneros y evangelistas) detrás de una reja dentro del coliseo, donde los leones no podían matarlos; a las señoritas cristianas, que se caracterizaban por llevar pelo y vestido largos, las amarraban de los pies, las ponían en una cruz y les prendían fuego. Detrás de las rejas los pastores eran obligados a ver a sus convertidos sufriendo por su fe, sin embargo ellos murieron con fe y valor para Jesucristo.

Algunos de ustedes nunca van a morir por su fe, porque (en el caso de las señoritas) no quieren ponerse un vestido por su fe, ustedes quieren usar pantalones todavía, saben cómo vestirse cuando vienen a la iglesia; pero cuando es tiempo de ir a la escuela se visten como una ramera. Ustedes no quieren morir por su fe. Los jóvenes no quieren cortar su cabello como hombres y alegan: “no soy maricón”, y no, tú no eres maricón pero no te falta mucho. Ustedes ni siquiera hablan a la gente de su fe en Jesús, aquí en esta iglesia tuvimos gente dispuesta a morir por su fe en Jesucristo y Él (Jesús) está felicitándolos por eso, aunque reconoce que hay unas fallas entre ellos; había algunos que tenían la doctrina de los nicolaítas. Niko quiere decir “un dios falso, un dios de conquista” “laites” está hablando de la gente, de la iglesia y los nicolaítas tenían una doctrina que para llegar a Dios, usted tiene primero que venir conmigo y luego yo voy a orar a Dios por usted. Ellos enseñaban: “Si quieres que Dios te perdone tienes que venir conmigo y yo le voy a pedir a Dios que te perdone” Y esto es exactamente lo que enseña la iglesia católica hoy en día: la doctrina del sacerdocio; nosotros creemos lo que la Biblia dice: que hay un solo Dios y un solo Mediador entre Dios y los hombres, nosotros creemos que él es nuestro abogado, nuestro sacerdote y que podemos ir directo al trono de Dios por fe en él. Pero había gente dentro de esa iglesia que tenía la doctrina de los nicolaítas y gente que tenía la doctrina de Balaam que enseñaba a poner tropiezo a los hijos de Israel. Balaam era un profeta, un hombre, que aparentemente sabía cómo orar y sabía cómo hablarle a Dios recibiendo respuesta a su oración; el rey Balac fue con Balaam ofreciéndole dinero, honra y respeto de su pueblo, honores, doctorado y un título si tan solo él iba y maldecía al pueblo de Israel, pero cada vez que Balaam llegaba para maldecir al pueblo, Dios ponía en su boca una bendición y no pudo maldecir al pueblo de Israel porque era el pueblo bendecido por Dios, entonces Balac se enojó contra él, sin embargo Balaam al final dijo: “Como yo no los puedo maldecir, vamos a convencer al pueblo de que están bajo la maldición de Dios y Dios los va a maldecir, y le aconsejo mandar jóvenes y jovencitas para una fiesta, a sacrificar a los ídolos y cuando lo hagan Dios mismo los maldecirá”. Y funcionó el consejo de Balaam, ese día Dios mató a 23 000 del pueblo.

Ahora joven, escúchame bien: Dios quiere que vivamos una vida santa, Él quiere que nosotros vivamos una vida apartada del mundo, y si ustedes no rompen esas malas amistades que tienen, también van a caer bajo la maldición de Dios; el problema con Balaam es el mismo problema que tenemos hoy en día. Hay predicadores que están vendiendo sus convicciones, hay pastores que me han dicho “Hermano, no predique tan duro contra el pecado, contra la sociedad, contra el pantalón en la mujer, contra las fiestas, la fornicación, la idolatría; para que luego veamos gente de alta sociedad en la iglesia y ellos van a dar un buen diezmo, y la iglesia va a crecer”. Pero yo no quiero crecer en mi iglesia sacrificando la doctrina de Jesucristo. Yo he dicho que quiero tener miles, y ahora mismo tenemos un oratorio para 3,500 personas que se llena dos veces el domingo por la mañana y estamos construyendo uno más grande para 7,000 personas y tenemos otros salones para niños y jóvenes, y yo quiero que crezca la iglesia, pero le he dicho a mi gente: Prefiero tener cien personas que quieran servir a Dios a tener diez mil personas que estén jugando al cristianismo. A mí no me importa la gente que no quiere estar aquí, es mejor que se vayan, si no quieren poner atención a la Biblia váyanse, fuera, pues lo que estamos haciendo es importante, siempre va a haber hipócritas en la iglesia, desde sus principios ha habido, Jesús tenía a uno en medio de sus doce discípulos; y si él tenía uno entre doce ¿cuántos tendremos nosotros? Y si ustedes permiten a los hipócritas desviarlos y desanimarlos de servir a Dios, nunca vas a servirle.

Jesús, siguiendo con la iglesia de Pérgamo, había comenzado a hablarles a algunos miembros que habían sido fieles y había creído en su palabra y dice: “el que tiene oídos” el que quiere escuchar la biblia, el que quiere conocer la biblia “el que tiene oído oiga lo que el espíritu dice a las iglesias, al que venciere daré a comer del maná escondido”. Ahora el maná en la biblia es un símbolo de la palabra de Dios. Jesús dijo: Mt. 4:4 No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Y Dios dice que a la persona que vence, que quiere tener la victoria, a ellos les dará el maná escondido, les enseñará cosas que otros no pueden ver, ni comprender. Pablo dice en 1 Corintios, que el hombre natural, el hombre animal según la versión antigua, el hombre que no es salvo, no entiende las cosas de Dios, no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Si tú no eres salvo recibe a Cristo, este primer culto, esta primera noche, recibe a Cristo, sino vas a estar agonizando el resto de la conferencia y vas a estar triste. El hombre que no es salvo no puede entender la biblia; Jesús dijo en Jn. 8:47: “los que son de Dios la palabra de Dios oyen” Él dice ustedes no lo escuchan porque no son de Dios, cuando alguien es de Dios quiere aprender la biblia, como un niño recién nacido desea la leche espiritual, la palabra de Dios 1Pedro 2:2. Un niño cuando nace, cuando es sano, quiere leche, quiere crecer, los seres humanos quieren comer, eso es normal, a menos que estés enfermo, y un hijo de Dios quiere conocer la biblia, quiere saber más de la palabra de Dios; si no te interesa la biblia no eres salvo, no eres hijo de Dios, o eres por lo menos lo que la biblia llama cristiano carnal, un niño en Cristo que nunca ha madurado, un niño no come a menos que metas la comida en su boca y algunas veces hay que masticar la comida para él. Pero si tú eres un cristiano normal tienes hambre de la Biblia, quieres conocer la Biblia, quieres alimentarte de la palabra de Dios. Y Jesús le va a dar ese conocimiento de la Biblia, tú no tienes porque sufrir cada vez que hay enseñanza de la Palabra de Dios, tu puedes disfrutar la enseñanza, si tu pides a Dios la biblia dice en Jeremías 33: 3“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”.  Si tú le pides a Dios ayúdame a conocer la Biblia, ayúdame a entenderla, dame hambre y sed para justicia, dame hambre y sed para conocer la biblia; Dios lo hará y luego entonces podrás disfrutar el venir a la iglesia.

La otra cosa que él dice: “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” Dios dice: le voy a dar una piedrecita blanca, la voy a poner en su mano, va tener un nuevo nombre y vamos a tener una amistad, una comunión que otros no comprenden y otros no conocen y esta piedrecita blanca significa la bendición de Dios que vendrá sobre ti.

Ahora hay unas tres o cuatro cosas que destacar sobre la piedrecita blanca; en la biblia, en el antiguo testamento había un medio que usaban los judíos para conocer la voluntad de Dios, lo llamaban “Urim y Tumim” y estas estaban en el efod que usaban los sacerdotes, eran dos piedras, una era de color rojo y la otra era una piedrecita blanca, y cuando alguien quería consultar a Dios y conocer su voluntad; es muy importante que los jóvenes conozcan la voluntad de Dios, pues es en esta edad cuando se toman las decisiones más importantes de su vida, es indispensable por tanto que tu sepas la voluntad de Dios; Pero Dios puso en este efod una piedra blanca y una piedra roja y cuando la respuesta era “no” la piedra roja resplandecía, cuando la respuesta de Dios era “si” entonces resplandecía la piedra blanca.

Yo creo en lo que Cristo nos está diciendo aquí en su palabra, si vencemos al mundo, si tenemos victoria en la vida cristiana, el dice: “todo lo que tú pidas de mí es si”. Dios le dice a su iglesia: tú eres mi novia, tú eres mí escogida, yo te amo y di mi vida por ti y todo lo que tú me pidas te lo doy. 2 Cor. 1:18 “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido sí y no; mas ha sido sí en él;porque todas las promesas de Dios son en él sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.” Cuando hay algo que es bueno para ti, que es para tu bien la promesa de Dios siempre es , mientras estás orando, mientras estás pidiendo algo, Dios lo dará antes que termines de pedirlo porque Él es el gran amén, Él es el que nos dice . Juan 14:12-14 “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Esta es la promesa para nosotros, el problema es que tú no lo crees, por eso algunos dicen que son cristianos pero nunca lees la biblia, nunca buscas el maná de Dios, nunca buscas la comunión; ves la televisión hora tras hora, tras hora sin dormirte, pero vienes al culto y ya estás dormido; nunca lees la biblia, nunca oras, nunca pides a Dios, por eso no tienes nada, porque no lo pides. Y cuando pides, pides mal, nunca pides algo para la honra y la gloria de Dios. Hace años cuando el hno. Luis Ramos vino a predicar a nuestra iglesia, el primer domingo tuvimos una asistencia de mil cien personas aproximadamente y la iglesia estaba creciendo, y el hno. Ramos me dijo: Había pensado que algún día iba a tener una asistencia de mil personas, lo miré y le dije: si yo pensaba eso, porque desde mi juventud he estado orando a Dios que me diera eso, había escuchado del ministerio de otros evangelistas y como tenían miles de personas salvas y bautizadas cuando yo era joven y le dije a Dios: mira, yo quiero eso, dame eso y yo empecé a pedirlo, porque Dios escucha la oración y Jesús dijo; las obras que yo he hecho tú también las harás y harás aún obras más grandes que eso, el dice: todo lo que tú pidas, pero tú no confías en las promesas de Dios, y porque tu no crees Dios no contesta tu oración.

Hace años el famoso misionero Hudson Taylor, regresaba a China a predicar, él había ido a Inglaterra por un tiempo para predicar a las iglesias, y estaba regresando a China, él era un hombre de gran fe, conocía a Dios y sabía cómo orar y recibir respuesta a la oración. En medio del mar, en un barco de velas, el viento dejó de soplar haciendo imposible la navegación, entonces el capitán bajó a la cabina de Hudson Taylor y le dijo: “Me dicen los hombres aquí, que eres un cristiano, un predicador, y yo también soy cristiano y creo en la oración y te pido por favor que ores por nosotros, no hay viento y las velas no tienen tracción, por favor ora, pues la corriente del mar nos lleva a una isla de caníbales y sin viento moriremos ¡por favor, ora por nosotros!. Hudson Taylor dijo: “Capitán, voy a orar, pero primero baje las velas”. Las velas cuando no hay viento los marineros las enrollan para que no se dañen y son varias horas de trabajo para enrollarlas y desenrollarlas. Y el capitán respondió: “no voy a bajar las velas porque no hay viento y si las bajo todo el mundo se va a burlar de mi, primero debe haber viento” A lo que Taylor respondió: “Capitán, yo no voy a orar por el viento si tu no crees que Dios lo va a mandar, y si tu no crees en Dios yo no voy a orar” y cerró la puerta. Pasaron horas y el capitán tocó por segunda vez la puerta, el barco se acercaba más y más a la isla, donde podían ver a los caníbales esperando en la playa, preparando una fogata, y el capitán le suplicó a Taylor: “¡Por favor ora por nosotros, vamos a morir, mira, voy a bajar las velas!” Taylor respondió: “Si tú haces eso yo voy a orar” La tercera vez, después de tres horas, vino el capitán y toco a la puerta. Taylor abrió y preguntó el capitán ¿Está orando por el viento? Taylor respondió: Si, él capitán dijo: “Ya no ores, hay más que suficiente viento”.

Dios responde a la fe, él quiere que nosotros confiemos en él, la biblia dice en 1 de Juan, nuestra victoria es nuestra fe, la fe viene por el oír, el oír de la palabra de Dios, cuando tu pongas atención esta semana en los mensajes, y escuches la biblia, pide a Dios ayuda para entender la biblia, pide ayuda para creer en la biblia entonces Dios va a aumentar tu fe y cuando pidas algo Dios te va a escuchar y te va a dar una “piedrecita blanca”. 1 Samuel 30:6-8 “Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios. Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.” David había cometido errores en un tiempo de desánimo, su suegro quería matarlo y David había huido con los filisteos para vivir entre ellos. Nunca tomes decisiones importantes cuando estés desanimado, vas a destruir tu vida. David, en un momento de desánimo, tomo la decisión de ir vivir con los filisteos específicamente a la ciudad de Gat. Gat era la ciudad de donde salió Goliat, el héroe de los filisteos que había sido muerto por David. Eso sería como que ustedes fueran a Estados Unidos a matar al presidente Obama y luego ir a vivir a Washington. Cuando tomamos decisiones en tiempos de desánimo, tomamos decisiones tontas. David iba a pelear del lado filisteo, pero los filisteos lo rechazaron ahora, no confiaban en él; el mundo no quiere a un cristiano y si tú eres cristiano júntate con otros cristianos. Cuando David regreso al pueblo donde estaba viviendo en Siclag encontró todo quemado y destruido, habían secuestrado a sus esposas y a sus hijos, y ahora estaba derrotado, desanimado y sin saber qué hacer. Van a haber tiempos en nuestra vida donde tengamos que enfrentarnos al desánimo, a no tener ganas de hacer nada, de desilusión. En la historia los hombres de David hablaban de matarlo, de apedrearlo, pero David se fortaleció en Jehová su Dios y preguntó al Señor ¿Debo seguirlos?, Dios dijo si, vas a recuperar todo. Escúcheme el diablo quiere destruir a México, quiere robar las almas de la gente y mandarlas al infierno, pero esta tarde Dios nos está hablando con su palabra, mira yo quiere hacer grandes obras todavía, quiero hacer grandes cosas todavía solo confía en mí y pídeme y Dios lo hará si nosotros confiamos en él.

También usaban una piedra blanca para un juicio, cuando había un juicio pasaban una canasta y si era inocente ponían una piedra blanca, cuando la persona era culpable pondrían una piedra negra en la canasta. Yo creo que cuando Dios habla de la piedrecita blanca el nos está diciendo “a mis ojos, ya eres inocente, ya no eres culpable” La sangre de Jesús nos limpia de toda maldad. Hay muchas personas que están desanimadas y deberían estarlo por el pecado que han cometido, por su rebeldía, por la forma en que han desperdiciado su juventud y sus vidas, sin embargo hay un Dios que te ama y te quiere perdonar, te quiere justificar. Romanos 5:1-2,8 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Jesús te ama y te quiere perdonar Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino al espíritu.” Si tú pides a Dios que te perdone, si confiesas tus pecados él es fiel y justo para perdonar tu pecado. Hubo un tiempo en el que pensé que no podría servir a Dios por los fracasos que tuve en mi juventud, pero Dios nos da una piedrecita blanca y nos dice “Tú eres inocente, no hay condenación. Te perdono, levántate y sírveme”. El diablo te quiere convencer de que no sirves para nada, pero cuando estás en Cristo no hay imposibles, Dios te ama y te quiere usar para su honra y su gloria.

Cuando alguien era esclavo en el tiempo de Israel, había diferentes razones para ser esclavos, en ocasiones eran esclavos por pobreza, si no podían pagar sus deudas eran vendidos en esclavitud. Los esclavos eran marcados con una cicatriz en sus manos, y muchas veces por las esposas y las cadenas con que los ataban había marcas en sus manos y en sus pies mostrando que era esclavo, pero cuando un esclavo lograba su libertad, lo que hacían una vez que el precio de su libertad era pagado se les daba una piedrecita blanca con el sello de roma, que simbolizaba su libertad, no podían perderla porque en ocasiones si al ir a comprar, veían las marcas en sus manos y le acusaban por ser un esclavo, podían mostrar su piedrecita blanca y decir ya soy libre, ya el precio de mi libertad ha sido pagada. Yo creo que al llegar el cielo recibiremos una piedrecita con el sello del cielo y con el nombre nuevo que Dios nos va a dar, cuando nos de esa piedrecita nos dirá: “Tú eras esclavo mas ahora estás libre”. 1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Dios nos dice que el pagó el precio, fue al calvario, derramó su sangre y pagó el precio, ya no somos esclavos ahora somos libres y así como has sido comprado y redimido entrega tu vida al Dios que te ama.

En los Estados Unidos hace muchos años había esclavitud, iban a África principalmente a secuestrar esclavos para llevarlos y venderlos, un barco había ido a África y habían logrado capturar a una señorita que era una Princesa africana, una señorita muy guapa e inteligente, la encadenaron, la subieron al barco y la llevaron a los Estados Unidos, al sur del país la pusieron en subasta de esclavos, y por ser muy atractiva había varios hombre codiciándola y ofreciendo mucho dinero para comprarla, en los meses que estuvo cautiva aprendió inglés y sabía lo que estaban ofreciendo por ella y detrás de las personas que asistieron a la subasta, un anciano vestido de blanco se levantó y ofreció una cantidad exorbitante que excedía a las ofertas anteriores, nadie pudo superar la oferta y fue vendida al señor vestido de blanco. Después de la subasta detrás del mercado, donde sellaban las escrituras y documentos de venta, la señorita miró al anciano y le dijo: “yo no sé quién es usted, o por qué me compró, pero en mi país yo era una princesa, iba a ser la reina, no voy a servirle, ni a obedecerle ni a someterme a usted” durante el tiempo que estaba hablando le estaban quitando las cadenas que caían a sus pies. Cuando termino de insultar al anciano, él se acercó a ella y le dijo: “Señorita tú no comprendes, yo no te compré para que fueras mi esclava, yo estoy en contra de la esclavitud, creo que eso es perverso; yo te compré para darte tu libertad” y le dio en las manos sus escrituras selladas, que autentificaban su libertad. Cristo ha puesto en nuestras manos las escrituras de nuestra libertad, el nos ha dado las arras de nuestra salvación, el Espíritu Santo que vive en tu corazón, él ha hado su compromiso. El anciano subió a su carro de caballos y se fue, la señorita miró los papeles en sus manos y comenzó a llorar, en ese momento corrió hasta alcanzar el carro y cuando llego allí comenzó a golpear la puerta, el carro se detuvo y el anciano abrió la puerta y ella cayendo de rodillas en el lodo de la calle, lloro y le dijo al anciano: “señor, lo siento, yo no sabía por qué usted estaba pagando este gran precio” poniéndose de pie dijo “señor, yo quiero servirte, yo quiero ser tu sierva”. Éste hombre la tomo y la subió al carro y fueron a su casa, y el resto de su vida lo dedico a servirle, pero no le servía como lo haría una esclava sino le sirvió como si fuera su hija.

Dios nos da una piedra blanca, diciéndonos “ya no eres esclavo, has sido comprado, estás libre” el dice en Romanos 8, que Dios no nos ha dado un espíritu de esclavitud pero nos ha dado el Espíritu Santo que cuando clamamos “abba, padre” el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Dios te ama, y si tan solo pudieras llegar a comprender cuánto Dios te ama y el precio que el pagó para salvarte, si tuvieras gratitud en tu corazón vendrías ha decirle: Señor, yo te quiero servir, yo quiero hacer tu voluntad.