Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo

Juan 9:24-30 

24 “Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.

25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?

27 El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?

28 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos.

29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea.

30 Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos.”

Me encanta esta historia, todo el capítulo es una historia maravillosa. Toda la Palabra de Dios es maravillosa, pero creo que encontramos ciertos lugares en la Biblia donde nos hace reír, como por ejemplo en el libro de Ester, lo que estaba sucediendo con Mardoqueo y el rey y cuando el rey dice ¿qué haré con aquel hombre que el rey desea honra? y Amán dice “ese seguramente soy yo” y no era él. En la Biblia encontramos ciertas cosas un poco sarcásticas, un poco de humor, pero sin duda Dios nos quiso dejar todo este capítulo para que nosotros lo pudiéramos estudiar y leer y aun saborear.

Había un hombre que había sido ciego y dice en el versículo 1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Hay algo que me llama la atención y es que el Señor Jesús siempre sabía a qué ciudad ir y él sabía exactamente quién iba a ser salvo y sanado. Este hombre desde su nacimiento ya estaba en la voluntad de Dios, que Dios iba a hacer algo en su vida.

Los discípulos preguntan en el versículo 2 Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Y muchas veces estamos más interesados en saber quién fue el pecador, quien fue el culpable, en vez de decir: “Señor será que tú puedes hacer algo en la vida de este hombre.” Pero decimos: “Señor ¿por qué me pasa esto? ¿por qué tengo este problema? ¿por qué yo?” En vez de decirle “Señor ¿podrás hacer algo con tu poder a través de lo que estoy pasando? ¿será que me está sucediendo esto por alguna razón? y debemos recordar que Dios siempre tiene un plan y entonces Jesús respondió: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.  Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; En ocasiones decimos “un día voy a ser misionero”, “un día voy a servir al Señor”, “voy a dejar este pecado”, “voy a dejar de mentir”, “voy a dejar de robar”, “voy a ser fiel al Señor” y entonces estamos esperando ese día como dentro de veinticinco mil años y el Señor Jesús dijo: “entre tanto que el día dura; la noche viene,” Está diciendo “es necesario hacer las obras de mi Padre hoy.” Y entonces mandó llamar al hombre, escupe en tierra, hace lodo, para recoger ese lodo, él se tuvo que hincar, tomarlo, ponerlo en los ojos del ciego y luego le dice que vaya y se lave en el estanque de Siloé. 

Este hombre tuvo que creer. No le dijo “¿qué estás haciendo? Me pusiste lodo con tu saliva” Sino que este hombre por fe, fue al estanque de Siloé y entonces cuando se lavó fue sanado. Dice “Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.” Cuando somos lavados en la sangre de Cristo podemos ver por el poder de Dios. Y entonces comienza esta maravillosa historia. 

Dice la Palabra de Dios ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? La gente pasaba y decía ¿No será este? parece que sí es. Y entonces este hombre los seguía con su vista  y pasaba otro y lo mismo y se le quedaban viendo, y más gente iba y entonces dice el versículo 9 Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy. Y a veces estamos suponiendo en vez de ir directamente. Y entonces le preguntaban ¿cómo te fueron abiertos los ojos? y él dijo Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.” 

De tal manera que él estaba contando exactamente y nuevamente como sucedió todo. Y dice el versículo 12 Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé. Y lo llevaron con los fariseos y ¿por qué? El día que sucedió este milagro fue un día sábado. Dice el versículo 15 Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. Y decían Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo Estaba hablando de Jesús. Le estaban diciendo a ese hombre “Ese hombre que hizo ese milagro en tu vida, no procede de Dios” y ¿Cuánta gente hay que rehúsa creer en Cristo? Y dice el versículo 17 Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta. Él decía: “es profeta porque los profetas hacían milagros como Elías, como Eliseo, porque Dios lo usó” y entonces los judíos no creían que había sido ciego y fueron por lo papás de este hombre y en el versículo 19 dice: y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora? Los papás por miedo de los judíos, no decían que Jesucristo había sido el que le había sanado, y dice la Biblia: “Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego; pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagogaHabía un temor en esos tiempos de ser expulsados y el ser expulsados significaba vergüenza, significaba que esos padres estaban negando la fe.

Dice Juan 9:23-24 “Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.” En otras palabras los fariseos decían: “Da gloria a Dios, que Dios nos ha puesto aquí para decirte que ese hombre es pecador.” Y ¿Cuántos se ponen de pie y dicen: “Da gloria a Dios que soy un apóstol”, “Da gloria a Dios que nuestra iglesia es la verdadera”, “Da gloria a Dios que nosotros sí somos los meros meros, pero creer en Jesús no lo hagas”?  Y vemos la respuesta de este hombre: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

El decía: “Yo no sé si él es pecador, pero una cosa yo sí sé y lo que sé es que era ciego, yo estaba ciego y ahora veo. No sé muchas cosas como ustedes. Dicen que ustedes saben, no sé de la Torá y Moisés; es más, no sé leer y no sé porque no podía ver, pero una cosa sé y es que yo era ciego y ahora veo.”

No hay mucho que saber en cuanto a nuestra salvación, lo que hay que entender y saber es que tenemos que reconocer que estábamos ciegos y ahora vemos. Juan 9:26-27 dice: “Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? Él les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?” Y dice Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos.La maldijeron y le empezaron a decir sus cosas. Los que se veían muy espirituales empezaron hablar muy seguramente palabras altisonantes. Y le dijeron: Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea.Pero el hombre les dijo “Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.” Este hombre les estaba enseñando Palabra de Dios a estos. Dice Isaías 59:1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.” Y este hombre estaba refiriéndose a esto precisamente. Pudiéramos deducir algo, él les estaba diciendo que Jesús no era pecador.

Juan 9:32-33 dice “Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer. Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.

Después de haber sido expulsado, Jesús lo halló y le dijo: “¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.Y aquí dice algo muy importante en el versículo 39Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. ¿Como puede ser que Jesús dijo para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.? Aquí la Biblia habla de dos cosas: de humildad y de orgullo.

La humildad nos habla de una persona ciega, que no ve, pero viene Jesús y le dice que es pecador, pero que él le quiere salvar y le dice “¿quieres recibir la vista? ¿Quieres recibir la salvación?” y un hombre ciego tiene que humillarse delante de Dios para decirle: “Yo creo en ti.” Pero luego dice y los que ven, sean cegados. Hay quienes ven, hay quienes son orgullosos, hay quienes viene Jesús y les dice: “Yo te quiero salvar” y esa persona en su orgullo dice “yo no necesito de tu salvación, de un salvador” y en su orgullo, en su vista que puede ver, pero no pueden ver su pecado, su necesidad de Dios, no pueden ver que necesitan de Cristo. Y por eso dijo el Señor: Para juicio he venido yo a este mundo.

Dicen los versículos 41 y 42 “Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?  Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.”

¿Sabes que a veces somos como los fariseos? En vez de humillarnos delante de Dios, nos ponemos arriba y decimos que estamos bien, que podemos ver que nada malo hemos hecho y nos justificamos, pero este hombre dijo “Yo una cosa sé, que estaba ciego y ahora veo.”

1. Una cosa sé: Que era ciego

Dice Salmos 146:8 Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Si tú estás ciego, él puede abrir tus ojos. Este hombre dijo “Una cosa sé que estaba ciego.”

Mateo 23:15 dice: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros. ¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. Nos hemos hecho ciegos cuando decimos que es más importante lo que los otros creen de nosotros que lo que Dios cree y piensa de nosotros; nos hemos hecho ciegos cuando nos importa el seguir más lo que dice la corriente de este mundo que el seguir lo que dice la Palabra de Dios. Debemos reconocer que estábamos perdidos. Cada uno de nosotros estábamos ciegos.

2. Una cosa sé: estaba condenado

Estábamos condenados, rumbo al infierno. Dice Juan 3:18-19 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Vemos un mundo de oscuridad. Cada vez vemos obras más malas, más perversas, más alejadas de Dios, apartadas de Dios, pero lo triste es que vemos como la corriente de este mundo, cada vez está siendo peor y el cristiano está siendo jalado por el mundo, cada vez somos más influenciados por el mundo, pero gracias a Dios que hemos creído en él.

Salmos 34:22 dice: Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían.¿Qué debes hacer para no ser condenado? Dice la Biblia que el que en él cree, no será condenado. Si tú crees en él ya no serás condenado, pero si no has creído en él ya eres de por sí condenado.

3. Una cosa sé: Que Cristo murió y resucitó

Estamos a punto de celebrar su resurrección y como cristianos debemos de celebrar cada domingo  esa resurrección y cada día de la semana decir: Gloria a Dios soy salvo.

Juan 9:38 dice Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Para adorar es ponerse de rodillas y creer que él es el hijo de Dios y si esto lo hubieran visto los fariseos, lo hubieran expulsado aunque ya lo habían expulsado. Él pudo libremente adorar a Jesús.

Dice Job 19:25 Yo sé que mi Redentor vive Yo sé que Cristo vive, que está a la diestra del Padre celestial, que no está en esa tumba ya más, que él fue crucificado, que le pusieron una corona de espinas, le escupieron, le injuriaron, lo mataron en esa cruz, y ciertamente él es el Hijo de Dios, él es el único camino, la única verdad, y la única vida, él es pan de vida, él es el buen pastor. Dice Job Yo sé que mi Redentor vive, Jesús vive.

Mateo 28:1 dice 

1 “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.

4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.

6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.”

Como cristianos tenemos que darle gracias a Dios de que porque él ha resucitado, un día tú y yo resucitaremos, un  día tú y yo estaremos con él.

4. Una cosa: sé que voy al cielo

Dice 2 Timoteo 1:12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Pablo está diciendo: “Yo sé a quién he creído, sé en quién he puesto mi confianza, he puesto mi confianza en alguien que es poderoso y que guardará mi depósito.” En Efesios 1:14 dice que él nos  ha sellado con las arras del Espíritu Santo y esas arras han sido ese depósito puesto en nosotros diciéndonos un día vas a estar en el cielo, nos dio su Espíritu Santo y tú y yo como salvos tenemos el Espíritu Santo en nosotros. 

Cuando le preguntaban a Pablo que a donde iría si muriera, no decía “ay pues no sé” y unos dicen así; otros dicen “pues donde él me ponga”. Pero Dios nos da la oportunidad para pedirle salvación y vida eterna.

Pablo dijo “Yo sé a quién he creído, él es salvador, él es mi redentor, él es el Hijo de Dios, y un día él me llevará al cielo para estar con él, él viene pronto” y también te puede salvar a  ti. Pero tienes que estar completamente seguro. ¿Estás seguro de que estabas ciego? ¿estás seguro de que ahora ves? En este hombre no había duda. Él decía Yo sé que era ciego y ahora veo.

Y si tú y yo sabemos lo que éramos, sabemos lo que somos ahora, sabemos que vamos al cielo con él ¿por qué no vivimos como él quiere? ¿por qué no le servimos como él quiere? Un día todo esto se va a acabar, pero yo sé a quién he creído ¿Éramos ciegos? Yo sí. ¿Hemos creído en él? Yo sí y si tú también, entonces vivamos para él.