¿Qué es El Diezmo?

Génesis 14:17-20 

17 “Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.

18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;

19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;

20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.”

Aquí hay una historia que volvemos a encontrar en el libro de Hebreos donde dice la palabra de Dios que el rey Salem no tenía principio ni fin, que nos da a entender que era una Teofanía (Dios en carne) y Abraham reconociendo a este rey de Salem (o Shalom, de Paz) le da los diezmos de todo. Antes de la ley, Abraham ya le estaba dando los diezmos a Dios y entonces ¿qué es el diezmo? ¿por qué diezmar?

1. Los requisitos del diezmo

Tenemos que ser hijos de Dios, de tal manera que Abraham dio a Dios lo que le pertenecía. El diezmo no es para los incrédulos, no es para aquellos que no son hijos de Dios y es más, para poder diezmar hay que seguir ciertas cosas para seguir el orden de la iglesia y el orden de Dios. No podemos diezmar si no hemos sido salvos, no podemos diezmar sino hemos sido bautizados, lo primero es ser salvos.

Mateo 28:19 dice:Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” Primero debemos ser discípulos, luego bautizados y parte de la enseñanza es el diezmo, el requisito para diezmar es que debemos ser salvos, bautizados y entonces ya podemos empezar a diezmar, esto es lo mismo para la cena del Señor. De tal manera que alguien puede diezmar sin ser salvo pero no es el orden de Dios, el orden de Dios es primero ser salvos pues de ¿qué nos sirve diezmar y diezmar si nunca hemos aceptado a Cristo en nuestro corazón como salvador personal?

Dice Deuteronomio 14:22 -23 “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.”  Dice que de todo el producto vas a diezmar. “Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.” De tal manera que Jehová tiene que ser nuestro Dios, nuestro salvador. Dice la Biblia que el diezmo tiene que ser de todo, del grano, del vino, del aceite, de las primicias, de las manadas, en otras palabras: todo. Para que aprendas a temer a Jehová tu Dios. Si tú eres hijo de Dios tienes que diezmar, también otro de los requisitos es que no es para la salvacion, asi que puede diezmar pero no te va a salvar. Dice Gálatas 2:16 “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”

Quizá hay alguien que dice: “Yo tengo que diezmar para obtener la salvación.” Pero no puede obtener la salvación por diezmar. Ayer escuché a alguien que dijo: “Si la salvación fuera por generosidad, el hermano tal iría al cielo.” Y hay gente que es muy generosa pero la generosidad no nos salva. Hay gente que ha diezmado toda su vida pero eso no le salva, nos salva Cristo Jesús. Así que uno de los requisitos para diezmar es ser hijo de Dios pero eso no nos salva.

El diezmo es dar el 10% de todas nuestras ganancias, la definición del diezmo es una décima parte, de tal manera que el diezmo de 100 pesos es 10 pesos pero ¿será que solamente vamos a diezmar nuestro dinero? pero dice la Biblia que si eres alguien que tiene un rancho debes diezmar tus vacas, si tienes una parcela tienes que diezmar los granos, como cristianos tenemos tiempo que le tenemos que dar a Dios, tenemos inteligencia y talento que le tenemos que dar a Dios. Dice Lucas 18:12 “ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” Él sabía que tenía que diezmar todo lo que ganaba. Yo no sé cuando reconocí que cuando iba a una iglesia a predicar, el dinero de ofrenda de amor que recibía tenía que diezmar y hubo un momento que me di cuenta que no se me había ocurrido, si me hubiera preguntado mi esposa o mis hijos les hubiera dicho que no.

Tenemos que diezmar no solamente de lo que trabajamos. Alguien te va dar un regalo o te vas encontrar dinero y hay que diezmar de ese dinero, si te dieron 100 pesos por tu cumpleaños tienes que diezmar, tenemos esa obligación de diezmar de todo lo que nos dan. La palabra diezmo es la décima parte de lo que recibimos, una de las cosas que relativamente en obediencia es de las más fáciles de hacer es diezmar pero es de las más difíciles porque no lo queremos soltar y pensamos: “Que tal si no me alcanza y que tal si Dios se olvida de mí y sus promesas no son válidas” y no queremos diezmar pero Dios dice “Tienes que ser pescador de hombres” y para ganar almas nos tenemos que despertar y venir a la iglesia, tomar unos folletos y vamos a una colonia y estamos ahí por hora y media y acabamos y volvimos a la iglesia y ya pasaron 3 horas, pero para dar el diezmo es más rápido pero es de las cosas más difíciles. Un cristiano maduro es un cristiano que ha aprendido a diezmar.

2. La razón del diezmo

Dice Malaquías 3:10 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” De tal manera que dice la palabra de Dios “Trae todos los diezmos al alfolí” es bíblico y Dios lo manda, Dios no dice “si quieres lo traes o si no quieres no lo traes”. Hay quienes van a decir que el diezmo es del Antiguo Testamento y hay gente que cree que tienen que dar de acuerdo a lo que Dios pone en su corazón 2 Corintios 9:7 dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”  Entonces uno dice: “Yo voy a dar como Dios puso en  mi corazón”  pero yo he visto una y otra vez que aquel que le da la espalda al diezmo y dice que va dar conforme lo que Dios ponga en su corazón la gran mayoría de veces ni siquiera llega al 5% porque no siente esa responsabilidad de dar a Dios. Él nunca dijo en su palabra “ya no vas a diezmar” pero Dios siempre establece en su palabra que debemos de diezmar y es uno de los mandamientos que como cristianos debemos de seguir obedeciendo y he visto que una persona que diezma es bendecida por Dios pero vamos a suponer que el diezmo era del Antiguo Testamento pero tú continúas diezmando, Dios te va bendecir por diezmar.

Dice Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” Es un mandamiento, Dios quiere que diezmemos, si amamos a Dios vamos a dejar de mentir, vamos a ser honestos, vamos a ganar almas, vamos a ir a la iglesia, vamos a leer su palabra, vamos a orar, vamos a diezmar.

Otra de las razones del diezmo es que Dios es dueño de todo. Dice 1 Crónicas 29:14 “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” Todo es de Dios y todo lo que tenemos no es nuestro, a veces pensamos: “Le voy a dar el diezmo a Dios” como si le estuviéramos haciendo un favor a Dios, para que Dios no nos esté molestando, “le voy a dar su diezmo, para que Dios me bendiga” como si fuera para recibir más pero no, es así cómo “Voy a dar un peso pero espero de ti dos y para mañana” no es que le estamos haciendo un favor a Dios, no es que Dios necesita de nuestro dinero, Él es dueño de todo.

Hace años le testifiqué a mi abuelo y me decía “Yo no necesito de Dios” y todos necesitamos de Dios y debemos ser agradecidos a Dios por el trabajo que tenemos, por la inteligencia que Dios nos da, por el poder levantarnos cada mañana para ir a trabajar y que hermoso que después de una semana o quincena recibimos un salario y entonces decimos “Esto es de Dios, Él me lo ha dado” y se lo damos de todo corazón porque todo es de Dios.

Dice Proverbios 3:9 “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;” Aquí está otra vez la palabra primicias, uno de los requisitos que vimos primero es que el diezmo no es hasta el último, no es pagar primero la renta, gasolina al carro, pagar el cable y hasta el final el diezmo, dice “Con las primicias”, de tal manera que el diezmo es primero, el diezmo se aparta cuando recibimos el cheque. Debemos de apartar el diezmo porque son el fruto de la bendición de parte de Dios y es una manera de honrar a Dios a través de nuestros bienes que Él nos da, nos ha dado la salvación y lo menos que podemos hacer es darle al Señor el diezmo. Hay que enseñar a nuestros hijos a diezmar pero si nosotros no estamos diezmando, nuestros hijos no van aprender a diezmar. En la mañana estábamos hablando de las cosas de las cuales nos interesamos como papás, por ejemplo un papá que le gusta el béisbol así los hijos van a ser beisboleros, si al papá le gusta el fútbol sus hijos van a ser futboleros pero si el papá da su diezmo los hijos van a ver y van a decir que es importante el diezmo.

3. El resultado del diezmo

Malaquías 3:10 dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Habrá bendición, Dios dice: “Derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Los versículos 11 al 13 nos recuerda la palabra de Dios que el devorador va ser detenido por Dios y va a bendecir el fruto de nuestra tierra y la gente va alabar a Dios y nos dirán benditos de Dios y todo porque simplemente comenzamos a diezmar, hay que traer los diezmos, no dice: “Espera al pastor en tu casa”  sino dice que des un paso y luego otro y trae el diezmo.

Uno de las razones de cómo comienza el diezmo con el pueblo de Israel es que los Levitas eran los que no iban a heredar como las otras tribus de Israel, el pueblo de Leví eran escogidos por Dios para estar en el sacerdocio y ellos no tenían tierras, ni animales y Dios le dijo al pueblo de Israel que ellos iban a diezmar y traer eso al tabernáculo (La casa de Dios en ese tiempo) y el diezmo iba ser recibido por los Levitas, ellos iban a servir en la casa de Dios y por eso ahora leemos en Malaquías “Haya alimento en mi casa.”

La manera en que una iglesia funciona no es a través de que el gobierno nos mande dinero para construir una pared, levantar salones, comprar folletos, mandar misioneros pero la iglesia se suple de la misma iglesia. De tal manera que cada uno de ustedes es parte fundamental para que la iglesia siga adelante, Dios es por supuesto y sigue por causa de Dios y nos puede usar para que cada persona que es salva y cada misionero que enviamos a través de nuestra iglesia sean bendecidos. La iglesia no es un club social, no es para venir y perder el tiempo, sentarnos y que nos hagan cosquillas y salir, la iglesia es para poder alcanzar a las almas que están afuera. Lo que inviertes y diezmas es usado para que no solamente podamos construir y seguir adelante sino que también es para que almas sean salvas y Dios nos puede usar a través del diezmo.

Dice Lucas 6:38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.’’

Dios ve al dador, nunca he visto a un dador triste, porque siempre el dador termina siempre alegre pero tampoco he visto a alguien que se guarda todo que sea alegre, ¿no se han dado cuenta que la gente que no da se ve como si hace veinte años chuparon un limón y así siguen? 

El dar trae alegría, el dar a Dios trae mucha más alegría, el dar a Dios no solamente nos trae alegría pero también dijo que el pueblo dio con gran regocijo, no dieron tristes, estaban contentos y es interesante que el dar trae alegría pero no solamente eso, el que da recibe porque dice la Biblia “Dad y se os dará.” Así que da y Dios no se va olvidar de ti, tú da y Dios va a cuidar de ti, tú das y Dios va a decir: “A la siguiente oportunidad o problema yo voy a estar ahí y te voy ayudar” porque Dios tiene cuidado de nosotros, Dios nunca nos desampara, siempre está a nuestro lado. 

1 Timoteo 6:6-10 dice: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.” Nadie trae una torta bajo el brazo y entonces dice la Biblia que nada trajimos a este mundo y nada nos podemos llevar. “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” Dios quiere que nos despojemos de nuestro dinero, de nuestra cartera, ahora Dios ya tiene todo nuestro corazón (se supone) el día que le pediste salvación a Dios le diste todo tu corazón a Dios y el destino de nuestra alma lo hemos puesto en las manos de Dios y le hemos dado nuestro corazón para que nos salve y ahora nos pide el 10% y ya le dimos nuestra vida y corazón. Al final cuando uno muera nada vamos a llevar al cielo pero cómo nos cuesta confiar en Dios porque Dios dice que el amor al dinero no es bueno y cuando comenzamos a diezmar, comenzamos a entender que el dinero es amoral y simplemente un objeto que Dios usa para que seamos ordenados en nuestras vidas. 

Seamos agradecidos, para que comencemos a estar contentos con todo lo que Dios nos da y cuando seguimos en obediencia a su palabra y le decimos al Señor: “Voy a creer en ti y poner mi fe en ti que al dar mi diezmo, el 90% que me queda me va a rendir más y me va ayudar mas que el 100% que yo me hubiera quedado si yo hubiera diezmado.” Pon tu confianza en Dios, yo no he visto a alguien que sea un fiel diezmador que este todo triste y afligido y en la calle de la amargura y que diga: “No diezmen, es la peor maldición a la que  pueden entrar” al contrario, pueden testificar y decir: “He sido fiel al Señor, di mi diezmo y Él ha sido fiel para conmigo.” Tenemos que obedecer al Señor en vez de poner tantas objeciones: que la ley, que yo soy bueno, que yo hago esto o aquello. Más simple no se puede ser. Comienza a diezmar.