Parábola de los dos hermanos 

Mateo 21: 28 – 32

21:28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.

21:29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.

21:30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.

21:31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

21:32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Vamos a ver en esta noche ésta parábola de los dos hijos. 

En el versículo 28 el Señor está haciendo una pregunta a los sacerdotes y a los escribas y les está haciendo ésta pregunta. 

“¿Qué os parece?; les voy a contar algo ¿qué os parece?”

21:28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña.

Y el primer hijo le dijo que no iría, pero después arrepentido fue; y el segundo le dijo, si quiero pero después no fue, y el Señor termina haciendo una pregunta ¿cuál de los dos hijos hizo la voluntad de su padre? 

¿Por qué estaba haciendo el Señor Jesucristo ésta pregunta?
El Señor les estaba haciendo ésta pregunta y les estaba contando ésta parábola, porque ellos también estaban enojados, porque el Señor Jesucristo estaba enseñando en el templo y ellos llegaron muy autoritarios, lo vemos en el versículo 23, 

Mateo 21:23 Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?

Se parece mucho a los enemigos de los judíos cuando en Esdras ellos continúan construyendo el templo y vienen ellos y dicen después de la predicación de Hageo y de Zacarías, vienen y dicen:

– ¿Por qué están ustedes volviendo a construir el templo?¿quién les dio esta autoridad? y ¿quienes son aquellos que están encargados de ésta obra? 

Y aquí de la misma manera, dice la palabra de Dios que vienen los principales sacerdotes, los ancianos del pueblo, se acercan mientras el Señor Jesucristo estaba enseñando, y dicen:

– ¿Por qué estás enseñando? ¿con qué autoridad? ¿quién te dio esta autoridad? ¿por qué estas haciendo estas cosas?

Y el Señor Jesucristo contesta:

– Yo también os haré una pregunta.

Quizá estas personas vinieron con mucho orgullo y mucha jactancia, y yo no se ustedes pero cuando viene alguien así, de una manera arrebatada, arremetida, jactándose de su autoridad, como que no nos gusta, por lo menos a mi no me gusta.

Hace tiempo fui a recoger a mi esposa al aeropuerto y llegué con mis hijos en la ben de 15 pasajeros, me estacione, mi esposa ya me estaba esperando, la saludé, tome su maleta y la metí; y llegó uno de los federales, con mucho amor y cariño y  me dijo:

– ¿Qué está usted haciendo aquí?

Y me daban ganas de contestarle: “vine a comer cemitas”, me daban ganas de contestarle de otra manera, y le dije:

– Vine a recoger a mi esposa, vine de un viaje largo y vengo con mis hijos.

Pero este federal venía con mucha jactancia y prepotencia entonces me dijo:

– Muéstreme sus papeles 

Y no se cual fue otra pregunta que me hizo; y como ustedes hermanos yo soy igual, débil y a veces gente nos hace enojar ¿amén hermanos? ¡hay gente que nos hace enojar!

Y uno no se enojaría si viene alguien con autoridad y dijera:

– Sabe que, tengo que hacerle esta pregunta porque viene gente que no es autorizada a recoger gente y nos tenemos que asegurar que usted está autorizado y no se, a lo mejor es su familia y que lo hicieran de una manera amable ¿amén? 

¿Cuántos están de acuerdo conmigo? ¿Con su pastor? 

¡Gracias hermanos! 

Y entonces, me dijo:

– Quiero ver sus papeles

Y le dije:

– No le voy a mostrar mis papeles porque no estoy haciendo nada malo.

Y casi casi, le quería decir, yo soy el pastor de la Iglesia Cristiana Bautista. Y me dijo:

– Ok, voy a llamar a mi superior (algo así)

– ¡Está muy bien! – Le contesté 

Y regresó con una señora federal, y la señora muy amablemente, que bueno ¿amén?. Muy amablemente ella si me dijo:

– Mire, solamente queremos ver si sus papeles están bien, y le dije:

– Ok, esa es la manera de tratar a la gente, aquí están mis papeles, y como un ciudadano que actuó de manera cívica con las autoridades, le di mis papeles a ésta señora federal de caminos. 

Estos que vinieron (los hombres del pasaje) ¿cómo habrán llegado?

Yo creo que llegaron de una manera prepotente, déspota, mala, y llegaron diciendo:

– ¿Quién te dio esta autoridad? 

Y el Señor Jesucristo responde de una manera amable. A propósito hermano, y creo que esto lo mencioné hoy en la mañana, estamos en tiempos en donde todo el mundo está medio enojado y sabes, tenemos que ser amables con la gente, tenemos que entender que hay otros que quizá estén más nerviosos porque ven más noticias, que estén más nerviosos porque no saben que va a pasar, quizá sea el fin del mundo y tenemos que contestar de una manera amable y respetuosa. 

Jesús contestó de una manera amable y respetuosa, y cuando Él contesta dice:

– Ok  a mi me gustaría hacerles una pregunta también. Y la pregunta es esta

Mateo 21:25  El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?

Y ellos dijeron ¡wow! y estaban discutiendo entre sí

Mateo 21:26 Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.

Y entonces ¿qué hicieron? ¡no le contestaron!

Le dijeron 

Mateo 21: 27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.

Ellos tenían la respuesta, ellos sabían que el bautismo de Juan realmente era del cielo pero ellos no querían creer, ¿por qué? porque había orgullo en su corazón. Y entonces el Señor Jesucristo les dijo:

– ¿Saben que? Ustedes vieron lo que Juan estaba haciendo, y ustedes vieron que publicanos y rameras estaban creyendo a la predicación de Juan y aceptaron obedientemente lo que Dios les estaba diciendo que hicieran que era el bautismo y entonces ustedes al ver eso no lo hicieron. 

Y por eso es ésta parábola, en la parábola les está tratando de hacer ver a ellos que estaban mal, ¿en que estaban mal? estaban mal al no arrepentirse, estaban mal al escuchar la voluntad de Dios para sus vidas, al escuchar la predicación de Juan y no haber hecho nada al respecto. 

Hermano, hermana cuando nosotros escuchamos predicación de la palabra de Dios, tenemos la obligación de hacer algo, no podemos quedarnos y decir “no yo no quiero escuchar, o ya escuché” ¡no! ¡Tenemos que hacer algo cada uno de nosotros!

Ahora hay 4 tipos de personas en ésta parábola, vemos 2, pero hay cuatro, ¿cuáles son éstos dos?.

Los dos primeros son el hijo que responde “no quiero” pero al final obedeció; el segundo es aquel que dijo “si quiero” pero al final no obedeció; pero hay otro tipo, el otro tipo es el que dice “no quiero” y al final no obedece, ¡ese está peor! ¿amén?, y luego hay otro tipo de persona que dice “si quiero” y si obedece. 

Entonces tenemos al que dice:

– No quiero y obedece

– Si quiero y no obedece

– No quiero y no obedece

– Si quiero y después lo hace, obedece. 

Cada uno de nosotros estamos dentro de estos cuatro tipos de personas, oigo obedezco, oigo obedezco o no obedezco. El resultado pueden ser dos cosas obedezco o no obedezco, el resultado solamente son dos cosas, si lo hago o no lo hago. Pero ¿cuál es mi reacción cuando escucho que hacer?

Vamos hacer un tipo de ejercicio. Vamos a enlistar 10 cosas y si usted tiene una hijita cerca, escriba cuál ha sido su reacción y cuál ha sido su respuesta, en este caso, el padre de familia dijo “ve y trabaja mi viña” y el primero dijo: no, no quiero,  su reacción fue no quiero, pero su respuesta final fue que sí lo hizo, al principio fue no y al final fue si, el segundo hijo su reacción fue: sí, sí papá lo voy hacer pero su respuesta final ¿cuál fue? no, que no lo hizo. Al final nuestra respuesta va a ser la que vale, oh sí, debemos de tener cuidado de decirle “no” a Dios, pero el punto aquí no es el “sí o el no” al principio, la reacción; sino el punto aquí quien finalmente obedeció. 

Voy a enlistar algunas cosas y para que usted piense, ¿ok? ¿cómo yo respondo cuando Dios me dice que yo haga algo?

1.-¿Cuándo escuchaste a Dios, que debías de ir a la iglesia, cuál fue tu reacción y cuál fue tu respuesta al final? 

2.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, que debías leer tu Biblia, cuál fue tu reacción inicial y cuál fue tu respuesta final?

3.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, que debías de orar, cuál fue tu reacción inicial y cuál fue tu respuesta final?

4.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, que debías de compartir de Cristo con alguien más, hablarle a alguien de Cristo, que dijiste al principio y qué es lo que estás haciendo? 

5.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, que debías de obedecer a tu pastor, qué pensaste?

6.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, quizá leyendo la Biblia en alguna predicación y Dios te dijo “tienes que quitar éste pecado de tu vida” quizá mentira, malas palabras, robar, matar, adulterio, fornicación, orgullo, algún pecado, escuchaste directamente a Dios, y nada más piensa en algún pecado, qué le dijiste a Dios? ¿Sí y tu respuesta final fue sí? o dijiste ¡no! ¡eso yo no lo veo tan malo! Y no lo haz dejado o dijiste ¡no! ¡eso no me parece tan malo! Pero arrepentido ya dejaste ese pecado.

7.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, que cambiaras tu manera de ser o de vestir? Y esto tiene que ver un poquito con convicciones, ¿qué le dijiste a Dios? Al principio le dijiste ¡No! Por ejemplo en los hombre, no yo nunca me voy a cortar mi cabello, porque es muy hermoso, y te lo cortaste, o en las mujeres a lo mejor dijiste, yo  nunca me voy a quitar mis pantalones, y al final Dios trajo convicción a tu vida y lo hiciste ¡gloria a Dios! ¡Amén!

8.- ¿Cuándo escuchaste a Dios, dar a la obra misionera, cuál fue tu reacción inicial y cuál fue tu respuesta final?

9.- ¿Cuándo escuchaste a Dios decir, hey tienes que hacer a un lado tu orgullo, que le dijiste a Dios?

10.- ¿Cuándo Dios te dijo que deberías amar a tu esposo, a tu esposa, a tu familia, a tus padres; qué le dijiste a Dios? 

La respuesta de estos hijos fue totalmente diferente, uno dijo “yo no quiero, pero después arrepentido fue” y el otro dijo “sí Señor, pero después, no fue” 

Aquí vemos algunas cosas antes de entrar al mensaje y la primera es que vemos la voluntad del padre, la voluntad del padre en este caso decía “quiero que mi hijo trabaje, tengo una viña y hay una necesidad” y esa era la voluntad de su padre y dijo “quiero que mi hijo trabaje en la viña” ese era su deseo, esa era su voluntad; la otra cosa que vemos acá, es el mandamiento porque no le dijo a su hijo, “hijo, mira ¿no te gustaría ir hoy a trabajar a mi viña?” ¡no!, sino le dijo “ve hoy a trabajar en mi viña”. Esto nos habla de una manera directa y sin rodeos que como papás, podemos nosotros hablar a nuestros hijos, ni si quiera dijo “por favor”, normalmente, creo que el 90 o 95% de las veces yo tengo que decirles a mis hijos “por favor” pero sabes, ni siquiera debemos o deberíamos decirle a nuestros hijos por favor, podemos Bíblicamente decirle a nuestros hijos:

– ve y saca la basura. Y no te debes de sentir mal, no le digas “mi hijto, mi hijta, ¿pudieras? ¿te gustaría? ¿quisieras? ¡andale por favor! ahora si no quiere yo lo hago, pero ¡por favor! ¡andale mi hijto haz esto! 

¡No! Podemos, tenemos la autoridad Bíblica, para decirle a nuestros hijos, ¡ve y haz esto! 

¿Como le dijo a su hijo? – Ve hoy, no mañana, no cuando tu quieras, hoy a trabajar en mi viña, y el dijo:

– No quiero.

Ahora su papá no lo mandó a la horca a matar a asesinar, a nada de eso. El tuvo paciencia y entonces fue con su otro hijo y le dijo: 

– Ve a trabajar hoy a mi viña, y el hijo le respondió 

– Sí señor, éste hermanito que yo tengo ¡es un insolente!, quien se cree, pero yo ¡sí papá yo voy! ¡ay yo si te quiero mucho!

Y al final no lo hizo. 

Y el Señor Jesús pregunta ¿quién de los dos, hizo la voluntad de su padre? Y ellos dijeron, el primero. 

Vemos la voluntad, vemos el mandamiento, vemos la reacción inicial (que uno dijo no y al final lo hizo, y el otro que dijo sí y al final no lo hizo) y vemos la respuesta final y ¿cuál fue la respuesta final?

La respuesta final fue totalmente contraria a su reacción inicial, uno dijo, arrepentido fue, y el otro ¡ah! todo despreocupado, no fue.

1.- Todos estamos bajo autoridad.

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

¿Sabes quién a puesto a nuestros presidentes y a nuestros gobernadores? Dios.

Pero hay un problema, el problema es que la mayoría de ellos, no entienden que Dios los ha puesto ahí; hay otro problema y es que como cristianos debemos de obedecer a Dios antes que a los hombres, si la autoridad viene y me dice “niega a Dios” ¿qué vas hacer?” ¡wow! Es una buena pregunta ¿amén? porque si la autoridad viene y dice “niega a Dios, y sino te mato” ¿qué vas hacer?. Muchos en el pasado han obedecido a Dios y han muerto, por el hecho de obedecer a Dios. Todos estamos bajo autoridad. 

2.- No hay autoridad sino de parte de Dios.

Dios ha puesto a las autoridades, Dios a puesto autoridad, joven, en tu vida, y esa autoridad ¿quiénes son? ¡tus papás! ¿amén?

Dios ha puesto autoridad en ti hermano, hermana, estás trabajando en algún lugar, Dios ha puesto una autoridad en tu trabajo, de tal manera que cuando la persona para la que trabajas, si está dentro de los límites de tu trabajo, te dice que hagas algo y tu dices “¡pero usted quién se cree para decirme lo que debo hacer!”. Estás saliendote de la línea, estás insubordinandote, ¿por qué? porque tienes una autoridad, esa aquella persona que te está dinero para que tu sigas adelante con tu familia y traigas dinero a tu hogar. 

En la iglesia tenemos autoridades aún, en la iglesia Dios ha puesto al pastor y Dios nos ha puesto al resto de nosotros para seguir y obedecer al pastor.

Hay otro mensaje en el que yo se que el pastor no debe de ser autoritario, no debe de ser alguien que use el púlpito o su título para salirse con la suya, yo creo que eso no debe de ser así; pero también entiendo y veo que hay una gran responsabilidad para el pastor de buscar la voluntad de Dios y lo mejor, hermano, hermana que tu puedes hacer en tiempos como los que estamos viviendo sin precedente es orar por tu pastor, y agradezco a varios hermanos que ahí en el whatsapp alguien puso “oremos por el pastor” ¡gracias hermanos por orar por el pastor!

Pero no hay autoridad sino de parte de Dios, sigue diciendo el versículo 1 de

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

3.- Nuestra obediencia a Dios debe ser nuestro deseo

Nuestro deseo debe de ser ser obedientes a Dios ¿por qué? porque tenemos un Padre Celestial que nos ha comprado ha derramado, ha dado a su hijo y Él ha muerto en la cruz por nosotros y lo que Él me pide, no se compara con lo que Él ya ha hecho por mi, lo que Él ha hecho por mi es muchísimo, lo que Él ha dado y sacrificado, amado y mostrado su amor hacía conmigo no se compara con lo que Él me puede a mi pedir. 

El me pide muy poco en comparación con lo que Él ha hecho por nosotros, Él me pide muy poco simplemente, cuando Él me dice “hey da tu diezmo” 

– ¡oh Señor, pero eso!

– Hey obedeceme, hey ve a la iglesia, hey no hagas esto, no hagas aquello.

Nuestra obediencia a Dios, debe ser nuestro deseo.

Juan 6:38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Jesús mismo siendo enviado, Él vino a este mundo para hacer la voluntad de su padre, Él dijo en Getsemaní diciendo “por favor no se haga mi voluntad, sino la tuya” El rogándole a Dios “yo no quiero hacer mi voluntad”. Todos los días deberíamos de levantarnos con esa actitud, diciéndole a Dios “el día de hoy, yo no quiero hacer mi voluntad, sino la tuya”. 

Y ¿sabes como se llama eso? Rendirme a Dios. 

4.-Nuestra obediencia a Dios, termina hasta que morimos

No es antes y decir “bueno como que yo ya soy un buen cristiano ya no le tengo que obedecer, ya tengo un título en dónde puedo dar un paso para desobedecer.

Pero hay un problema y el problema es que por causa de nuestra situación, de nuestra posición, de nuestro orgullo, por causa de cómo nosotros podemos llegar a ver a los demás, pensamos que ahora sí tenemos el título que nosotros nos damos automáticamente y este título dice “ahora si lo puedes hacer”.

Hace muchos años Tiger Woods dió una conferencia de prensa y en ésta conferencia de prensa, él hablando con los reporteros a nivel nacional dijo esto:

“Quiero pedir perdón a todos ustedes por la manera en la que actué hace unos meses, pensé que por la situación en dónde yo me encontraba de éxito y de fama, yo tenía el derecho y el título de engañar a mi esposa y hacer lo que hice”

Y él lo estaba reconociendo, el estaba diciendo “me deje engañar por mi situación económica, mi fama, mi éxito, y entonces yo pensé que tenía el derecho de hacer lo que yo quisiera”.

Y hermano, hermana debemos de tener mucho cuidado con eso porque comenzamos a ver cosas a nuestro alrededor, y decimos: “ok, porque él lo hizo, entonces yo tengo derecho” “porque yo tengo éste nivel económico yo tengo derecho” “porque…” y aún gente en nuestros días que están perdiendo su negocio su trabajo, no van a recibir sueldo por una semana, dos semanas, tres semanas, cuatro semanas, van a llegar a pensar esto y van a decir “ok, por la situación que pasamos, porque estamos viviendo tiempo sin precedentes, porque estoy ahora en pobreza cuando no debía haber estado, ahora tengo derecho de robar” y va haber gente que lo va hacer, se va a dar ese título y auto derecho de decir, por esta y esta y esta causa yo tengo el derecho, y hermano, hermana, ese derecho de hacer lo que yo quiero hacer no se termina  sino hasta que yo muero. 

Porque dice la palabra de Dios, veamos lo que dice en 

Filipenses 2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Jesús fue obediente hasta ¿cuándo? hasta que murió. 

Pastor eso quiere decir que después de morir ya no tengo que ser obediente. ¿Sabes qué? Después de morir vamos a estar en su presencia y dice la palabra de Dios que ya no va haber más pecado, tu vas a estar delante de la presencia de Dios y lo único que va haber delante de ti va a ser obediencia a Cristo, va a ser obediencia a Dios; vas a querer portarte mal y no vas a poder ¿amén hermano? porque vamos a estar en un lugar puro, en un lugar bueno, como cuando antes era en el jardín del Edén, no va haber maldad en nosotros ¿por qué? porque vamos a estar en la presencia de Dios, pero mientras no llegue ese tiempo, ¿hasta cuando pastor, debo de obedecer la Biblia? ¿hasta cuando debo de obedecer lo que me manda Dios? 

Bueno, hay que ser obedientes hasta que morimos. 

5.- Nuestra obediencia a Dios debe siempre ser sí en el sí 

¿Amén?

Nuestra obediencia a Dios siempre debe de ser sí en el sí, que mi primera reacción cuando Él me dice “haz esto” debo decirle “ok, ok, como que mi cuerpo quiere decir que no, pero te voy a decir que sí, y te voy a decir que sí, porque se que esa es tu voluntad y voy hacer todo lo que yo pueda para obedecerte” 

Y eso es lo que cada uno de nosotros necesitamos hacer. 

Terminando aquí con ésta parábola dice en 

Mateo 21:31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras (aquellos que ustedes piensan que por ser los que juntan el dinero y los impuestos y los tachan de malos, pero por el otro lado a esas mujeres rameras y prostitutas dice El) van delante de vosotros al reino de Dios.

¡Como les ha deber caído eso! ¡Como un balde de agua fría! 

Decirle a estos principales sacerdotes y a estos ancianos que una ramera y un publicano van delante, ¿por qué van delante? Y Él lo explica aquí 

21:32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, (justicia hablando de predicando la verdad, predicando la palabra de Dios, y ustedes que se supone que deben de decir “sí a la palabra de Dios, sí a Dios”) y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras (pudieron ustedes haberlos catalogado “miren cómo están viviendo, una vida desordenada y en pecado, <<¡oh! nosotros somos puros y limpios>> pero dice…) le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Va haber algunos entonces que le van a decir a Dios 

-“si creo en tí” pero al final no se van a arrepentir

– “oh si creo en tí, si creo en Dios y esto y aquello” y al final van a ir al infierno.

Porque no importa cual sea la reacción de uno al principio “oh sí creo” sino cual es la verdadera respuesta.

Creo realmente y le obedezco, arrepentido creo. Pero hay otros que como nosotros espero que al haber escuchado el camino de salvación, dijimos “si creo y arrepentidos le pedimos a Él salvación”

¡Qué bendición que podemos nosotros creer en Él y arrepentidos decirle Señor <<yo creo en tí, yo se que he pecado, yo se que soy un miserable pecador que merezco el infierno, pero creo en tí>>. Y eso trae mucha recompensa, la vida eterna. 

Los sacerdotes y los escribas, vieron eso y no se arrepintieron.