No creíste las buenas nuevas

Lucas 1:11-20

11 “Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.

14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;

15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.

20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.”

Zacarías era un sacerdote y como dice la palabra de Dios era una costumbre para los sacerdotes ofrecer incienso de manera especial y dice el versículo 10 que toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso, mientras tanto que Zacarías estaba dentro del templo que había sido reconstruido, era un lugar especial que cuando se ofrecía ese incienso era algo solemne y dice la Biblia que se aparece el arcángel Gabriel y empieza a hablar con Zacarías y dicen los versículos 12 y 13 “Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída…” De tal manera que Zacarías había estado orando por algo en especial. Qué hermoso cuando estamos orando por algo y Dios nos oye. Sabemos que fue Dios quien escuchó nuestra oración. Dice: “Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.” Y luego dice “Y tendrás gozo y alegría,”  y cuando vemos el nacimiento de un bebé nos da gozo y alegría y no solamente de un bebé sino el saber que Dios contesta nuestra oración y dice el versículo 15 “porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo,” y el siguiente versículo dice “Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.” No solamente le está diciendo el ángel a Zacarías que va a tener un bebé, no solamente va a tener un bebé y que va a traer gozo a muchos de ellos y Gloria a Dios cuando nace un bebé, nos trae gozo, pero de repente empieza en malos pasos, los papás no hacen lo que deben de hacer para criarlo en los caminos del señor y luego son dolor de cabeza, dice la Biblia que el niño consentido es vergüenza a su madre y entonces no iba a ser así con Juan. Y dice la Palabra de Dios  “Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.” Nuestro deseo debería de ser que cada uno de nuestros hijos sean usados por Dios para que ellos prediquen y hablen y muchos se conviertan al Señor.

Entonces Zacarías le responde al ángel en el versículo 18 “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.” En este capítulo encontramos dos ocasiones en que Gabriel está hablando con dos personas. Está hablando con Zacarías pero más adelante está hablando con María. Zacarías dice en el versículo 18 “¿En qué conoceré esto?” Y más adelante en el versículo 34 María le responde: “¿Cómo será esto?” Y son más o menos la misma pregunta. Ahora, la respuesta de Zacarías va un poco más allá porque le está dando a conocer al ángel y le dice que él es viejo y su mujer de edad avanzada y el versículo 19 dice: “Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” Dios es quien conoce el corazón de cada uno de nosotros y Dios conocía el corazón incrédulo de Zacarías. 

Zacarías era un sacerdote, era alguien que servía a Dios, era alguien que conocía la Palabra de Dios y dice el versículo 6 que ambos eran justos delante de Dios. La palabra justos nos habla acerca de la justicia que Dios nos da y cómo nos ha salvado y  Dios habla de ellos que eran justos y andaban irreprensibles. Zacarías era alguien entregado al Señor, alguien que caminaba con Dios, alguien que era salvo y amaba a Dios, era alguien que iba a la iglesia, alguien escogido para ofrecer el incienso mientras que el pueblo estaba fuera orando y esperando y era alguien que oraba para que tuvieran un bebé y entonces viene el ángel y le dice: “Zacarías, Dios ha escuchado tu oración, eres aquel predicador, aquel hombre entregado y has estado orando y sabemos que has estado orando. Vengo a traerte buenas noticias, buenas nuevas. Tu esposa va a dar a luz y este hijo va a traer gozo, va a ser predicador, va a ganar almas y va a hacer que muchos se conviertan al evangelio.” Y Dios podía ver el corazón incrédulo de Zacarías. Entre María y Zacarías no había mucha diferencia en cuanto a su fe, pero el corazón de María, Dios también lo podía ver y cuando hace su pregunta no la hace dudando sino simplemente ella está pensado: “Pues ¿cómo va a ser todo esto?” La pregunta de Zacarías es “¿En qué conoceré esto? Pues yo soy viejo y mi esposa de edad avanzada” como diciéndole al Señor “como que esto es algo imposible, algo que no puede ser” y entonces le respondió el ángel: “por cuanto no creíste mis palabras quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que esto se haga por cuanto no creíste mis palabras.” Zacarías, aquel sacerdote entregado, irreprensible y justo no le creyó a Dios. 

¿Cuántas cosas hay que Dios dice y que tú no le crees? Ya has creído en Cristo como salvador y a toda su palabra y constantemente crees en Dios pero de repente viene algo de parte de Dios, algo que ha estado quizás en tu corazón y de ese algo dices que eso no puede ser posible, todo lo demás sí, pero esto no puede ser posible y entonces Dios dice que él te lo puede dar, te puede bendecir, ha escuchado tu oración.

Zacarías de la misma manera que los judíos estaba demandando señal, su pregunta era en base a que quería ver una señal para saber que realmente iba a ser así y Dios vio su incredulidad. Ya hemos creído a varios de sus mandamientos, a varias de sus promesas, creemos en Dios, oramos, nos levantamos y leemos la Biblia y quizás ese mandamiento se nos hace fácil y lo creemos pero cuando Dios nos empieza a decir que él viene pronto y empieza a decir que está con nosotros y que hay una mansión y que podemos hablarle a nuestra familia y ellos pueden ser salvos decimos: “Él no puede ser salvo”,” ella no puede salva”, “no creo que pueda ser así” y Zacarías decía: “yo lo creo todo pero necesito una señal para creer esto” y el ángel de Dios le dice: “¿No crees? ¿Quieres una señal? pues te voy a dar una señal.” Y Dios hizo aquí dos cosas: la primera es que hizo juicio hacia Zacarías, le dio una señal de que iba a quedar mudo pero no solo eso, también era una señal diferente porque pudo haber hecho como con Gedeón, cuando el vellón amaneció mojado y todo lo demás seco y otro día todo mojado y sólo el vellón seco pero ese juicio que Dios hizo no fue contra alguien más sino contra Zacarías, en otras palabras fue un castigo hacia él. Fue un castigo y fue una señal hacia Zacarías.

Le dijo el ángel: “No creíste las buenas nuevas, por tanto esto es lo que va a suceder.” Mateo 14:31 dice: “Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” En otras palabras le dijo: “¿Por qué no creíste en tu corazón? Has creído a esto y esto pero en este momento estás dudando, Pedro.”

Aún Juan, quien fue el hijo de Zacarías, que había predicado “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y Juan estaba en la cárcel y estaba pasando un momento difícil y dice Mateo 11:2-3 “Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” Juan ya había predicado de Cristo pero de la misma manera que su papá, llegó un momento de duda e incredulidad, quizás por las circunstancias, por los problemas, por lo que estaba pasando y ¿sabes qué? Estamos pasando momentos difíciles, momentos de pandemia, y ¿sabes lo que sucede? Empieza a venir la duda y ese momento de duda, tú tienes que cuidarte de que no se queda ahí, porque Zacarías estaba en un momento de temor, quizás en esa mañana su esposa se peleó con él, quizás unos días antes tuvo problemas en el templo, no sabemos, pero sabemos que un momento de duda Zacarías dijo: “¿Cómo conoceré esto?” Y en Mateo 11:3 el Señor Jesucristo con compasión les dice: “Vayan y díganle que los cojos andan, los ciegos ven, los sordos oyen, yo estoy haciendo milagros” y entonces comienza a decirle a la gente: “¿Qué salisteis a ver?” y está animando el Señor Jesús a Juan, pero de la misma manera que Zacarías, su hijo también entró en un momento de duda.

¿Sabes que cuando entramos en un momento de duda e incredulidad nuestros hijos pueden ver esto? y nosotros de la misma manera podemos pasar nuestras dudas, temores, nuestros momentos de incredulidad a nuestros hijos, pero cuando también le decimos a nuestros hijos: “Estamos pasando por momentos difíciles, pero vamos a seguir confiando en Dios y vamos a seguir adelante” y entonces Dios responde, provee y nos ayuda, y nuestros hijos pueden ver eso y un día cuando  estén  casados pueden hacer lo mismo, pero si nos la pasamos quejando, y tenemos una vida llena de duda nuestros hijos corren el riesgo de nunca creer en Dios porque ven eso de mamá y papá.

1. Dios envía buenas nuevas

¿Sabes cuáles son las buenas noticias? Que Cristo nació. Lucas 2:11 dice: “que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Las buenas noticias son que Cristo ha nacido. Debemos de llevar estas buenas noticias a la gente que no conoce a Cristo. Cuando estás leyendo Su Palabra, vas a encontrar una buena noticia, una buena promesa. Al leer su palabra encontramos buenas noticias por eso, es bueno leer y escudriñar las Escrituras. Todos los días Él quiere hacernos saber que Dios es bueno, que es fiel, que nunca nos va a dejar, que Dios está con nosotros todos los días, que somos sus hijos y tiene los ojos puestos en nosotros y necesitamos esas buenas noticias cada día, necesitamos levantarnos y buscar esas buenas noticias de cuánto nos ama, que él quiere lo mejor para nosotros. Cuando nos quejamos y nos levantamos dudando Dios dice: “Yo tengo buenas noticias para ti.” Dios es quien envía constantemente buenas noticias. 

Él nos dice que Cristo nació, que él murió por nuestros pecados, dice la Biblia en Romanos 5:8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. y Mateo 1:21 dice: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Él es la buenas noticias, él es la buena nueva. Hechos 4:12 dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” No podemos ser salvos a través de Buda, de Confucio, solamente a través de Cristo, en él hay salvación. Dios envía buenas noticias.

2. Dios espera que creamos en esas buenas noticias

Cuando Dios dice algo debemos de creerle. Si Dios dice que va a suceder, va a suceder; si Dios dice que un día vamos a estar con él en los cielos, es porque así será; si dice la Biblia que un día vamos a estar caminando por las calles de oro es porque así será.

2 Pedro 1:19 dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;” Esto me recuerda que todo lo que se ha profetizado se ha cumplido y eso nos quiere decir que todo lo que está en Su Palabra va a suceder. Dios espera que creamos a esas buenas nuevas, tenemos la palabra profética más segura. Dios se alegra cuando creemos, se complace cuando creemos, Dios nos bendice cuando creemos.

Dios le dice al arcángel Gabriel: “Ve y dile a Zacarías que su oración ha sido contestada, que va tener un bebé, que le ponga Juan, ve y dile que él va a ser un predicador.” Entonces Gabriel le dice: “Sí, Señor voy a ir y le voy a dar estas noticias.” Entonces él va y le da estas buenas noticias y lo que Dios esperaba es que Zacarías dijera: “¡Wow! ¡tremendo, maravilloso, gloria a Dios!”, pero no fue así. Dios espera que creamos a su palabra, Dios espera que cada vez que él nos dice algo que lo creamos.

Dios dice en Marcos 5:36 “no temas, cree solamente.” Dice Marcos 9:23-24 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.” Tenemos un Dios que para él nada es imposible. 

Como papás nos gusta que nuestros hijos nos crean, pero debemos de ser honestos. Tengo unas primas que me decían: “Primo, no le creas a mi papá, solo creele un 1%” y por eso como papás si les prometemos algo hay que cumplirles. Dios no es como tú y yo y qué bueno porque Dios no es hombre para que mienta. De tal manera que si Dios te dice algo en Su Palabra, créelo. 

3. Dios establece consecuencias cuando no creemos

Dios se molesta cuando no le creemos y no solamente se molesta, no creer a Dios es pecado. De hecho es uno de los pecados que más indigna a Dios y que más consecuencias graves trae porque una persona a la cual se le trae las buenas nuevas de que Cristo es el salvador y esa persona rehúsa creer, la consecuencia es el infierno, no hay castigo más duro que el infierno, solamente por no creer y no poner su confianza en Cristo Jesús, de tal manera que la incredulidad es pecado. 

El gran sacerdote y su esposa eran irreprensibles pero él fue incrédulo. A Dios no le gusta cuando somos incrédulos. Mateo 13:58 dice: “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.” No podemos creer 1,188 versículos cuando en la Biblia hay 1,189; no podemos creer muchos versículos y uno solo no creer. Tenemos creer toda la Biblia, no podemos salteamos ciertos versículos que no nos conviene. “Ese que dice de no robar, ese no me gusta” Tenemos que creer toda la palabra de Dios. Dice Marcos 16:14 “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.” Cuando las mujeres dijeron que habían visto a Jesús, los discípulos no creyeron, pero Jesús les había dicho que iba a resucitar, en todo le creyeron pero en ese momento, cuando estaban sufriendo cierta persecución de los soldados, cierto dolor por su muerte, vino la incredulidad. Cuando viene el dolor, puede venir la incredulidad, cuando vienen problemas y persecución viene el pecado de la incredulidad y cuando venga ese pecado dile al Señor: “Yo sé que tú puedes, pero algo dentro de mí dice que no puedes, ayuda mi incredulidad.”

Dice en Hebreos 3:17-19 “¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.” Dios les había dicho que les daría la tierra prometida y mandaron a 12 príncipes uno de cada tribu. Josué y Caleb dijeron: “sí podemos” y los otros 10 dijeron: “no podemos” y esa incredulidad incentivó al pueblo de Israel a decir que no podían y por causa de su incredulidad no pudieron entrar.

Mucha gente hay que no va poder entrar al cielo por causa de su incredulidad, Dios nos envía buenas noticias, Dios espera que creamos a esas buenas noticias pero Dios establece que los que no creen, terminen en el infierno, no porque Dios no es amor, él es amor por eso envió a su hijo Jesús y lo único que él dice es que creamos que Jesús nos puede salvar, él no nos dice que escojamos una religión, que hagamos sacramentos, que nos bauticemos, que tenemos que cumplir buenas obras, él simplemente dice: “Tienes que creer. No seas incrédulo.”

4. Dios es misericordioso cuando creemos

La misericordia de Dios es nueva cada mañana. Qué bueno que cuando en este punto de nuestra vida fuimos incrédulos, no nos desechó sino que su misericordia es buena para con nosotros.

No hay pecado del cual Dios se disguste más que cuando somos incrédulos. Dice 2 crónicas 30:9 “Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra: porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.”

Él no nos desecha, aquella persona que no quiso escuchar hoy, Dios le da otra oportunidad para mañana y si no quiere escuchar mañana, el siguiente día, pero va a llegar un día que no habrá más oportunidades. Si tú dices “yo no quiero creer que solamente Jesús salva, que él vino y nació en Belén y murió por mis pecados” Dios te está dando otra oportunidad, creen en él, pon tu fe en él, no dejes pasar esta oportunidad porque habrá un día en que ya no habrá más misericordia.

Nos encontramos que tenemos un Dios misericordioso, Dios fue misericordioso con Zacarías y Dios lo juzgó, le dio una señal y lo castigó, y cuando nació Juan le dijeron: “¿cómo le vamos a poner?” y Zacarías pidió una tabla y ahí escribió Juan y entonces habló. 

Dios es misericordioso. Imagínate por todos estos nueve meses Zacarías pensó ¿Cómo no pude creer? Entonces nació Juan y le mostró su misericordia y habló.

No dejes que un problema, un dolor, persecución, algo te haga dudar. No podemos dudar de lo que Dios dice.