Nínive, el pez y Jesús

Jonás era un profeta berrinchudo, renegón, enojón, muy muy enojón que le dijo a Dios “mejor, prefiero la muerte, a que tú me tengas en este lugar” y es de importancia considerar esto, Jesucristo en su ministerio mencionó a varios profetas, pero Jesucristo se comparó con Jonás, tomó a Jonás como una comparación en su vida porque él dijo: “Aquí hay más que Jonás”.

Quisiera hablar sobre el libro de Jonás, pero no quiero hablar mucho sobre Jonás porque realmente si nos ponemos a pensar, no hay mucho que podamos aprender de este profeta, es muy poco lo que podemos observar en él. Quisiera que viéramos otros aspectos en el libro de Jonás.

Vamos a considerar Nínive, el pez y Jesús.

Jonás 1:1-3

1 “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:

2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.

3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.”

Vamos a considerar a Nínive, y tal vez, al momento de considerar a Nínive lo que va a suceder es que vamos a excusar un poco a Jonás, a lo mejor vamos a decir: “Bueno, Jonás yo creo que estaba bien que no quisieras ir a Nínive” y eso claro, sin mencionar que él desobedeció a un mandato de Dios, pero, ¿qué era Nínive? Mucho tiempo de mi vida en Cristo decía “Qué hombre tan rebelde, tan necio, se pone a las patadas con Dios” porque Dios le dijo que iba a ir a Nínive, y ¿qué hizo Jonás? 

Dios le dio un mandato específico a Jonás “Levántate y ve a Nínive aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.”  No era un trabajo sencillo, Jonás tenía que ir a una ciudad que no era parte de Israel, de hecho, eran enemigos del pueblo de Israel. Él tenía que ir a esa ciudad a obedecer el mandato de Dios, pero él no hizo eso. Inclusive no le importó pagar el pasaje, no sé qué tan caro era el pasaje. Tarsis no se ha ubicado en un lugar específico, algunos dicen que Tarsis se refería a un lugar muy lejano, algunos dicen que eran costas de España, no era una travesía cualquiera y tuvo que invertir sus ahorros para poder ir a Tarsis. Pero el motivo es que él quería huir de la presencia de Dios, alejarse de la presencia de Dios porque la presencia de Dios significaba obediencia. Puedo observar que Jonás era un nacionalista, que los intereses políticos de su país le importaban más que obedecer el mandato de Dios.

Nínive era la capital del reino de Asiria. Los asirios eran enemigos acérrimos del pueblo de Israel, incluso Dios utilizó a Asiria para castigar a Israel. Nínive era una ciudad considerada como un espectáculo, era una gran ciudad. Alrededor de la ciudad había una fosa de aproximadamente 30 metros de ancho y 18 metros de profundidad, entonces, entrar caminando a la ciudad era imposible. Tenía unas murallas de aproximadamente 30 metros de alto y no solamente esto también tenía torres de 30 metros de alto, era una gran fortaleza la ciudad de Nínive, era impenetrable,

Muchas de las conquistas que hubo en la antigüedad, fueron con base en sitios, eran sitiadas las ciudades, la gente no podía salir, no podía tener ganado en los campos, entonces había caos y enfermedades y así se conquistaba a muchas ciudades, no dejaban que nadie entrara y saliera hasta que la ciudad tenía que abrir las puertas y así se rendían muchas ciudades, pero Nínive podía aguantar un sitio de veinte años. Nínive no era cualquier cosa, no era un ranchito o cualquier ciudad y dice la Biblia que había ciento veinte mil personas viviendo en Nínive, había uno de los templos más importantes de ese entonces de su diosa que era Asera. En la idolatría pagana que había se hacían cosas atroces por mencionar algunas: sacrificios humanos, sacrificios de niños, y Nínive se reconocía por tener ese lugar.

Entonces, Nínive era la capital no solamente cultural, militar, pero religiosamente hablando era la capital del mundo. ¿Has escuchado acerca del Rabsaces? ¿Qué hizo? El Rabsaces fue a intimidar al rey Ezequías porque era tanta su sed de conquistar. En la geografía, Israel estaba en el paso entre Nínive y Egipto. Egipto era el punto clave, entonces por eso habia choque constante con los judíos pero no eran el objetico principal.

Dice Nahúm 3:1 “¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! Eso era lo que decía Dios de Nínive. En Sofonías 2:13, 15 dice: “Y extenderá su mano sobre el norte, y destruirá a Asiria, y convertirá a Nínive en asolamiento y en sequedal como un desierto. Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pasare junto a ella, se burlará y sacudirá su mano.” Algunas cosas que describen a los ninivitas era crueldad, los asirios eran de los ejércitos más crueles. Cuando conquistaron a Egipto, estrellaban a los niños en las piedras. Los enemigos de Israel eran verdaderos enemigos. Nínive era un lugar de pecado, de rebeldía, de robos, de sangre, no tenían temor de Dios.

Ahora, ¿Qué pensamos de Jonás? Y si consideramos que jonás era nacionalista, pues menos, podriamos decir: “Jonás, qué rebelde eres” Pero muchas veces nos parecemos a Jonás, parece que nosotros somos igual que Jonás, pero me atrevo a decir algo, que a veces somos peor que Jonás. porque si algo puedo decir de Jonás es que al segundo mandamiento fue a Nínive y muchas veces en nuestra vida salimos de la prueba y seguimos yendo hacia Tarsis y nos alejamos de lo que Dios nos está pidiendo. Por ejemplo, ¿a cuantas personas les hablamos de Cristo? Jesús dijo: “Por tanto id, y haced discípulos.” Ese es el deseo de Dios, es el corazón de Dios.

Jonás 1:4 dice:Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.Conocemos lo que sigue. Él decide irse hacia allá, pero ¿quién tiene el control de todo? Dios, Dios es soberano. No hay nada que se escape de su mano. Dios ya sabía de antemano cuál iba a ser la decisión de Jonás, pero vemos que Dios no lo está obligando a ir. Dios tiene todo bajo control. No hay absolutamente nada que se escape de su mano y en este libro de Jonás es algo hermoso que podemos ver que Dios estaba controlando esta tempestad y es impresionante la fuerza del mar y Jonás estaba dormido, estaba descansando y dice que era tan grande la tormenta que se pensó que se partiria el barco y empieza una situación interesante. Dicen los marineros busquen a Dios y le dicen a Jonás “clamale a tu Dios para ver si somos salvados” y después que le hacen algunas preguntas, Jonás dice: “Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra. Esto que está pasando, Dios es el creador de todo esto y además yo soy el problema y se desencadenan muchos acontecimientos que por cientos de años nos ha llamado mucho la atención y es que a Jonás lo echan al agua. Es muy interesante porque el canto que escuchamos dice “Jonás no le hizo caso a la palabra de Dios, por eso al mar profundo la gente lo tiró, y vino un pez muy grande…” pero estos marineros no querían echarlo al mar, ellos querían regresar a tierra pero no pudieron hacerlo porque el mar se ponía más y más bravo y dice el versículo 14 Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido. Eso quiere decir que Dios controla cada aspecto de nuestra vida. Dice el salmista: “Tú cumplirás tu propósito en mí.” No hay absolutamente nada que se salga del control y de las manos de Dios y ellos reconocieron que Dios estaba en control de eso, reconocieron que el culpable era Jonás. Esto me anima a recordar el huerto del Edén. El hombre rompió la relación de una forma claramente desobediente, pero ¿quién buscó a quien? Dios le habló al hombre ¿Dónde estás tú? El hombre estaba haciendo su ropa y Jehová quería tener comunión con ellos. Dios siempre quiere restablecer la comunión con nosotros y es por eso que mandó a su hijo Jesús a morir por nosotros porque no había nada absolutamente en nosotros, no había nada que nosotros pudiéramos hacer para llegar a la presencia de Dios “porque por gracia sois salvos.” Dios siempre está buscando al pecador.

Jonás ya estaba en el mar y creo que no era un espectáculo muy prometedor para Jonás porque se encontraba en el mar y no sé si sabía nadar, no tenía muchas probabilidades de sobrevivir.

Dice Jonás 1:17Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.Si el pez hubiera sido el castigo de Dios para Jonás, probablemente lo hubiera masticado o su sistema digestivo lo hubiera deshecho, pero dice la palabra que tragó a Jonás, hasta en eso tenemos un Dios amoroso, un Dios tierno,.

Pero veamos el aspecto del pez, ¿para qué el pez? y honestamente yo pensaba mucho tiempo que el pez fuera la causa de su castigo, pero ¿cuanta probabilidad tenía Jonás de aguantar en el agua aunque estuviera calmada? Eran muy pocas.

Lo interesante de la presencia del pez es que podemos considerar en este capítulo 2 la oración que él tiene. Recordemos, Dios siempre quiere arreglar la comunión, la relación con su creación. Dios no es un Dios que olvida, Dios quiere cumplir su propósito y había ciento veinte mil personas en Nínive que tenían que escuchar de la misericordia de Dios. Somos útiles en las manos de Dios. Dios quiere que seamos luz, la sal de esta tierra, pero muchas veces no lo hacemos, queremos irnos a Tarsis, queremos la comodidad.

Quiero tocar unos puntos de la estancia de Jonás en el pez, que como sabemos estuvo tres días y tres noches, pero seguramente estar ahí no era un buen lugar, estaba apretado, apestoso, oscuro, pero era ahí donde Dios quería restablecer su relación con Jonás y Dios lo logró. 

Jonás 2:1-4 dice:

1 “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,

2 y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. 

3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.

4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo.” 

Jonás dice: “He sido desechado, la regué.” Pero en ese punto sabe que no fue la mejor decisión haberse echado al mar y fue donde Dios restableció porque él estaba en ayuno porque no había nada para comer, pero tuvo que entregarse y clamar a Dios, pero dice “Mas aún veré tu santo templo.” El templo para Israel significaba la presencia de Dios con ellos, la comunión de Dios con ellos y en el templo se hacían sacrificios, confesión de pecados y había una comunión entre el pueblo y Dios. Y Jonás dice: “Yo no sé qué va a pasar, cuál va a ser mi fin, pero yo quiero tener comunión contigo otra vez.” Él no sabía que iba a estar tres días y tres noches.

Sigue diciendo el pasaje bíblico: 

7 “Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

8 Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan.

9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.”

Él sabía que la iniciativa era de Dios. “Porque por gracia sois salvos…” No es de ti ni de mí, es un don de Dios y dice “no por obras para que nadie se gloríe”. En este punto Jonás dijo: Solamente tuya es la salvación no sé qué más pasó en la mente de Jonás, pero seguramente había lamentos por no cumplir la voluntad de Dios. 

El pez puede ser las pruebas que estamos pasando. Cuando haya luchas y pruebas en nuestra vida, vayamos a Dios. No consideremos lo apestoso del pez, lo encerrado y oscuro de la lucha. Proverbios 3:11 dice que no nos fatiguemos cuando Dios nos castiga y Hebreos dice que Dios disciplina al que ama. Dios permitió esto en Jonás porque quería que Jonás volviera a verlo pero también fue parte de su represión.

Una de las cosas que puedo observar es que Dios es misericordioso, es un Dios de gracia, nos da lo que no merecemos y no nos da lo que merecemos.

Quisiera que nuestra mirada termine enfocada en Jesús, porque sinceramente no hay mucho que apreciar de Jonás, porque si seguimos el relato, Jonás terminó enojado, pero veamos este relato que Jesús tuvo con los religiosos de esa época.

Mateo 12:38-41 dice:

38 “Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.

39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

41 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.”

Dice Lucas 11:29-32

“29 Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás.

30 Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.

31 La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación, y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.

32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en este lugar.”

Jesús es nuestro mejor Jonás. Tenía que haber alguien que viniera a pagar por nuestros pecados, Jesús estuvo listo para ir, Jesús fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz y no solamente eso, pero Jesús recordando el relato de Jonás, salió a la ciudad a ver qué es lo que pasaba con Nínive, pero Jesús no salió de la ciudad para presenciar el espectáculo, Jesús fue espectáculo, salió de la ciudad para llevar nuestros pecados, y es por eso que estamos aquí, gracias a él, a su muerte redentora, que siendo unos ninivitas declarados, un pueblo rebelde, Jesús vino para cada uno de nuestros pecados y nos hizo limpios en el amado.

Que nuestro pensamiento termine como en Apocalipsis 6 que dice que no se encontraba nadie digno en el cielo, ni en la tierra ni debajo de la tierra, sólo Jesús se encontró, el cordero como inmolado y terminaban diciendo, digno es el cordero, porque si algo podemos llevarnos de esta predicación no es Nínive ni Jonás sino Jesús y que cada actividad que hagamos, cada pensamiento que tenemos sea digno para Jesús porque él es digno de toda nuestra adoración. 

Jesús vino a entregar todo por nosotros y también para prepararnos una morada. Dice 1 Juan “Esta es la promesa, la vida eterna” Pablo dijo: “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”

Te quiero animar a que si hay cosas que tienes que entregarle a Dios, si hay cosas que te están cargando, ponte de rodillas, humíllate delante de Dios, él resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. Fallamos ante nuestro Dios, pero vayamos antes nuestro mejor Jonás y pensar que Jesús salió de Jerusalén para ser colgado.

Job estaba pasando por un momento terrible en su vida que nadie de los que estamos aquí lo hemos vivido y probablemente nunca lo vamos a experimentar: muerte de familia, muerte económica y su salud estaba deshaciendo, su cuerpo prácticamente se estaba pudriendo y Job 10:16 dice: Si mi cabeza se alzare, cual león tú me cazas; Y vuelves a hacer en mí maravillas.” 

Dios quiere hacer maravillas con nosotros pero vayamos ante el Padre en humildad, doblemos nuestras rodillas y confesemos que hemos pecado y este es mi deseo para la iglesia que Dios compró por precio.