LLEVANDO A UN AMIGO A JESÚS

Hablaremos de éste hombre paralítico que fue traído a los pies de Jesús por unos amigos, esta historia es una historia muy conmovedora, por que nos habla acerca de cuatro verdaderos amigos que están trayendo a su amigo a Jesús.

Marcos 2: 1-12

2:1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.

2:2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.

2:3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.

2:4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.

2:5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

2:6 Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones:

2:7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?

2:8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

2:9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?

2:10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):

2:11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

2:12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

La historia de la Biblia nos habla de cómo estos cuatro hombres traen a un paralítico al Señor Jesús; esta historia no solamente se encuentra aquí en Marcos, también la podemos encontrar en Mateo 9, también la podemos encontrar en Lucas 5 y es una historia que nos habla acerca de la misericordia de Dios, nos habla acerca de este amor que tenían estos hombres por su amigo para que él pudiera volver a caminar, ellos sabían que este hombre tenía un gran problema, pero ellos también sabían quien tenían la respuesta a este gran problema; hay mucha gente imposibilitada allá afuera que tiene un gran problema, gente que ciertamente quizá pudiéramos nosotros decir: “Tiene problemas para hablar” “Con problemas para caminar” “Problemas para moverse”.

En México hay aproximadamente 6.4 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Este hombre paralítico tenía una discapacidad, tenía un gran problema, estaba imposibilitado y sus amigos lo querían ayudar, ellos sabían quién tenía esta respuesta para que este hombre amigo de ellos pudiera volver a caminar; de tal manera que nosotros hablando quizá, un poquito de las estadísticas que hay allá fuera, nos encontramos que allá afuera hay ciertas necesidades  y gente que tiene discapacidades diferentes.

De los 6.4 millones de personas que tiene algún tipo de discapacidad:

  • 39% sufrieron algún tipo de enfermedad (4 de cada 10).
  • 23% por su edad avanzada.
  • 16% por su nacimiento.
  • 15% por algún accidente.
  • 8% por otras causas.

Todo esto quiere decir que 5% de nuestra nación tiene algún tipo de discapacidad. Yo mismo tengo un hermano que tiene una discapacidad, mi hermano Isaí tiene síndrome de down. Aquí en nuestra iglesia hay hermanos y hermanas que tiene algún tipo de discapacidad; a propósito, nunca te debes de burlar de alguien que tiene alguna discapacidad, ¡nunca!.

Ahora los que tienen estas discapacidades, como lo encontramos en la Biblia, había un hombre ciego y le preguntaron ¿fué por algún pecado? y el señor Jesús les dijo: -No; sino para que el nombre de Dios sea glorificado. Hablando en la mañana con el hermano Javier estábamos platicando un poquito y estábamos hablando acerca de que vino alguien más a confrontarlo y animarlo y le empezó a leer la Biblia y le empezó a decir -”hermano siga adelante, Dios siempre usa al que no puede, y mira tu ahorita no puedes, pero Dios te ha traído a un punto en donde no puedes para que hagas la obra de Dios”. Porque muchas veces los que sí pueden no quieren ir hacer la obra de Dios y Dios nos trae a un punto en donde no podemos, para hacer la obra de Dios y lo mismo en alguna discapacidad, muchas veces aquellos que no pueden predicar o hablar están allá afuera entregando un folleto y hablándole a la gente de Cristo.

Tenía un amigo (Trinidad Molina) con el que salíamos allá en el instituto a ganar almas los días sábados y era requerido de nosotros estudiantes de salir 5 horas a ganar almas el día sábado, Trinidad salía 8 o 10 horas, regresamos nosotros a las 2 o 3 de la tarde y él regresaba a las 7 u 8 de la noche y él no tenía piernas (de las rodillas para abajo) tenía dos prótesis y salía y con ésta discapacidad salía a ganar almas ¿por qué? porque muchas veces es más quien no puede y quiere, que aquel que sí puede y no quiere.

De tal manera que este hombre tenía una discapacidad, no podía caminar, estaba paralítico; estos hombres en la historia de la Biblia estaban preocupados por un amigo que tenía esta discapacidad y ellos querían ayudarlo, pero la mayor discapacidad de la humanidad es que les falta la capacidad para entrar al cielo, es imposible para el hombre ir al cielo por sus propios medios o por sus buenas obras; cuando salimos a ganar almas en ocasiones doy ésta ilustración, en donde les digo a las personas:

“Si yo tuviera un perrito allá en mi casa y  está este perrito allá en el patio de la casa, y el patio de la casa es pura tierra y de repente comienza llover y junto con esa tierra y el agua se hace lodo y el perrito, imaginémonos un perrito maltés blanco, ahora está lleno completamente de lodo, y ese perrito quiere entrar a la casa, y se está haciendo de noche y yo le digo a mi hijo “sal al patio, pero antes de que traigas al perro lo bañas y lo metes, porque sino va a ensuciar la casa” y entonces mi hijo sale ahí al patio y empieza a tratar de agarrar al perrito, pero el perrito anda de aquí para allá y no se deja agarrar por mi hijo, y entonces pasa media hora y le digo a mi hijo “entra, que se quede allá afuera, no quiere entrar” y deja al perrito allá afuera” y esto nos habla de cómo Dios envía a su hijo Jesús para limpiarnos de pecado y de toda maldad. Ahora, este perrito no tiene la capacidad (está incapacitado) para abrir la llave de nariz, que está ahí en el patio y darse un regaderazo, y bañarse y quitarse todo ese lodo y que entonces diga “wow ahora si ya estoy otra vez blanco y la única manera de que puedo entrar a la casa es limpio, y entonces empieza a tocar ahí la puerta y ya yo lo veo y digo “ah mira ya estás blanco, pasale, entra” no tiene esa capacidad; está discapacitado, no puede bañarse, necesita a alguien mas que lo bañe para que pueda entrar a mi casa, de la misma manera nosotros no tenemos la capacidad de abrir nuestro corazón, sacar todo tipo de pecado y de maldad y de injusticias, y después tocar a la puerta del cielo y decirle “Jesús, Señor Jesús ya estoy limpio, puedo entrar” y Jesús nos diría “¡Ok! ya estás limpio puedes entrar!

Dice en Apocalipsis 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

De tal manera que cuando Dios escribe mi nombre en el libro de la vida del Cordero, Jesús purifica mi vida, mi corazón, me limpia completamente y me justifica y ahora si yo puedo entrar en el cielo, pero allá afuera hay gente que tiene una discapacidad, y eso es un grave problema porque tienen la discapacidad de poder limpiarse sus pecados por sus buenos actos, por alguna religión, por cualquier cosa que sea, y poder entrar en el cielo, necesitan un buen amigo que los pueda traer a los pies de Jesús; y esto eran estos amigos, estos amigos trajeron a su amigo a Jesús.

1.- La discapacidad del hombre.

El gran problema de la humanidad; no tienen salvación 2a Samuel 9, nos habla de una historia muy interesante acerca de 2a Samuel 9:3 “El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

9:4 Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.

9:5 Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.

9:6 Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

9:7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

Aquí está David, el Rey David representando a Dios, aquí está Mefi-boset un joven con una discapacidad, lisiado, no podía caminar, pero dice la palabra de Dios que David tuvo misericordia de este jóven y le dijo “Sabes que, por amor de Jonatán tu padre yo te voy a recibir aquí en el palacio, y de ahora en adelante comerás a mi mesa” y que tremenda bendicion que nosotros podemos comer de la misma mesa que el Señor Jesucristo; el nos ha traído y él ha tenido misericordia de nosotros porque nos ha dado salvación, aun con esa discapacidad con la cual nosotros no podíamos ser salvos por nosotros mismos, el tuvo misericordia de mí y él me salvó, y la única persona que nos puede ayudar en este problema y este problema que tiene la humanidad es el Señor Jesucristo.

Vemos la discapacidad de este hombre, este hombre fue traído porque tenía un problema, estaba paralítico de los pies, no podía caminar y lo traen a esta casa, allá en Capernaum no den estaba el Señor Jesucristo.

Este paralítico tenía un problema, una discapacidad, no podía caminar, estaba paralítico; está el Señor Jesucristo predicando aquí de este lado, aquí está la casa y aquí está predicando; y estos cuatro amigos del paralítico no dijeron “oye sabes que, no sirves para nada, mejor te tiramos allá a la barranca y termina con tu vida”. ¡No! Eso es bullying, la gente allá afuera cuando ven a un hombre con discapacidad ¿qué hacen? – Se burlan de él y dicen “mejor muérete”, pero estos no, estos cuatro hombres dijeron “te vamos a llevar a un lugar en donde éste problema que tu tienes se va a resolver”; ellos tenían fe, ellos sabían que el Señor Jesucristo podía ayudar a este hombre paralítico.

Ellos dijeron “ no hay otra manera, no hay otra forma, tenemos que aprovechar este momento, el Señor Jesús ha llegado a Capernaum, está allá en en una casa en Capernaum, vamos a llevarte a esa casa y entonces levantan al paralítico y lo llevan; pero había gente fuera de la casa y no podían entrar, ni siquiera diciéndole a la gente “¡saben qué! ¡Den paso, aquí hay un hombre que no puede caminar, está lisiado, está paralítico!”. Era para que la gente dijera hubiera dicho “ah no si pasele” <Pero a mi se me hace que eran poblanos> algo había con esa gente, ¡yo no se! pero estos hombres que estaban aquí escuchando la predicación; el Señor Jesucristo predicando y enseñando; y ellos no podían pasar; entonces se dan la vuelta por allá atrás y lo empiezan a subir al techo de la casa.

2.- La determinación de sus amigos.

Cuando ellos vieron que no podían entrar por este lugar ellos no se dieron por vencidos ellos no lo botaron y dijeron “ no llegaste, te dijimos llega temprano, levántate a las 5 de la mañana, pero eres un flojo, y esto y aquello, no llegaste, te dijimos que nos vieras acá, y no llegaste y ahora…” ¡no! no tuvieron excusa, no se echaron para atrás, no se desanimaron, ellos buscaron la forma, y dijeron “por aquí no podemos entrar ¿qué más podemos hacer?.

Y como los 3 amigos de mcpato y sus amigos, agarraron y empezaron a formular una idea, y un plan y dijeron “ya sabemos, lo vamos a subir al techo y de ahí lo aventamos, es más si se muere, que el Señor Jesucristo lo resucite, verdad”. Pero ¡no!, no le hicieron así; se subieron al techo de la casa, ahora ¿alguien a subido a un paralítico al techo de una casa? […] yo me imagino que ha deber sido pesado; sino había una escalera, yo me imagino que aun lo llevaban ahí en la camilla, en dos palos y una camilla, pero sino yo me imagino que lo han deber parado y “avientale la mano y yo lo jalo pa’ acá arriba, y tu empuja los pies y ya está arriba, y quizá se cayó unas cuantas veces, pero llegaron al techo.

Dice Marcos 2:4 “Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.”

Aquí tomaron el lecho, lo están bajando con cuidado y finalmente lo bajan con mucho cuidado, ahí está el paralítico, y ahí están sus amigos, el Señor Jesucristo está predicando, y podemos imaginaron como el Señor Jesús (ahora Él ya sabía lo que iba a pasar) ya sabía que había un hombre paralítico allá afuera y que sus 4 amigos lo habían traído y Él bien pudo haber dicho “Saben que, vamos a tomar un break, porque allá afuera, esta “Benjamín” y es paralítico y como yo puedo ver todo, abran paso” y salir Jesús y decirle al paralítico “ a ti te digo, tus pecados te son perdonados, o levántate y anda” pero el Señor Jesucristo estaba viendo la fe de estos 4 hombres, estaba probando aun su fe de ellos, estaba viendo si realmente estos 4 hombres iban a desistir, estaba viendo si estos 4 hombres realmente iban a seguir adelante con el plan que tenían para que el Señor Jesucristo mismo diera sanidad a este hombre y vemos la determinación de estos 4 amigos, la gran persistencia. ¡Sí! hubo adversidad, había una multitud, no los dejaban a ellos pasar, pero ellos dijeron, “nosotros tenemos que hacer algo”; abrieron el techo, no se quedaron con las manos cruzadas, no dijeron “es que no se puede” “es que es imposible” “es que hay una multitud y no podemos pasar”; no tenían una actitud de derrota, nadie les iba a decir que no se podía, ellos dijeron “sí se puede”.

Cuántas veces nosotros tenemos a alguien que necesita a Cristo y lo invitamos una vez “mira te invito a mi iglesia” “anda vamos te invito a mi iglesia” y dice “no, no, no puedo” y ya nos sentimos derrotados, ya no seguimos ya nuestro plan se ha esfumado, ya no hacemos ese intento, ni siquiera para subirlo al techo y tirarlo a los pies de Jesús; en estos 4 hombres vemos la determinación.

Pablo nos habla acerca de su determinación y su perseverancia, nos damos cuenta en la Biblia en varias ocasiones de la determinación de varios cristianos, hombres en donde siguieron adelante a pesar de las dificultades, nos acordamos cada uno de nosotros comenzando allá desde Noé, determinado para construir esa arca, gente burlándose y él diciendo “yo voy a seguir adelante”. Daniel, cuando le dijeron “ya no puedes orar” y él dijo “yo voy a seguir adelante” y determinado siguió adelante orando a Dios. Sadrac Mesac y Abednego les dijeron, “tienen que arrodillarse a esta estatua” y ellos dijeron “no, no nos vamos a arrodillar” y se determinaron en seguir adelante sirviendo a Dios.

Pablo en Hechos (Hablando de perseverar, seguir adelante, predicando y dando un buen testimonio a pequeños y a grandes) Hechos 26:21 “Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme.”  ¿Había adversidad? Sí hubo adversidad, pero dice en el siguiente versículo Hechos 26:22, “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Nuestro amparo viene de Dios, nuestro auxilio proviene de Dios y Pablo dice “habiendo obtenido auxilio de parte de Dios persevero hasta el día de hoy” Pablo dice  “sino hubiera sido por Dios ya hubiera claudicado”; pero “persevero hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder” Hechos 26:23,“Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.”  Pablo estaba determinado, vemos la determinación de estos hombres, pero también vemos

3.- El don de Jesús.

Una vez que trajeron a este paralítico, a los pies de Cristo, el Señor Jesucristo dijo algo muy importante.

Veamos Marcos 2:5, “ Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.  “

Al ver Jesús la fe de ellos; este hombre paralítico no había hecho mucho, él simplemente, aceptó la invitación de estos 4 hombres; estos 4 hombres fueron y dijeron “oye ¿sabes que?, Jesús te puede sanar ¿quieres ir con nosotros? ¡nosotros te llevamos! y el dijo “ok”.

Y estos 4 hombres, eran los que realmente tenían fe, de que Jesús podía hacer algo en la vida de este hombre; y dice la Biblia, Marcos 2:5, ”Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. “

¿Cuál fue el don de Jesús, o la declaración de parte de Jesús? Fue que Jesús perdonó sus pecados, lo salvó.

Yo no sé, qué habrá pasado por la mente de este hombre (el paralítico) diciendo: “ bueno, bueno, bueno, me trajeron para que me sanara de esta discapacidad que tengo, y ¡ahora me está perdonando mis pecados! ¿qué está pasando?”

Pero finalmente lo más importante que puede existir en nuestra vida, no es que Dios me sane de mi enfermedad o me quite la discapacidad que yo tengo “física”, sino lo más importante es que Dios me dé vida eterna y salvación de mi alma, es lo más importante que el hombre puede obtener. Pero había unos hombres ahí y no eran unos hombres malvados, no, no dice aquí “eran unos malhechores” Dice la Biblia que eran escribas, que en sus corazones estaban pensado, Marcos 2:7, ”¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”  Jesús enfrente de unos escribas le dice “Hijo, tus pecados te son perdonados”, lo salva. La única persona que puede perdonar pecados es el Señor Jesucristo y Jesús dijo “Hijo, tus pecados te son perdonados” no hay mayor don que éste, qué Jesús nos de salvación, no hay mejor declaración de parte de Cristo que Él me diga “¿sabes qué? ya no vas al infierno, ya no tienes condenación, ya no vas rumbo allá a un lago de fuego que arde con azufre y fuego; ahora tienes vida eterna ahora vas al cielo, ahora yo te estoy perdonando tus pecados, y te voy a dar vida eterna” y no hay mayor declaración que oír de parte de Jesucristo esas palabras; a propósito, nadie más puede perdonar pecados, yo no puedo perdonarle a usted sus pecados, el papa no puede perdonar pecados, ni un sacerdote puede perdonar pecados, ni un padre puede perdonar pecados, solamente Cristo puede perdonar pecados.

Hace tiempo, antes de que naciera Jafet, mi esposa y yo estábamos en Sacramento, California, y un día entre semana, queríamos ir a una iglesia, y habíamos escuchado de una iglesia bautista, cerca de la casa de mi suegro, cuando llegamos nos dijeron “no es que los días miércoles no tenemos servicio, porque es la moda, ya no hay servicio el miércoles, y tenemos coro, si quieren pasar aquí al ensayo del coro” y dijimos “no gracias, vamos a buscar una iglesia”. Encontramos una iglesia luterana, entramos y yo me sentía medio raro pero dije “vamos a pasar, para ver que enseñan aquí” y había una persona que estaba dando la enseñanza o predicación, no estaban ahí en el centro, estaban ahí en una esquina, era como un balconcito con su balcón y estaba ahí en la esquina, tenía una sotana y dio la enseñanza o la homilía, y al final dijo “vamos a ser despedidos pero antes de que se vayan, quiero perdonar sus pecados”  dijo algo, dijo unas palabras y dijo “sus pecados le son perdonados” (dando la bendición al aire) y le dije a mi esposa “wow, que tremendo, ya mis pecados fueron perdonados” y se oye chistoso y hay gente allá afuera que pretende perdonar pecados, pero la Biblia dice que la única persona que puede perdonar pecados es Dios y la razón que Jesús le perdonó a este hombre sus pecados, es porque Jesús es Dios, es la única razón, y este hombre (el de la iglesia luterana) “perdonó” nuestros pecados; a mi me dio mucha risa, porque en ese tiempo yo no tenía muchos pecados, pero mi esposa, si; debió haber dicho “a todas las mujeres les perdono sus pecados, ustedes hombres pueden irse sin pecado concebido, porque no son tan pecadores” ¡yo no sé! Pero, me perdonaron nuestros pecados ¿a cuantos de ustedes un hombre les ha perdonado sus pecados?. Nada mas a Margarita, dos, tres, cuatro… ¡a varios! ¿pero qué dice la Biblia? La Biblia dice que solamente Jesús, Dios puede perdonar pecados; por eso los escribas empezaron a decir “¿Quién es este hombre? ¿Por qué hizo tal declaración? y el Señor Jesucristo conociendo lo que ellos estaban pensando, porque Jesús lo sabe todo, Él sabe lo que estamos pensando, Él sabe lo que estamos pensando, Él sabe que el siguiente domingo no van a venir porque ya están pensando que no van a venir, ya lo sabe el Señor Jesús; Él sabe que es lo que estoy pensando ahorita mismo; sí estoy pensando en los frijoles, en el partido, estoy pensando en el novio o en la novia, estoy pensando en el siguiente negocio, estoy pensando, a lo mejor aún hasta perversidades ¡dentro del servicio!. Dios sabe lo que estamos pensando; y el Señor Jesucristo porque Él es Dios y el el omnisciente, habló con estos hombres y les dijo: “¿por qué caviláis así en vuestros corazones?” y ellos dijeron (en voz baja) “¿cómo sabrá que es lo que estamos pensando?” “¿cómo es que el Señor Jesucristo sabe lo que estamos pensando?” y dice después Marcos 2:9,” ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?”  Es más largo y más difícil decir “oye, hombre veo que estás paralítico, levántate toma tu lecho y anda” que decir “tus pecados te son perdonados”

Pero dijo Marcos 2:10 “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): “

No solamente perdonar pecados, pero se los voy a demostrar con una señal y ahora sí le dijo:  Marcos 2:11, “A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.”

Y ese hombre se levantó, habiendo estado paralítico, y dice la Biblia Marcos 2:12, “Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.” ¿Qué quiere decir en seguida? ¿Qué se levantó, como muchos de ustedes esta mañana? – Primero un pie, y luego la mano y luego el ojo derecho y luego el ojo izquierdo y luego el otro pie y ¡UAH! y luego están en la cama ahí sentados y luego ¡UAH! y luego para desenredarse poquito a poquito, poquito a poquito y… no no se puede, mejor me vuelvo acostar, ¡y se volvieron a acostar muchos de ustedes, flojos!.

Y dice la Biblia, “se levantó en seguida y tomando su lecho”, no solamente se levantó, ¡tomó su lecho! no les dijo ahí a ellos “ agarren ahí el petate y la cama y traigansela” ¡no! ahora ya tenía fuerzas para agarrar su propia cama, y dice “y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios,” Porque la razón de este hombre, estando paralítico no era porque sus papás habían pecado, era para que el Señor Jesús fuera glorificado, y hermano, hermana, cada vez que nosotros traemos a un amigo a Jesús es para que el nombre de Dios sea glorificado, para que ese hombre sea transformado, para que Dios cambie su vida, para que Dios cambie su dirección de ir al infierno a ir al cielo, y lo que Dios está buscando es 4 hombres, 4 hermanos, un amigo que diga a este otro amigo que no tiene a Cristo en su corazón “¡ven te quiero traer a Jesús para que limpie tus pecados y transforme tu vida, y cambie tu matrimonio y te ayude a ti de hora en adelante!” y Dios está buscando eso ¿qué vas hacer hermano, hermana? ¿serás un amigo así para traer a alguien a Cristo, a los pies de Jesús?

Hace tiempo iba en una bicicleta con un amigo, estaba en la preparatoria e íbamos en una calle de bajada y de repente dimos el azoton, fui al hospital, tenía de los vidrios de mis lentes varios incrustados arriba de mis cejas, no era muy feo pero tenía toda la cara raspada, una rodilla la tenía bien inflamada y el doctor tuvo que sacar toda la sangre, llegando a la casa, recuerdo a mi papá cargándome y mi mamá llorando “¡mi hijito más hermoso, mira como quedaste!” y llorando, y yo no entendía porque mi mamá estaba llorando, ahora ya que uno tiene hijos ahora ya uno entiende el dolor, aunque a uno no le pasa nada al hijo le pasa algo, le duele más al papá que a los hijos (¡padres chillones! pero bueno somos bien chillones); y mi mamá estaba llorando y mis compañeros de la escuela escucharon que me había accidentado, para mi no era muy grave pero sí por dos, tres días no me podía levantar y no fui a la escuela, [el hermano Javier, tuvo un accidente y por dos, tres meses no va a poder salir a ningún lado, ¡estén orando por él!] pero bueno yo tres días y estando ahí en mi lecho, en mi cama, me vinieron a visitar, no fueron mis amigos, sino dos o tres amigas que me vinieron a visitar, y recuerdo el nombre de dos, la tercera no recuerdo quién era, pero todas ellas querían ser mis novias… ¡no, no es cierto! me vinieron a visitar, y ni modo que le dijera a mi mamá, “sabes que mamá diles que no, estoy aquí enfermo” y fueron a visitarme y una de ellas era Lupita otra de ellas era Mireya, y recuerdo que cuando me estaban visitando, tomé la oportunidad para hablarles a ellas de Cristo, y con la Biblia les mostré a las tres acerca de la salvación en Cristo y no recuerdo la tercera persona, pero ellas dos aceptaron a Cristo, Lupita aceptó a Cristo, Mireya aceptó a Cristo, y yo estaba bien contento, porque a pesar de lo que  me había pasado, Dios usó esto para que Lupita y Mireya fueran salvas cuando yo estaba en la preparatoria, después, eso fue cuando yo tenía unos 16 o 17 años, a los 18 años fui al instituto a Oklahoma.

Ese año, a finales de ese año del instituto, recibí una carta muy triste, de una de mis amigas que me escribía diciéndome “Arturo, Arturo no vas a creer, Arturo mi mejor amiga, mi mejor amiga, mi mejor amiga murió, en un accidente de carro, iban de Iguala a Taxco, perdieron el control, y la única que murió fue Mireya” y yo pensé “que triste porque Mireya murió, pero yo aquí (en el corazón) estaba muy contento, porque ya sabía que Mireya había recibido a Cristo” y Dios me ayudo a mi, como un amigo de Mireya, para decirle “Mireya ¿sabes qué? tu necesitas recibir a Cristo”. Esa es una buena historia, pero todos tenemos historias con un final no tan feliz, en donde se nos ha pasado la oportunidad de hablarle a un amigo o a una amiga de Cristo, y tiempo después escuchamos que ese amigo o esa amiga murió sin Jesús en su corazón.

¿Tienes algún amigo a quién tengas que traer a Jesús? Si lo tienes, se un buen amigo y llévalo a Jesús.