La Obra es Grande y Extensa.

Nehemías 4:19 Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.
4:20 En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
4:21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.
4:22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
4:23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.

Nehemías es un tremendo libro que nos habla a cerca de la reconstrucción de los muros de Jerusalén.

En el capítulo 4 están reedificando ahora estos muros, en el versículo 6 dice: “Edificamos pues el muro y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. El pueblo estaba trabajando y le estaba echando ganas, estaban siguiendo a Nehemías, porque él era el líder que Dios les había puesto.

Después Nehemías toma un receso, un tiempo para hablar con la gente, con los nobles, oficiales y con el resto del pueblo. Los reúne en un lugar y empieza Él a recordarles y a decirles: “La obra es grande y extensa”.

De igual manera, hermanos, ciertamente es una obra grande y no hay mejor obra en la cual nosotros podamos estar involucrados que en la obra del Señor. No hay obra en la cual, nosotros como cristianos, podamos tener mayor gozo que en la obra del Señor, es una bendición, es alegría. Hay que decirle a Dios: “Gracias porque puedo participar y puedo estar en esta obra que tú me has dado”.

Nehemías comunicaba esto al pueblo, pero dice: “Nosotros estamos apartados en el muro, la obra tiene que continuar, unos ayudaban en la parte sur de la ciudad, otros en la parte norte, este y oeste. Nehemías tuvo cierta preocupación, porque al estar apartados, el enemigo el Diablo, podía hacer destrucción.

Hermanos, cuando nosotros estamos en esta obra tan grande y extensa, y nos llegamos a apartar, tenemos que determinar volver a reunirnos. Por eso Nehemías dice: “Nosotros estamos apartados en el muro”

4:20 En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. 

Nehemías dice: “Tengo una solución, si el enemigo llega ahorita mismo, y nos encuentra a cada uno haciendo la obra del Señor, algunos acarreando, edificando,  si viene el enemigo nos va a atacar, pero nosotros nos podemos reunir al sonido de la trompeta” y no hay mejor trompeta que la Palabra del Señor, y cuando la Palabra de Dios suene y sea predicada, si hay algo que nosotros podemos hacer para continuar la obra grande y extensa que Dios nos ha dado es volvernos a reunir.

PARA CONTINUAR LA OBRA GRANDE Y EXTENSA

1. HAY QUE REUNIRNOS FIELMENTE EN LA IGLESIA.

Hermanos hay que reunirnos fielmente en la iglesia para continuar la obra del Señor, porque es grande y extensa, para seguir predicando, ganando almas, fortaleciendo y edificando los muros que hay, y lo que nosotros tenemos que hacer es reunirnos, porque si andamos cada uno trabajando por aquí y por allá, estamos haciendo nuestra parte, salir y ganar almas, hacer escuelitas bíblicas de Vacaciones, y cada uno hacer algo por su cuenta, pero debemos reunirnos cuando la trompeta suene. Dice Nehemías “cuando la trompeta suene hay que reunirnos”.

Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Hermanos, el día del Señor se acerca, viene pronto, y antes de que venga debemos reunirnos cuando suena esa trompeta.

Hechos 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 

¿Por qué se reunieron? Cuando empezaron este tremendo avivamiento, no sólo en Jerusalén, sino que el evangelio se empezó a llevar por todos los lugares. Lo primero que tuvieron que hacer es reunirse en ese aposento, y la palabra de Dios empezó a ser predicada. Estaban apartados pero volvieron a reunirse.

Hechos 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

Que bendición es volver a reunirnos, y escuchar la palabra del Señor, el recordar que Cristo murió por mí, y que Él me ama, recordar que hay ciertas cosas que dejé de hacer, como padre o como cristiano; recordar que como cristiano debo seguir ganando almas, como hijo de Dios debo tener una relación y debo entablar una plática con mi creador; recordar lo importante de la Biblia, pero para eso hay que reunirnos, para que el diablo no gane ventaja.

2. HAY QUE TENER CONFIANZA PLENA EN DIOS.

Nehemías 4:20 En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. 

Hay que confiar plenamente en Dios. Nehemías les dijo: “Cuando suene la trompeta, el enemigo va a estar allá, y tendremos tiempo para poder reunirnos, y Dios va a ser el que va a pelear” si ciertamente la trompeta hubiera sonado y hubieran visto que el enemigo eran muchos, diez mil o cien mil, y dijeran: “Yo estoy muy cansado, ya trabajé todo el día con estos sacos de cemento, subiendo ladrillos, y subí las tremendas piedras que tienen que ser acomodadas, no voy a poder, ¡mejor voy a huir, mejor me voy a mi casa y voy a claudicar!”. Esto hubiera indicado que no tenían una plena confianza en el Señor. Pero Nehemías les recordó y les dijo: “Cuando escuchemos la trompeta vamos a reunirnos, pero cuando nos reunamos vamos a tener confianza en el Señor, que va a ser Él quien va a pelear por nosotros.

Ciertamente nos reunimos porque tenemos una tarea, que es alcanzar a esta ciudad de Puebla con el Evangelio, llevar folletos casa a casa para que la gente sepa que Cristo es el Salvador, para que familias pudieran ser transformadas, para que la gente pueda dejar el alcohol y los vicios, y jóvenes puedan restaurarse con sus papás, y matrimonios puedan encontrarse y los que se están dividiendo puedan acercarse a Dios, para que esos jóvenes que están a punto de suicidarse puedan retomar una nueva vida en el Señor, para que los niños que son maltratados puedan vivir en el amor de Cristo.

Tenemos una tarea grande y extensa. Pudiéramos pensar: ¿Cuando vamos a alcanzar a toda la ciudad de Puebla, de más de dos millones de habitantes? Hermanos, en el Señor ¡sí podemos!, pero debemos tener una plena confianza en el Señor.

Estamos en una guerra, en una batalla, pero la batalla la pelea El Señor. Él es quien va a pelear nuestras batallas, Él es nuestro refugio, Él va a estar a nuestro lado. Debemos decirle: “Dios, ayúdame a orar para poder ver que ciertamente tú estás ahí”.

1 Samuel 17:45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.
17:46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 

Hermanos, David estaba hablando de éste gigante Goliat, y decía: “Yo, no estos cobardes que están aquí detrás de mí, voy a pelear contra Goliat, Dios me ha llamado, Dios me puede ayudar, y me voy a enfrentar no sólo contra el gigante, sino contra todo el pueblo y los voy a entregar a las aves del cielo, y a las bestias de la tierra, y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.”

David sabía que la obra era grande y extensa, que ese gigante era grande y extenso, pero Dios le iba a dar la victoria. Si algo tenía David era una plena confianza en el Señor. David nunca se echó para atrás, nunca dijo “no puedo”, de lejos los gigantes se ven pequeños, pero al ver al gigante de cerca no lloró, porque tenía una plena confianza en Dios. Al estar cerca de Goliat vio lo grande que era, pero siguió confiando.

Cuando veamos que la batalla es grande y extensa, y nos enfrentemos contra éste Goliat, un enemigo grande, dígale a Dios: “Yo voy a seguir confiando en ti, voy a seguir ganando almas, vamos a seguir teniendo escuela dominical, una iglesia consagrada, con estándares que te agradan a ti, vamos a seguir predicando la palabra del Señor, vamos a sacar la música contemporánea, vamos a vivir en santidad, apartados del mundo, predicando contra el pecado, contra el materialismo, vamos a seguir peleando contra el diablo, vamos a buscar vivir para ti, y cuando nos enfrentemos contra ese Goliat, contra ese enemigo, tendremos una plena confianza en que el Señor nos puede ayudar a seguir adelante.”

¿Será posible abrir 20 iglesias aquí en la Ciudad de Puebla? ¡YO CREO QUE SÍ! y debo tener una plena confianza en el Señor. ¿Podrá Dios darnos un lugar más grande para nuestra iglesia? ¿Será que para el 15vo aniversario podremos ser el doble de hermanos, alcanzar más gente, y enviar más misioneros? ¡Si podemos! pero debemos tener una plena confianza en el Señor.

En el momento que mi confianza en Dios baje, orar y pedirle que aumente mi fe. Dios puede aumentar nuestra fe.

3. HAY QUE TRABAJAR.

Nehemías 4:21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. 

No podemos hacer la obra del Señor si estamos roncando, en nuestras casas dormidos en nuestros “laureles”, no podemos hacer la obra del Señor si estamos criticando, murmurando, o en pecado, necesitamos trabajar, levantarnos, ir a ganar almas, prepararnos, leer más la Biblia, ¡ORAR es trabajo!, leer la Biblia es trabajo, pero el Sabio se deleita en la Sabiduría que Dios nos puede dar.

Depende del trabajo de cada uno de nosotros, no sólo del trabajo del Pastor, “¡Que él salga a ganar almas!” pueden pensar muchos. Pero no es solo el trabajo del maestro de escuela dominical, o de los líderes, sino que la obra del Señor requiere del trabajo de cada uno de nosotros.

Para poder pedirle al Señor que nos dé un lugar más grande, es necesario que todos nos involucremos en la obra del Señor. Que la meta, no sea la meta de la Iglesia, sino que sea MI META que Dios nos dé un lugar más grande para congregarnos, 20 iglesia, 20 misiones en nuestra Ciudad, que podamos tener 100 misioneros, ganar 1500 almas para éste año, dejar que por lo menos uno de nuestros jóvenes se vaya al menos un año a un instituto bíblico a prepararse, pero que sean mis meta, mi iglesia, mi obra.

El problema de los que se están cambiando de iglesia en iglesia, es que no ven a la iglesia como MI IGLESIA, sino como LA IGLESIA, porque LA obra no es SU obra.

El año pasado dimos como 70 mil folletos, hoy podríamos dar 150 mil. Si el año pasado tuvimos 400 visitantes, éste año pudiéramos tener 600.

Debemos pedir a Dios que nos deje ver la obra de Dios, como nuestra obra, que Dios nos ha dado, obra grande y extensa. Debemos preguntarle: ¿Qué puedo hacer yo para levantar 20 obras? ¿Qué puedo hacer para no ver más asientos vacíos? Pero a los que no toman la obra del Señor como SU obra, no les va a importar.

Pero dice la Palabra de Dios que con Nehemías había personas que se la pasaban criticando, y no estaban haciendo mucho, porque la obra no era Su obra.

Nehemías 13:10 Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad. 13:11 Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. 

Nehemías les dijo que la obra era grande y extensa, y a los cantores les dijo: ustedes tienen que cantar, y a los que tenían que cuidar las porciones de los levitas les dijo: ustedes van a cuidar las porciones de los levitas. Y cuando llega Nehemías y ve que no estaban trabajando, dice la Palabra del Señor, que tuvo que reprenderlos, porque la casa del Señor ahora estaba abandonada.

Hermanos, tenemos una obra grande y extensa, pero tenemos que trabajar, y tomar responsabilidades, puedes empezar dando tus diezmos, dar tu promesa de fe.

Bien por aquellos hermanos que tienen esa visión de alcanzar y conocen la bendición del Señor, pero hay otros que nada más están mirando, pero debemos hacer algo.

Hay que ir los sábados a ganar almas, tu puedes decir: “Hermano, es que no se”, pero Nehemías llegó con un corazón quebrantado, vio lo que estaba pasando y no lo podía creer.

Nehemías 2:12 me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.
2:13 Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.
                                    2:14 Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba.                                             2:15 Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví.
2:16 Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
2:17 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. 

Nehemías tuvo que ir de noche y vio que todo estaba destruido, y su corazón se dolió y se lastimo, pero al mismo tiempo tenía un ardor y decía: “No puede quedarse esto así, tenemos que hacer algo” “La obra es grande y extensa, venid y edifiquemos” ,y significa “Hacer algo con las manos”.

Hermano, para trabajar debemos Esforzar nuestras manos para bien. ¡Todo el día te la pasa haciendo el mal! ¡Ven a hacer algo bueno el sábado! Usa tus manos para dar un folleto, o si no tienes tiempo para ir en sábado, durante la semana da folletos en tu calle, en tu colonia, en tu trabajo.

La hermana Dana estaba triste porque en su nueva casa no tenía a quien compartirle el evangelio. Pero hermano, ¿Qué estás haciendo por tu colonia y tú ciudad? ¡La obra es grande y extensa!

No te quedes ahí sentado, si tienes depresión (la depresión es pecado) levántate y comparte el evangelio, la obra es grande y necesitamos cristianos que se levanten, se reúnan, que confíen en el Señor, y que vayan y trabajen.

¿Cuántos años le has dado a este mundo que paga tan mal? ¿Cuántos años le has dado al gobierno o a una empresa? ¡Es tiempo que le des algo al Señor! En el cielo no te van a aplaudir ni te van a decir: ¡Fue arquitecto por cincuenta años!, pero si te van a aplaudir y dirán: “Fue un cristiano fiel, iba fielmente cada sábado, ganó 500 almas, trabajó, repartió folletos, compartió el evangelio, hizo algo bueno con sus manos”

Trabaja, y dile a Dios: “Señor, has de esta obra MI obra”, es grande y extensa y un solo hombre no puede con toda la obra del Señor, pero todos podemos hacer algo y participar.

4. DEBEMOS TENER CUIDADO CON EL PECADO.

Nehemías 4:22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
Nehemías dice que estaban de centinelas, ¿Por qué? Porque cualquier momento podía llegar alguien, filtrarse y destruir lo que ellos estaban haciendo.

1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Para hacer la obra de Dios el Diablo no está contento con lo que estamos haciendo, él quiere sacarte de la obra del Señor, quiere mentirte y decirte que todo está mejor allá afuera, te quiere decir que mejor es el mundo que las cosas de Dios, que mejor es el pecado que la santidad en el Señor, que mejor son los caminos torcidos que puedes encontrar allá afuera que el camino justo y de justicia que Dios nos puede dar.

Hermanos, Dios te quiere dentro de su obra, pero el Diablo te quiere allá afuera, te quiere destruir.

Y que bendición, en cierta manera, cuando nos damos cuenta que el diablo y su caravana nos quieren destruir cuando más nos acercamos al Señor. Pero Satanas está como león rugiente.

El pueblo de Israel cuando conquistaron a Jericó, tuvieron victoria y estaban bien contentos, tenían toda la tierra prometida, una tierra grande y extensa que tenían que conquistar, pero cuando llegaron a la próxima ciudad de Hai, no pudieron contra ella, porque Acan en Jericó agarró los mantos babilónicos y oro que no debía haber tomado, porque Dios les había prohibido que tomaran las cosas de esa gente que era inmunda.

Pero a Acan no le importó y tomó, se infiltró el pecado y cuando quisieron continuar la obra grande y extensa para conquistar la tierra prometida ¡No pudieron!

Pongamos centinelas, porque va a venir el enemigo a querer atacar, va a venir el pecado. Hermano, es mejor que te pongas de centinela, a que te quedes dormido. Pon de centinela a tus hijos porque tus hijos están siendo arrastrados por este mundo, arrastrados por el internet, por las amistades que a veces encuentran en “Face book”, redes sociales o escuela.

Nosotros descubrimos que es mejor educarlos en casa, que en una escuela “cristiana”, porque el año pasado a mis hijos los metimos a una iglesia cristiana, y no aprendieron alguna barbaridad, pero mi hijo David de pronto estaba jugando muy pesado, y pude ver que copio unos malos modales. Pensé, si eso lo aprendió en la escuela cristiana, ¿Qué no aprenderán en la escuela pública o en la calle?

Tenemos que estar como centinelas, vigilando, orando al Señor que proteja a nuestra familia, a nuestros hijos, a nuestro hogar.

Tenemos una gran obra por alcanzar, a nuestra ciudad, a nuestro estado, a nuestro país y a este mundo. No podemos dejar que un poco de pecado allane nuestra casa para destruirnos, derribarnos, tirarnos, quitarnos y alejarnos de la obra del Señor que Él nos ha dado.

Lo que Dios me ha puesto a hacer es algo grande, extenso, bello y honroso. En el cielo Dios me va a recompensar, y que acá en la tierra debo estar cuidando a mi familia y cuidándome a mí mismo como centinela.

5. DEBEMOS VIVIR UNA VIDA PURA, CONSAGRADA PARA EL SEÑOR.

Nehemías 4:23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.

Debemos santificarnos, no es suficiente cuidarte de que venga a tí el diablo, pero que tal el orgullo que viene de dentro, que tal tu enojo, que tal tu insensatez, y tu necedad por estar trabajando y trabajando nos podemos ensuciar, y estar tomando cosas que este mundo está poniendo en la vida del cristiano.

Tenemos que santificarnos y bañarnos en la Palabra de Dios, limpiarnos todos los Días, ir con el Señor y pedirle perdón. Decirle: “Señor, esta obra grande y extensa no crece. A lo mejor no es el enemigo allá afuera, tal vez soy yo que estoy sucio lleno de pecado. Limpiame”.

1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.                                                            1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 

Hermanos, tenemos un Dios de amor, un Dios perdonador, justo, que si pecamos y estamos sucios, y hay amargura en mi alma, murmuración, enojo, critica, malos pensamientos, y desanimo. Hermano, límpiate, ora, santifícate y pide perdón al Señor, que Él te puede perdonar. Vive una vida Santa al Señor, porque Dios quiere que esta obra grande y extensa siga adelante, y no puede seguir adelante si no estamos santificados.

Nehemías 6:1 Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas), 6:2 Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. 6:3 Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. 

Sambalat, Tobías y Gesem querían distraer a Nehemías, pero el dijo que no se podía distraer, tengo que reunirme, confiar en Dios, seguir adelante con la obra que Dios me ha Dado y no voy a poder ir.

Hermanos, el mundo nos va a querer distraer, pero ellos siguieron adelante.

¡Y Sambalat envió a su siervo a distraer hasta 4 veces! El Diablo insiste muchas veces. “Ven para acá, eso no es tan importante, deja eso”.

Nehemías 6:5 Entonces Sanbalat envió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano,

Qué bueno sería que nosotros por quinta vez le diéramos al vecino el plan de salvación. Los Testigos de Jehová todos los días están tocando puertas, y nosotros deberíamos de ser los que insisten, porque tenemos la verdad, insistir en ganar almas.

Nehemías no se dejó distraer.

Nehemías 6:15 Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. 6:16 Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra. 

Dios hizo la obra en 52 días. ¡Parte de los muros que Nehemías puso todavía están ahí, y una piedra es inmensa! Muchos tratan de figurar cómo lo habrá hecho, pero Dios les ayudó, no se cansaron, temieron y le dieron la Gloria y la Honra al Señor.

Hagamos la obra, pero cuando la terminemos démosle a Dios la Gloria.