Sirviendo a Dios

Pastor Arturo Muñoz

A veces estamos más enfocados en nuestra persona, pero se nos olvida que primero es Dios, luego otros y al último yo; vamos a estar mucho más satisfechos cuando servimos a Dios primero, cuando servimos a otros después y al último quede yo. No hay satisfacción más grande que servir al Señor, servir a otros y al final uno mismo.

Romanos 6:15-23

“¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.

21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

En el versículo 23 nos dice “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna”, dádiva es un regalo y dice la Palabra de Dios que el regalo de Dios es vida eterna, es un regalo. Ayer estábamos hablando con varias personas y estaba hablando con alguien que nos vendió un paraguas, estaba hablando con este Señor y le explique “este folleto yo se lo regalé, no se lo cobré, cuando nosotros recibimos de parte de Dios ese regalo que es la vida eterna lo único que tenemos que hacer es tomarlo, aceptarlo; el regalo de parte de Dios no es vendido, el regalo de parte de Dios no tiene algún intercambio, sino el regalo de parte de Dios es *aquí está mi hijo, lo quieres yo te lo regalo* y esa es la vida eterna, que podemos nosotros aceptar ese regalo.”

En el versículo 22 ”Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios” éramos antes siervos del pecado, estábamos esclavizados por el pecado, el pecado no nos dejaba hacer lo que nosotros queríamos, sino que hacíamos lo que el pecado me dirigía a hacer.

Queríamos portarnos bien y no podíamos porque el pecado estaba en nosotros, queríamos dejar el vicio y vivir una vida normal pero el pecado nos estaba esclavizando.

Hay un Pastor con el que platicábamos hace poco y me decía “Pastor no solamente estaba en el mundo y en el pecado tomando, pero como me gustaban las barajas.” cómo es que hay gente que está metida quizás no en drogas, quizás no en ser alcohólicos o mujeriegos, estaba en las barajas, y dice “Pastor era bueno, ya las sabía leer, ya las sabía marcar y ganaba dinero; era un vicio, estaba envuelto en eso”, y en el mundo puede uno encontrarse que en las barajas hay alcohol, todo mundo anda fumando, es un mundo vil y pecaminoso.

Cuando estamos siervos del pecado, esclavizados por el pecado, era que uno quería vivir una vida normal pero no podía porque estaba uno como esclavo, no podíamos vivir una vida prácticamente normal; ahora, Dios no quiere que vivamos una vida simplemente normal, Dios quiere que vivamos una vida en donde cada suspirar de su vida reconocemos que hay un Dios, y el agradecer por su vida eterna, pero dice Pablo a los Romanos:

Romanos 6:21-22

“¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”

El cristiano se debe de avergonzar por lo que éramos antes, por la vida pasada que teníamos antes; algo anda mal con un cristiano cuando en vez de avergonzarse por lo que era antes se jacta y aplaude por lo que era y dice “es más, ya me quiero regresar.” No deberíamos de hacer eso, no deberíamos de gozarnos sino avergonzarnos de dónde nosotros estábamos, de donde Dios me sacó.

El fin de las cosas que este mundo ofrece es muerte porque este mundo paga mal, Dios no paga mal.

Romanos 6:19

“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.”

¿Qué era lo que nosotros usábamos, o qué era lo que este mundo usaba, o qué era lo que el diablo usaba para servir a la iniquidad?

Nuestros miembros; nuestras manos, nuestros ojos, nuestros pies, nuestra mente, nuestro cuerpo completamente; eso es lo que la iniquidad y la inmundicia usaba; pero ahora ya no tiene que ser así, ahora puedes usar exactamente lo mismo para servir a la justicia y a eso se le llama santificación.

Santificación es dejar de usar mi cuerpo para servir a este mundo y ahora empezar a usar mi cuerpo para servir a Dios. Santificación no es dejar de servir al mundo y quedarme neutro sin ahora servir a Dios; porque así le hacemos muchas veces, decimos que ya dejamos de tomar, ya no fumo, ya no digo malas palabras, ya no soy alburero, ya no juego a las barajas; sino que ahora estoy feliz acá. Vengo a la iglesia, a veces no tan fiel pero ya Cristo me salvó y gloria a Dios que Cristo me salvó.

Pero la santificación no es dejar el mundo y estar así solamente, sino es dejar allá y ahora usar mis miembros, mi cuerpo, mi vida para servir al Dios vivo y verdadero, para decir *ahora con estas manos vamos a dar folletos, ahora estas manos van a servir para leerle la Biblia a alguien más*, *antes como usaba mis pies para correr hacia el mal, ahora voy a usar mis pies para salir a ganar almas*.

Salmos 126:6

“Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”

Hemos sembrado la preciosa semilla, regresaremos con gozo, con fruto.

A lo mejor antes usaba mis miembros y mi inteligencia para servir a este mundo, quizás para maquinar pensamientos e ideas malas, cómo hacer y cómo planear algo sin que nadie vea, hay gente estafadora en nuestros días que quizás no mata, quizás no se droga pero estafa de una manera increíble sin que nadie lo note, sin que nadie lo vea.

Pero ahora puedo usar esa mente no para estafar sino para servir al Señor.

Por eso dice *presenta tus miembros, tu cuerpo para servir a la justicia*; antes eramos esclavos del pecado, sería bueno que marcará de Romanos seis las veces que menciona aquí “pecado”.

Romanos 6:1-2;6-7;10-13

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;

13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.”

No des tu cuerpo al pecado como un instrumento para hacer lo malo, sino presenta tu cuerpo a Dios para que ahora seas un instrumento en las manos de Dios para su justicia.

Romanos 6:14

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”

Antes, cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados como dice en Efesios 2:1 no podíamos nosotros reusar, porque estábamos muertos, porque éramos esclavos y el pecado dominaba sobre nosotros, pero ahora estamos en Cristo; cuando estamos en Cristo no hay ninguna razón por la cual el pecado nos pueda vencer ¡no hay razón! por la que nos dejemos vencer por el pecado, porque ahora tenemos libertad a través de Cristo.

Un cristiano débil que no se ha aferrado y asido a Su palabra va a caer más pero no es razón para decir *Ay, el pecado otra vez*, esta es la frase favorita, “es que todos somos pecadores”, otra frase, “es que nadie es perfecto”. Y encontramos una plaga que nos está infectando hoy en día, muchas veces a las iglesias cristianas, esa plaga es no distinguir el pecado.

Mi esposa estuvo hace como un año en una iglesia en los Estados Unidos cristiana y entró a la escuela dominical; en la escuela dominical empezaron a tener la clase en el salón y un hermano decía “aquí dice que el pecado, y el mundo ¿Cómo se diferencia el pecado hoy en día en los cristianos?”, y que los hermanos empezaron a decir “no hay mucha diferencia, no hay mucha distinción”, alguien dijo “hermano, a lo mejor la música mundana de allá afuera”, pero otros dijeron “no es tan mala”; y entonces ya no había una clara distinción de qué era bueno y qué era malo.

En nuestros días ahora le llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo; vayan a una escuela en los Estados Unidos y pronuncien la palabra “Biblia” y es como decir una mala palabra, pronunciar la palabra “Dios”… uno puede decir “diablo” y todas esas cosas, pero decir “Biblia”, “oración”, cosas así ya es malo. Y le comenzamos a llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo y ya no hay una distinción. Pero Romanos 6 sigue estando en nuestra Biblia y dice:

Romanos 6:2

“Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”

Ya no podemos servir al pecado, ya no podemos servir a este mundo, ya no puedo usar mi vida para servir a lo que antes yo servía, sino ahora debo usar mi vida para servir a Dios, ¿Qué quiere entonces decir servir a Dios?¿Solamente venir a la iglesia, escuchar y tener un momento de paz?

Porque la Palabra de Dios nos habla, yo no sé usted pero a mí me gusta venir a la iglesia y salir de la iglesia no sintiéndome agobiado, cargado y triste; sino diciendo “qué bendición, Dios es bueno, tengo mi familia, tengo esto, mi salvación, etc.”

Pero si solamente salgo con más paz y no digo “voy a servir”, antes servía a este mundo pero ya no, ahora voy a usar este cuerpo para servir a Dios.

Eso significa comenzar ahora un camino, un trayecto en busca de decir “¿Cómo yo le puedo servir a Dios?”, porque cada uno de nosotros puede servir a Dios de una manera diferente.

Hace tiempo mi esposa y yo estábamos platicando acerca de algo, y sin que ella supiera, sin que yo supiera lo que ella estaba pensando, los dos estábamos pensando la misma cosa acerca de alguien de cómo esa persona podía servir a Dios y yo le dije “¿No sería bueno para esta persona que hiciera esto en la iglesia?” y ella me dijo “Exactamente yo estaba pensando lo mismo”.

A veces es sencillo porque el Pastor puede venir y decirle “¿Hermano por qué no hace esto?”, y ya no tenemos que pensar tanto “¿Como yo le puedo servir a Dios?”; pero hay ocasiones en que el Pastor no le va a decir pero Dios sí me está diciendo “Haz esto, haz aquello”. Y entonces comenzamos en una búsqueda, en un camino, ahora, que ese camino no me tarde 20 años, porque no es tan difícil; porque lo que yo debo de hacer es que si usaba este cuerpo como instrumentos de iniquidad, ¿Cómo ahora yo puedo usar mi vida, mi cuerpo, mis talentos para servir a Dios?

Creo que no es tan complicado, porque si no sé qué es lo que Dios quiere que yo haga, quizás estamos pensando “Es que Dios no me ha llamado a ser misionero” y pasa un año más “Es que Dios no me ha llamado a ser Pastor”, pasa otro año más “Dios no me ha llamado a ser evangelista” y pasan diez años y no has hecho absolutamente nada para servir a Dios.

¿En el mundo quién te decía roba, fuma, toma, etc.?

Nadie nos tenía que decir nada, nosotros automáticamente lo hacíamos, y ahora en las cosas de Dios no esperes a que alguien te diga “Hermano has esto, has aquello”, sino podemos decir *pues nadie me ha dicho pero voy a barrer, voy hacer algo, voy a servir*. Hermano, la manera más sencilla para servir a Dios es que puedes tomar un folleto y dárselo a alguien hoy.

Así ya serviste a Dios, porque usaste tu mano, tu inteligencia y muchas cosas para decirle a alguien más “Lo invito a mi iglesia” y le diste un folleto.

Si de plano no sabes cómo servir a Dios, da un folleto todos los días.

Ya te evitas el estar esperando ser un misionero en algún lugar del país; ahora, a mí me gusta ser misionero.

El domingo pasado estábamos hablando con un hermano de esta iglesia y él conoce a dos amigos con los que yo estudié, uno de ellos se llama Kevin Akana, y Kevin Akana sirve en Hawái, en la isla de Mawi; otro amigo que yo tengo es Marcos Napu-unoa igual, vino de Hawái, fue a estudiar al Instituto donde yo estudié, graduó y se regresó a Hawái, los dos sirven en el mismo lugar, el Pastor es Kevin y el asistente es Marcos; este hermano me dijo que ha ido dos veces a Hawái, la primera a visitar de turista, pero la segunda a trabajar, a ayudarles, a apoyarles, tienen un ministerio de adicciones como Alcohólicos Anónimos, tienen una casa y el papá de Kevin murió hace diez años por una sobredosis de droga, el propio papá de este Pastor, y fue cuando dijo *Las cosas están duras en Hawái y tengo que hacer algo*.

Pero no tengo que esperar y decir *Un día Dios me va a llamar a Hawái para ser misionero, para ayudar a un centro de rehabilitación allá para personas que tienen estos problemas*, no, no tenemos que esperar eso.

Puedo yo simplemente dar un folleto y servir a Dios.

El día viernes en la noche fuimos mi esposa y yo a comprar a Chedraui, me sobraba un folleto y dije “¿A quién se lo doy, al cajero/a o al empacador?” se lo di a la muchacha, terminó el empacador de guardar las cosas y me dice la cajera “¿Usted es el Pastor?” le dije “Sí” y me preguntó “¿Dónde está su iglesia?”, porque estaba viendo dónde quedaba y ya le expliqué, me dijo “Está cerca de donde yo vivo.” Me dijo “Voy a ir”.

El servir a Dios puede ser sólo dar un folleto ¿Y sabes qué? Ahora eres instrumento de justicia.

1 Tesalonicenses 1:9

“porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,”

¿Por qué la Biblia dice “Un Dios vivo y verdadero” cuando está hablando aquí de ídolos?

Porque un ídolo de acuerdo a la Palabra de Dios tiene ojos y no ve, tiene boca y no habla; pero tenemos a un Dios que es vivo y verdadero.

Ahora nos hemos convertido a Dios para servirle a Él.

Lucas 2:37

“y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.”

Aquí había una mujer de más de cien años que estaba sirviendo al Señor, pregunto ¿Hermana si usted tiene más de ochenta años sería una buena excusa para no servir a Dios?

No, porque ¿Esta mujer cuántos años tenía?

Como 105 años ¿Y qué hacía? Servía de noche y de día, todo el tiempo.

Ella decía de seguro *No me puedo quedar aquí en mi casa, aquí me aburro, aquí no puedo servir, tengo que ir al templo* iba al templo y servía, oraba, ayunaba, entonces todos podemos servir a Dios.

Hechos 20:19

“sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;”

El servir a Dios no quiere decir que ya no va haber pruebas y asechanzas; ¿A cuántos de ustedes los andan acechando? No a muchos. Pero aquí estamos hablando de asechanzas de muerte. Pablo servía con humildad y con lágrimas porque tenía una carga por las iglesias y por los hermanos; dice que sirve al Señor con pruebas.

No puedo decirle al Señor “Señor ¿Cómo es que tú me mandas esta prueba, esta asechanza si yo te estoy sirviendo?”

Porque Pablo dice que servir al Señor va acarrear pruebas, asechanzas, situaciones difíciles, pero tengo que continuar sirviendo al Señor.

  • El cristiano se debe de avergonzar por lo que éramos antes.
  • Antes éramos esclavos del pecado.
  • Ya no podemos servir al pecado.
  • Sirve a Dios.