Siervos inútiles somos

Pastor Arturo Muñoz

Lucas 17:5-10

“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

7 ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?

8 ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?

9 ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.

10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”

Dice la Palabra de Dios que vienen los apóstoles y le hace una petición, le dicen “auméntanos la fe”, deberíamos orar constantemente y decirle eso al Señor; porque él decirle al Señor “Auméntanos la fe” es reconocer que nuestra fe no está en los mejores lugares.

Entonces el Señor Jesucristo empieza a hablarles acerca de la fe como lo dice en el versículo 6 “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería”, luego continúa hace un cambio de 180 grados en el versículo 7 “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?”, el Señor Jesús usa este momento para explicarles cómo funciona la fe, para explicarles cómo también cual es el trabajo de un siervo.

Nosotros cuando necesitamos de fe tenemos que también reconocer nuestro trabajo como siervos.

Lucas 17:8

“¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?”

En algunos pueblos, algunas familias la esposa es la que prepara la comida, hace todo, llega el marido, sirve la comida al marido, los hijos y se queda parada por si hace falta algo, no se pone a comer con el marido, la esposa está lista para servir. Tenemos que aprender a servir y aprender a hacerlo con amor y con alegría.

Este siervo dice acá que cuando llega el Señor le dice *Prepárame la cena*, entonces el siervo hace todo allí y no se sienta con el Señor.

Lucas 17:9

“¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.”

No hay nada de malo como personas dar las gracias, debemos de ser agradecidos, hay que pedir las cosas con *por favor* y cuando alguien nos haga ese favor hay que dar las gracias.

Dice la Biblia que el siervo no debe de esperar a que se le den las gracias; muchas veces nosotros nos sentimos tristes, quizá más que tristes, nos decimos *No me reconocieron…* deberíamos cuando en la casa el esposo o la esposa hace algo ser agradecidos, pero todo lo que hacemos debemos de hacerlo ciertamente para el Señor, y que bueno es enseñar a nuestros hijos a ser respetuosos y dar las gracias, no es la escuela cristiana que tiene que enseñar esto a nuestros hijos, no es la escuela pública quien tiene que enseñar esto a nuestros hijos, es en nuestra casa donde nosotros somos los responsables de enseñar a nuestros hijos a ser buenos hijos de Dios, buenos ciudadanos, buenas personas.

Recuerdo que en la escuela el maestro nos decían “¿Eso aprendes en tu casa?”, venía un niño malcriado y hablaba mal, ese entonces en la primaria no se decían groserías ni en la secundaria, en la preparatoria una que otra vez se escuchaba una mala palabra, yo recuerdo que cuando a un niño en la primaria se le salía la maestra le daba unos coscorrones, le daba un golpe en la espalda y le decía “¿Eso te enseñan en tu casa?”.

Ciertamente es en nuestra casa donde nuestros hijos deben de aprender, lo aprenden de nosotros mismos, y cuando nosotros no somos siervos nuestros hijos tampoco van a querer siervos, si en nuestra casa somos jefes, altaneros, soberbios, gritones, ¿Cómo cree que van a ser nuestros hijos? De la misma manera.

Lucas 17:10

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”

En vez de esperar a que me den un aplauso, que me den un reconocimiento, debo de decir “Soy un siervo inútil”.

Estamos en el mes de servir, servicio a otros; alguien que sirve es un siervo. El siervo no es asalariado, no recibe salario, el siervo está allí porque ha sido ya comprado completamente, en estos tiempos eran esclavos, no recibían una recompensa, una remuneración, un pago por sus servicios etc. Porque simplemente era un siervo.

Nosotros somos siervos, ya hemos sido comprados, debemos de acordarnos que cada vez que hacemos algo para el Señor debemos de decir “Soy un siervo inútil”.

I. Un siervo no manda, obedece.

Queremos todos ser jefes, todos queremos decirle a alguien más qué hacer, todos queremos estar hasta arriba como reyes y que se nos obedezca, pero tenemos que recordar que somos siervos inútiles.

Un siervo es el que recibe las órdenes, el que cuando termina de hacer una orden está listo para recibir la siguiente orden y así sucesivamente; el siervo no dice *Ya hice una orden hoy en día, me voy a sentar y esperar que mi jefe ya no me diga nada más que hacer porque ya hice lo que mi jefe me dijo* no, sino que el siervo debe de estar dispuesto a recibir órdenes, él no manda, obedece.

El siervo no finge como que está trabajando; hoy en día los celulares son una gran distracción, cuando está alguien trabajando entramos a algún lugar y están con su celular. En la obra del Señor Dios me dice *Haz algo* y decimos *Sí Señor ahorita lo voy hacer*, pero empezamos a distraernos con el celular, nos distraemos con la televisión, nos distraemos con el mundo, nos distraemos con todo y al final no hacemos nada, todo lo que quería Dios que hiciera durante la semana no lo hice, se me olvidó, se me pasó… porque ya no queremos obedecer.

Al primero que debemos de obedecer es al Señor, si estoy leyendo la Biblia y Dios me dice *Haz algo* debemos de hacerlo.

El Pastor Kevin Wynne cuenta que él estaba en su casa en California y se iba a matar, tenía una escopeta pero se sentó y empezó a leer la Biblia, se dio cuenta qué era la salvación, por fe aceptó a Cristo, teniendo una familia católica… luego encontró otro pasaje que decía “Id y haced discípulos a todas las naciones…” y él dijo “Dios me está diciendo que deje mi país y me vaya a otro lugar de misionero”; tomó sus cosas y se fue a México, fue a Honduras, Nicaragua, llegó a Sudamérica, Perú ¿Por qué?, porque él estaba dispuesto a recibir órdenes de parte de Dios.

Cuando recibimos órdenes de parte de Dios ¿Lo hacemos o no lo hacemos?

Nosotros somos los que debemos de hacer, no los que debemos de mandar; muchas veces nos gusta mandar *Señor hazme esto…* y pensamos que Dios es el genio de la lámpara maravillosa y que él debe de hacer lo que yo le digo que haga, pero cuando él me dice lo que yo tengo que hacer entonces ya no estamos tan conformes.

¿Qué es lo que Dios te ha dicho que hagas y aún no has hecho?

A lo mejor es el instituto, a lo mejor es ganar almas, a lo mejor es diezmar, dices *Eso es para los que llevan 20 años en la iglesia* no, el que diezma es porque ha aprendido a obedecer al Señor y soy siervo, debo de obedecer.

Dios me dice *Dale un folleto/ sirve* quizás en la iglesia, en algún lugar.

Queremos mandar, queremos ser jefes pero nos cuesta mucho obedecer.

II. Un siervo hace todo, no “algo”.

Lucas 17:10

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”

Estoy supuesto a hacer todo lo que me es ordenado, Dios quiere que haga todo lo que Él me ordena, no algunas partes, sino todo.

El amo le dice al siervo *Vas a barrer, luego a trapear, luego a limpiar, luego a sacudir, luego las ventanas.* y el siervo dice *Bueno, barrer no me gusta, trapear menos, limpiar no, esto tampoco etc.*, va y hace solamente lo que le conviene, lo que le gusta y no hace todas las otras cuatro cosas… no debería de ser así, debemos de hacer todo lo que se nos ordena. No algunas cosas, no escoger lo que a mí sí me conviene.

Dios no me va a pedir algo que yo no puedo hacer, no me va a pedir algo que yo no pueda llevar esa carga, sino siempre me va a pedir algo que sabe que yo puedo hacer. Yo no le voy a decir a mi hija Caitlyn de ocho años que suba una maleta que está llena, que tiene 25 kilos de peso, ella no lo va a poder hacer, pero yo sí le puedo decir a mi hijo Jafet de dieciséis años *Sube la maleta*, no le puedo decir a Sarah que corte el pasto de la banqueta, pero sí le puedo decir a mi hijo David.

Entonces no voy a decirle a alguien que no pueda hacerlo que haga algo.

Sabes hermano, Dios no me va a pedir a mí que haga algo que yo no pueda hacer; Dios me va a decir *Haz esto y aquello*.

En ocasiones Dios me va a dar dos o tres cosas que hacer, tengo que apuntarlas, memorizarlas y decir *Ok, Dios quiere que haga esto, esto y esto*.

Pero a veces somos muy olvidadizos, y a Dios no le gusta estar repitiendo, a mí no me gusta estar repitiendo las cosas a mis hijos; Dios me dice *Haz esto* y no me debería de estar recordando cada domingo *Da tu diezmo*, y el siguiente domingo lo mismo, y que digas *Ah, se me olvidó*, y que durante diez años, *Ah Señor, como se me olvida eso.*

Dios no me debería de estar diciendo *Sal a ganar almas, reparte un folleto, no mientas, no robes, no mates, no seas así etc.* no me debería Dios decir tantas cosas todos los días, en la primera ocasión deberíamos entender y decir *Sí es cierto, esto es algo que no debo de hacer, esto ya debería empezar a hacerlo y de aquí en adelante lo voy hacer*.

Hace años entendía, tenía catorce años y entendí que tenía que salir a ganar almas; antes ya salía con mis papás pero a los catorce años ya salía con mi compañero, ya no iba de acompañante sino me llevaba a alguien de acompañante. En una calle de la bella ciudad de Iguala me abrió una viejita, pensé “Ay, como que no me va hacer caso”, pero le di el folleto, le explique, le pregunté si quería aceptar a Cristo y me dijo que sí. Hicimos la oración y fue salva.Salí, toqué, hablé, alguien reconoció que era pecadora, que iba al infierno, le pidió a Cristo salvación y fue salva; a mis catorce años. Desde los catorce años yo pudiera decir que cada sábado Dios me decía *Sal a ganar almas*, por lo menos una vez a la semana.

Y desde los catorce años hasta la fecha muy poquitas semanas no he salido a ganar almas, pero cada sábado hemos estado saliendo a ganar almas; a veces no quiero salir, pero debo de ser obediente, a veces no me quiero levantar de la cama pero debo de ser obediente, Dios no me tiene que estar recordando.

Usted dice “Ah pero es que usted es el Pastor”, sí, pero desde los catorce años hasta los veinticuatro años no era Pastor, y todos los sábados salía a ganar almas. Después de que me casé, llegamos a Puebla y tenía yo veinticuatro o veinticinco años, nadie me mandó, yo salí cada sábado.

El siervo tiene que hacer todo, no solamente algo que a mí me guste; *Señor eso de ganar almas no me gusta pero esta otra orden quizá sí la pueda hacer*, y le ponemos condiciones a Dios, le decimos a Dios esto sí, esto no… *Señor nunca me vayas a pedir que deje de fumar/ Señor nunca me vayas a pedir que deje de tomar; porque esa es la única condición que yo te pido. Señor nunca me vayas a pedir que deje el pantalón (Las hermanas)*, entonces condicionamos a Dios, lo que me gusta sí y lo que no me gusta no, no podemos condicionar a Dios.

III. Un siervo tiene buena actitud.

Filipenses 2:14

“Haced todo sin murmuraciones y contiendas,”

Debemos de hacer todo sin murmuraciones.

El siervo tiene que tener una buena actitud.

Efesios 6:5-8

“Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;

6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;

7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,

8 sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.”

Dios compara a un jefe en el trabajo que debemos de obedecerla como si esa persona fuera Cristo.

En Efesios 5 Dios compara al esposo como si fuera Cristo.

Efesios 6:6 “no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;” nos dice que debemos de hacer las cosas de corazón.

Un campesino con el que estaba platicando me dijo “Si no se hacen las cosas de corazón, no salen bien.” Y si es cierto, si no hacemos las cosas de corazón, hacemos las cosas desganados, de mala gana, a la allí se va no van a salir bien las cosas; cada cosa que hacemos la debemos de hacer bien dice la biblia en Efesio 6:7,”sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,”.

Tenemos que servir de buena voluntad; no a regañadientes, no murmurando. Le pregunté a un hermano de la iglesia “¿Hermano cómo llegó tan alto?”, porque hace cinco años llegó desde lo más bajo, él me dijo “Llegaba antes que todos los del trabajo, salía después de todos los del trabajo, hacía todo lo que se me pedía y hacía de más.”

Como que no es una mala idea, llegar antes que todos, salir después, hacer todo lo que se me dice con una buena actitud y hacer más de lo que se me dice con una buena actitud ¿Quieres hermano, hermana, que te den un ascenso? No es por ser barbero, es siendo un siervo de Dios con una buena actitud; la Biblia dice “sirviendo de buena voluntad.”

Cuando le decimos a nuestros hijos que hagan algo y si lo hacen de mala actitud, a lo mejor sí lo hicieron físicamente; sacaron la basura pero en su corazón no sacaron la basura, quizás obedecieron en algo pero en su corazón lo sigue haciendo; esa no es una buena actitud.

Cuando Dios nos pide que hagamos algo no deberíamos de hacerlo para decir *Bueno para que ya se calmen y ya Dios no me esté diciendo.* no, sino que Dios quiere que todo lo que yo haga lo haga con una buena actitud.

IV. Un siervo es inútil, no se gloría.

Un siervo debe de ser humilde, dice la Biblia en 2 Corintios 10:17 “Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;” como nos cuesta hacer las cosas con humildad. Como nos cuesta hacer lo que se nos pide con humildad; por eso dice que cuando se te haya ordenado todo lo que debes de hacer di “Siervos inútiles somos…” cada ocasión.

Hay dos frases que normalmente yo oro y recuerdo todos los días; la primer frase es cuando veo a alguien inferior que yo mi carne quiere decir *Yo soy mejor*, pero lo que yo siempre debo de recordar es “Yo no soy mejor que nadie.” Si veo a alguien con necesidad oro por esa persona, quizás está pidiendo dinero en la calle *Bendícela, protégela, provee*, yo no soy mejor que esa persona; algo más que me digo todos los días es “Gracias Señor por lo que me dad, no me lo merezco pero gracias por lo que me das.”

Otra cosa que deberíamos de decirnos todos los días es “Soy un siervo inútil”.

Para que se nos baje un poco la soberbia, constantemente Dios nos tiene que bajar; nuestra cabeza dice “Eres un jefe”, pero Dios dice *Eres un siervo inútil*.

V. Un siervo es responsable.

Debe de hacer lo que tiene que hacer; David era responsable.

VI. Un siervo ama a su señor.

Éxodo 21:5 “Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre;”, Un siervo ama a su señor; porque él me compró. Un día yo era esclavo de algo más pero ya Dios me compro, ahora soy un siervo de Él. Un siervo ama a su señor, no lo odia, no lo detesta, sino ama a su Señor, por lo que Él hace por nosotros.

  • Tenemos que aprender a servir.
  • Un siervo es el que recibe las órdenes.
  • El siervo tiene que hacer todo.
  • Tenemos que servir de buena voluntad