¿Qué es la Limosna?

Mateo 6:1-4

1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

Dice la Palabra de Dios que cuando demos limosna debemos de hacerlo de cierta manera. Aquí la limosna es la ayuda o el bien que se da al pobre. Era una ofrenda para la persona necesitada. La palabra limosna no se encuentra en la Biblia de manera extensa. En el Nuevo Testamento se encuentra solo catorce veces. 

Se encontraba un recipiente de metal en la sinagogas y por la parte de arriba era como un cono en donde caía como en una arca, como una caja y las personas que llegaban al templo podían, antes de entrar echar esa limosna y entonces la sinagoga designaba a quien se le iba a dar esta. 

Algunos de los sacerdotes daban su dinero de manera alarmante, llegaban a la sinagoga y traían todas esas monedas que las hacían sonar tan fuerte que pareciera que era como una trompeta porque este recipiente de metal se llamaba shoforet y el nombre de una trompeta era shofar de tal manera que donde se recibían las limosnas era como un lugar que al echar las monedas se hacía tanto ruido como de una trompeta, por eso dice el versículo 2 “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti,”  En otras palabras dice que no suene tanto y que la gente no escuche, o no llegues diciendo, Voy a dar mis mil pesos de limosna, yo soy el mejor cristiano. 

Dice la Biblia no le digas a todo el mundo porque si alguien lo ve, es Dios dice “no seas como los hipócritas en las sinagogas y en las calles.” En las calles también había gente necesitada que estaba a la puerta del templo y quienes les daban limosnas hacían un show cuando le daban el dinero,  “para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” Esta recompensa no era una recompensa celestial porque Dios no recompensa lo que nosotros hacemos de manera orgullosa; Dios no recompensa lo que hacemos jactándonos. El que recibía la limosna le daba las gracias y simplemente recibían una recompensa terrenal y no es la mejor recompensa que uno puede recibir. Quizás les daban un aplauso, unas gracias o el que estaba ahí en la puerta ni siquiera le daba las gracias pero otros veían y decían, ¡Wow! y se impresionaban y era una recompensa terrenal y eso es lo que no debemos de buscar.

Dice el versículo 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, Lo que está tratando de decir es que seas tan sigilosamente, sin tanta alarma que cuando echas ese dinero ni siquiera “a un metro de distancia” se escucha ese alarde, esa trompeta, que lo haces de una manera prudente, que no estás tratando de llamar la atención. Que no sepa tu hermano lo que estás dando. En ocasiones lo hacemos así cuando damos tres pesos porque no queremos que el hermano de un lado sepa que solo dimos tres pesos pero cuando damos quinientos pesos hay si queremos que sepan. Pero Dios sabe lo que damos. Debemos de recordar que Dios sabe cuánto damos, la razón y el motivo. Dice el versículo 4 “para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Tenemos un Padre Celestial que lo ve todo y él nos va a recompensar en público. El diezmo no es la limosna. Esta limosna es una ayuda que se da al pobre. 

1. La limosna la da el que tiene

Dice Lucas 11: 36-42 “Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa.  El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Pero dad limosna de lo que tenéis,  y entonces todo os será limpio. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.” El Señor Jesús estaba hablando duro en la casa de unos de los fariseos. Y Jesús les está diciendo que son unos ladrones, por fuera se veían blanquitos pero por dentro estaban llenos de maldad, estaban robando y muy posiblemente lo que entraba en las arcas de las limosnas los fariseos tomaban del dinero y se lo quedaban por eso dice en 1 Timoteo 3 de que el pastor debe ser un pastor que no quiera aprovecharse del dinero de los demás. El dinero no es malo, el problema es cuando pastores están tomando ese dinero para hacerse ricos. El robar, estafar y el engañar son un problema. 1 Timoteo 3:3 dice, “no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; Pablo dijo esto porque habían fariseos ladrones que tomaban el dinero de esas limosnas y entonces cuando llegaban al templo lo volvían a echar y tocaban trompetas y eran hipócritas porque querían que todo el mundo viera lo que ellos estaban dando.

Lucas 11:40 dice, Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro? Jesús nos conoce por dentro y fuera porque él nos hizo y la santidad comienza por dentro y se representa por fuera. Y el versículo 42 dice, Pero dad limosna de lo que tenéis, La limosna la da el que tiene y que lo ha ganado honestamente y trabajando. Los fariseos decían “Ustedes que vienen a las sinagogas ¿cuantas hectáreas de hortalizas hiciste? Tienes que asegurarte que das tu diezmo de hortaliza, de la menta, de la ruda” pero ellos no lo hacían y si lo hacían lo hacían mal. Ellos robaban, eran injustos y eran hipócritas y se aseguraba que la gente hiciera lo correcto pero ellos no hacían todo bien. En ocasiones somos así. vemos el problema del otro y no nos damos cuenta que tenemos una viga y señalamos la paja en el ojo ajeno y no nos damos cuenta que en uno mismo hay problemas mucho mas grande de los que estamos apuntando afuera por eso Dios nos dice que estamos mal. El cristiano balanceado es aquel que ha aprendido en su vida cristiana a ver todas las cosas y hacerlas bien no solo la mitad o lo que le conviene.

2. La limosna es una ofrenda para los pobres y necesitados

Dice Hechos 3:1-3 “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna.” Este hombre de cuarenta años de edad, que era cojo de nacimiento se la pasaba ahí todo el día, no podía trabajar y estaba pidiendo limosna y entonces dice la Biblia que Pedro y Juan estaban entrando al templo y se dan cuenta de este hombre y él había estado por mucho tiempo y en ocasiones no nos damos cuenta de la necesidad. Y ¿Cuál era la necesidad de acá? En el capítulo anterior encontramos que Dios añadió a la iglesia tres mil personas, mucha gente estaba siendo salva y muy posiblemente Pedro y Juan cuando iban al templo orar, oraban para que más gente pudiera escuchar y saber de Dios y se encontraron a este hombre que no había sido salvo y el tenía varias necesidades, tenía una necesidad física, una necesidad financiera y la mas importante una necesidad espiritual. Pedro y Juan le dicen, No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Entonces le ayudan en esa necesidad física y también encuentra este hombre salvación porque él entró con ellos al templo andando, saltando y alabando a Dios. Este hombre estaba alabando a Dios y Pedro y Juan vieron que sí, había una necesidad de dinero pero le dieron algo mejor, sanidad y salvación.

3. La limosna no era solamente algo que sobraba

Dice Lucas 12:33 “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Si vendemos lo que poseemos y damos limosna ¿serán cinco pesos? No. De tal manera que la limosna no era solamente una ayuda al necesitado y al pobre, también podía ser una gran cantidad de dinero y en esta referencia, es todo lo que tenemos en posesiones y si tenemos una casa que cuesta doscientos mil pesos y Dios nos dice que la venda y lo demos a los pobres la pregunta es ¿Lo haríamos? y ¿Qué tan aferrados estamos al materialismo? porque Dios dice que busquemos a Dios y su justicia. Estamos tan aferrados a lo que tenemos pero Dios dice que él tiene cuidado de nosotros. Dios quiere nos desprendamos del orgullo y del pecado que nos hace caer. Como el joven al que Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía y lo diera a los pobres. Entonces los discípulos dijeron, Entonces ¿quién puede ser salvo? y Jesús dijo que para nosotros es difícil pero para Dios no. 

La salvación no depende de lo que hacemos o no podamos hacer. Lo que Dios quiere es que aprendamos a desprendernos de las cosas que tenemos que si Dios dice que demos algo, estemos dispuestos a darlo. Esa debería de ser nuestra disposición. Dice el versículo 34 “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” ¿Donde está nuestro tesoro?

La limosna no es y no era algo que sobraba de un peso o dos pesos, también podía ser una gran cantidad de dinero. Dice Mateo 6:4 “para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Sea que nosotros demos nuestro dinero: diezmo, ofrenda, promesa de fe, hay alguien que se está dando cuenta de lo que nosotros damos y lo debemos de dar porque amamos a Dios porque obedecemos a Dios y porque queremos ser bendecidos por él, pero no lo podemos condicionar y decir , “Hoy te voy a dar diez pesos y en esta semana quiero que me bendigas y la siguiente semana te doy veinte y  a ver como te va con esos veinte.” Así no funciona. Cuando damos al Señor debemos de darlo porque le amamos y porque queremos obedecerle.