EL DESÁNIMO 

Números 21: 1-5 

21:1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros.

21:2 Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades.

21:3 Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma.

21:4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

21:5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

Puede usted aprender el siguiente versículo de memoria, que fue el que se aprendió en la enseñanza de la escuela dominical. 

Salmos 55:22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;

        No dejará para siempre caído al justo.

¿Qué es el desánimo?

El desánimo es simplemente decaimiento espiritual, depresión, desgano o falta de ganas para hacer algo. En la actualidad escuchamos hablar de la depresión, “ando en la depre” ¿verdad? Y ahorita los jóvenes, más las señoritas “ando en la depre porque mi novio me dejo” ¡Y nombre! 

Y los hermanitos “¡ay! ando en la depre porque el pastor me regañó” Y ya andan deprimidos. Hoy en día los niños andan deprimidos, porque su maestro los reprobó o porque su maestro le dio varita. ¡No! Antes que depresión ni que nada, si uno llegaba y le decía al papá:

-Es que la maestra me regañó.

– Pues  por algo te regaño y ahora yo te voy a dar ¿verdad? y ¡Zas! 

¡No había depresión! ¡No había desánimo! ¿Verdad? Había tunda, nada más. 

Vamos a ver entonces el decaimiento. Hay momentos en nuestra vida espiritual, como cristianos, como hijos de Dios, en las que a veces no queremos ya venir a la iglesia, hay momentos en los que ya no queremos ir a ganar almas “¡ay voy a ganar almas y nadie es salvo!” hay momentos en los que ya no queremos venir a la iglesia a orar a servir a Dios “¡no es que ya no voy a servir porque la hermana hace esto y esto y esto y esto y lo otro!”. Empezamos a tener desánimo para las cosas de Dios, pero no nada más para las cosas de Dios, sino también para las cosas en las cuales nosotros trabajamos, hay momentos en nuestra vida que a veces ya no queremos ir a trabajar en lo secular, “¡Ay! me siento cansado, estoy pasando problemas en mi matrimonio, con mi familia, económicamente” y andamos con desánimo sin hacer nada. 

Y hoy vamos a ver seis cosas por las cuales llega el desánimo y usted analice su vida, si en ese punto usted está teniendo desánimo. 

Vamos a ver primero las cosas por las cuales llega el desánimo 

Números 20:14-20 

20:14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;

20:15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; 

20:16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras.

20:17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio.

20:18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado. 

20:19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más.

20:20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte.

Una de las cosa por la cual llega el desánimo porque las cosas no salen como nosotros queremos, como nosotros pensamos.

Mire hermano, Dios le había dicho al pueblo de Israel que saliera de Egipto y anduvieron ellos vagando en el desierto por cuarenta años, y llegaron a la tierra de Edom y vemos ahí hermano donde Edom le dice “no van a pasar” Dios les había dicho que iban a un lugar a una tierra donde fluye leche y miel, pero les dice dos veces “no van a pasar” pero le dice el pueblo de Israel a su hermano. ¿Por qué a su hermano?

En el libro de Génesis Esaú es Edom y Dios no permitió que Edom, Dios de dio una promesa a Esaú que le iba a dar ese monte, que era el monte de Seir en el libro de Génesis 36 habla acerca de eso, Dios ya había establecido que Esaú iba a tener ese monte, por eso. Pero ahora vemos que viene Israel que es Jacob, y vemos que le dice y le pide permiso para poder pasar, y le dijo:

– Yo no voy a tomar nada de lo tuyo de tu tierra y si tomo algo, lo pago

Pero respondió Edom

– ¡No! 

Y le dijo dos veces “¡No!”

Hermano hay veces que nos desanimamos cuando Dios nos dice “No vas hacer esto ¡No!” y nos desanimamos ¿verdad? Dicen por allá en el norte “nos agüitamos” Pero a veces no entendemos porque en ciertas ocasiones Dios nos dice “no lo hagas, no te doy permiso”.

Ahora con mi hijo Abdiel a veces me dice:

– Papá dame permiso para que me quede con mis amigos. 

Pero no me dice a mí, le dice a su mamá y yo le digo 

– No

– ¡Ah! pero ¿por qué?

– Porque no

Y hermano hay veces que Dios nos dice “no” y nosotros queremos decirle a Dios 

– Pero ¿por qué?

Y ¿quiénes somos nosotros para decirle a Dios, pero por qué?

El es soberano, Él puede tomar decisiones Él puede hacer lo que Él quiera y también jóvenes ya que están aquí, tus padres sí te dicen “no” es porque son tus padres y ellos puede hacer lo que ellos quieran, algún día tu te vas a casar y ahora vas a entender porque tu papá te decía “no”, ahorita no lo entiendes, pero cuando te cases vas a decir “¡ah! sí ya entiendo porque”.

Bueno una de las cosas por las cuales llega el desánimo es cuando no nos salen las cosas como nosotros pensamos, como nosotros queremos, a veces nos desanimamos. 

¿Por qué otra cosa llega el desánimo? 

Números 21:1 

21:1 Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros.

Viene el desánimo a veces también por los fracasos, vemos aquí que el rey de Arad peleó y tomó prisioneros ¿a quién? a Israel. ¡Imagínese hermano! Si usted lee desde el capítulo diecinueve  y luego lee todo el capítulo veinte, se va a dar cuenta cuando está el pueblo de Israel pidiéndole a Dios agua y luego de ahí sigue más adelante y le piden y van con Edom y le dicen a Edom, que les de chance que pase y les dice “no” y luego vienen con otro rey, con éste rey de Arad y viene y se levanta, pelea contra él y toma prisioneros, ¡imagínese! como dicen por allá “si no nos llueve, nos llovizna!” una tras otra, y luego llegan momentos así hermano, que viene una tras otra y no podemos salir y eso nos hace desanimarnos por los fracasos que tenemos. 

“¡Pero yo estoy tratando de hacer las cosas bien!” Pero Dios dice “no” y sentimos como un fracaso y a veces por eso nos desanimamos, más ahorita los jóvenes cuando van a estudiar una carrera y de repente les dicen “no” porque no pasó el examen, y de repente también con los jóvenes cuando se van a casar con una muchacha y la muchacha le dice “no” ¡Ah! es una derrota! ¡duele en el corazón! ¿Si les dolió el corazón a muchos hermanos que ya se casaron? ¿Si les lastimaron su corazón hermano? ¡sí! ¿verdad?. Pero no por eso no se casó, ¡sí verdad! ¡Sí se casó! o ¿nada más soy yo, al único que le dijeron no? Y yo insistí y me casé. Pero hermano, no por una derrota, quiere decir que ya se acabó todo, hay que seguir adelante, es el desánimo pero hay que seguir adelante.

Veamos lo que dice 

Josué 7:5-7

7:5 Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.

7:6 Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.

7:7 Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!

Vemos aquí hermanos ahora con Josué, una derrota con el pueblo de Hai, y eso nos desanima y a veces le echamos la culpa a Dios ¡ah pero hacemos las cosas bien!

Pero aquí hermano había un problem, había un pecado ¿verdad? el pecado de Acán y por eso fueron derrotados; entonces vemos aquí hermano, los fracasos nos hacen en nuestra vida desanimarnos, es otra de las cosas que nos desanima. 

Nos desanima que nosotros a veces tenemos proyectos y decimos “en este año voy hacer esto, esto y esto” y de repente no hicimos nada y nos desanimamos. ¡Hijole! No hice nada para Dios en este año. Y de repente también emprendemos un proyecto gracias a Dios, emprendemos el proyecto y vamos a la mitad del proyecto y de repente no salió bien el proyecto y fracasamos y nos desanimamos y decimos ¡hijole!

Veamos otra cosa por lo cual llega el desánimo 

1 Samuel 30:1-4 

30:1 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego.

30:2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. 

30:3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos.

30:4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.

Vemos aquí hermanos otra cosa por la cual llega el desánimo es cuando la familia está padeciendo. 

A nosotros los hombres como nos duele cuando la familia está sufriendo. Vemos aquí hermano que DAvid se fue a pelear y cuando regresa ¿qué pasó? a su familia se la llevaron cautiva, y dice la palabra de Dios que desfallecío el corazón de David, porque se llevaron cautivas a sus esposas, a su familia; fue algo triste. Y a veces cuando nuestra familia está padeciendo, cuando nuestro matrimonio está siendo derribado, fracasado; cuando nuestros hijos se están rebelando en contra de Dios, nos lastima y nos desanimamos. 

Hermano yo he conocido familias, hermanos varones, que han sido fieles en las cosas de Dios, pero a la esposa, satanás se la comienza a llevar hacia el mundo, santán empieza a llevarse a los jóvenes, a nuestros hijos al mundo y he visto hermanos fieles a Dios y ven que sus esposas ya no quieren seguir en las cosas de Dios, sus hijos ya no quieren seguir en las cosas de Dios y se empieza a desanimar y he visto mucha gente así, muchos hermanos, no nada más en ésta iglesia, en ésta iglesia y en otras iglesias en las que he estado y hermanos eso es duro, eso es doloroso, es un desánimo que llega. 

Isaías 38:1-3

38:1 En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.

38:2 Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,

38:3 y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.

Vemos aquí que Ezequías lloró por lo que le había dicho el profeta; hermano a veces nos desanimamos cuando tenemos una enfermedad, ahora en nuestros tiempos tenemos muchas enfermedades, diabetes, cáncer ¿verdad? y son enfermedades muy dolorosas y a veces nos desanimamos por eso; hermano cuando nos dan la noticia, y más cuando le dicen “ya no le queda mucho tiempo, el cáncer está muy avanzado” ¡Oh! cuanto duele y cuanto nos desanimamos hermano. 

Alguien dijo estas palabras:

“En cuanto estoy más cerca de la muerte, estoy más cerca de Dios” Los que realmente creemos en Cristo, no nos desanimamos, porque estamos más cerca de Dios. Pero si usted tiene una enfermedad y te dicen “te queda poco tiempo” y no estás contento es porque todavía estás amando a este mundo, porque todavía amas a este mundo, pero alguien que ama a Dios y te dicen “estás enfermo, vas a morir” ¡Gloria a Dios, Dios ya te voy a ver muy pronto! ¿Dónde está su ánimo o desánimo? A veces las enfermedades nos desaniman.

Cuando me dijeron de mi hijo Isaac, que tenía asma, pues sí sentí feo, pero le dije a Dios “Tú lo hiciste y si te lo vas a llevar adelante” 

Pero que eso no nos desanime, las enfermedades, pero hay momentos en nuestra vida que te dan noticias y eso te desanima por la enfermedad.

2 Samuel 18:28-33

18:28 Entonces Ahimaas dijo en alta voz al rey: Paz. Y se inclinó a tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea Jehová Dios tuyo, que ha entregado a los hombres que habían levantado sus manos contra mi señor el rey.

18:29 Y el rey dijo: ¿El joven Absalón está bien? Y Ahimaas respondió: Vi yo un gran alboroto cuando envió Joab al siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué era.

18:30 Y el rey dijo: Pasa, y ponte allí. Y él pasó, y se quedó de pie.

18:31 Luego vino el etíope, y dijo: Reciba nuevas mi señor el rey, que hoy Jehová ha defendido tu causa de la mano de todos los que se habían levantado contra ti.

18:32 El rey entonces dijo al etíope: ¿El joven Absalón está bien? Y el etíope respondió: Como aquel joven sean los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levanten contra ti para mal.

18:33 Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!

Vemos aquí hermanos otra cosa por la cual nos desanimamos es cuando nos dan malas noticias, cuando nos dicen “sabes que, estás despedido” ¡Oh! Que triste. Cuando nos dicen “Tu papá se murió, tu mamá se murió” ¡Que noticias fuertes y dolorosas! Y esas noticias a veces como nos duelen. Imagínese hermano aquí cuando se muere la esposa, pues nos duele, cuando se muere un padre, nos duele, pero imagínese hermano, cuando se muere un hijo, es más dolor, a eso no se le puede dar otro nombre, es doloroso. 

Vemos aquí esa mala noticia que le dieron al rey David, es algo fatal lo que pasó David, o sea tu hijo se levanta en contra de ti, y él no puede hacer nada porque es su hijo, porque lo ama, no importa aun que sea rebelde; jóven aunque seas rebelde y necio, cabezón y testarudo, tu padre te ama y si te ama, respetalo ¡respetalo! Porque no sabes que dolor le causas  a tu papá o a una mamá tu rebeldía. 

Mire hermano David, su hijo se rebeló, pero él le dijo a sus generales “no le hagan nada” si usted lee bien la historia les dice que no le hagan nada, pero vino uno de sus generales y dice que lo vio colgado y lo remato, y vienen dos corriendo a encontrarse a David para darle la noticia y dice “no… el etíope no me va a traer buenas noticias” y le da la noticia y el rey David dice: “Absalón Absalón hijo mío ¡Quién me diera..!” El quería morir por su hijo. Qué fue lo que hizo el Señor Jesucristo dar su vida por nosotros ese es un amor tan grande que tenemos. Vemo entonces hermano que por las malas noticias nos desanimamos.

¿Por qué otra cosa más? 

Mateo 26:69-75

26:69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo.

26:70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. 

26:71 Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno.

26:72 Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre.

26:73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.

26:74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo.

26:75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Otra de las cosas por la cual llega el desánimo es por el pecado, aquí un seguidor de Jesucristo, ¡Pedro! un líder ¡Pedro!, negó a Jesús a nuestro Señor Jesucristo, yo creo que dijo “¡No, no, yo no lo negaría!” Pero ¿Cuántas veces no lo negamos por nuestra manera de vivir o nuestro testimonio? Estamos negando a Jesucristo. Pero vemos aquí hermano, que por el pecado Pedro lloró amargamente estaba desanimado, deshecho. 

Hermano si a veces no quieres venir a la iglesia porque estás desanimado, es por tu pecado, arrepiéntete y pídele perdón a Dios. Si confesamos los pecados el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Hermano Dios tiene misericordia, dice que cada día son nuevas sus misericordias; pero el pecado, analiza tu vida ¿qué es lo que te está desanimando? ¿qué te está desanimando en tu vida? ¿tu familia? ¿ti enfermedad? ¿tus proyectos? ¿tus fracasos? ¿proyectos que no se han cumplido? ¿por qué no han salido las cosas como tu quieres? ¿por una mala noticia que te dijeron de un familiar? ¿por un trabajo? ¿por qué este año ya no vas a trabajar? o ¿por el pecado? 

¿Que te está desanimando? ¿Que nos está desanimando en nuestra vida? 

Busca en qué parte está el desánimo y arrepiéntete y pide perdón a Dios y por su puesto pidele ayuda 

¿Qué hacemos cuando estamos desanimados?

Números 20:2-5

20:2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

20:3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

20:4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 

20:5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

Números 21:5

21:5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

Vemos que cuando está el desánimo en nuestra vida empezamos a reprochar las cosas a Dios, empieza a salir lo que realmente somos, porque eso es hermano, empezamos a decir ¿pero por qué Dios? si vemos las palabras en la que hacen la pregunta está un “¿por qué?” y muchas veces “¿por qué tengo esta enfermedad Dios? sí estoy tratando de vivir una vida agradable delante de ti” ¿por qué me corrieron de mi trabajo Dios? ¿por qué está pasando ésto en mi vida? Y empezamos a reprochar a Dios. Y usted dice “¡no yo no reprocho a Dios!” ¡Sí, hermano! ,sí reprochamos a Dios cuando empezamos a decir “¿pero por qué?” 

¿Por qué no le decimos? “¿Cuál es tu proposito Dios?” “¿Cuál es la razón que tienes para mi vida?” Eso nos ayuda hermano para poder tranquilizarnos. Pero en cuanto empezamos a reprochar más nos vamos a desanimar, cuando empezamos a reprochar a Dios y no vemos las bendiciones.

Números 11:1-6 

11:1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.

11:2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió. 

11:3 Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de Jehová se encendió en ellos.

11:4 Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! 

11:5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;

11:6 y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos.

Vemos que cuando estamos desanimados empezamos a reprochar a Dios y hasta exageramos, vea como dice el pueblo de Dios “ve nuestra alma está tan seca”. ¿Tenían o no alimentos? ¡Claro que sí! Les daba el maná. Cuando estamos desanimados que graves estámos a veces hermanos, no valoramos lo que Dios nos ha dado. 

El pueblo de Israel, ellos no tenían que trabajar, Dios les mandaba del cielo el maná y ellos llegaban simplemente en la mañana, recogían su porción ¿se acuerda que les decían que para la familia sería cierta porción? no recogen más, nada más lo que les corresponde por familia, no tenían que trabajar hermano;  mire, usted y yo trabajamos para comer y el pueblo decía estar hastiado de comer eso, hermano, no valoramos lo que Dios no da, a veces no valoramos la familia que tenemos, y decimos “¡ah! no tengo trabajo” pero hermano usted tiene a su esposa y tiene a sus hijos con salud ¿qué más quiere? ¡no valoramos hermano!

Porque cuando estamos desanimados nosotros no valoramos lo que tenemos y empezamos a reprochar en contra de Dios. Vemos al pueblo de Israel y nosotros decimos “¡ah! ese pueblo era bien rebelde” Y usted y yo somos iguales hermano, somos iguales, pensamos y pensamos y no nos ponemos a valorar.

“!Ah! pero yo no tengo ese carro” “es que mi casa” y eso y el otro y comenzamos a ver cuestiones “¡Ay ahora que voy hacer! ¿cómo voy a pagar la renta? ¿cómo voy a pagar la luz?” y empezamos a cuestionar y no te has acordado de lo que Dios tiene y lo que Dios te ha dado a ti. Y aunque tenga o no tenga riquezas pero tienes algo que el mundo no tiene que es la vida eterna. Acuérdate de lo que dijo el Señor Jesucristo ¿de que le sirve al hombre ganar todo el mundo si perdiere su alma? ¿de que le sirve hermano? 

Pero estamos tan afanados en este mundo y pasamos una situación difícil y nos desanimamos y empezamos a reprocharle a Dios, y nos rebelamos de las cosas de Dios y ya no seguimos adelante. 

Y no valora las victorias que Dios le ha dado, no valoramos las victorias a veces, porque nos cegamos por el desánimo, es una estrategia que satanás usa para que usted no siga adelante y para que su corazón se ponga con amargura, con rencor, con odio en contra de Dios. He visto muchos cristianos, no nada más en esta iglesia sino fuera de ésta iglesia que se amargan en contra de Dios cuando empieza el desánimo, se amargan en contra de Dios; y hermano yo he visto que después están en el mundo y el mundo los tiene pisoteados, derrotados y andan blasfemando el nombre de nuestro único y suficiente Salvador, nuestro Señor Jesucristo y son tropiezo para que otra gente se acerque a los pies de Cristo. 

¡Que tristeza hermano!

1 Reyes 19:4

19:4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.

Vemos aquí a ¿quién?
¡A Elías! 

Cuando nos desanimamos nos apartamos de Dios, Elías se apartó; Dios le había dado a Elías una gran victoria, había matado a muchos profetas de Baal, y una mujercita, la bruja de Jezabel le dijo que lo iba a matar y se desanimó y se fue a esconder y él decía “quitame la vida Dios, me quiero morir” hasta ese extremo llegó hermano, por el desánimo. Hermano, cuando usted se aparta de Dios, cuando llega el desánimo se va apartar y usted ya no va a querer vivir en esta vida “ya ya ¿para qué sigo viviendo? esa es la intención que satanás quiere en su vida, ¡eso es lo que quiere satanás en su vida hermano! 

Porque usted no sabe lo que puede hacer Dios con su vida, gente siendo salva a través de su testimonio, de su vida hermano, pero satanás sabe que si se desanima usted, desanima a muchas más familias y el nombre de Dios no es glorificado. ¿cuánta gente ha aguantado? y el nombre de Dios ha sido glorificado a pesar de la enfermedad y dicen “¡wow! ¡que bendición mira! ¡este hombre tiene cáncer y sigue adelante!” Eso hermano motiva a gente inconversa y dicen “¡yo quiero tener lo que tu tienes!” y gente me lo ha dicho.

Pero a veces llega el desánimo y nos apartamos de las cosas de Dios, llegan los problemas, llegan las situaciones difíciles a nuestra vida, nos vamos de las cosas de Dios y nos empezamos a amargar en contra de Dios y comenzamos a reprocharle y a no valorar y a veces nos queremos morir “Dios quitame la vida, ¿para que? ya no sirvo para nada” Son cosas que satanás está metiendo en nuestra mente.

Tenemos que pedirle a Dios que nos de fuerza.