Es tiempo de que salgas de la cueva

1 Reyes 19:1-11

1 “Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas.

2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.

3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.

4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.

5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.

6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.

7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.

8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.

9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

10 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.”

Elías había tenido una tremenda victoria en el capítulo 18. Elías oró a Dios y le dijo que demostrara a Acab y a los profetas quién era Dios. Dice 1 Reyes 18:37-40 “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló. Y a estos cientos de profetas los mató Elías. Elías acababa de tener una de las más grande victorias en su vida, pero en el capítulo 19 dice que Acab le dio las nuevas a Jezabel y Jezabel dice:Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.Y dice el versículo 3 “y viendo el peligro” ¿Cuántos podemos ver el peligro a nuestro alrededor? Podemos verlo en gente que realmente nos quiere hacer daño, peligro con este virus, peligro con Satanás que está como león rugiente buscando a quién devorar; y dice que Elías vio el peligro y el versículo 4 dice que encuentra un enebro y deseando morirse, dijo: Basta ya. Estaba diciendo: “Estoy cansado de esta reina, estoy cansado de la persecución.”  Apenas habían pasado unas cuantas horas y ya había claudicado, ya se estaba dando por vencido. Y sigue diciendo quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. ¿Y cuántos hemos pensado eso alguna vez en nuestra vida? Elías estaba entrando en un momento depresivo muy fuerte y estaba pensando que ya no quería vivir más. No le había pasado nada, no estaba en una cárcel, no lo habían golpeado, simplemente le habían dado la mala noticia de que iba a morir y él en vez de buscar a Dios y decirle: “Oh Señor, tú me ayudaste y yo vi tu poder y gloria y lo mismo puedes hacer con esta vieja bruja.” Pero él comienza a verse a  sí mismo, comienza a ver el peligro, a tener miedo y empieza a huir y le dice a Dios que le quite la vida.

Es interesante como dice el versículo 5 Y echándose…” como si se hubiera tirado, sin fuerzas, sin ganas de vivir “…debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Ahí estaba Elías, pensando la manera como quizás iba a morir, con que instrumento lo iban a matar y ni siquiera aún sucedía, pero él estaba sufriendo y Dios le dijo que se levantara y comiera, y cuando nos encontramos en un momento así, debemos levantarnos e ir a la Palabra. Hay que alimentarnos de Su Palabra.

Dice el versículo 6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.Gloria a Dios que Dios es quien suple cuando necesitamos comer. Ahí está Su Palabra, está la oración disponible, podemos ir a él, pero Elías comió y bebió y se quedó dormido. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Dios le dijo que fuera al monte Horeb, al monte de Dios y quería mostrarle su poder y cómo lo podía ayudar. Elías se levantó y comió, caminó cuarenta días y llegó hasta Horeb, pero por alguna razón no subió, sino que dice la Biblia en el versículo 9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? Dios le había dicho que subiera al monte de Dios y Elías antes de subir como que se detiene, encuentra la cueva perfecta y se metió en ella y esa cueva representa muchas cosas.

Cada uno de nosotros tenemos una cueva, un lugar en donde nos apartamos de Dios y nos apartamos para huir, para escondernos, donde nos desanimamos de las cosas que están a nuestro alrededor. Elías, en vez de subir al monte de Dios, halló una cueva. Esa cueva representa un escondite, un lugar de no confiar en el Señor, un  lugar donde nos alejamos y pecamos. Quizás tu cueva es el apartarte de Dios, es que has dejado la Palabra de Dios, es que te estás refugiando en algo falso, quizás son las películas, los videojuegos, la diversión o los pasatiempos. Dice la Palabra de Dios que llegarán tiempos en donde habrá amadores de deleites más que de Dios. Quizás tu cueva es la música, es el alcohol, son las drogas, es la soledad.

Una cueva es un lugar de falsa seguridad, no es una fortaleza, no es un lugar de mucha luz, no es un lugar para vivir, no es un lugar para formar una familia, es una cueva.

Una cueva representa muchas cosas:

1. Una cueva es un lugar de desperdicio

1 Samuel 24:3 dice: Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. No entró para dormir, entró para ir al baño.

Una cueva era un lugar de baños públicos. Era un lugar que olía mal y apestaba, era un lugar de desperdicio, en donde entraban y era un olor feo. Representa en donde gastamos nuestra vida. Pasas mucho tiempo en Facebook, en Tik Tok, en Internet, en películas, en videojuegos, en cosas en donde el diablo no te está haciendo peor, pero cada minuto que no le damos a Dios es un minuto que estamos desperdiciando. No hay nada bueno en el internet, mucho menos cuando te metes a la una, o a las dos de la madrugada, estás metido en esa cueva en donde no hay nada que disfrutar. Sal de esa cueva. Dios le dijo a Elías: ¿Qué haces ahí Elías?

Dice Lucas 15:13-14 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.” 

Una cueva es un lugar de desperdicio, de una vida malgastada y destruida, es un lugar en donde el diablo quiere mantenerte y te quiere hacer pensar que la cueva está bien, pero Dios dice que salgas de esa cueva.

2. Una cueva es un lugar de destrucción

Josué 10:16-18 dice Y los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda. Y fue dado aviso a Josué que los cinco reyes habían sido hallados escondidos en una cueva en Maceda. Entonces Josué dijo: Rodad grandes piedras a la entrada de la cueva, y poned hombres junto a ella para que los guarden; Y continuando con la historia, después quitan las piedras, Josué trae juicio y los mató y cierran la cueva y fue su propia sepultura de estos reyes.

Una cueva es un lugar de destrucción, no tiene muchas posibilidades, te va a destruir, piensas que te va a ayudar, que te va a proteger. Estos reyes pensaron que no les iba a pasar nada, y Josué selló esa cueva, ya no había salida y nosotros pensamos y decimos “Esta cueva está bien; si hay problemas voy a poder tomar otra salida” pero cuando sellaron la cueva, esos cinco reyes encontraron que no había otra salida. Cuando tratamos de refugiarnos en esa cueva al final nos va a traer destrucción. Estos reyes encontraron la muerte.

Si piensas que tu cueva está bien, dice la Biblia que al final es camino de muerte, no hay salida. Quizás estés pensando que vas a encontrar la salida pero vas a ir hasta el fondo y vas a tocar pared. 

Es un lugar de oscuridad, de destrucción, un lugar que huele feo, es un lugar húmedo, sin vegetación, es un lugar que tiene murciélagos. No es un lugar placentero, es una cueva.

Elías pensó: “En esta cueva me voy a meter porque hay peligro” pero Dios le dijo “Elías sal de esta cueva.” ¿Cuál es la cueva en la que tú te estás metiendo? ¿Cuál es la cueva en la que estás entrando? 

No te das cuenta que es húmeda, que no tiene salida. Interesantemente cuando entras al principio huele mal pero después como que nos vamos acostumbrando a esa cueva y decimos que no está  tan mal. No conozco una cueva con pasto, con una cascada, con mucha luz, con plantas. No hay cueva bonita. Tarde o temprano esa cueva te va a destruir, te va a tragar, esa cueva no es segura, no es para vivir toda la vida. Dios no te sacó del pozo de la desesperación para que te quedes escondido en una cueva.

Salmos 40:1-2 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.” Dios nos buscó y encontró en un pozo. Un  pozo es un lugar oscuro, huele mal, y dice la Biblia “Pacientemente esperé a Jehová” y Dios extendió su brazo y nos sacó de ese lugar y nos dijo “Yo soy Dios, yo te puedo sacar, y te voy a poner sobre una peña que es Cristo.” Dios no nos sacó para meternos en una cueva, sino para ponernos en una peña, la peña de Horeb, la peña que es Cristo. Dice el versículo 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.

Una cueva no nos ayuda para ganar almas, una cueva nos impide tener una familia que agrada al Señor. Dice 1 Reyes 19:3 “Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.Dejó a su criado, aquel que lo podía seguir animando. Cuando Jonatán le dijo a su paje de armas en 1 Samuel 14, que iba a matar a todos los filisteos, el criado le dijo que sí. Entonces fueron contra los filisteos él y su paje. Y Elías escuchó la noticia, fueron hasta Beerseba y le dijo a su paje: “No podemos. Quédate aquí y yo voy a seguir mi camino, solo” y él dejó a su amigo en Beerseba.

¿Cuántos de nosotros cuando vemos el peligro, huimos hacia el pecado, la primera persona que dejamos es el Espíritu Santo de Dios? Contristamos al Espíritu Santo y le decimos “quédate aquí, voy a estar bien” y el nos dice “No vas a estar bien. Te vas a desanimar” y le decimos que somos fuertes, que creemos en Cristo, leemos la Biblia y oramos y a la persona que Elías dejó ir, fue a la persona que más necesitaba. El Espíritu Santo siempre está a nuestro lado pero cuando tenemos en mente refugiarnos en una cueva, lo primero que hacemos es que dejamos a Dios, dejamos la Biblia, dejamos de orar, dejamos las cosas de Dios y nos refugiamos en una cueva, y una cueva es un lugar de de desecho, de destrucción.

3. Una cueva es un lugar de depravación

Genesis 19:30-32 “Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas.  Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra. Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia.” Lo que no había en esa cueva era: agua potable, coca cola, pepsi cola, no había otras cosas. Pero si había cerveza, licor, drogas, vino y había depravación y perdición. Una cueva nos habla de una vida lejos de Cristo, lejos de Dios, una vida en pecado, en donde el diablo viene y nos trae el vino.

Ellos salieron y huyeron de Sodoma y Gomorra y después estaban en una cueva, pero tienen vino y el diablo va a usar esa cueva en donde te metes constantemente y el diablo esta usándola para traer adicciones, para arruinar más tu vida.

Una cueva no es un lugar bueno ni de edificación. Ellos ya eran de por sí una familia disfuncional ya no estaba la esposa, se había quedado en una estatua de sal y era un lugar de pecado, en donde el diablo estaba aprovechando para destruir esa vida que había sido rescatada, pero el diablo conoce bien y dice “te has ido a una cueva, pues ahí te voy a destruir.” Cuidado cuando entras a una cueva. Y si tú estás metido en una cueva Dios te dice: “Sal y sube al monte de Dios. No te quedes en esa cueva.” 

¿Qué tipo de pecado está en tu vida? Yo no sé pero Dios sí, y quizás estás metido en esa cueva y tú puedes decir “Dios no me ve porque estoy metido en esta cueva y aquí nadie me ve. Puedo vivir la vida que quiera.” Pero estás equivocado, no puedes vivir la vida que quieres. Dios está en todo lugar y él sabe lo que estás haciendo aún cuando estás en una cueva, ahí está Dios.

Dios no dice que salgas mañana de esa cueva o en un mes, no dice si puedes o no. Dios dice “Sal ahora de esa cueva.” No dejes que el pecado arruine tu vida, no dejes que el alcohol arruine tu vida, sal ahorita, no dejes que las drogas arruinen tu vida. El diablo quiere que pienses que ya no puedes salir, que ya no hay solución, pero tengo buenas noticias Dios dice: “Sal de esa cueva, y yo puedo ayudarte con cualquier pecado que tengas en tu vida.” Él lo puede vencer todo. Tenemos victoria en él, pero debemos salir de esa cueva

Yo no sé cuál es tu cueva, no sé cómo es tu vida, no sé que estás haciendo a escondidas, pero Dios sí lo sabe. Quizás son malas palabras, quizás es la mentira, quizás es el robo, quizás es una doble vida. Yo no sé qué es, pero debes salir hoy de esa cueva. No salgas mañana o cuando se te antoje. sal ahora de esa cueva. Dios te puede ayudar.

4. Una cueva es un lugar de desahogo falso

Jueces 15:1-8 dice:

1 “Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.

2 Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.

3 Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere.

4 Y fue Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas.

5 Después, encendiendo las teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares.

6 Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre. ” 

Los filisteos estaban enojados y mataron a la esposa de Sansón y al suegro  ¿como la gente “arregla” cosas! Tu me haces esto y yo te hago esto. esa no es la forma de hacer las cosas,. pagar mal con mal. .

7 “Entonces Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de vosotros, y después desistiré.

8 Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.”

No habitó ahí por miedo porque Sansón era Sansón. Él se metió a esa cueva para habitar ahí. Esa cueva fue un lugar de desahogo. Esa cueva fue para Sansón un lugar de frustración, ya no sabía qué hacer, después de matarlos se metió a esa cueva y después de meterse empezó a jalarse los cabellos, y decir “¡No puede ser!” Fue un lugar de frustración.

Muchas veces hacemos lo mismo, en vez de ir a Dios, tratamos de desahogarnos con algo falso. Vamos con la comadre o con el compadre y nos empiezan a dar malos consejos. Nos desahogamos aun en vicios, nos desahogamos metiendo nuestra cabeza en la arena, gastando el dinero en el casino y terminamos peor. Nos desahogamos en cosas pasajeras que no nos ayudan, nos desahogamos en libertinaje.

Alguien me estaba diciendo “Cada vez que confrontábamos a esa persona con el pecado, se iba y se desaparecía por dos o tres días” y cuando te confrontan con tu pecado ¿te arrepientes o vas y encuentras un lugar equivocado para desahogarte? El diablo usa ese lugar para decirte: “Ya está todo arreglado, sal.” Y sales y los mismos problemas y tu vida sigue igual, tu vida no ha cambiado pensaste que esa cueva te iba a ayudar pero no te ayudó.

El final de Sansón no cambió, buscó otra mujer, y luego otra y al final le quitaron los ojos y al final murió porque una cueva no le ayudó. Una cueva no te ayuda, te destruye.

5. Una cueva es un lugar de desánimo

1 Reyes 19:11El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Qué interesante que al principio Dios se vio con Elías y él le dijo en el versículo 10 He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, Él estaba diciendo: “Yo he sentido un vivo deseo por Dios, quiero ganar almas, quiero leer la Biblia, cambiar mi vida, dejar el pecado, pero mientras me voy a meter a esta cueva.” Es como el hermano que dice “pastor yo quiero dar mis diezmos, quiero tener una mejor familia, quiero componerme, pero no puedo. Mejor me quedo en esta cueva” Y Elías estaba así, decía que sentía un vivo celo, pero estaba desanimado.

Lo que tienes que hacer es salir de esa cueva. Deja de refugiarte en esa cueva. Las puertas de la iglesia están abiertas, las puertas de la oración están abiertas, las puertas de una relación personal con Dios están abiertas y si tu dices: “Yo tengo un vivo celo…” Sal de esa cueva y ve el poder de Dios y cuando Elías salió de esa cueva, de su escondite, pudo ver el poder de Dios.

Dice Salmos 18:1-3 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. ¿Sabes que una fortaleza es muy diferente a una cueva? Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.”  Dios no quiere que estés en una cueva, quiere que estés en un refugio, en un palacio. Salmos 48:3 dice: En sus palacios Dios es conocido por refugio.

Dios es nuestro refugio, él no es una cueva, él es un refugio en donde nos puede ayudar y bendecir. Es tiempo de que salgas de tu cueva.