El Trabajo Que Dios Nos Encargo

Mateo 28:18-20

18 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Misiones es la tarea que Cristo nos encargó. En la vida, la gente se ocupa de tareas laborales, del hogar, escolares, hay tareas, pero no debemos olvidar que misiones es la tarea más importante que como cristianos tenemos encargada por el Señor. Es decir, se nos mandó realizarla, se nos encargó hacerla con autoridad y poder. Cuando fuimos a la escuela se nos dejaba tareas y era muy importante entender lo que se nos encargaba porque si no poníamos atención cúal era la tarea, lo más seguro es que la íbamos a presentar mal. 

Cuando digo que misiones es la tarea que Cristo nos encargó, primero me gustaría ayudarle a comprender cuál es la tarea. He escuchado a gente decir “es ganar almas”, esta bien, pero no está completa la compresión de esta tarea; decimos, “predicar el evangelio”, está bien, pero no está completa la comprensión de esta tarea.

Marcos 16:15 nos explica cual es la meta, la finalidad, el punto donde digamos ya estamos cumpliendo nuestra tarea. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. La razón de la conferencia misionera, de las promesas de fe, de que hermanos van a salir un día a otras partes del mundo es cumplir esta tarea. 

¿Cuál es la tarea? La iglesia ha sido encomendada, comisionada por el Señor Jesucristo a predicar el evangelio a cada ser humano sobre la faz de la tierra, no a mil, no a cincuenta mil, no a cien millones, sino a cada ser humano sobre la faz de la tierra, la tarea es predicarles el evangelio a toda criatura a más de siete mil millones de habitantes sobre la faz de la tierra. La voluntad de Dios es que nos encargamos de que todos escuchen las buenas nuevas de salvación. Esa es nuestra tarea. No podemos estar satisfechos con hacer algo, poco o mucho, tenemos que entender que la meta es llegar a una evangelización de cada ser humano, no importa que estén cerca, tal vez ese ser humano es su vecino. ¿Cómo hablamos de llevar el evangelio a todo el mundo si no somos capaces de llevarlo a treinta metros de nosotros? ¡Oh sí al mundo!” y la gente que vive al lado suyo no ha escuchado el evangelio de su propia boca

El señor Jesucristo nos dijo en Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Somos sus testigos. El mundo debe conocer a Cristo como salvador por boca de usted y el evangelio debe salir a otras partes del país y llegar a los rincones de la tierra para que cada ser humano escuche. Yo no soy responsable por los que ya murieron. Hace 100 años hubo una generación de cristianos responsables de esa tarea, pero soy responsable por llevarle el evangelio a cada criatura en mi generación, mientras esté vivo esa es mi tarea, no necesito ser misionero, soy lavado por la sangre de Cristo, soy parte de una iglesia local, y mi tarea es que el evangelio llegue a toda criatura, a todo ser humano sobre la faz de la tierra. Amén y amén.

¿Cuánto le dedica a esta tarea? ¿cómo está involucrado a esta tarea para que el evangelio llegue a toda criatura?

Quiero que veamos verdades bíblicas sobre cómo cumplir esta tarea. La primera cosa que debemos hacer para que todo el mundo escuche el evangelio es tener una comprensión de lo que dice la palabra de Dios respecto a esta tarea. Hechos 10:34 dice: “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,” Pedro, el apóstol que estuvo con Jesucristo tres años y medio en su ministerio terrenal, no comprendía que el evangelio no era exclusivo del pueblo judío, que el evangelio también debería ser predicado a los gentiles, a las naciones del mundo. Pedro y la iglesia en el libro de los Hechos se habían concentrado en predicar el evangelio solo a su nación, pero en Hechos 10 Dios le enseña a Pedro que los gentiles, que los no judíos también podían recibir el evangelio y podían ser salvos y Pedro dice: “Ahora comprendo, el evangelio no es solo para mi gente, para mi familia, es para todo el mundo porque Dios no hace acepción de personas.” 

Dios quiere que todos sean salvos, Dios no mira menos a ningún pueblo, a ninguna etnia ni nación, Él quiere que todos sean salvos y entonces, debemos comprender qué es esta tarea, una tarea donde Dios quiere que todo mundo escuche que Él no hace acepción de personas.

El evangelio debe ser llevado a todo el mundo con comprensión. ¿Sabe lo que hace la gente que no comprende? Estorba. Fíjese lo que dice la Biblia en Hechos 11. Pedro va a la iglesia en Jerusalén y les expresa lo que pasó con los gentiles, que ellos también pueden ser salvos y él comunica esto a la iglesia y dice el versículo 17 “Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?” Cuando usted no comprende va a cuestionar ¿Por qué debemos apoyar a los misioneros? ¿por qué les debemos dar ofrendas? ¿por qué deben irse a otros lados?  Si usted no comprende, va a argumentar en contra de la voluntad de Dios. Debemos entender lo que Dios dice en su palabra, lo que Dios quiere y no estorbar, al contrario, cumplir la tarea que Cristo nos encomendó.

He escuchado a pastores y hermanos de iglesias que dicen “¿Por qué se van tan lejos? si aquí hay tanta necesidad.” Son hermanos que no comprenden. El mandato es predicar el evangelio a toda criatura. El evangelio es a toda criatura sin acepción de personas. Esa es la tarea, todo mundo debe escuchar, debemos enviar misioneros a todo el mundo.

¿Y cómo se logra eso? Mateo 28:18-20 dice: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles…” ¿Cuál es la tarea primordial de un misionero? Es Mateo 28:19-20 Ir y hacer discípulos a otras naciones. Lo que está enseñando este pasaje es que el misionero debiese ir a plantar una nueva iglesia porque un lugar donde se hacen discípulos, donde se bautizan los creyentes y se les enseña la palabra de Dios es una iglesia local. Cada misionero debe ir y comenzar una iglesia en Nepal, en México, en Ecuador, Colombia, el Salvador, Nicaragua, Madagascar, España, Suecia, todo el mundo debe haber plantación de iglesias porque las iglesias son una luz que va a estar predicando el evangelio en esos lugares.

Deje se lo explico, ¿Cuánto tiempo nos tomaría salir de la puerta de nuestra casa y encontrar una coca cola? Tres, cinco minutos, algunos ya la tienen en el refri. La Coca Cola se ha encargado de estar cerca de su consumidor. Se ha encargado de estar muy cerca y todo  empezó en Atlanta, Georgia, un asunto farmacéutico, pero ellos sabían que si querían llegar a sus consumidores alrededor del mundo no lo podían hacer desde una sola planta, sino que debían abrir otras plantas de producción en otros lugares para luego esa plantas llevar el refresco a tiendas, a los pequeños negocios para que el producto esté cerca del consumidor.

Las iglesias deben ser comenzadas para que el evangelio esté cerca de los perdidos. Hay que comenzar y plantar iglesias en todas las naciones. Hay que comprender que se necesita que los misioneros se vayan y comiencen nuevas iglesias para que todo el mundo escuche el evangelio, por eso misiones, por eso damos ofrendas, para que planten iglesias y se dediquen a la obra de Dios.

Es la voluntad de Dios que todos sean salvos, comprenda eso. Esta tarea viene del corazón de Dios, esta tarea no se le ocurrió a los bautistas, viene del mismo corazón de Dios. Vea lo que dice la Biblia en 1 Timoteo 2:3-4 “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” ¿Sabe cuál es el mayor deseo de Dios? Que todos los hombres sean salvos. A veces nos equivocamos sobre la vida cristiana y nos centramos en el hecho de que Dios debe estar atento a nuestros deseos. Dios no es el genio de la lámpara maravillosa, Dios es el Dios todopoderoso, el soberano de los reyes, el Rey de reyes y Señor de señores y queremos que esté cumpliendo nuestros deseos. Eso es un mal enfoque. Nosotros debemos cumplir el deseo de Dios, estamos aquí para hacer la voluntad de Dios, no que él haga la nuestra, Él quiere que todos los hombres sean salvos y vea lo que dice el versículo 6 “el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” Cristo murió en rescate por todos, Dios quiere que todos sean salvos, Dios nos manda a predicar a todos. ¿Se fija que armoniza? es un Dios que no hace acepción de personas.

Dios quiere que todos sean salvos, pero ¿qué quiere el diablo? que nadie sea salvo. Dice 2 Corintios 4:3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; ¿El evangelio es poder de Dios para salvación? Por eso somos salvos. Tiene poder para salvar, pero si lo encubrimos, si no hablamos, si no lo enviamos, el evangelio no puede salvar a nadie. El evangelio no salva, si no se comunica. en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Tenemos dos deseos: Dios quiere que todos sean salvos y el diablo no quiere que ninguno se salve. Si en verdad Dios es su Señor, debe cumplir el deseo de él porque cuando usted no habla ni predica el evangelio, usted no está cumpliendo el deseo de Dios, sino el del diablo. Su silencio y no dar a misiones para que el evangelio vaya es hacer la voluntad del diablo. Si usted no habla de Cristo y no gana almas, muchos se van a perder porque está encubriendo el evangelio.

Debemos comprender que Dios quiere que todos sean salvos, Dios no hace acepción personas, Quiere que los misioneros lleguen a toda criatura. Debemos comprender que es la obra misionera.

Filipenses 2:10-11 dice: “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” La razón de que damos ofrendas misioneras, que oramos por el mundo perdido, que hacemos campañas, predicamos es que todo mundo conozca a Cristo. Lamentablemente algunas rodillas se doblarán demasiado tarde, hasta que estén en el infierno, pero ahora que están vivos ellos tienen que saber, para que ahora que están vivos sus lenguas confiesen, sus rodillas se doblen y reconozcan que Jesús es el Mesías el Señor, y Salvador, eso es misiones.

¿Cómo hacer nuestra tarea? Con comprensión y para Su gloria. No he visto más la mano de Dios en nuestro ministerio hasta que Dios ha limpiado mis motivos. A veces hacemos cosas porque estamos compitiendo con otros, comparándonos con otros, veo iglesias que quieren hacer cosas mejor que la otra y compiten, debemos entender que no estamos en competencia con otros hermanos, estamos aquí para hacer la voluntad de Dios para la gloria de nuestro Padre. Si gana almas para Cristo, hágalo para la gloria de Dios, no es para que usted se jacte y se sienta mejor que otros, es para la gloria de Dios. Dios nos va a probar nuestros motivos. ¿Para qué damos a misiones? para la gloria de Dios ¿para qué ganamos almas? para la gloria de Dios.

Debemos hacer esta tarea por fe. Dice Hebreos 11:30 “Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.” La Biblia nos dice que los muros de Jericó cayeron por la fe, después de rodearlos siete días. Dios mandó a conquistar la tierra de Canaán, Josué pasó el río Jordán con el pueblo y la primera ciudad era Jericó era una ciudad amurallada a más no poder, hombres de gran estatura y ellos tenían que enfrentarse a esa primera ciudad para iniciar la conquista de Canaán, y entonces dice la Biblia que ellos ganaron esta victoria contra esos enemigos, pero los muros de esa ciudad cayeron y cayeron por la fe, pero quiero que entienda que es la fe. Ellos no estaban mirando los muros y diciendo “¿cuantos tienen fe que Dios puede derribar esos muros? Dios es todopoderoso, Él lo puede hacer.” No se quedaron mirando los muros a ver a qué hora se caían. La fe no es solamente creer que Dios puede hacer algo, es hacer lo que Dios nos ha pedido. Dios les dijo: “Les voy a dar la victoria, pero van a tener que rodear los muros de Jericó por varios días por varias ocasiones.” Ellos tuvieron que confiar en el Señor. No dijeron traiganse unas bolas de acero y vamos a dar unos bombazos. Dios les dijo que solo rodearan los muros. Cualquiera pensaría ¿Cómo vamos a derrotar solo por andar caminando alrededor de esos muros? No tiene sentido. 

Debemos confiar en Dios, Dios nos pide hacer algo aunque a usted no le parezca que es la gran solución, haga lo que sí puede hacer, lo que Dios le mandó a hacer. Rodeé los muros, Dios se encargará de derribarlos porque ellos no derribaron los muros, Dios los derribó, pero los derribó después de que ellos obedecieron. ¿Cómo vamos a alcanzar el mundo? ¿A poco nada más por dar promesa de fe? Sí, rodee los muros, esa es su parte, dé a misiones, gane almas, ore por misioneros. Sí todos hacemos eso por fe, Dios hará la otra parte. Aprenda que es por fe.

Muchos cristianos no dan a misiones porque tienen miedo de confiar en Dios. Hay suficientes promesas de Dios para saber que si damos, Dios se va a encargar de suplirnos y cuidarnos, así de bueno es nuestro Dios. Esta promesa es solo para los que dan a misiones. usted no puede ir tras esta promesa si no da a misiones. Filipenses 4:19 dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Dios suplirá todo lo que nos haga falta. El contexto de esta promesa es que los filipenses enviaban una y otra vez para las necesidades del apóstol Pablo, el versículo 16 dice: “pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. ” Para ellos era esta promesa “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” 

Dé por fe. Esa promesa es promesa de fe, no tenga temor, Dios ha dicho que va a suplir. Dios le dijo a la viuda: “Voy a llenar tu tinaja y aceite, no tengas miedo.” Algunos dan su ofrenda con cierto temor, Dios cumplirá su palabra. Acuérdese de eso: “Voy a dar a misiones, guíame, al final se algo, tú suplirás lo que haga falta.” Nunca sienta que se queda desprotegido por dar, que va a sufrir y no va a tener lo necesario. 

Hace casi seis años mi esposa estaba embarazada de mi hijo Elliot. Mi esposa se alivió de su primer embarazo en el seguro y tuvo preeclampsia y no la vio bien en el parto. En el segundo parto también se alivió en el seguro y hubo cosas que le sucedieron, le dio una convulsión en el parto, nuestra hija venía con el cordón umbilical en el cuello y por gracia, nació nuestra segunda hija. Para nuestro tercer hijo, yo como hombre me sentía en deuda con mi esposa, los dos partos al borde de perder la vida y dije: “Yo como esposo voy a juntar dinero y voy a tratar de pagar un particular y que la cuide bien un médico y sé que nos va a cuidar, pero quiero tratar bien a mi esposa.” Y empecé a juntar para un médico particular y un buen hospital y no era nada económico y empecé a trabajar, ahorrar, orar y vino la conferencia de misiones en SLP. Tenía una cantidad de dinero y me faltaban seis mil pesos para cubrir el parto de mi esposa. Y el ginecólogo le había dicho que se iba a aliviar en quince días.

Llegó la conferencia, recibimos a misioneros uno que iba a Argentina y otro a Turquía y las iglesias ahí, juntaron ofrendas para pagarles los vuelos de avión a los misioneros, pasaron al misionero a Argentina y dijeron que necesitaban tanto para sus vuelos de avión y se juntaría una ofrenda. Empezaron las manos a levantarse y gracias a Dios se le juntó el dinero y estaba atrás sentado diciendo: “Señor tú sabes, yo quisiera dar, pero me faltan seis mil para mi necesidad.” Como diciendo yo no califico para dar. Luego sentí que había pasado la tempestad, pero luego pasaron al otro misionero, un matrimonio a Turquía. Pero ahora las manos eran menos y mi corazón retumbaba  y Dios ponía en mi corazón dar, pero yo decía no, tengo que juntar para el parto de mi esposa, que den otros, y no avanzaba la ayuda y me agache y dije: “Señor, ya no quiero pelear ¿cuanto quieres que dé?” y El señor me puso una cantidad en mi corazón y luego tomé la mano de mi esposa y le dije que Dios había puesto que diera tal cantidad. Ella me dijo: “Si Dios te lo dijo, hazlo. Dios se va a encargar de nosotros.” Ahora me faltaba casi el doble. 

Ese día en la noche me encontré a un hermano que es un empresario de Monterrey, es un hermano en Cristo muy generoso, es muy amable, y me ha ayudado con ofrendas y a muchos, él me saludó y en mi corazón me daban ganas de decirle y él me dijo: “¿Necesitas algo?” Yo ya iba a abrir mi boca y Dios me dijo no le digas, me trajo a la mente ese versículo que nuestro Padre celestial sabe de qué cosas tenemos necesidad, y me aguanté y no le dije. Cuando yo iba caminando escuche la voz de este mismo hermano, que me gritó “Hermano Alfredo, me enteré que tu esposa está embarazada, ¿y sabe que? Dios acaba de poner en mi corazón ayudarte con algo. Dame un número de cuenta y te quiero depositar.” Yo no le dije cuánto necesitaba, pero solo le dije sí. El hermano se fue al otro día a su ciudad de origen y a los dos días ya tenía depositado mucho más de lo que necesitaba. Mi Dios suplirá todo lo que nos hace falta, pero hay que aprender a perder el miedo de dar, ¡Dios es fiel! Dios se glorifica a sí mismo, es por fe. ¡Hágalo por fe! No dé lo que le sobra, hágale caso a Dios, Él se encargará de usted, hágalo con comprensión por fe y para su gloria.

Hágalo con urgencia. Vea lo que dice en 1 Tesalonicenses 5:1-2 “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;” Los tesalonicenses sabían algo que Cristo va a venir pronto. El saludo de los cristianos en la antigüedad llegó a ser una palabra hebrea que luego se transcribió al griego, que la sabemos pronunciar que es Maranata. Los cristianos se saludaban por las calles y se decían: Maranata, que quiere decir el Señor viene. Ellos se recordaban que Cristo podría venir en cualquier instante. Cada generación de creyentes debe estar esperando desde los cielos a su Salvador. Estamos esperando a Cristo no sabemos si somos de la generación a la que le toque el arrebatamiento, pero debemos estar concientes que Cristo viene pronto y hay que hacer el trabajo que tenemos que hacer porque tal vez si Cristo viniera en estos días cuántos no ha hecho su tarea, no predican el evangelio, no oran por los misioneros, no están apoyando el evangelismo del mundo y no están haciendo su tarea y Cristo viene pronto.

Los tesalonicenses divulgaron el evangelio porque estaban conscientes del poco tiempo que podían tener. 1 Tesalonicenses 1:8 dice: “Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; ” Ellos estaban conscientes de que Cristo viene pronto.

No me diga que cree que Cristo viene pronto, si no está haciendo su tarea. ¿No le preocupa que no esté haciendo su tarea? Hay que estar haciendo esta tarea con urgencia. Cristo viene pronto.

¿Cómo hacer esta tarea? Romanos 14:10-12 “…Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” Los salvos no estaremos en el juicio del gran trono blanco, los cristianos somos salvos pero aunque no vayamos al infierno, sí vamos a estar delante de Dios dando cuentas de nosotros. Usted no puede vivir su vida y hacer lo que quiera, un día le dará cuentas al Señor,y significa que un día la tarea que se le mandó a hacer se la vana a demandar. Si Dios manda, Dios demanda.

¿Qué está haciendo por el mundo perdido? ¿Cuánto está dando a misiones? Hay que hacer esta tarea con diligencia porque le vamos a dar cuentas a Dios. Si Dios le mandó a predicar el evangelio porque esto no es para los misioneros solamente, es tarea de cada uno de nosotros. Y un día va a estar delante del Señor y Él le va a decir: “Te encargué que el evangelio se predicara a todo el mundo ¿qué hiciste? ¿en que participaste? Te mandé recursos ¿diste tu promesa de fe? ¿Fuiste generoso? Predicaste a otros el evangelio? Ni tus vecinos escucharon de tu boca, ni diste a misiones, ni apoyamos, ni oraste por misioneros.” Qué triste que demos malas cuentas.

Estaba en la primaria, y la maestra dejó la tarea. Era viernes, esas tareas de viernes para lunes eran peligrosas, y decía “Ay pues tengo hasta el lunes. Tengo viernes, sábado, domingo.” Llegó el viernes y decía mañana, llegó el sábado y decía mañana, todavía tuve el descaro de decir el domingo “me voy a levantar mañana temprano.” Yo obviamente no me levantaba temprano y así me iba y luego uno llegaba uno a clases, y había un tormento nada más esperando a ver a qué hora preguntaban por la tarea, era la una de la tarde y dije ya la libré. Y por ahí se oía la voz de un compañerito: “Maestra, ¿no va a revisar la tarea?” y nos formábamos antes de salir y yo iba temblando porque no llevaba mi tarea.

Un día vas a estar ante Cristo, y te va a pedir tu tarea, que el evangelio llegara a toda criatura y le va a decir presenta tu tarea. En mis tiempos los maestros ponían sellos de tinta. Había un cochinito, una abejita o una hormiga, un burro y una tortuga eso era en mi escuela y si uno traía la tarea sucia, mal hecha la maestra ponía un cochinito eso digo que son los que hacen la obra de Dios en la carne; si uno traía la tarea a la mitad, bien limpia pero a la mitad ponía una tortuga, si la hacía bien era una hormiga o una abeja, pero si uno no hacía nada ponía un animal de orejas largas y no era conejo, era un burro. La maestra me dijo: “A ver Alfredo ¿qué hiciste?” Le dije que no había hecho nada y empezaba a inventar excusas pero como quiera me puso mi burrito.

Imagínese cuando estemos delante de Dios diciendo: Yo di a mi hijo por ustedes, Él murió en una cruz para salvar a todos, resucitó al tercer día y les confié a ustedes el evangelio para que lo llevaran al mundo y te ocupaste de tantas cosas que te olvidaste de esta tarea. Un día vamos a estar delante de Dios, y aclaro, el Señor no va a tener sellitos, pero es para que se lo imagine. Si Cristo viniera hoy, ¿Qué sello le tocaría? ¿Qué está haciendo? Seamos diligentes, cumplamos con nuestra tarea, hagámosla con diligencia