Cuida el corazón de tus hijos

Lucas 15:25-28

25 “Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;

26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.

28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.”

La mayor parte de este capítulo nos habla de la historia del hijo pródigo de cómo él fue con su padre y le dijo, Dame lo que corresponde. Tomó este dinero, se fue lejos a una  provincia apartada, mientras tanto su hermano mayor se quedó en casa y cuando su hermano menor regresó, él estaba en el campo y empezó a escuchar música y escuchó que había una fiesta. El se preguntó que qué estaba sucediendo, no era su cumpleaños, entonces él va y le preguntó a unos de los siervos y cuando este siervo le explicó lo que estaba pasando, él se enojó y su papá le dice que entre y el hijo mayor le dice a su papá que siempre le ha obedecido y que a su hermano que ha derrochado y malgastado todo el dinero le hace fiesta y lo que me quiero enfocar no es lo que está sucediendo sino en lo que vemos en el versículo 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas y quiero hablar de cuida el corazón de tus hijos. 

Este joven escuchó la música y las danzas y cuando escuchó esto quizás lo que debió haber hecho es haber preguntado a su papá y decirle que qué estaba sucediendo o quizás su papá debió haber salido al campo y haberle dicho a su hijo, que su hermano había regresado y que estaba con ellos pero el corazón de este muchacho se amargó, tenía egoísmo, envidia, amargura por lo que veía que estaba sucediendo con su otro hermano

1. Cuida lo que escuchan

Cuida lo que ellos escuchan de tu parte porque mucho de lo que nosotros hablamos, ellos están escuchando y si tú estás hablando mal de alguien, quizás del trabajo, de alguien de la iglesia, del pastor ellos lo escuchan. Tienes que cuidar el corazón de tus hijos. Es más cada vez que hablas mal de alguien estás dañando el corazón de tus hijos. Cuando alguien te hace algo ponlo en las manos de Dios y dale a Dios tu causa y él te va ayudar. Cuida lo que hablas, cuida lo que tus hijos oyen de ti, lo que oyen de otros.

Algunos van a la escuela pública y están escuchando cosas y regresan confundidos, regresan pensando que venimos del mono, regresan pensando que Dios no existe, especialmente en la universidad, A veces llegan de una reunión familiar en donde familia mete veneno en el corazón de nuestros hijos y por eso es importante tener una buena relación con ellos para ver siempre que está pasando, el poder entrar en la vida de ellos y saber distinguir si las cosas van bien o no. Cuando el padre de este hijo (que yo le llamo pródigo en casa) este joven estaba trabajando pero su papá comienza a hacer una fiesta y no se ve una estrecha relación entre el padre y el hijo. Cuida el corazón de tus hijos, y asegúrate de que todo va bien y si ellos tienen una duda o pregunta siéntate con ellos y habla. No hay mejor cosa en el hogar que podamos tener que la comunicación directa y constante con Dios pero también una comunicación constante con nuestros propios hijos.

Cuida lo que ellos escuchan por sí mismo. Dice el versículo 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas;y el 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.. Cuida lo que están escuchando en su ipod, en su celular, en la televisión, en el radio. Cuida el corazón de tus hijos. Claramente la música nos lleva a tomar decisiones, cuando estamos en la iglesia y estamos cantando a Dios nos recuerda que debemos ser fieles a Dios, que Dios merece toda la honra y la gloria pero cuando nos alejamos y empezamos a escuchar la vaca voladora, y la puerta negra y música aún mas estridente como Hotel California yo no sé que dice esa canción pero creo que dice LSD y drógate y hay otras que dicen rebélate, cosas sensuales, cosas provocativas, cosas de rebeldía y aun en contra de Dios y de su Palabra.

No solo hay que cuidar de lo que escuchan sino aun de lo que ven. Este joven vio las danzas y lo que estaba pasando, por supuesto no era una danza mala simplemente estaban contentos pero debes cuidar lo que ven. No los dejes solos, no les pongas internet y computadora y digas, “Yo confío en mis hijos” porque el diablo es diablo y él toma cada oportunidad que tiene para robarse el corazón de nuestros hijos.

Le pregunté hace tiempo al hermano Bob Ross que cómo estaban las cosas en el colegio. El me dijo “parecemos policías,” porque no solamente estaban cuidando que los jóvenes del colegio estuvieran caminando con Dios ahora están checando lo que está pasando con sus vidas, con los celulares, las Ipad. Cuida el corazón de tus hijos.

2.  Cuida de no tener un hijo especial

Dice Génesis 37:3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. Y yo sé hay algunos de nuestros hijos que se parecen a nosotros y vemos al bebé y decimos “Ay a este si lo amo, este es mi favorito” y el papá de José, Jacob, tenía un favorito. Tenía un hijo especial y a este hijo especial le hizo una túnica y dice el versículo 4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. No ames más a uno que a otro. 

Jacob había tenido a José en su vejez y lo amaba más y lo hizo evidente regalando y haciéndole esa túnica y entonces sus hermanos dijeron “¿cómo es que nuestro papá lo ama más?” Lo mismo que pasó con el hijo prodigo. El hijo pródigo regresó y su hermano dijo, “y ¿por qué le están haciendo fiesta? Yo siempre obedezco y nada y viene este y le hacen fiesta  Mejor me voy a portar mal” y a veces así pensamos. No reconocemos las bendiciones que tenemos de parte de Dios dentro del hogar. 

Es difícil no tener favoritismo porque uno saca cinco y el otro seis y de repente hay uno que saca diez. ¿Qué hacer? Es difícil pero tanto al que saca cinco dile, Wow como amo tus cinco; y al que saca diez dile, como amo tu diez, que bueno, échale ganas, sigue adelante. Está el que quizás tiene mas talentos y tienes que tratar de hacer un balance. Asegúrate que a todos les dices te amo. Que ellos vean que tenemos un amor parejo y no tengas favoritos. Uno de los errores es ese: El tener favoritismo en el hogar.

3. Cuida de no ponerlos como enemigos

Dice en Génesis 27:8 “Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando. Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta; y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte.” Y Génesis 26:35 dice y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca Las esposas de Esaú habían sido amargura para Rebeca. Entonces ella trama todo un complot para que a su hijo Jacob le dieran la bendición y cuando Jacob recibe la bendición de parte de su padre ahora tenemos a dos jóvenes hermanos enemigos. Esaú lo único que está pensando es amar a su hermano. Tenemos que tener cuidado de nos ponerlos como enemigos.

Escuche la historia de una señora que le decía a su hijos “¿Sabes que tu hermano dijo esto?” y luego venía su hermano y le decía lo mismo y esta señora lo único que hacia era meter rencilla y discordia entre hermanos. Dice la Palabra de Dios que abominación es cuando alguien mete discordia. Esta mujer se alegraba de ver a sus hijos pelearse.

Rebeca le dijo a su hijo, “Las cosas no andan bien ¿Por qué no te vas algunos años y luego regresas?” y fueron veinte años y ni siquiera tuvo la oportunidad de ver los últimos días de sus padres. Que triste fue esto.

4. Cuida de no entregarlos al mundo 

Rut 1:1-5 dice, “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí. Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos, los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años. Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.” Ellos estaban en Belén, en la iglesia y de repente empieza a haber hambre y dice el papá “aquí no vemos la provisión de Dios” y en vez de confiar en Dios decide irse a los campos de Moab y que bueno hubiera sido una temporada y el papá hubiera recapacitado y hubieran regresado pero no, se quedaron en los campos de Moab.

¿Cuándo entregamos a nuestros hijos al mundo? Cuando vemos que las cosas no están funcionado, y nos desanimamos y volvemos atrás porque allá “hay bendición.” Murió Elimelec y sus hijos y se acabó esa familia. Entregamos a nuestros hijos al mundo cuando nosotros dejamos las cosas de Dios. Cuida el corazón de tus hijos. No reniegues a Dios. Quizás Dios te está probando para ver si tienes una fe verdadera en él.

5. Cuida de no tenerlo en poca estima

1 Samuel 16:6-7 “Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Y gracias por eso porque si la salvación fuera por nuestros looks muy pocos serían salvos. Samuel llegó y vio a Eliab y pensó que era el elegido.Y dicen los versículos siguientes “Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.” Nunca hay que juzgar a nuestros hijos por lo que pueden o no pueden hacer, por lo que vemos en el exterior, porque más importante que el exterior es lo que Jehová mira, y él mira el corazón.

Conozco a dos hermanos. El mayor se rindió de tiempo completo y muchos pensamos que él si iba servir al Señor. El otro un poco mas rebelde, mas travieso y muchos pensamos que a ese no lo iba a usar Dios pero el que ahora está diciendo al Señor es el menor. El que pensamos que no lo iba a hacer y está sirviendo al Señor en Sudamérica. Juzgamos muy fácil a otros y como papás cometemos el mismo error. Empezamos a juzgar y tenemos favoritos.

Dios no nos juzga por lo de afuera. Saúl era un hombre grande, alto y todo mundo esperaba que el siguiente rey de Israel fuera un hombre alto, imponente pero David era un joven normal pero Dios dijo que no iba a ser Eliab ni Aminadab sino el menor. 

Cuida de no juzgar y tener en poca estima a tus hijos. Ora por ellos y que Dios use al que piensas que no va a hacer nada y al que piensas que sí. Ponlo en las manos de Dios y ámalos por igual, cuida a cada uno de ellos y que Dios nos ayude para tener hijos que nosotros pendientes en todo momento estemos cuidando el corazón de ellos. 

Hay muchas otras cosas en que podemos cuidar el corazón de nuestros hijos pero cualquiera que sea ora a Dios. Cuida el corazón de tus hijos.