Cuatro cosas que trae la humildad

Daniel 5:1-9

1 “El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.

2 Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas.

3 Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

4 Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

5 En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía.

6 Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra.

7 El rey gritó en alta voz que hiciesen venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro llevará en su cuello, y será el tercer señor en el reino.

8 Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación.

9 Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera, y palideció, y sus príncipes estaban perplejos.”

El rey Belsasar hizo un gran banquete. Estaba teniendo una gran fiesta, un gran banquete, mandó llamar a mil de sus príncipes, tenía líderes, capitanes, generales, gobernadores y sátrapas por todos lados y los trajo a su reino. Belsasar con el gusto del vino en otras palabras ya bien borracho mandó que sacaran los vasos de oro y plata que Nabucodonosor había traído de Jerusalén y esos platos y vasos habían sido dedicados a Dios, eran de Dios. Belsasar se estaba gozando y en el versículo 4 dice que bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y Belsasar se estaba burlándose y emborrachándose. Entonces aparecieron los dedos de una mano y cuando y el rey los vio se palideció y se puso blanco. La música terminó, la danza se calmó, las copas se pusieron abajo y todo mundo comenzó a ver lo que está mano estaba escribiendo. Los pensamientos del rey lo turbaron, sus rodillas se empezaban a dar una contra otra, empezó a temblar, empezó a tener miedo, se le quitó la borrachera. Dios estaba tratando de decir algo.

Estaban atontados no sabían lo que estaba pasando. Entonces el rey comenzó a buscar a alguien que pudiera interpretar y nadie sabía lo que quería decir, pero la reina dijo “Rey, vive para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu rostro.  En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.” Y Daniel fue traído. ¿Cómo es que Belsasar no pensó en Daniel? ¿Cómo es que se olvidó de este hombre tan importante? 

Daniel llegó a la presencia del rey y Belsasar le preguntó, ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea? Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría.” Y también le dijo, “y te voy a dar tres cosas: un traje especial, un collar de oro y te voy a poner tercero en el reino,” pero Daniel no lo quiso. Gracias a Dios por un hombre como Daniel. Gracias a Dios por un hombre que no se fija en lo que este mundo puede ofrecer sino en lo que Dios puede dar y Daniel sabía que tenía un Dios más de lo que el hombre le podía dar. Tenemos que recordar que hay un Dios en el cielo que provee, que da y ayuda y no importa lo que diga el hombre, Dios está allí.

Daniel simplemente estaba ahí para decirle al rey lo que Dios le dijera. Ese es el trabajo del profeta, ese es el trabajo del pastor, decir “Aqui esta palabra de Dios, no le voy a cambiar, ni modificar, ni mover nada, esto es lo que Dios dice.”

Daniel 2:30 dice, Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón.  Daniel reconocía que la sabiduría que había en él era porque Dios se la había dado. ¡Qué humildad de Daniel!

Daniel 5:17- El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad. Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba. Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria. Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto; Daniel le estaba diciendo al rey Belsasar su problema. Su problema era la soberbia y si él no se humillaba delante de Dios, Dios lo iba a juzgar. A Nabucodonosor Dios le dio gloria, grandeza, un reinado sobre todo reinado porque de Dios lo tenemos todo, él nos da la vida, él da fuerzas para trabajar, él da la sabiduría, Dios da el trabajo. Demos gracias a Dios. No seamos como Belsasar. Nabucodonosor si se humilló dice Daniel 4:37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia. Daniel volteo a ver a Belsasar y le dijo que su problema era la soberbia y si Daniel estuviera en medio de nosotros y se escribieran unas palabras en la pared ¿a cuántos de nosotros Daniel diría “eres soberbio, eres orgulloso, mira cómo está tu matrimonio, tu vida espiritual por tu soberbia y por tu orgullo”? 

¿Y que hace el orgulloso? Una persona orgullosa se endurece más, se enoja más, no quiere escuchar. ºor eso Dios tuvo que traer esa mano en esa pared para que Belsasar se diera cuenta de su pecado. Y la interpretación fue esta. Dice la Biblia en Daniel 5:23 sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.Dios estaba juzgando a Belsasar. Al que debió honrar no honró, al que se debió humillar no se humilló, al que debió orar no le oró, al que debió de dar gracias no le dio gracias. Nosotros hacemos lo mismo porque no estamos honrando al que debemos de honrar, la que debemos de “digno es el Cordero” lo estamos ignorando, honramos a este mundo, al pecado, a nuestro ídolo y cada uno de nosotros tenemos un ídolo, quizás sea el dinero, una persona, quizá jovencita es ese novio mundano, alguna posición. la carrera, la escuela, o el trabajo.¿Qué es lo que estamos honrando? Honramos a este mundo cuando en vez de venir la iglesia nos vamos para allá nos salimos, nos olvidamos de Dios completamente, no venimos al servicio, no escuchamos su Palabra porque alguien nos invitó a otro lugar o simplemente se nos olvidó. Estamos honrando el fútbol, las amistades, la bebida más que a Dios y él dice: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN. 

Dice el versículo 26, “Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin.” Dios le dijo a Belsasar, “Yo sé exactamente el poder que tú tienes, yo sé exactamente el numero que tienes y eso no se compara a mi poder.” Nosotros nos ensoberbecemos y nuestro orgullo nos quita de caminar con Dios y Dios dice MENE, MENE y él ve lo que hacemos y comienza a contar lo que hacemos, las mentiras que decimos, él cuenta las ocasiones que blasfemamos contra su nombre, él cuenta las cosas que hacemos contra él, él sabe lo que vemos, la música mundana que escuchamos toda la semana. Escuchamos a Shakira tres veces, al Buki veinte veces, a José José treinta veces pero ni una predicación escuchamos y no pusimos las alabanzas y las que pusimos eran bien mundanas. El cuenta lo que hacemos, él conoce y sabe nuestros pensamientos pero él ha puesto fin. Se acabó de que sigamos diciendo mentiras, que sigamos en nuestro pecado, de que sigamos escuchando música mundana, de que sigamos viendo perversión, de que nos quedemos en el mundo veinte veces y solo vengamos una vez a la iglesia. En otras palabras Dios dice “Ya basta de pecar contra mí.” Todo lo que tenemos, lo que Dios nos ha dado ha sido de seu mano. Toda la gente que Belsasar tiene era de parte de Dios y todo lo que tenemos es de parte de Dios, pero somos nosotros que lo destruimos, nos olvidamos “¡Ay! estos ojos, puedo hacer lo que yo quiera, ay estas manos puedo hacer lo que yo quiera” Dios cuenta lo que hacemos con las manos, pies, mente y con el corazón. Dios dice “ya basta”. 

El versículo 27 dice, “TEKEL: Pesado has sido en balanza” Dios dice “Tu dices que eres tan bueno, que tu valor es en oro, que eres el mejor, que nadie se compara a ti vamos a pesarte.” y fuiste hallado falto. En otras palabras Dios está diciendo, “te faltaba llegar al nivel de expectativa que estaba esperando de ti, tú podías hacer mucho más, Belsasar. Todo lo que te enseñó tu abuelo, no se compara a lo que estaba esperando de ti. Debiste haber hecho más, debiste haber tenido temor de mí, no debiste de haber sacado esos vasos y usarlos para algo deplorable, has sido hallado falto.” Dios nos da oportunidad tras oportunidad y Dios nos pesa y como no comemos lo suficiente de comida espiritual, nada más pesamos 20 kilos. ¿Cual es tu peso espiritual? Quizás son 5, 10 o 20 kilos pero Dios no quiere que nos quedemos ahí. Dios quiere que lleguemos a ese nivel en el cual él sabe que podemos y decimos , “yo no quiero llegar ahí, yo no quiero meterme tanto, yo no quiero leer, tanto, yo no quiero ser de esos cristiano exagerados.” Un cristiano exagerado tiene la bendición de Dios, un cristiano que le echa ganas Dios lo bendice y ayuda pero no queremos llegar ahí por nuestro cochino orgullo, por nuestra soberbia y por nuestro pecado. 

Dios dijo MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN  ¿qué quiere decir uparsin? Peres es la palabra plural de Uparsin y dice el versículo 28 “PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas.” Dios le dijo “Se acabó, has hallado falto y ahora tu reino ha sido roto.” Belsasar estaba pensando que su reino iba a ser para siempre, que él iba a reinar para siempre pero ni uno de nosotros sabemos el último día de nuestra vida, no sabemos si tenemos una semana, un mes o un año más y entonces ¿por qué no comenzamos a servir  a Dios? Si hoy fuera tu último día de tu vida ¿Qué harías? pero no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos .

Daniel le estaba enseñando una gran lección a este rey y predicando lo que Dios quería y le dijo “No te has humillado”. Hay ciertas cosas que trae la humildad.

1. La humildad trae la atención de Dios

Cuando nos humillamos delante de Dios, él nos oye. Daniel 5:29 dice, “Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino.” Belsasar no se humilló. Y dice el versículo 30-31 “La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.” La historia nos dice cosas tan interesantes de cómo fue el último día de Belsasar. Todo mundo estaba tomando cuando llega Darío y matan Belsasar, él ni se lo imaginaba por eso tenemos que humillarnos delante de Dios y pedirle perdón. Dice la Biblia en 2 Crónicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”  Dios está atento a lo que hacemos pero está más atento cuando caemos de rodillas y nos humillamos. Si queremos que Dios nos escuche y oiga nuestra oración humillémonos delante de Dios y tal vez pienses que le no escucha, quizá es porque aún hay orgullo, soberbia y pecado y no lo queremos dejar y Dios escribe en la pared MENE, MENE, TEKEL UPARSIN y no entendemos y no escuchamos y nuevamente escuchamos predicación y vemos otra vez MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN y no entendemos y Dios dice “Basta”. Tenemos que humillarnos, derramar lágrimas, pedirle perdón y que nos ayude a no volverlo hacer.

2 Crónicas 33:12-13 dice, “Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.” Dios escuchó a Manasés y cuando él oró fue atendido pues Dios oyó su oración. y cuando oramos y parece que no pasa del techo es porque no nos estamos humillando.

2. La humildad trae el perdón de Dios

Dice la Palabra de Dios en 2 Crónicas 12:12  “Y cuando él se humilló, la ira de Jehová se apartó de él, para no destruirlo del todo; y también en Judá las cosas fueron bien.” Cuando no humillamos y cuando le pedimos perdón la ira de Dios se aparta y el perdón, la restauración y la bendición de Dios vienen porque simplemente nos humillamos delante de Dios. ¿Queremos el perdón de Dios? nos tenemos que humillar. Dios dice “ya no aguanto más, hasta aquí, se acabó, ya no voy a seguir con tus juegos, con tu cristianismo falso y fingido” y viene el juicio de Dios pero si nos alcanzamos a humillar viene el perdón de Dios. Dice en 2 Crónicas 32:26 “Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.” Ezequías se humilló y Dios lo perdonó. 

Jonás fue y predicó en Nínive y el rey y la gente escucharon, se pusieron cilicio pidieron perdón, se humillaron y vino el perdón de Dios. Jonás no estaba contento, “¿como que los has perdonado? ¿cómo que no los vas a matar?  yo los odio tanto,” pero no importa si los odiamos o no pero cuando alguien se humilla recibe el perdón de Dios. Quizá muchos odiaban al que estaba muriendo a la cruz pero él se humilló delante de Jesús y le pidió perdón y Jesús lo perdonó porque Dios puede perdonar hasta el más vil pecador. No importa que tan grande es nuestro pecado, el orgullo, y la soberbia humillémonos delante de Dios y él nos puede perdonar.

3. La humildad trae la exaltación de parte de Dios 

Santiago 4:10 dice, Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Ahora no nos debemos humillar para que Dios nos exalte porque si esa es nuestra motivación, no va a suceder. Cuando queremos exaltarnos delante de los hombres y ser como Belsasar Dios dice MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN pero cuando nos humillamos el nos va a exaltar. Recordemos que no somos mejores que nadie. Lo único que merecemos es el infierno, pero cuando nos humillamos el nos exalta. Dios me levanta, me honra, me eleva, me pone en alto, en la antigua versión dice ensalza. 

Dice la Biblia en 1 Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; Humillemonos delante de Dios, él es quien exalta. Sigamos adelante, mantengámonos humilde en cualquier situación o posición pase lo que pase, por eso debemos de ir cada día a él y poner el ego a un lado y decir Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, Tenemos que humillarnos todos los días, salir humillados, trabajar humillados, en nuestra vida cotidiana humillados, aun en el matrimonio para que cuando alguien me haga algo yo diga “está bien, yo me humillo delante de Dios”. A veces nos pasa algo y queremos ponernos al tú por tu, humillemonos y Dios nos va a exaltar. 

 

4. La humildad trae la Salvación de Dios

2 Crónicas 7:14 dice, “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” Cuando nos humillamos delante de Dios, Dios trae es salvación, ayuda, sanidad, y salvación. En 2 Crónicas 12:7 dice, “Y cuando Jehová vio que se habían humillado, vino palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac.”  y cuántas veces hemos visto en la Biblia que cuando alguien se humilla Dios quita su enojo e ira y da su salvación porque tenemos un Dios que lo único que espera de nosotros es que nos humillemos y le pidamos perdón y Dios está dispuesto a perdonarnos y salvarnos.

Dice en Salmos 51:16 “Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto.Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.” Y cuando nos humillamos delante de Dios, nos salva, nos ayuda, nos contesta la oración, sana nuestra tierra porque nos hemos humillado. Nosotros somos lo que echamos a perder todo, pero pongamoslo en las manos de Dios y él lo puede arreglar pero hay que humillarnos.

Belsasar no quiso escuchar, su corazón se endureció más dijo “denle el vestido, el collar de oro y su título” y en la noche murió. No quiso escuchar. Escuchemos a Dios, humillémonos, él nos quiere bendecir.