¡Ay de Los Que Descienden a Egipto! 

Isaías 31.1-3

1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

2 Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad.

3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

Podemos ver diferentes ‘’Ays’’ esto es algo que Dios dice “No hagas eso, tienes que detenerte” es una alarma así como cuando alguien está a punto de caer en un precipicio o tocar algo que uno no debe tocar; cuando uno de nuestros hijos está apunto de meter sus dedos donde no los debe de meter y los padres llegan gritando, “¡No lo hagas, no metas ahí tu mano, no des un paso más, ten cuidado!” esto es una alarma de los padres.

Quizá a alguno de nosotros nos han gritado para detenernos. Hace años estaba caminando con unos compañeros en unas grutas, nos habíamos separado del grupo y cuando nuestro guía nos encontró nos gritó, “¡Deténganse, deténganse!” y enfrente de nosotros había un hoyo muy profundo y el guía estaba enojado con nosotros gritándonos porque si damos un paso más hubiéramos muerto, no hay duda de eso.

Dios dice, “¡Ay de aquellos que descienden a Egipto!” una palabra interesante es la palabra descender que quiere decir que cuando estamos en un lugar alto del cual tenemos varios beneficios, así como en la Batalla de Puebla ganamos a los que estaban en los lugares bajos, así un lugar alto nos habla acerca de bendición y beneficios, en un lugar alto podemos ver al enemigo y nuestra posición, podemos ver a qué lugar ir y así podemos tomar buenas decisiones de a donde ir. 

Dios dijo, “¡ay!” que si tu estás en un lugar alto empiezas a bajar especialmente si bajas a Egipto, recordemos que Jerusalén está en un lugar alto mientras que Egipto está en las llanuras del Nilo en un lugar bajo y apartado hacia el Suroeste de Jerusalén, en la Biblia dice “No hagas esto” por si tú desciendes a Egipto por ayuda

¿A dónde vas por ayuda?

Cuando la Biblia dice, ¡Ay de los que descienden hacia Egipto por ayuda!” pues de Egipto nosotros hemos salido. El pueblo de Israel habían dejado ese lugar de oprobio, esclavitud y Egipto representa esclavitud, pecado y el mundo en donde nosotros estábamos, un lugar de miseria, de dolor, en donde nuestras decisiones no tenían mucho lugar porque estábamos esclavizados en Egipto, pero a través de Moisés ellos fueron liberados y llevados a la tierra prometida pero aún así dice la Biblia, “¡Ay de ti!” que cuando tienes problemas o dificultades tomas primero un rumbo hacia Egipto buscando ayuda, la ayuda que puedas encontrar en Egipto recuerda que no era mucha ayuda, allí había dolor, cadenas, buena comida ni libertad y aún así a veces queremos regresar y nos desesperamos y olvidamos de Dios, comenzamos a ver como era antes cuando no nos habíamos acercado a Dios y desgraciadamente empezamos a decir, “¡Wow! allá en Egipto había ciertas cosas como lo extrañamos” pero se nos olvida que había esclavitud, oprobio y aunque podíamos ir al río pero no era porque queríamos y más bien nos llevaban porque teníamos que trabajar para Egipto, no se nos olvide de donde nosotros hemos salido pero la dirección y el rumbo Dios nos advierte para no descender a Egipto.

En Salmos 33.16-22 dice, “El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado. Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.”

Aquí dice que si vas a buscar ayuda, ve a Dios, si vas a buscar quien te defienda ve a Dios, Dios es nuestro escudo, quien nos defiende y en quien podemos poner nuestra confianza y tenemos 3 preguntas en Isaías pero la respuesta está en el versículo 21 de Salmos, “Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón.” Cuando regresamos a Egipto quizá podemos encontrar cierto tipo de ayuda pero será una ayuda que no trae satisfacción ni alegría. Cuando vamos a la persona correcta y acudimos a Dios, nos damos cuenta que el me iba a hablar acerca de la ayuda que yo necesitaba, cuando ponemos nuestra confianza en la persona correcta, ahí viene nuestra alegría y cuando ponemos nuestra confianza en alguien que quizá no nos ayude así como ser corrupto con un abogado, un policía o un maestro podemos obtener un contentamiento pero no es genuino incluso cuando ellos nos puedan dar lo que queríamos en la mayoría de los casos no nos sentimos honrados por ser corruptos y tramposos, nuestra misma conciencia nos delata.

Dice la Biblia en Salmos 40.16, “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.” Hay mucha gente que está buscando felicidad y en esa búsqueda piensan, “El dinero me da felicidad” se desvían por la brillantes del dinero y Dios nos dice, “Yo soy tu gozo, alegría y felicidad, sígueme” pero en esa búsqueda de felicidad cuando no tenemos a Dios nos preguntamos, “¿dónde puedo encontrar la felicidad?” Entonces nos desviamos en busca del dinero y es una trampa porque entre mas dinero quiero mas trabajo tengo y entre más trabajo tengo menos paso tiempo con mi familia, así nos perdemos de las cosas importantes de la vida y es un ciclo completo, luego que ya no tenemos dinero queremos más cosas y nos endeudamos, trabajamos, trabajamos más y Dios nos pudo haber dado esa verdadera felicidad. Cuando nosotros encontramos a Dios también concentramos esa verdadera felicidad

En Salmos 40:17 nos dice la Biblia, “Aunque afligido yo y necesitado,Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.” Dios es nuestra ayuda y ¡ay! de los que descienden a Egipto para encontrar ayuda, no hay nadie mas como Dios que nos puede ayudar. Salmos 60:11-12, “Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres. En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos.” Lo que debemos de recordar es que no hay que cambiar el rumbo que tenemos, si las cosas se ponen difíciles sigue adelante, aunque estés tambaleando y si el mundo te empieza a jalar tu sigue adelante, si hay problemas financieros o patrimoniales, tu sigue adelante y no retrocedas a Egipto que es el mundo, pensando que vas a encontrar ayuda, mejor habla con Dios y pídele ayuda cuando no sabes qué hacer, cuando no sabes que decisiones necesitas tomar y Dios te va hablar a través de la Biblia y cuando comienzas a leerla Dios responde. A veces no sabes que hacer pero si vienes a la iglesia y oramos a Dios él nos dirige pero si no estamos acostumbrados a confiar en Dios vamos a regresar a Egipto y hacer lo incorrecto. A aquel que está acostumbrado a hacer lo correcto aunque sea difícil, obedece y lo hace, aquel que obedece tiene gozo y alegría.

¿En quién estás confiando?

Isaías 31:1 dice, ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos!” Un caballo solamente es fuerte pero no sabio. Nosotros ponemos en ocasiones nuestra confianza en lo que es fuerte así como un caballo que me puede ayudar, en el versículo 3 dice, “Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerá a una.” Si tu vas a Egipto y confías en esos caballos fuertes, entonces Dios dice, “Porque pusiste tu confianza en un caballo en vez de mi, vas a fracasar.” ¿Y cuantas veces regresamos y ponemos en algo nuestra confianza? De esta manera no vamos a poder.

2 Reyes 18:17 dice, Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.”

Estaba hablando con el pastor David Sloan acerca de este acueducto y los túneles que Ezequías había hecho que van desde fuera de la ciudad, pasan un muro y entran transportando el agua hasta Jerusalén, le pregunté, “¿Cómo es que sabes tanto de este tema?” Él me explicó que mientras estaba en el jardín de la tumba (donde fue enterrado el Señor Jesús) le preguntaron quién era y como sabía hablar ruso pudo servir como guía de la ciudad y sobre esto es muy interesante lo que hizo Ezequías pues recibió sabiduría de parte de Dios para hacerlo, y continúa diciendo, “Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller. Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas?” El Rabsaces les decía que no podían confiar en su Dios y vino con ciertas pruebas mostrando como otros dioses no ayudaron a muchos pueblos y como su rey siempre había sido vencedor, así en ocasiones va a venir algo o alguien que nos dirá, “Tengo pruebas de que Dios no te puede ayudar y no puedes confiar en él.” Ellos nos dirán que mejor confiemos en la ciencia, en la tecnología o en la medicina y no es que sean cosas malas pero primero debemos confiar en Dios. El versículo 22 dice, “Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adorareis en Jerusalén?” Ezequías cuando comenzó su reinado y entendió quién era Dios, prohibió que el pueblo fuera a adorar desde Dan hasta Berseba, les decía que tenían que adorar a Dios y no a ídolos, aún en lo religioso muchos confían en sus amuletos, así como ellos confiaban en sus altares y se habían olvidado de Dios y su presencia, ¿Cuantas veces en vez de confiar en Dios antes teníamos algo en que confiábamos?

Hace años mi mamá antes que fuéramos cristianos tenía una espina de la corona de Cristo (supuestamente) y así a veces tenemos amuletos en que confiamos en vez de confiar en Dios y hacemos más caso a no pasar bajo una escalera, o pasar al lado de un gato negro y tenemos temor en supersticiones, en vez de confiar en Dios.

La Palabra de Dios continúa diciendo en los versículos 28 al 30, “Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá, y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria. Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano. Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.” Es interesante que Rabsaces, representante del rey Senaquerib, con mucha elocuencia decía “No confíen en su rey” y él sabía la historia de Israel, Ezequías les decía que confiaran en Dios así como un buen pastor, les decía que no perdieran su enfoque en Dios que podía ayudarlos, al final de esto 185,000 de los de Senaquerib murieron porque los del pueblo de Israel confiaron en Jehová.

¿En quien está tu esperanza?

Isaías 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!”

2 Reyes 18:1-3, “En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.”

El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. Algo bueno que había hecho Moisés fue motivo de adoración a la serpiente en vez de a Dios, ese es nuestro problema, cuando vemos que algo “espiritual” resultó, ponemos más importancia al rito que a Dios, y no era la serpiente así ellos perdieron el significado que era poner los ojos en Dios que estaba sanando a través de la serpiente. 2 Reyes 18:5 “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.”

¿En quien estas tu esperanza? La principal esperanza que una persona debe de tener es la esperanza de la vida eterna, de la salvación, si pensamos poner nuestra esperanza en una ramita ¿me podrá salvar?

1 Tesalonicenses 4:13 dice, “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.” No todos somos hijos de Dios, solo aquellos que pedimos a Cristo por salvación, si Dios es nuestro padre ahora todos nosotros somos hermanos, por eso en la iglesia nos decimos “hermano o hermana” porque somos de un mismo Padre celestial, en la iglesia de Tesalónica eran gentiles y aún nosotros los gentiles podemos ser hermanos (hijos de Dios). Hay otros que no tienen esperanza, los de afuera “a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.” 1 Tesalonicenses 4.12

No quiere decir que los de afuera se van a ir al infierno pero por causa que nosotros hemos creído en él, ahora tenemos un lugar de reunión, es una de las razones por las que estamos reunidos aquí, apartados de los de afuera para adorar a Dios. Los de afuera no tienen esperanza porque no han sido salvos, no le han pedido a Cristo salvación, entonces la principal fe es que es la más importante es la que yo pueda poner de mi alma y decir “Dios aquí estoy yo” y en vez de confiar en un amuleto, un ídolo, otro Dios, en la reencarnación, en el corán, mejor debemos poner nuestra confianza en Dios y darle nuestra vida creyendo en él para salvación, dejando de poner mi confianza en mis buenas obras o mi religión y poner mi esperanza en Dios, esta es la más grande esperanza que alguien puede poner; la esperanza en el Dios vivo.

Los cristianos tenemos esperanza en que si llegamos a morir vamos directamente con Dios pues en él hemos puesto nuestra esperanza, ¿En quien has puesto tu esperanza? si ya has puesto en Dios tu esperanza para tu salvación y vida eterna ¿por qué entonces no confiamos en él en situaciones difíciles? cuando necesitamos ayuda aun vamos al mundo y no a Dios, y si ya pusimos nuestra esperanza y fe para vida eterna en Dios debemos de poner nuestra confianza y podemos clamar por ayuda que Dios nos la puede dar. 1 Tesalonicenses 4:14 dice, “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.” ¿Cómo yo puedo morir en él? esto es cuando yo le pido salvación, cuando una persona muere con Cristo entonces Dios traerá con Jesús a los que murieron con Jesús. 1 Tesalonicenses 4:15-16 “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.” No dice los muertos bautistas resucitarán primero, ni los católicos, ni los mormones, ni pentecostales, ni los que hicieron muchas buenas obras pero los muertos en Cristo, así que necesitamos tener a Cristo.

De tal manera que Isaías dice, ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros!” No solo hay que buscar a Dios cuando todo va extremadamente mal, porque muchas veces tratamos con muchas cosas y hasta que se está cayendo y destruyendo le pedimos a Dios que nos ayude. El hermano Mario Córdova me estaba contando como hace dos años durante el terremoto, estaba en un edificio como de 60 pisos y él estaba masomenos en el piso 40 o 45, el trabajaba de noche y todo se empezó a mover, estaba solo en ese piso, a pesar de eso no le dio tanto miedo y se puso a orar pero mientras tanto en las escaleras las personas de limpieza gritaban a Dios, quizá no se había acordado de Dios en todo el año pero cuando vino este gran problema que se podía caer todo el edificio clamaron a Dios, y no debemos clamar a Dios solo cuando ya no hay opción, debemos clamar a Dios cada dia, buscarle y pedir su consejo y buscar su ayuda porque nos olvidamos de él y tomamos las peores decisiones, luego cuando estamos bien unidos le pedimos su ayuda y no debe ser así.