5 cosas que no podrás ver a causa de tu incredulidad

Juan 20:24-29

4 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.

27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

28 Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!

29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Dice el versículo 27 “no seas incrédulo, sino creyente.” Hay algunas cosas que creo que nos perdemos por ser incrédulos. La incredulidad nos detiene y es algo que si pudiéramos verlo desde la perspectiva bíblica, Dios puede perdonar nuestra desobediencia, nuestra infidelidad, nuestra mentira pero Dios no puede perdonar nuestra incredulidad en el Señor Jesucristo. Hay ocasiones en que ya hemos creído pero aún así somos incrédulos. 

Estamos viviendo en tiempos en dónde todo tiene que tener una explicación. Queremos entender una lógica de cómo funcionan las cosas y de como funciona Dios, queremos pruebas contundentes de la creación y de la vida eterna, hay quienes se atreven a decir que nadie ha ido al cielo y regresado. De tal manera que nos estamos volviendo incrédulos. Incrédulo porque no lees la Biblia, porque no oras, porque no puedes levantar tus ojos a los cielos y ver cómo los cielos cuentan las obras de Dios y por causa de esa incredulidad que se mete poco a poco en nuestras vidas hay ciertas cosas que no podemos ver por causa de esa incredulidad.

A Tomás le dijeron que el Señor Jesús había estado ahí pero él no creyó, no le creyó a los discípulos y a las mujeres él dijo: “hasta que no meta mis dedos en su costado…” y cuando Jesús la siguiente semana se presentó en ese mismo lugar le dijo a Tomás: “No seas incrédulo” y eso es lo mismo que nos dice a nosotros. 

Podemos ser algo incrédulos cuando estamos orando por alguien y esa persona no sana, pero ¿sabes? No es que Dios no pueda porque Dios tiene poder, es porque Dios es soberano y tiene un plan y un propósito y él sabe porqué él no sana a esa persona y no podemos levantar nuestra voz a él y decirle: “¿Por qué no lo hiciste? Ya no creo en ti, ya no voy a ir a la iglesia, ya no voy a leer la Biblia.” Y esa incredulidad comienza a contaminar nuestro corazón. ¿Qué cosas no podrás ver por causa de tu incredulidad?

1. No podrás ver el poder de Dios

Dice Mateo 13:54-58 “Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.” 

El señor Jesús estaba dispuesto a sanar personas, a dar vida al que había muerto, a dar vista al que no veía, a ayudar al que estaba manco y cojo, a sacar demonios al endemoniado, a cambiar vidas pero dice la palabra de Dios que no pudo hacer milagros, no porque no podía sino por causa de la incredulidad de ellos. 

Cuando hay incredulidad en tu vida algo que no vas poder ver son los milagros y el poder de Dios. Tenemos un Dios de poder y de milagros que puede hacer todo, que puede sanar, hacer y que contesta la oración, pero si oras en incredulidad no vas a poder ver el poder de Dios y el diablo quiere eso, quiere que ores sin fe y dice la Biblia que debemos orar con fe porque al que ora todo le es posible. No dejes de orar, sigue orando, sigue pidiendo, sigue clamando al Señor.

2. No podrás ver la palabra de Dios 

¿Que quiero decir con que no podrás ver la palabra de Dios? A causa de tu incredulidad no podrás ver la veracidad de la palabra de Dios, no podrás ver qué tan real es Su Palabra. Dice romanos 3:1-4 “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado.”

Pablo está diciendo algunas preguntas, está diciendo que a los judíos les fue dada la ley y ellos tenían que seguir la ley pero hubo algunos que no quisieron seguirla porque eran incrédulos. Ellos no quisieron creer ni confiar en la palabra de Dios. Cuando Dios les dijo “hagan esto” no lo querían hacer, solamente querían hacer lo que a ellos les convenía y dice el versículo 4 “De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado.” El hecho de que no obedecieron, ¿nos hace pensar que tenemos un Dios infiel? No, eso no hace nula la fidelidad de Dios. Dios sigue siendo fiel, nos sigue amando y nos sigue justificando y es a través de su Palabra que él nos habla y guía pero muchas veces por causa de nuestra incredulidad no podemos ver la Palabra de Dios, no podemos ver la veracidad de la palabra de Dios. 

¿Que hizo el diablo en génesis 3? El diablo dijo: “con que Dios ha dicho…” El diablo le estaba diciendo a Eva: “No creas a la palabra de Dios.” La incredulidad nos impide que veamos la veracidad de la palabra de Dios.

3. No podrás ver las promesas de Dios

Romanos 4:13-14 dice: “Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.” 

Cuando nosotros no creemos en Dios y comenzamos a tener un corazón duro, comenzamos a dejar de orar y cuando leemos una promesa pero hay incredulidad en nuestro corazón eso va a impedir que veamos la promesa de Dios. Tenemos que continuar viendo el poder de Dios y su palabra y sus promesas.

Dice la palabra de Dios en Josué 23:14 “Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.” Todo se cumplió porque las promesas de Dios siempre se cumplen. Las promesas de Dios nunca fallan pero si tú no crees en la palabra y en el poder de Dios te va a ser muy difícil ver sus promesas. 

Una de las grandes promesas es la vida eterna y ese es el gozo que tenemos como cristianos. Si Cristo está en tu corazón tienes vida eterna. Por nuestra incredulidad no vamos a poder ver las promesas de Dios, Dios quiere que veamos sus promesas, no tengas un corazón incrédulo. Jesús le dijo a Tomás: no seas incrédulo sino creyente.

4. No podrás ver el perdón de Dios

Dice Romanos 11:13-20 “Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.” El pueblo de Israel es el olivo y nosotros un injerto y Dios nos ha dado acceso a esta salvación. 

Por su incredulidad muchos de los judíos no creyeron y fueron quitados pero dice “pero tú por la fe estás en pie.” Lo maravilloso de parte de Dios es su perdón pero muchas veces por nuestra incredulidad pensamos que automáticamente Dios nos debe perdonar ¡No! El no te va a perdonar hasta que tú no te pongas de rodillas y confieses tus pecados y haya arrepentimiento en tu corazón. Los gentiles decían: “¡Ah! pues está bien, Dios me puede meter porque los judíos fueron incrédulos y Dios los desgajo y el me puede meter ahí porque lo merezco.” No merecemos nada, no merecemos ser parte de la familia de Dios a causa de Cristo es que Dios nos da salvación y tenemos que arrepentirnos de nuestra incredulidad porque si no lo hacemos no podemos ver el perdón de Dios. 

Dice la Biblia en Romanos 11:23 “Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.” pero si nos arrepentimos no podemos ver su perdón.

5. No podrás ver la paciencia de Dios

Hebreos 3:7-13 dice: “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”

Dios es un Dios paciente, por 40 años les dio su amor, esa nube, les dio maná y ni aún así quisieron creer y por causa de nuestra incredulidad no vamos a poder ver la paciencia de Dios. 

Tenemos un Dios paciente que sí, nos podemos revelar, que sí, podemos desobedecer que si nos echamos para atrás y nos desanimamos algunas veces pero si hay algo que Dios no aguanta es la incredulidad, que a pesar de que has visto el poder de Dios por cinco años, o por diez años te alejas por incredulidad y si te alejas por incredulidad no estoy diciendo que vas a perder la salvación pero la paciencia de Dios ya no va a estar en ti. Un día vas a acabar la paciencia de Dios y él te va entregar y va dejar de bendecirte, de proveerte, va a dejar de darte su amor y su perdón porque eres incrédulo, te has alejado. Tantas cosas que has visto en tu vida cristiana, y por esa incredulidad no podrás ver la paciencia de Dios. 

Romanos 15:5 dice “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,”  Tenemos un Dios bien paciente que ha pesar de nuestra incredulidad, Dios es paciente. Cuidado con esa incredulidad porque puede llevar a Dios decir: “Ya no voy a ser más paciente contigo, estás a la deriva.”

En estos tiempos tan difíciles sigue creyendo y confiando en él, no pierdas tu esperanza, no pierdas el creer que él es Dios. Cuando te falten fuerzas para creer lee la Biblia, arrodíllate en oración, recuerda tu salvación, mira a los cielos y ve el poder de Dios y la obra de sus manos pero no seas incrédulo sino creyente.