Tres cosas de las cuales asirnos

Hebreos 6:13-20

13 “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,

14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.

15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.

16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.

17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;

18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.

19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.”

Dice el versículo 18 “ para que … tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.” Cuando no hay consuelo, no hay esperanza, pero cuando tenemos Su palabra, tenemos sus promesas, hay un consuelo muy grande. La palabra asirnos en la antigua versión la tradujeron trabado. Algo que está trabado es algo que no se puede safar. De tal manera, que si tú te has asido, ya no te puedes soltar. Y dice “para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.” Que tu consuelo, que tu esperanza sea tan fuerte que no te deja. Que digas: Yo tengo un fortísimo consuelo en Dios porque yo he me asido a su salvación, me he agarrado de la vida eterna.

¿A qué hay que asirnos?

1. A la sabiduría

Proverbios 3:13-15 dice: Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. Dice la Biblia que la sabiduría es más preciosa que una piedra preciosa. Más de lo que puedas desear, es más la sabiduría. En otras palabras, tenemos la sabiduría de Dios. Nada se puede comparar con ella.

Dicen los versículos 16-18 “Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.

Dios quiere que nos afiancemos y tomemos la sabiduría. Tu y yo podemos asirnos de la sabiduría. Cada día tu puedes sujetarte a la sabiduría que Dios te da. Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen. No solamente la leas y la botes, sino leela, retenla, memorizala, y prácticala. 

¿Qué da la sabiduría? 

A. Da convicción

Una convicción es lo que crees sin ser visto. Por ejemplo, cuando se les dijo a Sadrac, Mesac y Abed-Nego que se tenían que poner de rodillas cuando escucharan el son de la música, ellos no se postraron, dijeron que aunque los mataran o echaran a un horno de fuego, ellos iban a creer en Dios. Eso es sabiduría, eso es convicción y la sabiduría trae convicción, te trae convicción para no tomar, para no fumar, para no ver cosas que desagradan a Dios, para hacer lo correcto delante de Él. Busca la sabiduría

B. De carácter

El carácter es hacer algo sin ser visto. En 1 Samuel 17 nos habla que David se levantó de mañana y dejó sus ovejas al cuidado de un guarda, no las aventó, e hizo lo correcto sin que nadie lo viera y eso es carácter. Muchos jóvenes hoy en día necesitan carácter. Necesitamos carácter pero para tenerlo necesitamos sabiduría. Proverbios 6:9 dice: Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?

Hay veces que Dios pone personas en tu vida, para enseñarte carácter. Necesitamos a alguien que nos diga, haz esto, no hagas esto, estás haciéndolo mal y jove, en ocasiones Dios pone a tus papás, a tu pastor, a tu maestro de escuela dominical 

C. Da criterio

Criterio es discernimiento espiritual y cuántos de nosotros necesitamos discernimiento espiritual, no un criterio mundano, filosófico, de afuera, sino de la Palabra de Dios. La palabra de Dios nos ayuda a tener buen criterio, y por causa de que estás leyendo la Biblia, Dios te da discernimiento y vas a saber qué hacer. Si no sabes qué hacer, ve con tu pastor, con algún hermano en liderazgo, alguien que te pueda ayudar, y mientras vas creciendo, Dios te da más discernimiento. Agarra la sabiduría.

Si alguien te quiere quitar la sabiduría, dile que no, porque eso te va a ayudar a tener convicciones, a tener carácter, a tener criterios en tiempos difíciles.

D. Da confianza

Dice Salmos 1:2-3 “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” Dios te ayuda y te prospera cuando lees su palabra. Agárrate de la sabiduría. En este tiempo que estamos viviendo, en este tiempo de angustia y temor porque viene la tercera o cuarta ola, sea la ola que sea, agárrate, sujétate de la palabra de Dios porque trae sabiduría y te va a traer confianza y vas a tener un fortísimo consuelo.

2. A la salvación

1 Timoteo 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.Pablo está hablando a timoteo, él siendo un mentor, un consejero, un pastor a Timoteo y le dice: Pelea. Busca a alguien que te anime a hacer lo correcto, como Pablo animaba a Timoteo. Y luego dice “echa mano de la vida eterna”. Cuando tu has puesto tu confianza en Dios, la vida eterna te va a traer un consuelo muy grande, te va a ayudar a seguir adelante, a no estar triste, porque dice la Palabra de Dios que las aflicciones del tiempo presente no son comparables a la gloria venidera. En otras palabras, echa mano de la vida eterna, ve donde estarás.

Quizás alguien te gritó, alguien te echó de menos, quizás estás enfermo y preocupado, echa mano de la vida eterna, acuérdate que eres salvo. Cuando venga el temor, recuerda que eres salvo; cuando venga la aflicción, recuerda que eres salvo; cuando venga el pecado, recuerda que eres salvo. En ocasiones vas a tener que pelear contra el pecado, contra ciertas personas y decir no puedo tener tu amistad, echa mano de la vida eterna, acuérdate de que eres salvo y porque eres salvo vas a hacer lo correcto delante de Dios.

3. Al Señor

Salmos 139:7-10 dice: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.” Dice la palabra de Dios que si Dios estuviera al extremo del mar, y estamos entiendo que no estamos en tierra firme, como un náufrago al extremo del mar, dice “tu mano, Y me asirá tu diestra.” La mano de Dios es poderosa, y en este tiempo de angustia y temor, sujétate al Señor, no lo dejes.

La Biblia nos dice que cuando Jacob estaba yendo de regreso buscando a su hermano Esaú, peleó con Dios y le dijo: No te voy a dejar hasta que me bendigas; y debemos hacer lo mismo que Jacob. Tomarnos de Él y no dejarlo ir, como un niñito que cuando la mamá lo deja en el kinder y es su primer día de clases y no quiere dejar a su mamá porque aferrado a ella, siente paz, no siente temor, sabe que ella lo va a proteger. De la misma manera, tenemos que agarrarnos de él, pero tal pareciera que estamos sujetos y luego algo nos distrae y dejamos al Señor y empezamos a agarrar otras cosas, otros ídolos, la mundanalidad, el pecado, otras doctrinas y nos olvidamos del Señor. No lo dejes, no te apartes de él, no te detengas, sujétate fuerte cuando vienen tempestades, cuando vienen enfermedades, cuando vienen problemas, cuando ya no quieras seguir, cuando quieras tirar la toalla, sujétate a él, él no te dejará. El problema es que nosotros lo dejamos, él no nos deja, él no se olvida.

Dice Josué 1:5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.Él te hace la promesa que no te va a dejar y ni te va a desamparar.

Job 8:13-15 dice: “Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; Y la esperanza del impío perecerá; Porque su esperanza será cortada, Y su confianza es tela de araña. Se apoyará él en su casa, mas no permanecerá ella en pie; Se asirá de ella, mas no resistirá.” ¿Sabes que la esperanza del impío está en algo falso? Si él no pone su esperanza en cristo, al final se va a tratar de agarrar de algo, pero no va a resistir porque es una tela de araña.

Quizás te apoyas en cosas materiales, en tu casa o negocio. Cuando le testifiqué a mi abuelo, él me dijo: ”No, yo he trabajado, tengo mi dinero. No necesito a Dios.” Pero Job dice “Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios”. No olvides a Dios, sujétate a él, no lo dejes, no confíes en algo más porque si confías en algo más es como una tela de araña. 

Tres cosas en las cuales te tienes que sujetar: En la sabiduría que él te da, su palabra, en la vida eterna, recuerda que eres salvo y en el Señor, él siempre va a estar ahí. Salmos 17:7 dice: Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos. Si tú te refugias en su diestra, él te toma y salva porque dice que él muestra sus maravillosas misericordias. Él tiene misericordia de ti y de mi, debemos sujetarnos de él. Y si tú no eres salvo, es tiempo de que le pidas salvación, solamente en él está la salvación.