1 Tesalonisenses 5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. 

Es importante que nosotros tengamos comunión con los nuevos creyentes en la iglesia. Los nuevos creyentes se van a aquedar en la iglesia porque se encuentran “a gusto” en este lugar y eso depende mucho de nosotros.

Tenemos que pasar tiempo con los nuevos creyentes si vamos a ver un continuo crecimiento en la iglesia. Los nuevos creyentes son como recién nacidos que necesitan mucha atención y mucha ayuda para fortalecerse y llegar a ser perfectos en la obra de Dios,

Los nuevos creyentes en la iglesia necesitan mucho de nuestro tiempo, necesitan mucho de nuestra amistad, porque los recién convertidos son como niños recién nacidos.

Yo recuerdo que cuando recibí a Cristo, yo tenía necesidad de leer la Palabra de Dios, yo tenía necesidad de que alguien me enseñara la palabra de Dios, pero desafortunadamente son pocos, o habemos pocos de los hermanos que nos preocupamos por enseñarle a un nuevo creyente. Nos enfocamos a nosotros mismos, pensamos nada más en nosotros, pero no pasamos el tiempo con aquellas personas que están recién convertidas, los descuidamos y ¿qué sucede con ellos? Desafortunadamente por no tener el alimento espiritual, ellos pierden su comunión con Dios, pueden dejar de asistir a la iglesia y pasaron desapercibidos.

Efesios 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
 

1. Un niño recién nacido tiene hambre de la palabra de Dios

Hermano, cuando somos recién convertidos somos como recién nacidos. Un niño que acaba de nacer necesita de la ayuda de sus padres. Necesita del alimento espiritual, del alimento de la leche, ¿para qué? Para que ese niño pueda crecer sanamente, rápidamente; y nosotros como nuevos creyentes necesitamos alimentarnos de la palabra de Dios. Yo no le puedo dar a un recién convertido un discipulado si el todavía no está bien instruido a cerca del tema de la salvación. Yo tengo que hablarle completamente acerca de “Seguridad de salvación” a ese recién convertido, porque desafortunadamente caemos en el error. Yo lo pasé, cuando recién convertido yo creía que al ser salvo, yo era un “súper hombre”, que “yo lo sabía todo”, pero no era así, yo necesitaba la guía de un maestro espiritual, yo necesitaba esa guía de mi pastor, la guía del maestro de escuela dominical, pero desafortunadamente nosotros no nos preocupamos por los nuevos creyentes, los abandonamos! “Ya es salvo, a ver cuando lo vuelo a encontrar” (pensamos). ¡Ya no los visitamos! Pero tenemos que darles un seguimiento.

Los recién nacidos necesitan amistades con hermanos en la iglesia, para que estos puedan ayudarles a crecer en la palabra de Dios, porque un nuevo creyente tiene hambre de la Palabra de Dios. ¡Amén!

1 Pedro 2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
 

Un recién convertido necesita que hermanos más maduros en la fe, tomen tiempo para estar con ellos y explicarles la palabra de Dios, enseñarles lecciones de Discipulado y contestarles a sus preguntas, enseñarles a orar, animarlos a seguir adelante. Tenemos que tener comunión con los nuevos creyentes, porque solamente así ellos pueden ser alimentados como es debido.

Hechos 5:42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.

Si leemos el contexto, Pedro y Juan eran perseguidos por predicar la palabra, ellos, levantándose temprano, siempre iban a la casa de Dios a orar, ellos llevaban el mensaje de Salvación. Y muchas veces nosotros, mis hermanos, no estamos haciendo lo que es debido.

Nosotros debemos de salir y predicar la palabra de Dios, debemos enseñar a los recién convertidos. Un niño recién nacido necesita el cuidado de su mamá, necesita la guía de su padre para poderlo guiar en los caminos de Dios. Un niño no puede crecer sólo, como un animalito desorientado. Necesitamos siempre la guía de un hermano más maduro en la iglesia.

Déjeme decirles que la madurez no la vamos a alcanzar asistiendo a la iglesia, la vamos a encontrar en la Palabra de Dios si la leemos constantemente. Pero muchas veces pasamos más tiempo en el televisor, en otras cosas que no nos alimentan, y estamos descuidando lo principal.

2. El niño Recién nacido es jalado fácilmente por el engaño.

Un recién convertido tiene hambre.

Efesios 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,

Un niño es fácilmente engañado por falsas doctrinas, ya que de por sí ya esta sediento de la palabra de Dios. Tenemos que pasar tiempo con los que son niños en la fe, pues si no, alguien más lo va a hacer y los va a engañar.

Yo le doy gracias a Dios que conocí la Sana doctrina, le doy gracias a Dios que conocí el Evangelio Verdadero, la verdad es que no sé qué hubiera pasado a mi vida, si algún “Testigo Falso Sin Jehová ” me hubiera “ganado para Cristo” entre comillas. Desafortunadamente ellos son incansables en predicar la palabra de Dios pero con una falsa doctrina. Y nosotros que tenemos la doctrina verdadera no nos estamos preocupando por enseñar a aquellos que tienen hambre de la Palabra de Dios, a aquellos que son engañados fácilmente por falsas doctrinas.

Tenemos que ayudar a los nuevos creyentes a conocer las Doctrinas Fundamentales de la Fe para que no sean engañados por el enemigo.

3. Un niño recién nacido se Hiere fácilmente.

1 Corintios 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
3:3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
3:4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? 

Los niños en la fe aún son muy carnales y ellos se hieren con facilidad, y muchas veces nosotros cuando no estamos bien cimentados en la fe, desafortunadamente nos herimos fácilmente, no nos pueden decir nada porque eso nos hiere, porque no estamos fortalecidos en la Palabra de Dios.

Es por eso que es muy importante que los cristianos maduros estén ayudando a los nuevos creyentes porque deben tener la madurez para no herirse y ser pacientes con los que están iniciando la vida cristiana. Desafortunadamente no tenemos la paciencia para poder alentar a un nuevo creyente. ¡No nos importan! ¡Si muchas veces nosotros no nos importamos, menos nos va a importar una persona que no conocemos! Porque no estamos poniendo ese énfasis de educar y de alimentar a los nuevos creyentes.

4. Los cristianos debemos saber perdonar y sobrellevar las cargas de los débiles.

Muchas veces nosotros no sabemos perdonar, “Es que mi hermano me hizo esto, ya no le voy a hablar”. Dejamos que esa amargura siga creciendo en nuestro corazón, hasta que se hace una raíz y no la podemos sacar, ni arrancar fácilmente.

Romanos 15:1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
15:2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.

1 Tesalonisenses 5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. 

Es muy importante que los creyentes más fuertes o maduros en la fe estén siempre animando, sosteniendo y exhortando a los nuevos creyentes. Un creyente maduro no debe ser ofendido cuando un nuevo creyente lo critica o le dice algo negativo, sino que debe animar al nuevo hermano a seguir adelante y perdonarlo.

Muchas veces nosotros no somos capaces de exhortar con la palabra de Dios. Desafortunadamente muchas veces cuando exhortamos lo hacemos en la carne, porque no hemos crecido todavía en la Palabra de Dios, y lo digo por mí.

El hecho de que nosotros ya estemos de éste lado no quiere decir que soy más espiritual. ¡No mis hermanos! La espiritualidad no se mide en que tú hayas salido de un colegio, o en que tú seas más capaz para aprender la Palabra de Dios, ¡El crecimiento lo da Dios!, pero muchas veces nosotros decimos “Yo lo sé todo” y no es así, nosotros debemos ser ejemplo a los nuevos creyentes, debemos de animarlos, debemos de exhortarlos, pero muchas veces los lastimamos con mucha facilidad.

5. El nuevo creyente aún no discierne entre lo bueno y lo malo.

Hebreos 5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
5:13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

El nuevo creyente aún no tiene mucho discernimiento en cuanto a lo que es malo y lo que no le agrada a Dios. Muchas veces nosotros nos dejamos engañar, nos dejamos seducir y no sabemos discernir qué es malo y que es lo que no agrada a Dios.

Todavía nosotros seguimos batallando en ir al cine, aunque sabemos que no es malo, pero el lugar no es correcto para mí. El ir al estadio de futból también es malo, porque se venden bebidas alcohólicas y podemos ver lo que no debemos de ver. Muchas veces nosotros fallamos con malas palabras eso no le agrada a Dios, y ¿cuál es la diferencia entre decir una mala palabra o el asistir al cine? La verdad es que no sabemos discernir.

Hay muchos nuevos creyentes que no le ven nada de malo a ciertos lugares, a cierta vestimenta, a ciertas costumbres, y necesitan la ayuda y la dirección de creyentes más maduros para avisarles de los peligros que hay en las cosas del mundo. Muchas veces nosotros batallamos con la vestimenta. Muchas veces cuando somos recién convertidos batallamos en dejar las cosas del mundo, es un proceso, porque no vamos a cambiar de la noche a la mañana, tenemos que tener convicción, y la convicción la vamos a encontrar en la Palabra de Dios.

Si la Biblia dice que no debo hacer cosas que no agradan a Dios, lo debo de aceptar. ¡Amén! El nuevo creyente aún es carnal en muchas maneras.

1 Corintios 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

Tenemos que ayudar a los nuevos creyentes a no seguir siendo carnales.

Gálatas 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 

Nosotros debemos de huir de los peligros del mundo. Vivimos en un sistema y no podemos salir de éste mundo, aquí vivimos, pero nosotros debemos de conservarnos y tratar de hacer lo que agrada a Dios. Pero muchas veces nosotros nos dejamos llevar por las corrientes de este mundo. Todavía batallamos .

Les pongo un ejemplo, el Apóstol Pedro, él caminó con el Señor, anduvo en esos 3 años de su vida ministerial, y Pedro cayó, lo negó, se avergonzó de Él, Pedro dijo: ” Si me es necesario dar mi vida, por ti la daré” y Pedro se acobardó ante una débil mujer y muchas veces nosotros nos avergonzamos de Dios. Hacemos lo que no le agrada a Dios, nos dejamos llevar todavía por las corrientes de éste mundo, seguimos haciendo lo que no le agrada a Dios, seguimos batallando.

Yo recién convertido seguía fumando y haciendo lo que no le agradaba a Dios, porque yo no tuve la dirección, no tuve quien me guiara, no tuve quien me dijera: “Oye eso que tú estás haciendo es incorrecto”, y muchas veces nosotros dejamos a nuestros niños que hagan su voluntad, nos desesperamos, y a nuestros hijos espirituales no les damos seguimiento, los dejamos al abandono. Cuantas veces no hemos ganado nuevos creyentes para el Señor y nos olvidamos de ellos. “Ya fueron salvos”, “Ya no me preocupo”, ¿Habrá algún hermano que se preocupe por ellos? ¡La obligación es nuestra!

Mire hermano, allá en Venezuela se puede respirar un ambiente tenso. No es el país que creemos de éste lado de nuestras fronteras, hay mucha inmoralidad, mucha santería, hay mucha tensión y lucha espiritual constante. Hay 56 iglesias bautistas, no puedo decir que todas son fundamentales, porque no hay compañerismo entre las mismas, uno al otro se están mordiendo, el uno al otro se están robando los creyentes, solamente ven para sus intereses y ¿Quienes están pagando las consecuencias? Las personas que son recién salvas, porque no hay quienes las estén guiando, no hay quien se esté preocupando por ellos para encaminarnos a la sana doctrina. La lucha espiritual es tremenda. Hay mucha necesidad de Cristo, hay mucha pobreza en ese país. Y en cualquier país hay mucha necesidad, en nuestro México, por la gracia de Dios aquí somos libres, podemos predicar el evangelio libremente, pero ¡no nos estamos preocupando!

Estamos dejando que esos niños crezcan desprotegidos. Es nuestra obligación alimentarlos con la palabra de Dios, prevenirlos de que no caigan en ese engaño fácilmente ni en la falsa doctrina, porque a un niño se le hiere fácilmente.

Todos debemos tener tiempo para esos niños, Dios no quiere que sigamos siendo niños debemos procurar ayudar a los que son niños en las iglesias, a que ellos sigan creciendo y lleguen a ser adultos en la fe. La responsabilidad es nuestra, no nada más del pastor. La responsabilidad es de cada uno de los que estamos involucrados en el ministerio. ¡Usted también está involucrado en el ministerio! Dios le dio un ministerio a usted: “El Ministerio de la Reconciliación”.

¿Cuántos son salvos aquí?, pues todos tenemos la obligación de instruir a los nuevos creyentes, de enseñarles la Palabra de Dios para que dejen de ser niños.