¿De qué depende la obra misionera?

Jonás 3:1-10

1 “Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:

2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.

3 Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.

4 Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.

5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.

6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

7 E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua;

8 sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.

9 ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?

10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.”

Qué bendición es escuchar de iglesias que siguen apoyando la obra de Dios, que siguen apoyando la obra misionera, pero lamentablemente no todas las iglesias tienen ese mismo corazón. Nosotros por la gracia de Dios apoyamos a doce misioneros, tenemos ocho años como iglesia y Dios nos ha dado el privilegio de apoyar a doce misioneros en otros países.

A través de lo que estamos haciendo como iglesia Dios nos ha bendecido. Nos dio un edificio, un templo, un bus grande para 60 personas y uno más pequeño. Dios nos ha bendecido porque desde el primer día que Dios nos llevó a ese país estamos ganando almas, estamos preparando gente, hay jóvenes que se han ido a preparar. Dios por su gracia ha bendecido a la Primera Iglesia Bautista el Buen Pastor. No por lo que Juan Robles ha hecho sino porque Dios ve lo que hace su iglesia. 

Tengo una estadística no sé si sea verdad pero dice que cada minuto mueren más de 50 personas en todo el mundo, no sé si sea real o sea mucho más. Ahora con esta pandemia cada hora mueren 9,000 y cada día 205,900, cada semana 1,440,000, es una estadística que yo no sé si sea real pero déjame decirte algo lo que sí sabemos es que gente está muriendo sin Cristo, gente está yendo al infierno. Cada vez más vemos a países completos donde no van misioneros porque lamentablemente son países que tal vez no nos gusta ir, pero la obra misionera depende no de nosotros sino de lo alto.

Siempre he dicho que el corazón de Dios será misiones. Él, como el primer misionero, dejó su gloria, su reino, vino a este mundo a dar su vida en rescate por muchos. La verdad es que nosotros, mi familia fue salva en base a la obra misionera. Estuvimos en E.U. muchos años, vivíamos al norte de California en una ciudad que se llama Oakland. En los años ochentas el pastor Castañeda llegó a nuestro hogar y él como misionero mexicano dejó su país fue al extranjero como misionero y ganó para Cristo a la mayoría de mi familia. Él se despojó y dejó todo lo que tenía junto con la hermana Sara, ellos ya murieron y están en el cielo. Es una bendición que como iglesias sigamos apoyando la obra de Dios. La iglesia está por cumplir 70 años en Oakland y Dios por generaciones la ha mantenido porque alguien obedeció e hizo algo. 

Nosotros no sabíamos del país de Panamá. Cuando el Señor me llamó a Panamá yo trabajaba en un servicio al cliente y yo tenía mucho contacto con panameños que también ellos daban servicio al cliente en Panamá y a base de nuestra amistad y de que yo les preguntaba cómo era Panamá, cómo era la gente y si había iglesias ellos no sabían qué responder, Dios comenzó a trabajar en mi corazón y empezó a darme ese deseo de conocer más del país. Dios empezó a hacer algo en mi vida a tal grado que hablé con mi pastor, el pastor Ramos y le dije que Dios nos estaba llamando a otro país y que me ayudara a orar y Dios confirmó que nuestro llamado era a Panamá.

No es fácil pero Dios ha sido fiel y recompensa y de alguna manera sigue obrando en nuestras vidas pero ¿de qué depende la obra misionera? Dice Jonás 3:1 Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:Depende de la palabra de Dios. Jonás había sido llamado a predicar a una ciudad que odiaba a Dios, esa era la razón por la cual él no quería ir. ¿Irías tú a una ciudad así? Una ciudad malvada, tal vez pudiéramos decir que esa ciudad Nínive pudo haber sido los países árabes, él no quería ir a esa ciudad. La palabra de Dios había sido dada, Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:Ya le había llamado la atención y Dios le había dicho: “Quiero que me sirvas y vayas a tal lugar” y Jonás había escuchado pero no había hecho caso y cuántas familias, cuántos jóvenes, cuántos siervos de Dios hoy en día Dios les llama a otro lugar y no hacen caso. Dios había llamado a Jonás por segunda vez.

La palabra de Dios tiene que ser escrita en otras lenguas, en otros idiomas y nosotros somos responsables de eso, sabemos el idioma pero gracias a Dios el próximo año, si Dios lo permite, comenzaremos con la traducción de la Biblia al Ngäbe-Buglé. Queremos que gente que no sabe español pero que si sabe su idioma también pueda tener la Biblia en sus manos. Levántate y ve a Nínive.

No sé si has escuchado de una empresa que se llama Chiquita Fruit Company. Es una empresa de plátano con una mujer que tiene un canasto con  muchas frutas y esa empresa es de Changuinola. Los americanos llegaron a Changuinola y ellos comenzaron a poner banano, le dieron trabajo a gente indígena. No era una ciudad, era un lugar para el trabajo y cuando ellos comenzaron a traer a sus mujeres y tuvieron hijos empezó a crecer. Ahora es una pequeña ciudad y cuando Dios nos llamó a ese lugar todavía estaba el hermano Byron Willis y dijo: “Necesitamos traductores. Vienen un grupo de americanos como médicos y vamos a tener giras médicas. Ayúdame a traducir” y fuimos. Cuando llegamos, la verdad es que no sentí nada, dije “Vamos a trabajar una semana, vamos a ver gente salva, vamos a ver que Dios hace” y al final se me acercó un hermano y me dijo: “Compramos veinte sillas, un púlpito, un micrófono y te lo queremos regalar.” Yo no tenía iglesia, todavía estábamos orando por un lugar, estábamos trabajando en la capital. Yo dije que lo podíamos usar cuando llegáramos a la capital. De repente se acercó otro hermano y me dio todos los datos de las personas y me dijo: “El hermano Byron dice que esto es para usted, porque usted va a ser el pastor de Changuinola.” Yo dije que me iba a regresar a la capital. La verdad es que no quería quedarme en Changuinola. 1,800 personas fueron salvas durante la semana, se les explicó y enseñó pero no había quien se quedara, no había ni una sola iglesia bautista, ni una iglesia con sana doctrina y empecé a renegar. Habíamos ido a muchos lugares y Dios no me había dado un lugar, pastores me llevaban a lugares y no sentía paz y la verdad es que Dios hizo algo grande en nosotros. De regreso a la capital Dios comenzó a hablar a mi corazón y decirme: “¿Qué va a pasar con esa gente? y dentro de mí decía que si mi esposa decía que sí, yo me aventaba y le pregunté y ella me dijo: “Yo creo que el Señor quiere algo allá.”

La verdad es que Dios nos llevó a ese lugar. Tú y yo somos responsables, tú eres responsable por Puebla, por las orillas de Puebla, por comenzar más iglesias. Dios te ha puesto en Puebla por alguna razón, pero así como eres responsable de esta ciudad hay otros países donde también eres responsable, eres responsable de orar por los misioneros. ¿Cuántos misioneros han pasado por tu iglesia? ¿a cuantos apoyas? No me malentiendas, no podemos apoyar a todo misionero, pero si podemos orar por ellos y decirle al Señor que obre en sus vidas, que los proteja, que aumente su sostenimiento. La verdad es que somos responsables de cada misionero que haya pasado por la iglesia. La obra de Dios y su mandato no es una sugerencia sino un mandato; no es si queremos, es una ordenanza.

¿De qué depende la obra misionera? Dice Jonás 3:2-4 “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.” La obra misionera depende de alguien que la predique. Jonás lo único que hizo fue decir “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.” Les estaba diciendo si no se arrepienten, si no buscan a Dios va a ser destruido este lugar. Él estaba enseñando que Dios iba a destruir esa ciudad.

Como hacen falta obreros dispuestos a esto, nos hace falta más orar y ayunar, más disposición ¿que de ti? ¿hasta cuándo harás la obra de Dios? ¿Cuántos misioneros han salido de tu iglesia? ¿cuántas iglesias se han podido establecer por tu iglesia? Doy gracias a Dios por mi iglesia en San Luis Potosí que tiene visión misionera pero no se va a lograr solo en San Luis Potosí se necesitan más iglesias, más obras. Si todos dieramos y apoyaremos pudiéramos hacer más, pero somos minoría.

Jonás 3:5-8 dice: “Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.” La obra misionera depende de sembrar la semilla. Siembra la semilla en tu hogar, con tus vecinos, en cada pueblo, siembra la semilla orando por más obreros, dando o yendo. Si no vas entonces da y si no puedes dar entonces ve. Nos hace falta hacer más por Dios. 

Dice Jonás 4:6 “Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.” Qué interesante que Dios de alguna manera protegió a su siervo, lo guardó, le dio una calabacera, suplió esa necesidad que él tenía de tener sombra y eso nos habla de la promesa de fe. Tú no sabes lo que tu promesa de fe puede hacer para un misionero. Hemos tenido meses donde no entra nada pero Dios siempre provee, suple las necesidades. El gobierno empezó a dar una tarjeta de cien dólares para todos los extranjeros y panameños. Habíamos estado en crisis económica y yo pensaba que era solo para los panameños. Estábamos arreglando el auditorio y estábamos echando el piso en el auditorio y en eso pasó un grupo del gobierno tocando cada puerta y preguntando si alguien necesitaba apoyo y me dieron cien dólares en una tarjeta y con eso llegué a mi casa y fuimos a comprar comida. Dios suple nuestras necesidades. No es fácil pero Dios siempre suple.

A pesar de que Jonás lo hizo de malas, Dios aun así suplió su necesidad dándole una sombrita, un lugar donde recargarse. Jonás haciéndolo de malas Dios aun así lo recompensó. Pablo decía: “de malas o de buenas la comisión me ha sido encomendada.” Aun así tenemos que hacerlo, aunque no nos guste pero yo prefiero hacerlo de buenas porque si lo hago de buenas Dios suple mis necesidades y si aun así lo hago de malas, Dios dice: “te daré la mitad, porque no lo estas haciendo como deberías pero  te cuido aun así.”

Dice la palabra de Dios en Jonás 3:8-10 “sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.” 

¿De qué depende la obra misionera? Acercándonos más a Dios. El pueblo viendo lo que sucedería se acercó a Dios y de eso se trata. ¿No es lo que queremos? Entonces ¿por qué no has hecho caso al llamado de Dios? ¿Es tiempo de estar jugando con Dios? ¿Has dado tu promesa de fe? ¿Has diezmado como deberías de diezmar? El apóstol Pablo decía “Ay de mí si anunciara el evangelio.” ¿Quién será el próximo embajador de Cristo? 

Este año de la pandemia ha sido difícil, ha habido muchas pérdidas, en Panamá perdimos a dos pastores siervos de Dios que sirvieron al Señor por años, el Pastor Mauro Padilla en Aguascalientes murió hace unos días. Dios quiere que las iglesias despierten, necesitamos hacer más por la obra de Dios, no pares, sigue ganando almas, sí, guárdate, cuídate, protégete, no me malentiendas pero Dios sigue en su trono y nosotros no podemos callarnos, no nos podemos detener, tenemos que seguir ganando almas.

¿De qué depende la obra misionera? Depende de Dios pero también Dios quiere que nosotros hagamos la obra misionera.