La Vida Cristiana 

Mateo 13:1-9

1“ Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.

2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

9 El que tiene oídos para oír, oiga.”

El Señor Jesucristo les habló a todos los judíos que estaban reunidos les dijo algo que ellos podían entender. Y les dijo algo muy básico “He aquí, el sembrador salió a sembrar.” Quién no ha visto cómo se siembra. La semilla debe caer en buena tierra, si no cae en buena tierra, jamás germinará, y jamás dará su fruto.

La vida cristiana es para cada uno de nosotros, lo mejor que nos ha ocurrido, lo mejor que nos ha pasado en nuestra vida. Tú quizás vas a poder decir: Yo creo que mi mejor día fue cuando me compre mi casa, o cuando me compre mi primer coche,  o cuando nació mi primer hijo. Yo creo que el verdadero y mejor día de nuestra vida es cuando tuvimos un encuentro personal con Jesucristo, haberlo aceptado como Salvador personal. Ese es el mejor día.

Llevábamos una vida desordenada, una vida que no llevaba a nada bueno, simplemente nada más blasfemábamos contra Dios. La vida cristiana es una vida de obediencia a Dios, el camino por el cual andamos confiados; y tenemos que definir nuestra verdadera posición, analizar nuestra vida y decir: yo he confiado en Dios, mi corazón está listo para que caiga la semilla. 

Sabemos que la semilla es la palabra de Dios y está sembrada en cada uno de nuestros corazones, es la que debe florecer y dar su fruto.

Dios nos conoce, sabe cómo somos, sabe que corazón cargamos cada uno de nosotros, el Señor pesa los corazones.

A veces podemos sentirnos como sembradores, y vamos con personas que no conocen a Dios y les hablamos y algunas quieren y otras no, y nos dicen: “mejor después”, “eso no es para mí” nos dicen que estamos con nuestro afán, pero eso es lo mejor que nos pudo haber pasado.

Cuán fácil es caer en el engaño de quienes aparentan ser genuinos, cuando sus corazones no son fieles al Señor, los corazones están cerrados, son como la semilla que cayó en el camino. Una semilla que cae en el camino, es pisoteada por las bestias, por el arador y nunca crece y si crece va a ser pisoteada. La semilla que cayó en los pedregales, entre las piedras, nunca va a crecer. Las plantas no florecen en las piedras. Una semilla que cae sobre los espinos, jamás va a florecer, los espinos la van a ahogar, pero hay semilla que cae en buena tierra.

1. Los del junto al camino

Dice Mateo 13:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.” Cayó en un corazón cerrado, un corazón indiferente, un corazón que no entiende la importancia de Cristo, no entiende lo que es sembrar la preciosa semilla. Un corazón indiferente es aquel que no le importa, se le enseña, se le exhorta, incluso puede leer la Biblia, pero no la entiende porque es indiferente. Una semilla que cayó junto al camino, no crece, ni florece y vino el enemigo y fue arrebatada.

Un corazón inconveniente es un corazón que no le interesa, no le conviene hacerlo, es un corazón que no le importa lo que pase dentro o fuera de la iglesia, fuera puede vivir como quiere y dentro hace lo mismo, esa es la semilla que cayó junto al camino, esa semilla que jamás floreció. y de lo poquito que ha captado o que ha aprendido de la palabra de Dios, vienen las aflicciones, el enemigo y le arrebata todo lo que ha crecido. Apenas era una plantita chiquita y como no está en la buena tierra, el enemigo la pisotea.

2. Los de entre los pedregales

Tenemos otra semilla, esta cayó en los pedregales. Si hay piedras que crecen en las piedras, pero no crecen más allá de unos diez o quince centímetros. Dice el versículo 20 “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;” Un corazón lleno de piedras es un corazón superficial, una emotividad superficial. Son los que se conmueven más fácilmente que la mayoría de otras personas y los que reciben rápido la palabra de Dios y son inquietos y de repente el humor es un poco variable, tienen la tendencia hasta de exagerar. 

Son corazones emotivos y bien rápido prenden y bien rápido se apagan. Dice el versículo 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 

A veces quisiéramos que la vida fuera sencilla, que no vinieran pruebas, que nuestro cristianismo fuera algo relajado, algo muy tranquilo. Que tuviéramos dinero y alimento siempre, que nuestra vida fuera segura, pero no podemos tener gloria si no hacemos sacrificios, tenemos que pasar por momentos difíciles y gracias a Dios, él no nos da pruebas más allá de las que podamos soportar.

Mateo 10:34-39 dice: 

34 “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.

35 Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;

36 y los enemigos del hombre serán los de su casa.  El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;

38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”

A veces vamos a ser señalados por los de nuestra casa y Cristo dice que no ha traído paz, vendrán tropiezos, pero vendrá ese día en el cual no habrán más de esas situaciones. 

A veces somos señalados por varios amigos, pero nuestro corazón debe estar firme, no debe ser como ese montón de piedras donde no germina nada, no debe ser como una tierra estéril donde nada crece, y a veces con las situaciones con las cuales somos criticados, los corazones se amargan contra Dios y en esta época de pandemia murieron familiares y siendo cristianos nos amargamos y quisiéramos que la vida cristiana fuera sencilla, pero el Señor dice que van a venir tropiezos. Lo que cae en los pedregales, rápido se va a ir. pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

3.. Los de entre espinos

Esta semilla cayó entre las espinas. Hay unas plantas que se llaman huizaches y mezquites y tienen unas espinas grandes y debajo de ellos no hay nada, está seco, pero donde no hay de estos, hay plantas. Dice Mateo 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

El afán diario de la vida son esos corazones estrangulados, agarrados que no dejan crecer. El Señor sabe cómo somos, sabe en qué gastamos nuestro tiempo, él nos conoce, sabe cómo nos comportamos, sabe que hacemos. ¿En qué te afanas? ¿En el trabajo todo el día? ¿en las redes sociales?

Dice Lucas 10:38-42

38 “Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.

39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.

42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”

Tenemos aquí a Marta que estaba afanada, en vez de que estuviera con el Señor Jesucristo, escuchando la palabra de Dios y muchas veces somos así. Siempre estamos afanados, no le damos el tiempo necesario a Dios, pensamos que con solo orar cinco o diez minutos al día es suficiente. Dios merece toda la honra y la gloria. ¿Cómo te conduces en tu caminar diario?

También, nuestro corazón puede ser engañado por filosofías, por aquellos que dicen que debemos regresar  a la ley, que si no guardamos la ley no podemos ser salvos. Colosenses 2:8 dice: Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Nuestro país está lleno de tradiciones, y no debemos ser atrapados por eso y por corrientes que no llevan a nada bueno.

No debemos tener nuestro corazón entre los espinos, tiene que estar en buena tierra.

4. Los de buena tierra

Dice la Biblia en Mateo 13:23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” 

No seamos semillas del junto al camino, semillas de los pedregales, ni de entre los espinos sino de buena tierra.

Aquellos hermanos que comparten el evangelio, aquellos que oran, aquellos que ayunan y ayudan son los de buena tierra, son lo que tienen su vista en Cristo, son los que se regocijan porque su nombre está escrito en el libro de la vida, aquellos que dan frutos y se mantienen firmes en la brecha. 

Es bueno saber cuando una semilla cae en buena tierra, crece y sigue adelante y se fortalece en el Señor y comparte del Señor Jesucristo.

Que cada uno de nosotros tengamos esa tierra fértil, lista para la semilla, listos para la batalla y seguir adelante. La preciosa semilla da su fruto a su tiempo. No te desanimes al evangelizar, no desmayes al oír la palabra de Dios. Tenemos que ser herramientas útiles al Señor. Tenemos que presentarnos al Señor como buenos obreros.

Dice 2 Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Dice la palabra de Dios que tenemos que examinarnos, ver como esta la semilla que Dios plantó en nuestro corazón, no queremos que sean como los de los junto al caminos, sino que caiga en buen tierra y florezca. 

2 Timoteo 2:11-16 dice:

11 “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;

12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.

14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.

15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.”

No tenemos de qué avergonzarnos. El Señor es nuestra guía, no podemos hacer nada si estamos separados de él. Seamos esa buena tierra. Que Dios nos ayude y quebrante nuestro corazones y que los haga buena tierra para que den fruto para su gloria.