Child with teddy

¡Una de mis metas como mamá es educar a mis hijos para que tengan pasión por la vida y que no tengan miedo de probar cosas nuevas!

Una de las maneras en las que he tratado de entrenar a mis hijos a no tener miedo es simplemente evitando usar la palabra “miedo”. Mi filosofía es que si un niño no sabe que debe tener “miedo”, ¡entonces tal vez no lo tengan!

Tener miedo sucede casi sin tener que pensarlo. Ponemos lámparas de noche en las recámaras de nuestros hijos para que no tengan “miedo” de la oscuridad. Le decimos a nuestros hijos que no pueden ver una película porque “les va a dar miedo”. Les preguntamos, “¿Oh, eso te dio miedo?”

Entonces, el primer paso para criar niños sin miedo es evitar usar la palabra “miedo”.

Si un niño tiene miedo, trata de confirmar sus sentimientos sin propiciar el miedo.

Si un niño va contigo a la mitad de la noche porque tuvo una pesadilla que le dio “miedo”, entonces abrázalo y dile algo como: “Todos a veces tenemos pesadillas. Todo está bien.” Platica acerca del mal sueño… no acerca de cómo lo hizo sentir. Antes de dormir le puedes leer Salmos 4:8 que dice:”En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Recuerda a tu hijo que Dios está en control de todas las cosas y que Él es quien nos cuida todo el tiempo.

¡Recuerda que todo está en el equilibrio! No queremos ir al otro extremo, y hacer sentir menos a nuestro hijo o criticarlo por tener miedo, pero tampoco queremos alentar ese miedo. ¡La meta es educar niños felices y adaptados que tengan pasión por la vida y no tengan miedo de probar cosas nuevas!