Vamos a hablar de un matrimonio feliz, un matrimonio amoroso, un matrimonio gozoso, ¿Cómo podemos aprender, cómo podemos tener un matrimonio gozoso, feliz? Muchas veces aún las cristianas y las mujeres mundanas andan buscando libros. Libros que les enseñen como tener un matrimonio feliz, un matrimonio amoroso. Pero, ¿saben hermanas que las cristianas tienen un libro poderoso en sus manos? Que es la palabra de Dios. Y por eso vamos a orar, vamos a inclinar nuestros rostros y vamos a decir “Señor, abre mi corazón, así como se lo abriste a Lidia. Obra en mi corazón, yo quiero tener un matrimonio feliz, un hogar amoroso, un esposo amoroso, yo quiero tener un matrimonio feliz, yo quiero tener hijos que te amen y te honren y que te traigan gloria a ti, mi Señor”  Vamos a orar  “Señor gracias, Padre por esta conferencia, por esta mañana, por este hermoso día que tú nos has dado, por cada corazón aquí representado Señor, haz un cambio, transforma nuestras vidas con tu poder. Señor que te traigamos gloria y honra en nuestros matrimonios, Espíritu Santo obra en nuestro corazón y en nuestra mente para poner en práctica tus mandamientos, todo esto te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén”

Un libro para un matrimonio feliz

Existe un libro que tiene todas las respuestas para un matrimonio feliz. La Palabra de Dios tiene poder para cambiar el alma de una persona. Vamos a ir los salmos y vamos a leer el Salmo 19:7, dice así la Palabra de Dios: “la Ley de Jehová es perfecta que convierte el alma” Vamos a leerlo otra vez, porque tenemos que meditar en cada palabra que dice la Palabra de Dios, la Biblia: “la ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma“. La Palabra de Dios tiene el poder para cambiar un alma. Hay gozo, de aprender de un matrimonio feliz, este gozo se encuentra en la Palabra de Dios, vamos a ir a Deuteronomio 30:10, dice así la Palabra de Dios: “cuando obedecieres a la voz de Jehová, tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley. Cuando te convirtieres a Jehová tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma“.

¿Sabe hermana por qué elegimos una taza? Esta taza usted, puede ver una taza, “hermana Alba, ¿qué significa esta taza?”; saben que yo quiero que cuando usted llegue a su casa, yo quiero que usted recuerde esta conferencia, ¿sabe como la va a recordar?: como la conferencia donde dieron una taza, esta taza significa que cuando uno va a la cocina, ¿qué es lo primero que busca? Una tacita de café, ¿verdad? bien calientita. Entonces sabe que en esta taza dice: “reboza mi taza de aliento, reboza mi taza de fortaleza, reboza mi taza de perdón, reboza mi taza de servicio, de gratitud, de confianza y gratas memorias. Y reboza mi taza de la presencia de Dios”. Vamos a ser buenos y usted se va a llevar una taza, al rato vamos a hacer juego, entonces usted puede llevarse una taza. Esta taza que representa “reboza mi taza Señor”. Entonces usted tiene que tomar una decisión, debe de tener una visión.

Gratas memorias, hermanas, tenemos muchas. Nosotros, yo y usted, hace mucho tiempo estamos orando por un príncipe azul. Un príncipe que nos levantará en brazos, que nos protegiera y ahora que somos casadas y tenemos hijos, tenemos muchas gratas memorias. Una grata memoria es cuando fue usted  recibió a Cristo, nuestro Salvador personal. Otra grata memoria es cuando nació su primer bebé, cuando usted se casó. Hay tantas gratas memorias por las cuales nosotros tenemos que tener gratitud hacia Dios. Hay muchas. O una hermana que fuere bendición a usted. Tenemos muchas gratas memorias, ¿verdad?

Vamos a leer el Salmo 23:3, que es el salmo de nuestra conferencia. Dice la Palabra de Dios “confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre“. Hermanas, nosotros como esposas tenemos que pedirle al Señor que reboce nuestra taza, que tengamos esa confianza que a nosotros nos vamos a poner en las manos del Señor, para que conforte nuestra alma. Van a venir problemas, van a venir necesidades. Entonces usted, recuerde esta conferencia, “confortará mi alma, me guiará por senda de justicia, por amor de su nombre, Porque no me avergüenzo, por que el Espíritu Santo de Dios ha sido derramado en vuestros corazones”. ¡Qué hermosas promesas tenemos en la Palabra de Dios!, nosotros andamos buscando un libro, cuando ya tenemos la Palabra de Dios. Dice: “la ley de Jehová es perfecta que convierte mi alma“. ¿Qué va a convertir mi alma? La palabra de Dios, el poder Dios en mi vida, ¿y saben qué? andamos buscando el libro, un libro que nos enseñé. A lo mejor está bien caro, cuando nosotros tenemos la Palabra de Dios en casa. Pero, recuerden lo que dice Deuteronomio 30:10 : “cuando obedecieres a la voz de Jehová, tu dios para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley. Cuando te convirtieres  Jehová, tu dios, con todo tu corazón y con toda tu alma“. ¡Qué maravillosa es la Palabra de Dios! cuando la meditamos y la ponemos en nuestro corazón. Entonces eso me va a confortar mi alma, porque Dios está con los brazos abiertos siempre.

Hay dificultades en el hogar, hay dificultades con los hijos y se confortará mi alma. Me guiará. Es la Palabra de Dios, es el libro que nos guía para tener un matrimonio feliz, para guiar a nuestros hijos, para instruirlos en su palabra. Porque recuérdese, la ley de Jehová es la que convierte el alma de una persona, no nosotros. Porque nosotros le podemos enseñar a nuestros hijos, los podemos instruir. Pero, dice que es la Palabra de Dios, la ley de Jehová es perfecta que convierte, no mi poder. El poder de Dios, que es a través de la Palabra de Dios. Nosotros instruimos a nuestros hijos, les decimos “hijos, obedece a Dios” Pero nuestros hijos nos están viendo como tratamos a nuestro esposo, como tratamos a las demás personas. Ellos están viendo,  ¿y saben qué les da seguridad a los hijos en el hogar?, que mamá y papá se aman, eso les da seguridad. “Cuando obedecieres a la voz de Jehová, tu dios, para guardar sus mandamientos y estatutos escritos en este libro de la ley, cuando te convirtieres a Jehová tu dios con todo tu corazón”. Entonces, tenemos que venir a Dios con un corazón limpio. Cuando venimos a orar, somos reales, cuando platicamos con Dios, somos reales. Porque yo no puedo creer que seamos hipócritas, cuando venimos delante de Dios, mi corazón se quebranta, no puede haber hipocresía y por eso es que dice la Palabra de Dios: “cuando te convirtieres a Jehová, tu Dios“. Cuando aceptas la Palabra de Dios en serio. Porque como cristianas, como familia como matrimonio hay muchos problemas, no lo decimos pero sí hay. Entonces, cualquiera que sea su situación, en la que usted se encuentre, usted y yo podemos escoger, tener un matrimonio feliz; porque conocemos los caminos de Dios y sus mandamientos.

Trabajar en un matrimonio feliz

Gracias a Dios que usted tomó la decisión de venir a esta conferencia. Ese es el propósito, enseñarle los mandamientos y los principios de Dios para que tengamos un hogar feliz, un hogar amoroso, hijos obedientes, hijos sirviéndole al Señor. Pero, cuando nosotros entreguemos todo nuestro corazón a Dios, cuando usted le diga “Señor, conforta mi alma”, y ¿qué hacemos? nos olvidamos de la Palabra de Dios. Hay muchos problemas en cuanto al matrimonio y me da mucha tristeza. Yo he visto niños, niñas, señoritas, adolescentes, llorando en una banca diciendo: “¡ay Señor! ¡¿qué es esto!? ¡qué mis papás se van a divorciar!”. Usted ama a sus hijos, ama a su esposo, ama Dios, ama a los mandamientos de Dios, entonces ¿por qué tanto orgullo?. A mí me encanta la palabra “familia”, me encanta la palabra “hogar”. Yo digo Señor “gracias, porque tú me has dado unos hijos preciosos, me has dado un esposo maravillo, una iglesia maravillosa, unas hermanas de Cristo, unas hermas que se dan a sí mismas”. Sí, tenemos que ponerle mucha atención a nuestros hijos, pero no se olviden que su prioridad es su esposo, porque es un mandamiento. No en lo que yo pienso, no es porque yo me adapto así, es mi esposo. Si la mujer de Tosa, fue tan exitosa, fue porque ella, su prioridad estaba en su esposo.

Proverbios 31:12 dice: “le da ella bien y no mal, todos los días de su vida” Dice “le da ella bien y no mal todos los días“. Dice todos, y no sólo cuando me siento bien o según como este dice “todo los días de su vida“. Su prioridad debe ser su esposo, su prioridad no debe ser su trabajo. Si usted quiere tener un hogar exitoso, primero que su corazón y su mente estén las cosas de Dios. Si mi mente y mi corazón y sus mandamientos están en su mente y su corazón, voy a hacer lo correcto, voy a poner primero a mi esposo; porque es un mandamiento de Dios y después los hijos. La mujer de Proverbios, dice que su esposo se sentaba en la entrada. Quiere decir que él era un hombre exitoso, él daba consejos. Ella no puso su trabajo primero, ella no puso primero sus hijos y a veces mujeres se distraen o buscan otras distracciones antes que el esposo. Pero,  cuando usted pone todo su empeño en su esposo, Dios la va a bendecir, Dios va a proveer y Dios le va a dar unos hijos temerosos de Dios. Y va a haber hijos que le sirvan a Dios, que le traigan gloria y honor a Dios; ¿sabe por qué? Porque Dios me está protegiendo a mí, dice “Alba, tú nada más obedece, yo me voy a encargar de ti”. Dios se va a encargar de mí, Dios a va a proveer por mí, Dios se va a encargar de mis hijos. La razón que hay tantos problemas es porque lo que dice Deuteronomio 30:10 “cuando obedecieres la voz de Jehová, tu dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos“.

Usted y yo podemos escoger tener un matrimonio feliz, porque conocemos los caminos de Dios y sus mandamientos. Matrimonios fuertes y una buena relación amorosa, se construyen tomando decisiones con propósito; aprendiendo a sacrificar, aprendiendo a sacrificarse hermana y eso es lo que no queremos. No queremos trabajar, no queremos sacrificarnos en nuestro matrimonio, por eso es que tenemos terribles problemas y somos hijas de Dios. Dice que los que están listos, somos más que criaturas. He aquí ¡¿qué? he aquí todas las cosas son nuevas. Todas las cosas son hechas nuevas, entonces ¿por qué no tenemos esa visión de decir? “Señor, es tu mandato, yo lo único que voy a hacer es obedecerte, yo sé que tú te vas a encargar de mí, tú vas a cuidar de mí, tú vas a encargarte de mi esposo, tú te vas a encargar de mis hijos”. Pero mantente firme. Yo sé que a veces los matrimonios jovencitos tienen problemas de adaptarse. Yo te digo, nada más el consejo que te puedo dar “tú, sigue firme”. Firme en las cosas de Dios, no te apartes, ni a la derecha ni a la izquierda. Tú sigue firme, tú confiadamente, poniendo tu confianza en Dios, y Dios se va a encargar de premiarte. Aquí tenemos  viudas, tenemos madres solteras y dice la Palabra de Dios en el Salmo 23:3 “confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre, aprendiendo sacrificarse y entender la gracia de Dios hacia el creyente“. La gracia de Dios, yo me voy a agarrar de la gracia de Dios. Yo nada más me voy a sujetar a Dios; Señor yo me voy a agarrar de tu gracia, trabaja en la vida de mi esposo y trabaja en la vida de mis hijos. Y el Señor te va a bendecir. Yo no te estoy diciendo algo que yo no vi; algo por el cual Dios, por su gracia me ha dado, ¿por qué? Porque yo un día tomé la decisión de rendirme completamente al Señor, y decirle “Señor este es mi esposo, te lo entrego a ti; no es mío, Señor tú nos diste unos preciosos hijos, no son míos, son tuyos, señor”. Pero, no por eso no había acción en mi vida, debemos de estar leyendo la Palabra de Dios, para que Dios nos dé sabiduría, como guiar, como instruir a nuestros hijos.

Entonces, yo como creyente tengo que agarrarme de la gracia de Dios, en cualquier circunstancia, tener plenamente la confianza que Dios, se va a encargar de mí y agarrar la gracia de Dios y decirle “Señor, yo me aferro a tu gracia, tú obra en mi matrimonio, obra en la vida de mis hijos” Pero, también debe haber acción, ¿a pesar de qué? de las circunstancias estar firme y no desmanes de las promesas de Dios. Agárrate de la promesas de Dios, a diario podemos tomar decisiones para fortalecer nuestro hogar. Yo decido si voy a gritar, yo decido si me voy a someter, yo decido. Yo decido si voy a ser rebelde, yo decido si voy a andar en la carne. ¡Yo decido! Pero, cuando estamos en las cosas de Dios en serio, que tú le entregas tu corazón y tu mente y todo a Dios. Dios se va a encargar de ayudarte a que tú obedezcas; porque nosotros le enseñamos a nuestros hijos “hijos, dice la Palabra de Dios, hijos obedeced en el Señor porque esto es justo; pero nuestro Padre Celestial, está allá en el cielo mirándonos”. El primer versículo que yo les enseñaba a mis hijos era “hijos obedeced” Hasta se los hacía en cantito y el Señor me decía “¿y tú qué? eres obediente, cuando tu esposo te dice, no sé cómo te dice amor, Jani, ¿me puede traer un vaso con agua? por favor”; tú le dices, ¿qué le dices tú? “Sí mi amor  un momento, en este momento yo te lo traigo”. Así debes de contestar “sí, un momento, ya voy” Y por eso es que debemos de venir al Señor y decirle “yo te entrego mi corazón, yo te entrego mi mente, y me rindo a ti, porque yo en mi carne no puedo”. Pero, tú dices “¡ay! Pues es que el Señor no ha obrado en mí”, ¿Ah no?, tú eres rebelde al favor del Espíritu Santo, esa es otra cosa. Pero los mandamientos, los estás escuchando cada vez en la Iglesia, y cuando lees la Palabra de Dios. Entonces no tienes excusa de no tener un matrimonio feliz, porque Dios nos ha dado sus mandamientos. El problema que dice que el que obedece va a tener bendiciones, pero el que desobedece va a tener maldición. Yo decido si me someto o voy a ser rebelde. Yo decido si voy  a andar en la carne o voy a estar pegada al Espíritu Santo. El Espíritu Santo está con nosotros, somos cristianas, él está ahí y se pone bien triste porque dice “¿cómo contestaste?” ¿y saben qué? lo más importante es reconocer, me equivoqué. La regué. Señor perdóname, Jaime perdóname” ¿Y saben qué? el hombre no va a rechazar esas palabras, esas palabras que tú le digas “mi amor perdóname” o mi esposo me dice “perdóname”. Un matrimonio amoroso es cuando tú aprendes a perdonar, lo amas y trabajas en una buena comunicación.

Qué nos dice la Biblia para tener un matrimonio feliz: consejos prácticos

Déjame mencionarte cuatro puntos para tener un hogar feliz. Número uno, cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla. Vamos a ir a Eclesiastés 5:4 “cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla, que recuerda cuando a Dios haces promesa no tardes en cumplirla” Eclesiastés 5:4 “cuando a dios haces promesa no tardes en cumplirla, porque él no se complace en”. Cumple lo que prometiste, ¿qué prometimos cuando nos casamos, qué prometimos en nuestros votos? Usted y yo prometimos amarlo, respetarlo hasta que la muerte nos separe. Nuestro compromiso en la casa de Dios, frente a todo su pueblo, en presencia de Dios. Tú prometiste, ¿qué?, amarlo y respetarlo y se nos olvida lo que prometimos. Cuándo queríamos ganarlo, ¿qué le decíamos? cosas bonitas, ¿qué más le decíamos para ganarlo para nosotros? pero ya pasaron los años, las circunstancias en nuestra vida vienen y se nos olvidan los votos que hicimos. Se te olvida, pero gracias a Dios que estás aquí en la conferencia, porque te los voy a recordar. Dice “cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirlas”.

Número dos: todas las cosas que podamos hacer para Dios, no hay una que le plazca a mi Dios, que lo amemos a él y que amemos a nuestro esposo. Eso le place mucho a Dios, ¿por qué razón? porque sigo a mi Dios, voy a cuidar la atmósfera que hay en mi hogar. Como yo contesto y también aprender a pedir perdón, hermanas, eso es bien esencial, y reconocer fallé, Señor ayúdame. Ayúdame a ser una cristiana que te ame y que te honré a ti. Honrar es traer buen nombre. Dios me está viendo, los ojos de Dios están en mí, en todo lugar. Él me ve, ve tú contestas, como tú contestas a tus hijos, ¿cómo le contestas a tu esposo? A mí me gusta hablar de las cosas positivas, dile “sí mi amor” o como tú le digas.

Número tres la esposa debe amar a su esposo y dar su vida por él. -“¡Uy hermana! ¿yo, dar mi vida por él?”, yo sí estoy dispuesta a dar la vida por mi esposo.  ¿Por qué sabe qué?, hay una promesa en la Palabra de Dios. Vamos a ir a  Primera de Juan 3:16, a ver que dice la palabra de Dios. Dice así la Palabra de Dios: “en esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros“, también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos; ¿quién es tu prójimo más cercano  a ti?, tu esposo. Y por eso yo dije, “yo sí puedo dar la vida por mi esposo, porque hay una promesa de Dios”. Vamos a leer otra vez, Primera de Juan 3:16 “en esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros, también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos“. Hay una promesa, nuestro Señor Jesucristo totalmente, sin conocer a Alba Castillo, sin conocerla a usted, él se dio completamente. Dio su vida por usted y por mí y por esa razón yo estoy plenamente segura que el día en que yo muera, voy al cielo. Porque yo ya puse mi fe y mi confianza en él. Que entregó su amor, el me perdonó, él limpió mi corazón y lo dejo como nieve. ¡Qué promesas tan grandes están confiando en Dios! porque él me dio una promesa y lo que Dios promete él lo cumple.

Número cuatro, cuando como esposas practicamos diariamente amar a nuestro esposo, cubrimos multitud de pecados. Vamos a ir a Primera de Pedro 4:8, dice así la Palabra de Dios “y ante todo tened entre vosotros ferviente amor porque el amor cubrirá multitud de pecados“. Con esto en mente, hermana, les voy a dar otros principios básicos para la verdadera felicidad en nuestro matrimonio. El verdadero amor es negarse a sí misma, debemos de amar con hechos y no sólo con palabras. Mujeres cristianas han dicho ” siento que ya no amo a mi esposo” y algunas terminan cometiendo adulterio, porque creen la mentira de Satanás. Cuando la verdadera razón por la cual el sentimiento de amor disminuye o desparece en una relación es porque, uno o los dos faltan en invertir sacrificadamente. Entonces debo de invertir sacrificadamente. En las necesidades de la otra persona. Debo invertir tiempo, preocúpense de darse por completo. Hermana, mire cuando usted está embarazada y nace su bebé, eso es peligroso; porque nos puede distraer del esposo, le ponemos tanta atención al bebé y al esposo lo dejamos por un lado. Y ¿sabe qué debe de hacer? aquí hay mujeres embarazadas. Usted debe de tener citas con su esposo, por lo menos una vez a la semana, si puede más o cada 15 días. Pero es mejor cada 8, para preocuparse que le pasa a él y que él se preocupe que me pasa a mí. Porque muchas veces, ese bebé precioso, ese bebé hermoso; que hermana usted que está embarazada  que lo va a tener; puede distraerse de que usted le ponga atención a su esposo. Así que mucho cuidado. Preocúpese en darse por completo para llenar sus necesidades, no solamente las suyas. Porque esa actitud, es una actitud egoísta. Cuando hay problemas de comunicación, es porque uno quiere sacar todo lo que está adentro de su corazón y no escucha al otro. Cuando hay amargura en su corazón, usted nada más quiere sacar lo que está allí y que la persona  le escuché. Somos egoístas. “Tú escúchame a mí” y él dice “tú escúchame a mí”. Entonces, cuando ponemos mucha atención a lo que él está diciendo, usted le está diciendo “a mí me importa mi matrimonio” y quédese calladita, aprenda a escuchar. Porque es muy importante aprender a escuchar. Ya que él hablo, ahora usted diga que le pasa, porque muchas mujeres lo van guardando y guardando; y llega un punto donde su corazón está lleno de egoísmo, que usted ya no escucha a su esposo. Esto hermana, contribuye a que el egoísmo que hace que desaparezca la relación amorosa entre usted y su esposo. Una buena relación amorosa entre los esposos crece. ¿Cómo crece? sacrificándose por la otra persona. Un amor desinteresado no puede ser destruido, ¡jamás!.

En nuestro matrimonio a veces el esposo no nos puede proveer lo que nosotros necesitamos y saber esperar en el Señor. Cuando un matrimonio joven no tiene todas las cosas, poco, poco a Dios va proveyendo. Poco a poco. Pero hay hermanas que quieren todo a la vez. ¿Sabe hermana? y aquí están las hermanas, paso 21 años en mi vida para tener unas preciosas mesas en mi casa. Usted dice “¿21 años hermana?” sabe que yo tenía una mesita de esos que venden los inditos en el centro. Paso 21 años y eso te lo estoy contando para que tú digas “¡qué maravilloso es Dios! cuando nosotros ponemos toda nuestra fe y nuestra confianza en él. Él provee por nosotros, y qué hermoso es cuando Dios provee, se siente tan gozoso”. Y aún ¿saben qué? los hijos están viendo, dicen “mamá, ¡qué hermoso es servir al Señor!”- “sí mijo’, ya ves? el Señor responde, el Señor provee”. Qué hermoso, ver nuestros hijos vean todas esas bendiciones. Y ¿sabe qué? eso los hace crecer a ellos, porque están diciendo “mamá tiene mucha fe, mamá no está jugando con las cosas de Dios”. Es cuando el hijo ve y dice “yo también quiero ser como mamá”. La mamá representa el Espíritu Santo en el hogar. Si mamá está contenta, está agradecida, usted puede poner el ambiente en su casa. Pero, cuando hay un ambiente bien feo en casa, hasta los hijos responden.

Usted pone la atmósfera de felicidad en su hogar. Si usted quiere tener una casa tranquila, usted puede poner música cristiana y se siente esa paz tan bonita. Cuando nosotros estamos en serio con Dios, hermanas se sienten ¡tan hermoso!. Antier mi hija puso música, y yo andaba haciendo mis cosas, y miren, bien tranquilo. Y yo digo “¡gracias Señor!”; pero usted me ve parada aquí, y usted dice “hermana, usted tiene un matrimonio exitoso” Pero no saben toda las circunstancias que yo pase para estar aquí y decirles mi testimonio. Yo le estoy diciendo “el Señor responde, el Señor ha obrado en mi vida, ha obrado en mis hijos ha obrado en mi esposo”. Porque el verdadero amor, se manifiesta a sí mismo en lo que hacemos y lo hacemos sacrficadamente y cuidamos la necesidades de nuestro esposo. Amor es dar lo que otro necesita, amor es dar lo que otros necesitan espiritualmente, emocionalmente y físicamente. De igual manera, que Dios se entregó a sí mismo por nosotras, hermana, sacrificadamente. Sacrificarse, trabajo significa poner todo nuestro empeño en nuestro matrimonio. Pero, con la fortaleza de la Palabra de Dios, “confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre, la ley de Jehová es perfecta que convierte el alma de una persona la palabra de dios“. Entonces  hermanas, porque son ustedes tan pobres en señales, si tenemos la Palabra de Dios que convierte el alma. ¿Por qué tanto problema en nuestros hogares?, Hermanas, ustedes que están embarazadas, pongan música cristiana allí hermana, que su bebé en su vientre escuché la palabra de Dios, los cantos,. Léale la Palabra de Dios, léale proverbios, léale Salmos. Mire usted, relájese, haga todo, tenga un horario y un tiempo donde usted se siente léale salmos y proverbios. Y usted se va a dar cuenta, que usted está embarazada, usted tiene un tremendo potencial, una gran influencia que tiene porque lo tiene allí adentro, ahí está creciendo, y tiene el sentido del oído bien ejercitado; aproveche. Por eso es que hay tantos dolores de cabeza con los hijos, yo tomaba tiempo, hacía todo y luego me bañaba y cargaba mi Biblia y le leía Salmos, le leía proverbios a mis hijos. Y ¿saben qué? ellos respondían se hacían así como barquito, como diciendo “mami, estoy escuchando” y por la gracia de Dios, Dios me ha dado una familia hermosa, un esposo hermoso. Por la gracia de Dios. Pero debemos de trabajar nosotros también, tenemos que poner en acción lo que aprendemos. Poner en acción, no nada más me jalo el libro, ya lo escribí en mi libreta, ya se olvidó.

¿Sabe qué? en este retiro de parejas, que fuimos a Toluca, yo escribí y escribí, hasta me dolía mi mano, ¿y saben qué? me siento a veces y lo empiezo a leer otra vez. Recuerdo los pasos que me dieron, “no te distraigas con otras cosas Alba; no te distraigas, tus hijos son un precioso regalo de Dios, pero no te distraigas de tu esposo. Ponle atención, haz citas con él”. Yo le digo a mi esposo “hoy te voy a robar, así que yo  ya le dije a los niños que tienen que hacer, así que vámonos” y dice mi esposo “¿escucharon a su mamá?, me quiere robar” y mis niños dicen “¡guau sí, papi!”. Ellos se ponen bien felices de escuchar a mamá que quiere pasar tiempo con su papá. “Jani, hoy te voy a robar” le digo yo “vámonos”. Le dice a los niños “¿escucharon?” y los hijos una gran sonrisa ” sí, sí papi” dice “vete, nosotros ahí vemos que comemos”. Y ¡qué hermoso tener un hogar feliz!, pero acuérdense, dice que tenemos que poner en práctica sus mandamientos. El amor no depende de sentimientos, de actitudes, como nos sentimos o si lo merecen; “¡Ay es que mi esposo no merece que yo lo ame!” Hermana, enséñale a amar si él no sabe. Mire, yo le decía a mi esposo “no me beses así, bésame así” Le decía yo como quería que él me besará. Y ahora le digo “Jani, ¿quién te da esos besos tan ricos?” dice “tú mi amor”.

Si tú estás así amorosa, tranquila él va a aprender. Todo aprendemos. Aprendemos lo malo y aprendemos lo bueno. Entonces, tú también enséñale a amar. Si él está enojado, tú dile “Señor, dale un corazón”. Bien pasiva, pasible “dame una  mente bien apacible”; mejor quédate calladita. Y ¿qué hacemos muchas veces? hablamos. Yo digo “¡uy, uy, uy!” no pensé lo que dije. Ahí es donde aprendemos a pedir perdón. Y qué bonito es hermanas, que ustedes se arrodillen con su esposo a orar a Dios y saber que ustedes se van a arrodillar con él y le va a decir “Jani, perdóname”. Pero, ¿cuándo usted va a decirle eso a su esposo? “Jani, amor, flaco, perdón, perdóname” o “chaparrito” o como le diga usted. Sabe, ¿qué ayuda a madurar en el matrimonio? es que usted tome tiempo para arrodillarse y orar y cuando uno viene delante de Dios. No va a haber nada, tiene que haber un corazón puro delante de Dios; para pedirle por nuestro hogar y por nuestro matrimonio.

Hermana, la reto, agarre a su esposo y dígale “amor, vamos a orar” y si él le dice – “no”- “bueno mi amor, cuando tú estés disponible, vamos a hacerlo”; Y usted póngase a orar por él. Recuerde “la ley de Jehová convierte el alma” No voy a ser yo, sino va a ser su Palabra y si él está viniendo a la Iglesia, Dios va a obrar en su corazón, pero también ore usted por él, ore mucho por él. Y hagan coas que le agraden a él. Conozca a su esposo que le agrada, que le desagrada. Lo que le desagrada yo no lo voy a hacer. Voy a hacer lo que le agrada y cuando él vea que mi amor está ahí, en él. Dios va a obrar, él va a aprender a amar también. Lo que pasa es que no somos pacientes. Si él está alterado, tú dile “Señor, dame un espíritu apacible”.

El amor no depende de sentimientos, de actitudes como nos sentimos, o si lo merece; muchas veces  hacemos cosas y dices “es que no lo merece”. Tampoco nosotros lo merecíamos cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario; le clavaron esos clavos en sus manos. Nada más ponte a pensar eso,  ¿mereceríamos ese precioso regalo? No, ¿verdad? Entonces ponte a pensar “mi Señor, tú diste tu vida por mí, nos diste tu palabra, nos diste principios, nos diste mandamientos” Mire hermana, si usted aprende a amar a su esposo y no es aprender, dígale “Señor dame amor por mi esposo” Y cuando él vea ese amor en usted, él va a cambiar. La cosa es que a veces somos demasiado agresivas, muy ordenativas; y el hombre no actúa así, porque Dios no lo hizo así, tenemos que hablarle con palabras suaves.

Amor, tiene su raíces en las decisiones que tomamos diariamente, de acuerdo al mandato de Dios. El matrimonio es algo que tenemos que estar alimentando diariamente, así como usted como todos los días, se baña todos los día; tenemos que estarlo alimentando. Usted, está alimentando su matrimonio en este momento, porque usted vino a la conferencia. Está escuchando la Palabra de dios, está escuchando versículos de la Palabra de Dios; que yo espero que se queden en el corazón y la mente. Usted está tomando ese tiempo para aprender del matrimonio. Les voy a repetir otra vez, porque nosotros aprendemos por repetición; el matrimonio es algo que tenemos que estar alimentando diariamente. Enfocarnos en buscar maneras en que podamos trabajar en nuestro matrimonio. Usted está trabajando, porque usted tomo de su tiempo.

Hermana, usted que fue al retiro de parejas, usted estaba trabajando en su matrimonio, por que usted dijo “yo voy a ir al retiro de parejas, para aprender, para estar  un tiempo a solas con mi esposo, para hablar sin que suene el teléfono, sin que ya el niño grite”. Mire nosotros nos vamos al retiro de parejas y aprendemos mucho. Yo no voy al retiro de parejas porque mi esposo quiere sexo, usted dice ” es que mi esposo quiere sexo”, ¡no hermana!, ¿sabe qué? pasamos un tiempo tan bonito, yo veo a los esposos sentados, platicando, jugando; están solitos ahí en el cuarto, en sus habitaciones. Están hablando, están tomando del tiempo para ellos y yo también así lo tomo. A veces yo pienso que las hermanas lo toman como “¡ay que sacrificio ir al retiro de parejas!, qué aburrido”; ¡No hermanas!, ¿saben qué? me da mucha emoción, porque yo sé que voy a aprender. Dice que en el matrimonio, tiene que estar alimentándose diariamente; y sabe ¿qué hermana? en el retiro de parejas aprendemos tantas cosas, que yo dije “lo he escuchado”, pero como que se nos ha olvidado. Y yo dije “eso ya lo escuché, pero no lo he hecho, lo voy a hacer” Ahí una palabrita, unos dos consejos que usted los puede poner en práctica. No nada más va al retiro de parejas porque su esposo quiere sexo y no debe pensar así. Yo voy al retiro de parejas, porque quiero alimentar mi matrimonio. El matrimonio es algo que tenemos que estar alimentando diariamente, enfocaros en buscar maneras en que podamos trabajar en nuestro matrimonio.

Primera de Corintios 15:57, dice así la Palabra de Dios: “más gracias sean dadas a Dios, que nos da la Victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo“; ¿cómo vamos a tener un matrimonio exitoso? por medio de nuestro Señor Jesucristo. Vamos a ir a Felipenses 4:13 “todo lo puedo en Cristo que me fortalece“, pero en Cristo, en nuestro Señor, no en mí, no yo, sino nuestro Señor Jesucristo. SÍ podemos hacer que nuestro matrimonio florezca. Vamos a ir a Malaquías 2:15 “no hizo el uno habiendo en él abundancia de espíritu y porque uno, porque buscaba una descendencia para Dios“. Él busca una familia, la familia cristiana. La familia cristiana por lo consiguiente, no existe para nuestro propio beneficio, ha sido creada para la gloria y el honor de Dios. Yo tengo una familia, Dios me la ha dado es para darle gloria y honor a Dios. Por eso, es importante también instruir a nuestros hijos. Proverbios 14:26 “instrúyelos en los caminos de Dios” Si tus hijos están chiquitos ya enséñales la Palabra de Dios. Toma tiempo para sentarte con él y enseñarle de Dios, que él ame a Dios y que tenga temor de Dios. Hermana, hasta con las flores usted puede enseñarle a su hijo de Dios, “mira mami esa flor y sabes ¿qué mami?, nadie la riega, ¿cómo es que está tan bonita?, mira esos árboles tan grandes, ¿quién los cuida?” – “Dios, mi amor” -” mira ese pajarito, mira todas las mañanas escuchamos el canto de los pajaritos” Usted le puede decir “mira, mi amor, ese pajarito tan frágil que es, tan chiquito” -“mami y ¿qué le pasa a ese pajarito, tan chiquito?” – “Dios lo cuida, hay un Dios que lo protege, hay un Dios que provee por él”. Todo, con toda la naturaleza usted le puede enseñara su hijo, que hay un Dios grande y maravilloso, que hay un Dios que lo ama a él y que él tiene que amar a Dios y que los ojos de Dios están en todo lugar, para que los niños desde chiquitos aprendan a temer a Dios, que sepan que hay un Dios grande.

Mire hermana, usted está en casa, póngale cantos a sus hijos, que estén cantando. Yo estaba haciendo mi qué hacer y todos mis niños, yo tengo cinco hijos; cuatro señoritas y un varón. En eso entonces cuatro niñas y un varón, y no teníamos una casa tan grande como la que tenemos ahora, teníamos una salita pequeña. Ahí les ponía cantos, y ellos estaban repite y repite los cantos. Póngale cantos cristianos a a sus hijos, que estén repite y repite los cantos. Y tome tiempo para enseñarle la Palabra de Dios, para que un día, usted no tenga que sufrir por sus hijos.  Si están ya adolescentes, reclame las promesas de Dios, que Él los va a atraer. Instruya al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo, no se apartará de Dios. Se podrá ir como el hijo pródigo, pero se va a acordar que tiene un papá y una mamá y que lo ama. Él va a regresar. Agárrese de las promesas de Dios.

Proverbios 14:26 “En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos“. En el temor de dios está la fuerte confianza; qué confianza te tiene, que tener nuestros hijos. Mire, el diablo nos quiere arrebatar a nuestros hijos, pero si usted le enseña la Palabra de Dios a  sus hijos, eso va a estar en su mente y en su corazón y no va a tener problemas el día de mañana con sus hijos. Usted enséñele a su hijo “no, es no” y si él insiste, vaya y quebrántele su orgullo. Dice la Palabra de Dios “con la vara”. Cuando estaban mis hijos chiquitos, bebés, era así la paletita, pero de repente creció la paleta. Y ahora tengo una paleta grande, y la tengo pegada en la pared; cuando ellos no obedecen, cuando ellos tienen faltas de respeto, “a ver tráiganme la paleta”. Ya saben dónde está la paleta. “Hermana, si su hija ya tiene 21 años”, no importa usted la puede disciplinar. Disciplínela, porque si no le va a traer quebrantamiento a su corazón; y si su hijo está chiquito hasta le puede leer los versículos donde habla de la disciplina. Léaselos. “¿Sabes por qué te disciplino mi amor?, porque Dios me dice que te discipline, y si no Dios me va a castigar a mí,  porque si tú creces rebelde, yo voy a llorar y voy a estar diciéndole a Dios: Señor, ¿qué tiene este niño? y el va a decir -‘hija, tú no obedeciste los mandatos de Dios, yo te los estoy dando'”. Hasta en los hijos hay que poner en acción los mandamientos de Dios.

Proverbios 3:1, dice así la Palabra de Dios: “hijo mío no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos“. Es importante, hermana, enseñarle la Palabra de Dios A nuestros hijos. El honrar a Dios da una firmeza y una esperanza que da seguridad a nuestros hijos. Como le dije, si usted tiene a sus hijos, chiquitos, pequeñitos, hermana tome tiempo, siéntese con ellos “mijo, vamos a aprender la Palabra de Dios”; y con un versículo chiquito; los niños de hoy tienen una memoria mejor que yo. Usted enséñele la Palabra de Dios, a sus hijos, para que en el futuro no tenga dolores de cabeza, sino que usted diga “¡qué preciosos hijos tú me has dado Señor!. Gracias”. Pero cuando tenemos quebrantamiento de corazón, dice Dios “yo te lo di para que me los cuides, es un regalo, ¿qué hiciste con mis hijos?” Cuando tenemos la Palabra de Dios; acuérdense que, ¿qué convierte el alma mi sabiduría, no. La palabra de Dios, ¿verdad?

Vamos a aprender unos consejos prácticos para la mujer sabía que ama a su esposo. Número uno, halague a su esposo; dígale “mi amor, que inteligente tú eres, por eso me casé contigo” Palabras bonitas, que él se sienta que usted es de él. Yo siento que cuando le digo cosas bonitas a él, que yo soy de él, que él es mío. Halague a su esposo. No le hable como a un niño. Es su esposo, usted no le pude puede hablar a su esposo como le habla su hijo. Usted le puede decir “Juanito saca la basura por favor”, pero a su esposo le tiene que decir “mi rey,¿ puedes sacar la basura? por favor” No lo avergüence en público.

Hháblele en sugerencias, no órdenes. A veces somos demasiado autoritativas y debemos de tener mucho cuidado. Las palabras deben de ser con gracia. Manténgalo como su prioridad; mi prioridad acuérdese la mujer virtuosa es una mujer exitosa, porque puso sus prioridades en orden. Cuidado, porque trabajo, casa, hijos imponen. Entonces, por eso es que debemos tener citas con nuestro esposo. Tome tiempo para estar con él. Dígale “mi amor, la próxima semana quiero que tengamos una cita, dime tú cuando” Y salga con él, haga citas. Una cita específica donde él diga “yo le intereso a ella”. Anímelo cuando fracasé, no le diga “te lo dije”. El fracaso me hace mejor porque ya fracasé y no lo voy a hacer así, lo voy a hacer diferente; y cuando estamos en las manaos de Dios, Dios nos da sabiduría, para hacerlas mejor cuando tenemos fracasos. Nunca rechacé una sola expresión de afecto de parte de su esposo. Hermana, aproveche cuando él quiera abrazarla, aproveche eso hermana, responda demuéstrele que su prioridad es él. Póngale atención a sus caricias, no le diga “¡ay no! estoy ocupada”. Responda cuando él le de besos y dígale “bésame así mi amor, así me gusta”. No asuma las responsabilidades de su esposo, terminará siendo irresponsable.

No tome por demás su trabajo, su provisión, su protección, exprésele gratitud a sus esposo. Dígale “gracias mi amor. Gracias porque te preocupas por nosotros” y ¿sabe qué? usted también enseñarle a sus hijos a decirle “gracias papi por tu trabajo, hoy comimos. Gracias papi, porque tú trabajas para proveer por nuestras necesidades, gracias papi porque tú trabajas para que nosotros podamos comer y tengamos esta casita”. Tiene todo eso hermana, es tan importante enseñarle a nuestros hijos. Estamos fallando, tiene que enseñarles a sus hijos que tengan gratitud. Ore por él todos los días. Hermana, en su trabajo, en la calle bombardean la mente de nuestro esposo, de su corazón, de su cuerpo, el diablo quiere robarnos el gozo de tener una familia feliz. De tener un matrimonio feliz. Debe tener un deseo, una visión de decirle “Señor, en tus mandamientos yo puedo tener un hogar feliz, en tu palabra, yo puedo tener hijos temerosos de Dios. Señor yo me agarro de tus promesas”. Pero también debe de trabajar y poner en práctica las cosas que se le enseñan, porque no nada más escribirlas, sino ponerlas en práctica. Si nos ponemos en las manos del Señor y tomamos principios y mandamientos. Principalmente para usted y para mí, principalmente usted hágalo, y enséñeles a sus hijos y ame a su esposo. Amelo, enséñele a amar.

¿Sabe hermana? que muchas veces el hombre no comete adulterio porque quiere sexo?. El hombre comete adulterio porque necesita con quien platicar, necesita que le pongan atención. Por eso nuestro pastor, el retiro de parejas, trabajamos tanto. Yo veo a la hermana Silvia ya dándole a su esposo unos besotes. A la hermana Guille y digo “¡guau!”, vieran a la hermana Vicky, a la hermana Laura y yo digo “gracias Señor”, que ellas no lo toman porque dicen “¡ay! tú me quieres llevar al hotel porque quires sexo” ¡no! pasan unos momentos tan bonitos los hermanos, y yo me gozo. Y también para mí, porque también soy premiada. Denle gracias a Dios porque les dio un esposo “gracias Señor, porque tú me diste un esposo maravilloso, es mi regalo Señor, gracias por mi esposo”. Denle gracias a Dios. Acuérdese que el amor borra multitud de pecados. Aprende a perdonar. Amelo y va a ver que usted va a tener un matrimonio feliz, gozoso, una familia feliz. Pero, tiene que agarrarse de la Palabra de Dios, no falte a escuchar la palabra de Dios, hermana. La felicito porque usted tomo de su tiempo para aprender de la Palabra de Dios. La felicito, porque eso es lo que necesitamos.

El Pastor Castillo, nuestro Pastor, aprendió desde joven. Él dice “yo pasaba al frente, aunque no era casado y pasaba al frente  decía yo quiero tener una familia cristiana” y yo también. Cuando estaba soltera, yo tenía ese deseo “Señor, yo quiero tener una familia cristiana” y ¿sabe qué? Dios me dio un preciosos regalo, dándome a mi esposo, precioso regalo, pero sabe qué hermana? cuando nosotros estamos llenas de gratitud, Dios nos da más, pero cuando estamos inconformes, no estamos agradando a Dios, entonces no estamos conformes, con lo que Dios nos da. Tengamos gratitud con el esposo que tenemos, con los hijos que tenemos. Familias fuertes, Iglesias fuetes, Nación fuerte, porque hijos temerosos de Dios no van a  estar en la cárcel, van  a estar sirviéndole al Señor. Yo sé que no todos los hijos son llamados, pero que hermoso hermana, que usted tenga un médico y que sea temerosos de dios; que le diga “mami, fíjate que hoy le hablé a una paciente de Cristo”, qué hermoso hermana! Hermana usted, va a tener un ingeniero y que ese ingeniero venga y le diga “mami, fíjate que hoy tuve en mi oficina un señor, y le hablé de Cristo”. ¡Qué maravilloso saber eso hermana! Pero tiene que inculcarle la fe, la fuerza en el Señor, para que él tenga en sus mandamientos, principios en su mente y en su corazón.