El dinero Parte II

2 Corintios 9:7-8

7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;”

Vamos a ver acerca de para qué sirve el dinero. Vimos unos principios bíblicos, entendamos que el dinero viene de Dios y que no nos debemos afanar, no anhelar el tener dinero porque va a traer consecuencias, no endeudarnos y trabajar honradamente y cuando tenemos esos cuatro principios vamos a entender el para qué sirve el dinero.

Dios nos lo da pero nosotros somos mayordomos y debemos de administrar el dinero y para ministrarlo vamos a ver cuatros cosas de para qué sirve el dinero, hay más cosas pero quiero ver los esenciales. ¿Para qué sirve el dinero?

1. Para comprar un terreno

Cuando Dios da el dinero, cuando él provee, nos da la sabiduría para trabajar y Dios nos bendice con un sueldo entonces Dios quiere que entendamos que el dinero sirve para comprar una propiedad. Joven si tu papá no te dejó una herencia trabaja honradamente y Dios te puede ayudar para comprar un terreno. Mi papá no me ha dado terreno y tengo que trabajar y algún día Dios va a proveer para un terreno pero al tiempo de Dios. Cuando Abraham salió Dios le dijo: “Sal de tu tierra y parentela” y no le dijo: “Aquí tienes el terreno”, sino que Dios lo fue prosperando, pasaron años y Dios lo bendijo. Esa es la manera que Dios quiere que entendamos en el libro de Génesis 23:7-13 dice: “Y Abraham se levantó, y se inclinó al pueblo de aquella tierra, a los hijos de Het, y habló con ellos, diciendo: Si tenéis voluntad de que yo sepulte mi muerta de delante de mí, oídme, e interceded por mí con Efrón hijo de Zohar, para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que por su justo precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros. Este Efrón estaba entre los hijos de Het; y respondió Efrón heteo a Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por la puerta de su ciudad, diciendo: No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta. Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra, y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo daré el precio de la heredad; tómalo de mí, y sepultaré en ella mi muerta.” Dios había bendecido a Abraham pero Abraham fue consciente y como tenía dinero podía comprar una heredad y en esa heredad también sepultaron a la descendencia de Abraham.

Abraham no tenía un terreno pero Dios lo comenzó a bendecir. Si tú trabajas honradamente Dios te va a empezar a bendecir y a su tiempo te va a dar lo que necesitas para comprar un terreno. Si tenemos dinero Dios quiere que comencemos a comprar un terreno. Si tu papá te da una heredad que bendición, pero no pienses: “Quiero que mi abuelo me de”, Que sea Dios quien nos da la gracia para poder comprar.

Abraham para enterrar a su esposa compró un terreno y nos da un principio, como cristianos, si tenemos dinero debemos de prepararnos para comprar un lugar en el panteón porque ahora se venden y así tendremos un lugar para sepultar a un familiar que tengamos, Podemos aprender eso de Abraham.

2. Para comprar comida

No vayas al Oxxo y te robes los gansitos. Si no tienes dinero y la familia no tiene que comer no vayas a asaltar a la gente. Ve y trabaja honradamente y vas a comprar alimento para tu familia. A veces no hay, lo digo por mi experiencia y te voy a dar mi tip, yo voy a Dios y oro y le digo: “Dios, tú sabes que no tengo ni un peso, pero si mañana si tú nos das la vida, tú vas a proveer.”  Y Dios provee y no tengo que asaltar a la gente y robar en las tiendas la despensa. 

Con eso de la pandemia yo no tenía nada para la comida y vi la gracia de Dios. Habíamos venido a la iglesia y solo traíamos el dinero justo para venir y para regresarnos, no tenía ni para las tortillas pero Dios puso en el corazón de una hermana darnos una despensa. Yo no lo tenía contemplado pero Dios proveyó. Cuando tenemos dinero, Dios quiere que lo tomemos para comprar comida. 

Vemos cómo el pueblo de Israel anduvo divagando en el desierto y vemos aquí que Dios les dice que con el dinero tenían que comprar. Dice Deuteronomio 2:6 Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis; Cuando fueron con el pueblo de Esaú Dios les dijo que no tomaran nada de ahí y que les compraran la comida en pocas palabras que no robaran. Si no tienes dinero para comprar comida pídele a Dios y él se encarga. Joven pídele a Dios y él te va a dar de comer, no andes robando la comida. 

Cuando estaba en el instituto bíblico y solo traía seis pesos para ir pero había un hermano que Dios ponía en su corazón y me daba lo que yo necesitaba. Cuando no hay dinero hay que pedirle a Dios y si tienes dinero tienes que comprar comida. Dios así le instruyó al pueblo de Israel.

3. Para pagar impuestos

Para pagar el predial, el agua, la luz y el teléfono y el Señor Jesucristo nos puso el ejemplo, él no tenía porqué pagar impuestos el es el dueño del cielo, de la tierra y de todo. Dice Mateo 17:24-27 “Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.” Nuestro Señor Jesucristo pagó impuestos y muchos cristianos no queremos pagar impuestos al gobierno “es que el gobierno lo está malgastando” Tú, cumple porque la palabra de Dios dice que nos sometamos a toda autoridad porque Dios la ha puesto y tú paga los impuestos si los malgasta el gobierno pues es problema del gobierno, tú cumple y tenemos que pagar impuestos. El Señor Jesucristo sabía que los publicanos se robaban los impuestos pero no por eso no los iba a pagar.

Dice Mateo 22:17-21 “Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?  Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” Así tan fácil dio respuestas el Señor Jesucristo. Cumplamos con eso, paguemos nuestros impuestos, Dios quiere que hagamos eso como cristianos. He conocido a hermanos que están en regla con sus impuestos y Dios los bendice, pero los que no cumplen con pagar sus impuestos trae consecuencias primeramente terrenales y después de lo alto.

4. Para honrar a Dios

Tenemos que meternos eso en nuestra mente, porque muchos cristianos dicen: “ya van a hablar del dinero”, “ya van a pedir” pero si aprendemos del principio de lo que dice en Proverbios 3:9-10 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto. 

Si nosotros aprendemos que el dinero sirve para honrar a Dios vamos a tener otra mentalidad, por eso aprendimos que el dinero proviene de Dios y David dijo: “De lo que yo recibo, te doy”.

Por ejemplo, la otra vez le di dinero a mi hijo y se compró chucherías y le dije que me diera y él me dijo; “no, es mío” pero ¿quién le dio el dinero? y así es lo mismo que Dios hace con nosotros. Dios no da y somos así como mi hijo y Dios solo nos pide un poco, y a veces decimos ¿por qué Dios no nos da? pues porque no queremos honrar a Dios. Dios dice “¿Cómo te voy a dar más si no me quieres honrar?”

Vamos a honrar a Dios con nuestros diezmos y  muchos dicen: “Es que eso era en la antigüedad, eso era en la ley”.  El Señor Jesucristo dijo: “Sin dejar aquello” sin dejar de diezmar por eso dijo “dad al césar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” y vemos el mismo principio “Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.” Dice Malaquías 3:8-10 “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Vemos lo que dice en Proverbios y no solo nos va a bendecir sino que también dice Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Si empezamos a honrar con nuestros diezmos tendremos unas grandes promesas.

Dios va a cuidar tu negocios, tu empresa pero da a Dios. Escuché una noticia de que en Estados Unidos hay empresarios que no son cristianos pero mandan sus diezmos a las iglesias pero saben que la bendición está ahí. Yo me quede sorprendido, aquí los hermanos no quieren dar sus diezmos y esos empresarios que son inconversos mandan sus diezmos a la iglesia. Ellos saben ese principio que si se le da a Dios lo que es de Dios él va a bendecir su negocio.

Otra manera de honrar a Dios es dando para la construcción del templo. Dice en 2 Reyes 12:4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová, A nadie obligamos para dar, es voluntario porque Dios quiere ver nuestro corazón. 2 Reyes 12:9-14 dice: Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová. Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban. Y daban el dinero suficiente a los que hacían la obra, y a los que tenían a su cargo la casa de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová, y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla. Mas de aquel dinero que se traía a la casa de Jehová, no se hacían tazas de plata, ni despabiladeras, ni jofainas, ni trompetas; ni ningún otro utensilio de oro ni de plata se hacía para el templo de Jehová; porque lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa de Jehová. Otra manera de honrar a Dios es dando para la construcción del templo. 

Muchos cristianos dicen: “Yo doy dinero y ¿para qué?” Tú da de voluntad, de tu corazón y oremos para que Dios dé sabiduría a los que están haciendo la obra y si lo gastan o no a ti no te corresponde, es Dios. Así como das tus impuestos y el gobierno lo gasta mal tú ya lo diste e igualmente si das los diezmos y para la construcción y no te gusta lo que hacen no es tu problema ya lo diste de corazón pero a veces damos y no oramos, oremos también.

Nosotros como cristianos debemos de aprender que debemos dar para Dios, orar por los que están trabajando y cuando tu pones el dinero en el alfolí ya no es tuyo, es de Dios, si no lo ocupan no es tu responsabilidad, Dios se va a encargar por eso debemos orar. El dinero no es del pastor es de Dios por eso dice: “¿Robará el hombre a Dios?” Nadie puede robar a Dios. Aquí pueden robar  y se pueden esconder pero con Dios no, aunque te vayan a esconder a Suiza o a Estados Unidos con Dios nadie se puede esconder y a veces no la pagas tú sino en donde más te duele con tus hijos o esposa y después nos andamos lamentándonos y entramos en convicción y Dios nos perdona.

Dice 2 Samuel 24:15-17 “ Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres. Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo. Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.” Vemos aquí que David quería hacer un altar a Jehová y dice más adelante “y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él. Saliendo entonces Arauna, se inclinó delante del rey, rostro a tierra. Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.” Vemos que David había hecho mal pero Dios se encargó del pueblo y así pasa a veces cuando le queremos robar a Dios, hasta que nosotros reconocemos que le estamos robando los diezmos y si Dios te está bendiciendo da para la obra de Dios y él bendice.

También podemos honrar a Dios dando la ofrenda. Una cosa es los diezmos y otra la ofrenda. Los diezmos son un mandato y la ofrenda es lo que sale de nuestro corazón por amor a Dios. Salmos 96:7-8 “Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid a sus atrios.” Y 1 Corintios 16:1-2 dice: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.” La ofrenda la damos porque amamos a Dios. Debemos aprender esto. 

También le honramos cuando damos para que el evangelio se siga predicando en todo lugar. Dice la Biblia en Filipenses 4:13-19 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación.  Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. En otras palabras, la promesa de fe. Por eso dice la palabra de Dios en Romanos 10:14-15 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Otra manera de honrar a Dios es dando para misiones, para los misioneros que andan en otros lugares. Se le llama promesa de fe, porque cuanta fe tenemos porque nos comprometemos con Dios y eso es fe. Por ejemplo si te comprometiste con cincuenta pesos pero esos cincuenta pesos te faltan para pagar la luz, pero tú ya lo prometiste a Dios pero por fe lo vas a dar y Dios va a proveer.

Si no das los diezmos y estás dando ofrenda, da tus diezmos primero  ¿Cómo vas a amar a alguien si no lo obedeces? Dios quiere obediencia. Dios dijo que estaba hastiado de tanta holocaustos y ofrendas, el obedecer es mejor. Si no te alcanza aprende a dar tus diezmos y Dios va a derramar hasta que sobreabunde y cuando eso sobreabunda vas a tener para dar ofrendas y promesas de fe.

Tenemos que dar primero los diezmos y dice la palabra de Dios que lo probemos, prueba un año a Dios y vas a ver que Dios va a derramar y te aseguro que antes de un año vas a ver el poder de Dios por tu obediencia, si tienes un buen corazón vas a empezar a dar y no solo para ofrenda y misiones sino también para la construcción pero primero es el diezmo.

Dios pone lo mínimo el diez por ciento y muchos decimos: “Es que solo gano cien pesos y ¿para qué doy diez pesos?” pero la Biblia dice que si en lo poco no hemos sido fieles en lo mucho pues menos. Si tú ganas cien pesos, da esos diez pesos de diezmo. Dios quiere que seamos obedientes, Dios no nos pide más de lo que no podemos dar. ¿Recuerdas a la anciana que dio todo lo que tenía y los otros solo para que los vieran y Jesús dijo que ella había dado más que todos los que estaba ahí? Entre más tenemos más nos duele el codo por eso Dios dice que si ganas dos mil pesos a la semana y no das el diezmo para qué te da más.

2 Corintios 9:7-8 dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” O sea cuando lo damos de corazón Dios nos va a bendecir y esa bendición que nos va a dar es para que tengamos lo suficiente y tengamos que dar más, por eso dice Pablo teniendo sustento y abrigo estemos contentos, pero nosotros nos queremos enriquecer en este mundo pero no nos afanemos. Si Dios comienza a bendecir tu negocio no te afanes sino que Dios lo bendice para que des más pero a veces Dios dice: “Te estoy bendiciendo tu negocio y estoy cuidando que el devorador no entre a tu negocio pero no me estás dando más.” Necesitamos aprender esto.