EL CRISTIANO EN EL MUNDO

PASTOR TOMMY ASHCRAFT

Éxodo 1:1-14

“1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia: 2 Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3 Isacar, Zabulón, Benjamín, 4 Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5 Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto. 6 Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. 7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. 8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. 12 Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. 13 Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14 y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.”

El libro de Éxodo relata la formación de los descendientes de Israel o de Jacob en una nación.
En el libro de Génesis encontramos como los valores espirituales afectaron a una familia, principalmente la familia de Jacob. Y en el libro de Éxodo vemos como afectaron a una nación.

Éxodo significa la salida, el evento principal del libro es desde luego la salida del pueblo de Israel a Egipto y su liberación de la esclavitud.

El cristiano tiene que vivir en el mundo, no hay otra opción, pero no tiene que vivir como el mundo y no debe de hacerse del mundo.

Tenemos que conseguir nuestras necesidades físicas y económicas del mundo, pero no tenemos que permanecer en el mundo y no tenemos que vivir como el mundo.

El problema con muchos cristianos es que nos salimos del mundo, pero el mundo no sale de nosotros. Dios no quiere que permanezcamos en el mundo, pero tampoco quiere que permanezcamos en el desierto; Dios no quiere que tú sigas participando en las cosas en que participabas cuando estabas en el mundo, pero la vida cristiana no se trata nada más de dejar de hacer lo que no debemos de hacer, se trata de comenzar a hacer lo que si debemos de hacer.

Los hijos de Israel prosperaron en Egipto, pero fueron oprimidos, la prosperidad cuesta y normalmente esa prosperidad oprime.
La tierra de Egipto llego a ser para Israel casa de esclavitud. El lugar donde antes estábamos contentos puede llegar a ser lugar de nuestra mayor aflicción; el mundo no tiene nada que ofrecer al hijo de Dios, pura vanidad, su gozo es un gozo vacío, su felicidad es una felicidad vana; el mundo toma algo bello, hermoso de Dios y lo pervierte.

El día en que un cristiano se ponga cómodo en el mundo es el día en que empezará a morir, Israel se convirtió en esclavo porque se puso cómodo en Egipto; así como Dios tiene manera de convertir lo amargo en dulce para el cristiano obediente, también tiene manera de convertir lo dulce en amargo para el creyente desobediente y rebelde.
Cuando mis deseos, no concuerdan con los deseos de Dios solo puedo esperar una de dos cosas:

1.- Dios frustra mi capacidad de realizar ese deseo porque me ama y sabe que lo que yo deseo no me conviene.

Cuatro palabras que el cristiano debe eliminar de su vocabulario son: A COMO DE LUGAR, no es a como dé lugar, es si Dios quiere.

Proverbios 18:1

“1 Su deseo busca el que se desvía,”

“Yo siento” estas palabras  también son peligrosas, cuantas personas están en el infierno, porque no “sintieron”.

El cristiano que vive para Cristo, que está separado del mundo, que hace lo que debe hacer y que deja lo que no debe hacer, y lo hace no principalmente porque alguien espera que lo haga; lo hace porque Dios ha cambiado su corazón, y ha cambiado los deseos de su corazón.

Cuando vamos a llegar a la medida de separación bíblica y cristiana que debemos: es cuando decimos Señor, yo no tengo deseos solo quiero hacer lo que tú quieres que haga.