Conferencia de Liderazgo 2014 | Buscando la presencia de Dios – Pastor Luis Parada

 

Salmo 27 Versículos 8 y 9: “El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»   Y yo, Señor, tu rostro busco. No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo, porque tú has sido mi ayuda. No me desampares ni me abandones, Dios de mi salvación.” Quiero hablar acerca de ese término que dice ‘buscad mi rostro’ y el Salmista David dice “tú rostro buscaré Jehová”. ¿De qué está hablando? sencillamente de la presencia de Dios, de buscar la presencia de Dios. No está hablando literalmente de buscar la cara de Dios, está hablando de una manera, de una expresión de decir “buscaré tu presencia”, estar en la presencia de Dios. De eso quiero hablarles un poquito.

El rostro de Dios, dijimos que hablamos de la presencia de Dios. En Éxodo 33:15, Moisés dijo lo siguiente: “—O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí.” Cuando Dios estaba hablando con él acerca de llevarlo la Tierra Prometida, donde fluía leche y miel, él pesaba que el desierto era mejor que estar en una Tierra rica sin la presencia de Dios. Dice que Juan B., el escritor de El Peregrino, sitúa estas mismas palabras, “la cárcel junto a Dios llego a ser un cómodo santuario, la libertad no iba substituir la comunión y la bendición de Dios”. ¡Qué profundidad!, ¡cómo necesitamos la presencia de Dios!, ¡cómo necesitamos buscar el rostro de Dios!

David dice en Salmos 27:8-9 ” Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.” Veamos un poquito sobre el rostro de Dios, sobre la presencia de Dios. ¿Qué entendemos sobre el rostro de Dios y la presencia de Él? La presencia de Dios es una necesidad, no es un lujo. Usted y yo tenemos necesidad de estar en la presencia de Dios; por su rostro, si entendemos que su rostro es su presencia entonces cuando tenemos la presencia de Dios, la gracia de Dios, el favor de Dios estamos hablando de la benevolencia de Dios, del poder de Dios, de la bendición de Dios, del Espíritu de Dios. Estamos hablando de una bendición especial cuando estamos en la presencia de Dios. Yo no sé usted pero yo tengo necesidad de su presencia en mi vida. No es algo que sería bueno tenerlo, ¡no! tenemos necesidad, nuestra primera necesidad no es un estilo nuevo de predicación, circunstancias mejores, un mejor templo, una buena acústica, famosos predicadores, un coro armonioso. No. La necesidad más grande de una iglesia es la presencia de Dios, podemos carecer de todo, pero no de la presencia de Dios.

Tenemos una iglesia en el Apocalipsis, la Iglesia de la Odisea, poseía todo, se creía muy rica, pero el Señor tenía algo contra ella, y se creían que todo lo tenían, pero no tenían lo más importante: la presencia de Dios. Muchas veces pensamos que si tuviéramos esto o aquello, podríamos hacer mejor la obra de Dios. Déjenme decirles que yo conozco iglesias que tienen todo y no tienen nada, porque Dios no está ahí. En los Estados Unidos, hay edificios hermosos, grandes, con todos los recursos que cualquiera quisiera tener, pero no están haciendo nada por Dios. ¿Sabe por qué? porque no caminan en la presencia de Dios.

El rostro de Dios es una necesidad. El rostro de Dios no solamente es una necesidad, sino que produce gozo. No tenemos que andar tratando de fomentar de una manera superficial el gozo o la presencia de Él, porque cuando estamos en su presencia es notable la presencia de Dios. Horas de comunión con Dios son más preciosas que todo lo humano que pudiéramos adquirir. ¡Qué lamentable es que no buscamos estar en su presencia!, no buscamos venir a la Palabra de Dios, o no buscamos vivir en santidad, no buscamos verdaderamente tener un encuentro real, personal e íntimo con la presencia de Dios, querer caminar con el Señor y ser llenos de Él. “Señor no me importan las cosas de este mundo, sino tengo nada con que tenga tu presencia” deberíamos pensar.

Dios permite que lleguemos a un lugar donde podamos verdaderamente reconocer la necesidad que tenemos. A veces hacemos todas las cosas humanamente, pero no hacemos lo más importante: buscar el rostro de Dios. Cuando Dios torna su rostro hacia nosotros, todo se trasforma, aquellas cosas que parecía que no servían, cuando Dios está ahí parecen florecer, parecen hacerse de nuevo, porque todo es transformado con la presencia de Dios. Quizá predicamos el mismo mensaje que hemos predicado, pero es transformado con la presencia de Dios. Los servicios insípidos, los servicios que no se movía el Espíritu Santo de Dios, cuando el Señor está ahí son diferentes. ¡Cómo necesitamos la presencia de Dios! Cuando la presencia de Dios está ahí, hay poder, hay edificación, hay salvación, las cosas cambian, todo es diferente, hay un gozo interno, no necesitamos cosas externas para motivarnos, no necesitamos nada que este mundo pueda ofrecer. Porque estamos motivados por la presencia de Dios en nuestra propia vida, ¡cómo necesitamos la presencia de Dios! Sí necesitamos estudiar, sí necesitamos preparar nuestros mensajes, pero más que todo necesitamos la presencia de Dios.

La presencia de Dios es una necesidad, la presencia de Dios produce gozo. La presencia de Dios nos santifica, dice un refrán ·”dime con quién andas y te diré quién eres”. Cuando nosotros estamos en su presencia nos corregimos, cuando nosotros estamos en su presencia guardamos compostura, cuando nosotros caminamos con Dios, Él nos transforma a semejanza de Jesucristo, porque dice la Palabra de Dios en Efesios 2:8: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; ” Continua en el versículo 10 : “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Y cuando yo camino con Dios y estoy en la presencia de Dios y su presencia está conmigo, todo se transforma, Él me santifica. ¿Sabe por qué batallamos demasiado y predicamos acerca de lo que deben hacer?, ¿sabe por qué? porque no tenemos la presencia de Dios. Por eso nos esforzamos nosotros los pastores, para cambiar nuestras iglesias, para cambiar la vida de los hermanos, pero no se trata de nosotros se trata de Él. Es Dios quien va a cambiar as vidas, es la presencia de Dios, es Dios quien hace a diferencia. Por eso el Salmista dice “El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»” Su corazón dice de él que buscará su rostro y él toma una decisión, “tu rostro buscaré ¡oh Jehová!“. Cada uno de nosotros debería tomar esa decisión y decir “voy a buscar la presencia de Dios, quizá no tenga muchas cosas pero puedo tener su presencia” Porque su presencia es una necesidad, su presencia produce gozo, su presencia nos santifica. Y hay más todavía, su presencia, su rostro produce conversiones. Hablábamos y trabajábamos y nos esforzábamos para hacer la obra y hacer esto y hacer aquello, pero ¿ha probado la presencia de Dios? ha probado rendirse totalmente a Dios?

Esta mañana hablé acerca de estar estresados y estar con gran presión, ¿sabe por qué? porque nosotros estamos tratando de hacer la obra. Dios tiene que vaciarnos a nosotros mismos, para que aprendamos a buscarle a Él y andar con Él y dejar que Él haga lo que Él quiere hacer. Porque usted y yo sin la presencia de Dios somos un cero a la izquierda. Pero ¿cuántas veces tomamos el lugar qué le corresponde a Dios, tratando de hacer la obra nosotros?, pero es Dios. Juan el Bautista dijo en Juan 3:30: “A él conviene crecer, mas á mí menguar.” Él es el que debe ser exaltado. Para esto tengo que reconocer la necesidad, que no la puedo hacer sin Él, no puedo vivir sin ÉL, no puedo ser el padre que debo de ser, el pastor que debo de ser, el cristiano que debo de ser si no es con la presencia de Dios. En el Evangelio de San Juan, Cristo dijo “separado de mí, nada podéis hacer” y ¿cuántas veces tratamos de hacer lo que estamos haciendo sin su presencia? Debemos de rendirnos a Él, tenemos miedo de hacer la obra y perdemos visión porque estamos tratando de hacerlo nosotros y nos frustramos, porque los resultados no son los que nosotros pensamos que debemos de tener, cuando realmente no se trata de los resultados que nosotros vamos a tener, son los resultados que Él nos permite tener. Él es quien hace la obra, la hace a través de nosotros, pero sólo somos instrumentos en las manos de Dios. Por eso es que el Salmista dice ” no voy a hacer otra cosa más que buscar tu rostro, como que ya entendí que no puedo sólo, como que ya entendí que no puedo hacer nada si no es con la presencia de Dios“. El mensaje es bien sencillo.

Vamos a leer el Salmo 27, teniendo en mente todo esto. Vamos a leerlo en el contexto donde David habla de estar delante de Dios, buscando el rostro de Dios; después de esto vamos a terminar. Ustedes se preguntarán, ¿por qué tan corto? Porque a veces las mismas predicaciones son con el objeto de convencerlo a usted y no permitir que sea Dios quien obre en el corazón de cada uno. ¿Sabe por qué? porque estamos bien duros, tenemos que hacer uso de artimañas y de cosas que no enseñaron para motivarle y para hablarle y persuadirle. Pero, ¿sabe qué? tenemos que dar lugar a que Dios obre en nuestras vidas.

Salmos 27:1 “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” Fíjese en lo que está hablando el salmista. Si en realidad Jehová es mi luz y mi salvación, ¿por qué temo? Si en verdad Él es la fortaleza de mi vida, ¿por qué tengo temores? Yo soy pastor muchos años y estoy haciendo la obra por muchos años y a veces nos llenamos de temor. ¿Qué va a pasar mañana?, ¿qué va a suceder en mi ministerio?, ¿qué va a suceder en nuestras iglesias?, ¿qué va a pasar con aquel proyecto, con aquello que queremos hacer? Si nosotros entendiéramos que no se trata sino de Él, descansaríamos en su fortaleza, descansaríamos en su poder, en su sabiduría y buscáramos más su rostro.

Sigamos al versículo 2: “Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.” ¿Por qué cayeron? Cayeron porque él tenía la presencia de Dios. Continuemos en el versículo 3: “Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.” ‘¡Mire qué tremenda manera de expresarse! Imagínense un ejército, preparado para destruirle, pero usted se para muy confiado diciendo “no importa cuántos se reúnan contra mí, Jehová está conmigo”. Pablo lo ponía de otra manera “si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?“.

Sigamos con el versículo 4: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” ¿Sabe qué Dios es hermoso?- “pastor, ¿usted cómo sabe?” me preguntará; no puedo explicárselo, pero cuando uno busca la presencia de Dios y está confiado y sabe que está en la presencia de Dios, se hace tan real el Señor, porque ya no eres tú y solamente tú, si no que ya es Dios contigo.

Y dice el salmista, fíjese la manera que lo pone: “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” ¿Para contemplar qué? la hermosura de Jehová. ¿Es Dios real en su vida o nada más es un personaje teológico, un personaje de la Biblia? Dios va a permitir situaciones en su vida que lo van a traer a que se dé cuenta de la necesidad que usted tiene de caminar en su presencia. Yo no tengo tiempo, porque tiempo faltaría para hablar de la vida y circunstancias en las que él escribe estas cosas. Él llegó a la realización que no le queda otra , más que buscar solamente y exclusivamente la presencia de Dios.

Versículo 5-6: “Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.” Cuando uno está en la presencia del Señor no necesito motivarlo mucho el director de cantos. ¡Qué triste que nuestros servicios, la música se ha convertido en un a manera de levantarnos el ánimo! O se ha convertido en una manera de anunciar que ya va a empezar el culto. ¿Sabía usted que debemos de caminar en la presencia de Dios y haber caminado toda la semana con Dios y el día domingo venir a celebrar con júbilo que hemos andado con el Señor? La mayoría de cristianos venimos a ver si me levantan el ánimo; ¡qué error más grande! Cuando uno tiene su presencia, uno le canta con ganas al Señor, le sirve con ganas, todo cambia cuando estamos en la presencia de Dios.

Continuemos en el versículo 7-9: “Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.” Analice el versículo 10, ¡qué profundo!, ¡qué tremendo!: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” No puedo pensar en cosa peor que un padre o una madre abandonando a sus hijos. Pero David había llegado a la conclusión de que aunque su papá y su mamá lo dejaran o lo abandonaran, Jehová iba a estar con él. Debemos de tener esa confianza, que no importa lo que pase, no importa lo que venga, no importa la circunstancias, no importa cuántos te abandonen, no importa cuánto hayas perdido, si tienes a Jehová, si tienes a Dios lo tienes todo. Es una necesidad. Cómo quisiera que sólo pensáramos eso: “necesito la presencia de Dios, necesito el poder de Dios, necesito la sabiduría de Dios, necesito la gracia de Dios, necesito la bendición de Dios” Todo cambiaría.

Versículo 11- 13: “Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.” Presten atención: “hubiera yo desmayado”, David dice “si no creyese que veré la bondad de Jehová En la Tierra de los vivientes” Eso es aquí. Muchos vivimos pensando toda la vida en la vida eterna o ¿algún día todo esto acabará? No hermano, usted puede ver la bondad de Jehová aquí en la Tierra. Por supuesto que debemos de mirar la esperanza gloriosa, por supuesta que esperamos la Segunda Venida de Cristo, pero ya deja de pensar solamente en el cielo, puedes tener la bendición hoy y aquí: en la Tierra de los vivientes, no en la Tierra de los muertos. Por supuesto que en el cielo tendremos vida eterna y estaremos con el Señor y vamos a darle toda la gloria y toda la honra. Pero aquí Él quiere darte su presencia, Él quiere que tengas su bendición y su favor. Pero nosotros nos conformamos.

David dice ” no, yo desmayaría si no viera su bondad aquí“. ¿O Dios no es Dios, o no tiene el poder?, ¿o no es el dueño de todas las cosas? Algunos me pueden ver pensando “¿de qué está hablando Pastor Parada?” Nos hemos acostumbrado a andar en derrota que se nos olvidó que con Cristo somos más que vencedores. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece“, sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien “si Dios con nosotros ¿quién contra nosotros?” y pudiéramos seguir hablando y hablando cuantas promesas, pero pensamos que son para otros. No, éstas son para usted y para mí. Decida que va a buscar la presencia de Dios.

Hay jóvenes que han sido llamados al ministerio y tienen miedo porque no saben cómo les va a ir, no saben lo que les va a pasar. Los padres le dicen a sus hijos “hijo, está bien que vayas al ministerio, pero saca una carrera primero, por si acaso” Como si acaso está usted criando un fracasado… usted debe de tener en cuenta que si Dios llama a su hijo o hija al ministerio el Señor los va a respaldar. Nosotros los pastores tenemos que buscar la presencia de Dios, el poder de Dios para que ya la gente nos mire y no diga “pobrecito el pastor, ya se acabo”. Busquemos su presencia, dejemos de quejarnos, servimos un Dios grande, poderoso que está aquí.

Versículo 14: “Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” ¡Qué tremendo! ¿Sabe el concepto que tenemos de la presencia de Dios? “Señor, aquí me siento lléname de ti” pensarán. Pero no, ahí dice esfuérzate, búscalo, síguelo, agárrate de Él, ora a Dios, lee la Biblia, vive en santidad, pero más que todo busca la presencia de Dios. Él te va a hacer leer la Biblia, Él te va a dar la llenura, Él te va a dar su presencia y las cosas van a cambiar, te lo garantizo. Aguarda a Jehová, esfuérzate, y luego alienta tu corazón. Espera a Jehová. ¿Qué más tenemos que decir? Es suficiente, ¡qué tremendo Salmo!, cuando se encuentre desanimado lea ese Salmo y levántese y diga “Bendito sea el nombre de Dios, no necesito nada más Señor que tu presencia”.

Yo tuve una experiencia muy hermosa comenzando el año, en la ciudad de David, Panamá. Estaba es tarde, haciendo unas llamadas telefónicas, después tratando de estudiar, preparándome para el mensaje de la noche. El Señor, tuve un encuentro muy personal con Él, muy lindo, empecé a llorar, pero lágrimas de gozo, de alegría, también de dolor. Hablando con el Señor, llorando como un niño, fue algo hermoso. Si yo no supiera que me van a criticar les diría “podría jurar que estuve en la misma presencia del Señor”. Le dije “Señor, yo no sé lo que quieras hacer con mi vida, pero en este momento te doy todo, total y completamente, lo que más quiero en mi vida es tu presencia, ayúdame Señor quiero tener tu presencia en mi vida, tu favor”. Me acordé de estas palabras “Todo lo aguanto, todo lo resisto si tú estás conmigo, porque lo que más necesito yo es tu presencia”.

Yo sé que cada uno de ustedes tendrá su necesidad y usted piensa que eso que le está agobiando es su necesidad, pero yo le digo su necesidad más grande es la presencia de Dios, cuando tenga su presencia Él va a ayudarle con todo lo demás. He empezado a ver el favor de Dios, la gracia de Dios, de una manera extraordinaria, de un manera maravillosa, de una manera que no cambiaría por nada del mundo, ha sido algo hermoso y por eso yo le insto y le motivo y le digo que busque la presencia de Dios. Teniéndole a Él lo tiene todo. Joven, dale tu vida al Señor, no tengas miedo, no vas a fracasar si le das tu vida total y completamente a Él y lo buscas a Él y te llenas de Él y buscas su rostro; Él te va a usar, Él va a hacer cosas maravillosas.

¡Cómo me gustaría que tras cada predicación los pastores saliéramos con un nuevo brillo!, no porque aprendimos algo más, simplemente porque vamos a decir “voy a buscar la presencia de Dios”. No haga lo que hace por una manera religiosa, a veces Dios tiene que quitarnos todo para traernos y decirnos “te tengo a ti solo, no tengo nada más” y yo no tengo nada más que solamente a Jehová, pero cuando lo tenemos a Él, es realmente cuando lo tenemos todo. El problema es que nos sentimos confiados de todo lo que tenemos y empezamos a quitar los ojos de Él y confiamos en lo que tenemos. Si Dios un día le quita todo lo que tiene, ese día dele gloria Dios, porque Jehová todavía quiere bendecirlo. Porque el mismo que le dio aquellas bendiciones, se las puede dar otra vez y con creces.

Busque el rostro de Dios, es una necesidad, trae gozo, te santifica, su presencia trae provisión, trae su bendición, Él es nuestro refugio, nuestra fortaleza, si estoy con Él nada me falta. Salmo 23 “Jehová es mi pastor si estoy con él nada me faltará“.