Conferencia de Liderazgo 2013 | La Timidez – Pastor Luis Parada

2 Timoteo 1: 7-8

 

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”

 

La timidez no es una virtud, la timidez es un defecto, y no se debe confundir con humildad, ni con la modestia, sinónimo de la timidez, es ser corto, que significa no hacer algo por vergüenza, ser medroso, inseguro, cohibido, penoso, miedoso.

 

La timidez dice el diccionario que es la falta de seguridad en uno mismo, el no querer hacer algo en presencia de personas poco conocidas.

Hermano, debemos de tener cierta seguridad en nosotros mismos, una persona que no tiene seguridad en sí mismo ¿Qué puede lograr?

 

Si uno está bien con Dios, está haciendo lo correcto, ¿Por qué no te vas a sentir seguro?

Porque cuando estamos en la carne estamos inseguros, desconfiamos de todo mundo, y nos olvidamos que la confianza y la seguridad en uno mismo, viene de la confianza que tenemos en Dios.

 

Reconozca quién es usted, reconozca quién es Dios, reconozca sus debilidades, reconozca sus fortalezas, no confíe en sus fortalezas, sino que póngalas en las manos de Dios, y va a tener esa seguridad en sí mismo, de la confianza que tenemos en el señor, porque Él va a hacer la obra.

 

Debemos de pararnos bien y decir, de acuerdo, estoy yo aquí, estoy seguro que Dios me puso aquí, que aquí me tiene, en lo que Dios quiera que yo haga, entonces voy a hacer lo que Dios quiere que haga; con esa seguridad de que Él está conmigo, que Él me está respaldando. Pero hacemos la obra con esa inseguridad, y queremos que los hermanos nos sigan.

 

La gente percibe si usted está inseguro, si está nervioso, si no sabe lo que está haciendo.

También dícese de la actitud, la timidez; gesto que muestra inseguridad, que tiene un carácter poco abierto, un defecto; porque es una derivación del temor y acerca del temor, la Biblia dice, que el temor, no es de Dios.

 

La timidez, la inseguridad, el temor; no es de Dios hermanos. Pablo cuando habla dice, yo sé a quién he creído, y estoy seguro. Pablo no dudaba, no es que se creyera mucho, es que tenía una seguridad, él decía; si Dios con nosotros ¿Quién contra nosotros?

Con Cristo somos más que vencedores decía él, y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.

 

Yo no percibo a alguien inseguro, yo no percibo a alguien que no tenía confianza en sí mismo, obviamente una confianza que él tenía en el Señor, cuanto tú confías en la carne, la carne te va a pagar mal, vas a terminar mal, pero si tu confianza viene de parte del Señor y esa seguridad viene de parte del Señor, hermano tiene que salir con una seguridad de lo que está haciendo es lo correcto.

 

Seguridad en sí mismo, pero basado en una seguridad que tenemos en el Señor; autoconfianza quiere decir que viene de mí mismo. Un tímido, tiene falta de seguridad en sí mismo, no se siente seguro; y uno debe de sentirse seguro para hacer lo que va a hacer.

 

Las causas, factores que determinan el grado de timidez, puede ser el ambiente social en el que fuimos criados, esa manera en lo que tuvimos y no tuvimos, va a afectar.

Hay muchos factores que afectan nuestra timidez; poca educación, quizás no fue a la escuela, no estudió, no tiene un título; la poca cultura, un concepto pobre de sí mismo, no valorarnos, y desestimarnos.

 

Tu mentalidad va a afectar el cómo tú te desenvuelves en tu ministerio, el pueblo de Israel ¿Por qué no entró en la tierra prometida por 40 años?

Ellos se miraron primero como langostas y así les parecían a ellos (Números 13: 33)

Si tú te miras como langosta, le vas a parecer langosta a todos los demás, si yo me proyecto como un Pastor fracasado, los demás van a decir, éste es un Pastor fracasado.

 

Pero si yo me proyecto como un pastor que está logrando algo, triunfante etc., esa es la “energía” que usted va a transmitir. Usted transmite si está seguro, si está confiado, si usted va a hacer algo y no estamos hablando de orgullo.

 

Efectos de la timidez son la improductividad y bloqueo de lo que Dios puede hacer por usted, anonimato, pérdida de grandes oportunidades y lo último y más serio es; no glorificar a Dios, y obstaculizar su obra por la timidez. Porque rehusamos plantarnos donde Dios nos ha puesto, y eso, es algo terrible.

 

 

Mi Pastor decía “la predicación es un arte” y si la predicación es un arte, puede ser perfeccionada. Hay que vencer complejos, temores, todos batallamos con eso.

El trasfondo nos va a ayudar en algunas áreas y nos vas a afectar en otras; y cuando venimos a afrentar la realidad de las cosas, buenos, Dios me tiene aquí con un propósito, o me pongo a lamentar y a decirle a todos que no sirvo para nada, o le pongo ese asunto en las manos de Dios, venzo el temor, me agarro del Señor, y empiezo a hacer lo que Él quiere que haga.

 

Ejemplos Bíblicos de timidez e improductividad, Moisés.

 

Éxodo 3: 11 – 14

 

“Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntare: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?

Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”

 

Fíjese lo que le llego a decir, yo, y yo; Dios dice: no se trata de ti, se trata de mí.

Yo te envío, yo te voy a usar, yo voy a hacer esto, es mas cuando los veas y te pregunten diles, YO SOY, me envió; porque quiero que ellos sepan y que tu sepas que no eres tú, SOY YO.

 

Ellos tienen que saber que no eres tú, YO SOY; así que quítate del camino, tú tienes temor, porque estas pensando en ti. Es que Moisés estaba acomplejado, porque si usted va al capítulo 2 de Éxodo, cuando unas muchachas vinieron a un pozo a sacar agua, Moisés las vio y las ayudó; cuando las muchachas regresan con su papá, el papá les dice, oye, ¿Por qué regresaron tan rápido? Y ellas dijeron “El Egipcio, nos ayudó”

¿Quién creen ustedes que era el egipcio? Moisés.

 

Él hablaba como egipcio, vestía como egipcio, se miraba como egipcio. Y cuando él dice “voy a regresar a allá” ¿se acuerdan por qué había salido de Egipto? Pues había matado a uno, y los hebreos le habían dicho “¿me vas a matar como mataste a aquel?” y luego Dios le dice, vas a ir allá, el dice ¿Qué, regresar allá? Y Dios dijo; no se trata de ti, se trata de mí.

 

Y así hermano, nosotros nos acercamos a la obra de Dios. No soy yo, es Él.

Hermano estamos acomplejados, que si estoy alto o chaparro, soy negrito o blanquito, estoy narizón o chato etc. Y no nos aventamos, por esa timidez. Y usted tiene que aprender a quitarse a usted mismo, no se trata de usted; se trata de Dios.

 

Éxodo 4: 1 y 10 – 11

 

“Entonces Moisés respondió diciendo. He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová

Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a u siervo; porque soy tardo en habla y torpe en lengua.

Y Jehová le respondió. ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, y al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?”

 

Y aquí Dios le está diciendo, quiero que regreses allá y que saque a mi pueblo, porque quiero que me adoren en este monte; y Moisés tenía temor, el empieza a decirle, no Señor manda a otro, y Dios dice, no, a ti te quiero, y además, si fueras falta de habla, si fueras tartamudo, si fueras mudo o si fueras sordo o si fueras ciego, si yo te quiero usar, yo te voy a usar.

 

Moisés no quería, tenía miedo, tenía temor. Con todo y la educación que tenía, con todo el valor que tenía le dio miedo y El Señor le dijo, vas a ir. ¿Fue o no fue? Claro que fue, ¿usted cree que cualquiera iba a ir? Tenía bien puestos los pantalones; para irse a meter, para hablar con Faraón, ¡óigame!

 

Él pidió que otro fuera para que hablase con El y ¿quién le asigno Dios? Aarón. Pero al final de cuentas ¿Quién fue el que hablo? Moisés, se quito el temor. Dios tenía sus planes ¿o no hermano?

No debe de haber orgullo, debe de haber seguridad, en que lo que estamos haciendo, es lo que Dios nos ha mandado a hacer, por eso es que nos da todo ese pasaje, cuando al hombre le da miedo, de todas maneras va, cuando agarra valor ¿y cómo sale de ahí?

 

Con mano fuerte, con mano poderosa, y ahora Moisés se encuentra dirigiendo al pueblo

Afuera de Egipto, haciendo grandes cosas, milagros; el Señor siempre presente con él, ¿cómo iba a sentir miedo el hombre? Si hablaba con Dios cara a cara como un amigo.

 

 

Pero la experiencia, del capítulo 3, cuando Dios le hablo, cuando se tapo la cara ¿por qué? Porque tenía miedo.

Aún ahí tenía miedo de hablar con Dios, ¿y después porque hablaba cara a cara?

Por la seguridad que ahora sentía

 

¿Y por qué la seguridad la sentía?

Porque ya había visto a Dios, ya había caminado con Dios, y por eso a veces oímos hablar a personas con esa confianza, con esa seguridad y nosotros lo que decimos es: se cree mucho.

 

Yo le digo, hermano no es que se crea mucho, es que tiene confianza.

Si nuestra gente tuviera confianza en nosotros, nos seguirían; pero sin nuestra inseguridad.

 

Si no intentamos cosas grandes, confiando en un Dios grande, por miedo ¿sabe usted que hay pastores que no ponen metas por miedo a fracasar?

Pero se oyen muy nobles: “nosotros no ponemos metas, los resultados se los dejamos al Señor”

 

No hermanos, se toma fe tener metas, y se necesita humildad, “¿cómo, humildad en tener metas?” si, porque ¿Qué si no llegas?

 

Tienes que pararte en frente de la congregación y decir, hermanos no llegamos a la meta, pero hubieron 500 visitantes, no llegamos a la meta, pero hubieron 200 salvos, no llegamos a la meta bautizamos a veinte ¡Gloria a Dios que le estábamos tirando a algo, y aunque no le pegamos a lo que le estábamos tirando, le pegamos a algo, porque si no le estábamos pegando a nada ¿a que le pegamos?!

 

Y muchos de ustedes tiene éxito hermanos, a nada le pegan.

¿Sabe por qué? Porque no le tiras a nada, no tienes humildad para tirarle a algo; a lo mejor no vas a llegar, pero vas a llegar más alto, que si no le tiras a nada.

 

Quizá yo nunca llegue a ser el Pastor que yo anhelo ser, pero estoy en proceso, me da miedo. Pero hermano si yo tengo miedo de retar a mi gente, nunca se van a levantar.

Es cierto lo que decía el Hno. Ramos. “ustedes se la pasan llorando diciendo, es que el Pastor Parada está en Estados Unidos, o aquellos porque tiene dinero en EU”

 

¿Sabía usted que nosotros agarramos lo más pobre de México?

¿Sabía usted que nosotros agarramos lo más pobre de Centroamérica?

Los inversionistas, los millonarios, los profesionistas ¿Sabe que están aquí en México?

Ustedes tienen a los ricos, pero son tontos, no tienen la visión de ganarlos.

 

Ustedes tienen a los empresarios mexicanos, a los ricos mexicanos, a los profesionistas mexicanos, un doctor, un ingeniero, un empresario aquí exitoso; no se va a ir a lavar platos, a trabajar el jardín. Y si yo tengo a los jardineros y a los lava platos, y a los que limpian y mantienen hospitales y los tengo y estamos haciendo la obra ¿Por qué usted no la está haciendo aquí?

 

Pero no tienen visión, “es que no puedo, es que yo soy pobre”, eres Pastor Dios te ha puesto ahí. Todo está bien cuando hablamos de otro ¿pero que cuando te toca a ti?

Hermano, sinceramente, quisiera renunciar a Estados Unidos y venirme para acá.

 

 

¡Solamente para venir y decirle, así se hace hombre!

Así hazle, busca aquí, busca acá, hazle así, hazle acá. Hermano… si lo estoy haciendo en Estados Unidos; hispano, mexicano, con acento, sin acento; en un país extranjero.

Con “mojados”, con lava platos, con jardineros, con hermanos que apenas están haciendo pisos y haciendo alfombras.

 

¿Cómo es que no se puede hacer aquí?

Lo que pasa es que en tu mente tú no puedes alcanzar al que tienes.

Y lo que pasa es que como yo sé que no van a llegar doctores, ni abogados, ni ingenieros, estoy tratando de motivar a mis jóvenes que vienen de padres que no estudiaron ni el primer grado ni el segundo grado, que por favor vayan a la escuela, que estudien y que si papa le dice, “no hijo no estudies, mira yo no estudie y la hice”

 

Le dice al de Michoacán, “¿Si tú hablas inglés hijo para que estudias?”, le dicen los padres. Y ahí estoy luchando yo para ver si me levanto unos cuantos empresarios, hombres de negocio, mujeres de negocio.

 

“Hermana usted es buena para hacer negocio, comience un negocio. Usted es bueno hermano para hacer negocio, ya deja de jardinear para otro, jardinea para ti mismo. Ahí andas tu pegando ladrillos para otros, no, pégalos tu para ti mismo. Cobra más, eres pintor mira, pinta una casa, vale $5000, cobra $6000 y los pones aquí en la iglesia; quítaselo a ellos de todos modos por muy caro que cobres estas regalando tu trabajo, porque el gabacho cobra $10 000 $15 000 dólares por lo mismo”

 

Estoy tratando de motivar, porque sé que no tengo dinero, pero mire; pagamos televisión, tengo 3 asistentes de tiempo completo, a todo recibimos un buen salario.

Tenemos una buena iglesia, primera clase, coro, orquesta, ¡todo! Con gente pobre.

¡Pero hay visión!

 

¿Tiene usted visión o le da miedo?

Cuanto pudiéramos hacer nosotros si tuviéramos otra mentalidad, decía el Pastor Fernández “no es pecado nacer burro, pero si es pecado quedarte burro”

Hermano, proyectémonos como profesionistas, proyectémonos como que Dios me ha llamado aquí, soy más importante que cualquier magistrado, que cualquier banquero, que cualquier otra persona profesionista y así nos proyectamos.

 

No es que nos sintamos que somos alguien, pero representamos a alguien muy grande. Y Dios usa a cualquiera, pero no un cualquiera