El Egoísmo

Pastor Elmer Fernández

Quiero hablar sobre la madre de todos los pecados, todo pecado nace de este pecado.
Cristo está diciendo lo que debes de hacer amar a Dios y amar a tu prójimo; esa es la gran ley, porque el gran pecado es lo contrario a eso, el gran pecado es el amor hacia mí; eso se llama el ego.

Isaías 14:12-14

“12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al altísimo.”

El problema de Satanás fue un problema de ¡YO!, y el problema de nuestros pecados es un problema de ¡YO! También, es el egoísmo el que causa el pecado.

Los pleitos vienen ¿Por qué?, porque yo tengo la razón.

La ira viene ¿Por qué?, porque yo eh sido herido.

La altanería viene ¿Por qué?, porque yo soy mejor.

La envidia viene ¿Por qué?, porque yo no eh prosperado ni eh sido bendecido como él lo ha sido.

El robo viene ¿Por qué?, porque yo quiero lo que tú tienes.

La mentira viene ¿Por qué?, porque yo no quiero lucir mal, no quiero tener problemas.

El adulterio viene ¿Por qué?, porque yo quiero ser satisfecho.

La codicia viene ¿Por qué?, porque yo quiero lo que tú tienes.

Los celos viene ¿Por qué?, porque yo no eh sido amado igual que él.

La indiferencia viene ¿Por qué?, porque yo no eh sido afectado.

La rebeldía viene ¿Por qué?, porque yo soy mi propio Dios, nadie me va a decir que decir, yo voy a decidir qué hacer.
La autosuficiencia viene ¿Por qué?, porque yo no necesito a Dios, yo me las voy a arreglar yo solo.

El no leer la biblia viene ¿Por qué?, porque yo no necesito la sabiduría de Dios, yo soy sabio en mi propia opinión.

El no orar viene ¿Por qué?, porque yo no necesito a Dios ni al poder de él, yo me las arreglo yo mismo
El no ganar almas viene ¿Por qué?, porque yo ya llegue al cielo, yo ya soy salvo, yo estoy bien y no me importan los demás.

El no dar viene ¿Por qué?, porque que voy a recibir yo de esto, yo quiero para mí.

El aborto viene ¿Por qué?, porque esta criatura me estorba y yo no la quiero.

1.- Realiza que el enemigo más grande que tú tienes es ¡YO!

La carne puede ser enjaulada, pero no puede ser cambiada.

Mateo 10:37-39

“37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”

Dios está diciendo aquí que aquel que tome su cruz y vaya en pos de él, será su discípulo. Para que no sea yo el que viva sino que Cristo viva en mí.

Lucas 14:25-27

“25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.”

¿Sabe cuándo uno se vuelve discípulo de Cristo?, cuando uno dice Señor quito el ¡YO!, de en medio, no es lo que yo quiera; es lo que Dios quiere.

2.- Tenemos que crucificar el ¡YO!

Ya no es lo que yo quiero hacer, sino lo que Dios quiere que haga.

No vivo yo, más vive Cristo en mí.

3.- Crecer en la gracia

2 Pedro 3:18

“18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

2 Corintios 8:9

“9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”

Él tomó la forma de hombre para morir por nosotros, para que tú y yo siendo pobres; podamos ser ricos en él. Esa es la gracia de Dios.

1 Corintios 10:24

“24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”

2 Corintios 5:15

“15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”

Filipenses 2:4

“4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.”

4.- Abrir la llave del amor de Dios

Mateo 9:35-38

“35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.”

1 Juan 4:8

“8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”

Cuando crucifico el yo y me quitó de en medio, las bendiciones bien pueden fluir a través de mí a otros, y Dios te puede usar de gran manera, para que tú puedas ser de bendición para tanta gente.