REEMPLAZANDO A SANTA CLAUS Y A LOS REYES MAGOS
Mateo 2:1-2,9-11

  1. Hay que saber escuchar a nuestros hijos. (2 Samuel 15:1-3)
  2. Hay que premiar las buenas acciones de nuestros hijos. (1 Corintios 3:14)
  3. Hay que castigar el mal comportamiento. (Proverbios 22:6; 3:12)
  4. Hay que regalarles amor y cariño.
  5. Sea su héroe.

 

REEMPLAZANDO A SANTA CLAUS Y A LOS REYES MAGOS

Mateo 2:1-2,9-11 “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.”

Vamos a cerrar nuestros ojos y vamos a orar. Señor te damos gracias por tu palabra nuevamente. Te pedimos Señor que tu palabra nos hable. Que podamos ver atreves de estos minutos tu voluntad. Hazme a un lado Señor y que tu Espíritu Santo controle este tiempo, esta reunión. Te damos gracias Señor por la salvación y la vida eterna que tenemos en Cristo Jesús. Te damos gracias Señor porque un día naciste en Belén de Judea. Te damos gracias Señor por aquellas familias que han venido a tus pies completas. Señor quizás en algunas aún falta el esposo, la esposa o los hijos pero te pedimos que toda la familia pueda ser salva. Te pedimos también Señor que nos ayudes a poder entregarnos más en el año dos mil once. Bendice a cada familia reunida, sus trabajos, en la escuela, este tiempo de vacaciones. Bendice a aquellos hermanos que salen. Bendice a aquellos hermanos que quizás nos van a visitar de otra ciudad. Y que podamos pasar un buen tiempo en el Señor. Bendice Señor,  te lo pedimos en cristo Jesús, Amén.

Estábamos leyendo en la última parte donde dice que estos magos del oriente en el versículo uno y dos dice que llegan del oriente. Ellos están preguntando por el rey. Están diciendo hemos venido a adorarle. En el versículo diez dice “Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron;“  Que interesante especialmente hoy doce de diciembre que no adoraron a María sino que adoraron al niño Jesús, al Salvador, al creador de este universo, ellos vinieron a adorarlo. Luego dice que le ofrecieron estos presentes.

El día de hoy simplemente quiero hablar de cómo reemplazar a Santa Claus. ¿Quién será Santa Claus? Quien sabe, un gordo medio viejo, con bigote, que trae regalo a los niños cada 25 de diciembre. ¿Quiénes son los tres reyes magos? Es algo que la gente ha creado. De Santa Claus, se habla de San Nicolás  en Rusia, que un señor regalaba a los niños y se vino haciendo una tradición. Acerca de los reyes magos, tienen nombre, tienen animalitos, uno un caballo, otro no sé qué es, hasta uno de un color morenito, otro güerito, otro medio en medio. Pero yo creo que muchas veces al no ser sincero con nuestros hijos, como cristianos debemos nosotros hacerles ver a nuestros hijos que Santa Claus no existe y que los reyes magos no existen. Pero por alguna manera los niños ven en Santa Claus y en los reyes magos una especie de esperanza y de alivio. Alguien que me escucha y me va a traer algo. Si uno va a un centro comercial puede ver a un niño que está sentado con Santa Claus y le está diciendo al oído que quiere. Si pudiéramos preguntarles a muchos de estos niños si el existe, ellos van a decir que sí el existe. El día de hoy le estábamos preguntando a mi hijo David, ¿existe Santa Claus? no, ¿existen los tres reyes magos? no, ¿existe el hombre araña? no, ¿existe Dios? sí, ¿existe Jesús? sí, ¿existe el cielo? sí. Pero hay niños que realmente creen que Santa Claus existe. En cierta manera están poniendo en Santa Claus su esperanza. Niños en nuestros días han pasado todo el año sin amor, han pasado todo el año viendo una violencia en la familia, en la casa, allá en la escuela. En la escuela les dicen, tú puedes ser como Ricky Martin y ellos se quedan sorprendidos y regresan a la casa y escuchan odio y un montón de cosas. Y al final del año lo más que están esperando es la venida de Santa Claus.

Entonces en cierta manera podemos aprender algo de Santa Claus. Le voy a dar unas cosas de cómo podemos reemplazarlo y hacerlo a un lado. Sabemos que no existe.

1.       Hay que saber escuchar a nuestros hijos.

Nuevamente, si alguno va a un centro comercial va a ver a esos niños diciéndoles a los tres reyes magos, yo quiero esto y yo quiero esto y es interesante a veces leer las cosas que quiere un niño. Hay veces que piden, que mi papá regrese con mi mamá, un caballo, hasta lo imposible, una pequeña cosa como que mi amiguito me regrese mi carrito, pero le piden algo como si fuera Dios. Una de razones por las que están escribiendo su cartita es porque ellos piensan que los están escuchando. Si voy con mi mamá nunca tiene tiempo y si voy con mi papá nunca tiene tiempo y no quiere escucharme. De tal manera que una de las primeras cosas que podemos hacer para poder reemplazarlo, para que nuestros hijos nos amen más, para que podamos pasar un buen fin de año junto con ellos es el poder tener una relación, poder tener un tiempo especial con ellos. De tal manera que nosotros debemos de buscar escuchar a nuestros hijos.

Vea lo que dice la biblia en 2 Samuel 15:1-3 “Aconteció después de esto, que Absalón se hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía a un lado del camino junto a la puerta; y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio, Absalón le llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel. Entonces Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas; mas no tienes quien te oiga de parte del rey.” Absalón había pasado unos momentos trágicos en su relación con su propio padre.  Se había perdido. Su propio papá no lo quería escuchar. Habían pasado nueve años en donde atreves de una serie de problemas y de cosas su papa ya lo había desterrado, lo volvió a traer a la ciudad, nunca lo quiso ver. Absalón queme los campos  de Joab. Finalmente ellos se ven pero no se arreglan las cosas y Absalón está muy enojado y en el capítulo quince le dice a la gente, ven cuéntame tus problemas, ven tus palabras son muy bonitas y yo soy el único que te entiendo y que te escucho, platícame todo lo que tienes que decir porque de parte del rey nadie te va a escuchar. Yo creo que a veces nuestros hijos se sientes así. Santa Claus y los tres reyes magos son los únicos que me escuchan. Mi papá y mi mamá no me escuchan ni me entienden. Debemos de reemplazar esa idea. Que nosotros seamos los que más atención pongamos a nuestros hijos, los que más tratemos de escucharlos. Ciertamente debemos de enseñar a nuestros hijos buenos modales, debemos de enseñarles que cuando dos personas están hablando deben de guardar silencio y deben de tratar de esperarse a que el papá o la mamá terminen de escuchar. Quizás les enseñamos esos buenos modales de no interrumpir pero en la casa quieren hablar con nosotros y decimos no me interrumpas que estoy viendo la lucha libre. Y estamos tan ocupados que nuestros hijos mejor se van con el amigo o con la amiga, se ponen de rodillas y le hablan a Santa Claus. Reemplace a Santa Claus a Melchor, Gaspar y a Baltazar. Casi casi debemos de decir, hazte a un lado que aquí estoy yo para mis propios hijos.

2.       Hay que premiar las buenas acciones de nuestros hijos.

Nada más les damos de coscorrones y patadas y de golpes con el cable de la licuadora y no hay nada de premios. Nos la pasamos gritándoles, regañándoles y nos la pasamos llamándoles burros y no hay ningún premio o recompensa. Nuestros hijos por allá hacen algo y están tratando de llamar la atención y a veces hasta se meten en problemas porque nosotros como papás no estamos viendo que nuestros hijos están gritando, ¡Hey aquí estoy! ¡Hey me porté bien este año! No creo que debemos de compra y buscar lo más caro y no debemos de comprarles todo lo que ellos quieren o lo que ellos piensan que necesitan. Hay muchas veces que debemos de decirles que no. Nosotros cuando vamos a algún lugar nuestros hijos saben que no nos pueden pedir algo de la tienda porque si viene Raquel y quiere un dulce tengo que comprar otros cinco o seis dulces más. Pero los recompensamos. El día de hoy me gaste 35 pesos, fuimos a Mcdolnals y les compre nieve a cada uno de ellos. Ellos se portaron bien. No tiene que gastar mucho. Hay algunos que nada más tienen un niño. Hay que premiar esas buenas acciones y darnos cuenta de que se portaron bien durante la semana. Hay que decirle, hay que hablar con ellos si ellos ya están grandes porque nos siempre le va a traer su paletita pero hay que decirles de vez en cuando lo orgulloso que se siente. Hay que premiar las buenas acciones. Dios una y otra vez nos dice en su palabra como Dios nos bendice cuando nosotros estamos caminando en su voluntad. Dios nos dice haz el bien, yo estoy contigo, yo te voy a bendecir, sigue mis caminos, sigue mi vereda, haz lo bueno y Dios busca de que nuestros hijos se porten bien y que traigan alegría al papá y a la mamá y cuando traen esa alegría hay que premiar esas buenas acciones.

Vea lo que dice la palabra de Dios en el libro de 1 Corintios 3:14 “Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.”  Dios un día nos va a recompensar en el cielo. Dios está viendo nuestra acción, si lo hacemos con amor, con fe, si lo estamos pidiendo con fe Dios cuando oramos Dios ciertamente nos va a contestar, cuando me estoy portando bien, cuando estoy siguiendo sus caminos Dios me bendice, me premia y me ayuda y dice la palabra de Dios que él está ahí escuchando y siempre escucha y gloria al Señor que Dios siempre está escuchando y él está dispuesto a premiar nuestras buenas acciones.  Nuestras buenas obras las va a premiar aquí en la tierra y un día vamos a tener recompensa allá en el cielo. De la misma manera como papás debemos premiar las buenas acciones de nuestros propios hijos. Hable con ellos, dígale, yo vi que le echaste ganas e hiciste toda tu tarea el día de ayer por la noche. Mi esposa y yo estábamos en el cuarto y estábamos platicando con los niños y mi esposa le dijo a Raquel, ¿me puedes hacer unas quesadillas? Y Raquel dijo sí y dijo, papá ¿quieres una también? Y ya iba bajando por las escaleras y regresa y dice, mama ¿qué quieres de tomar? Y Nicole le pidió algo de tomar y me dijo y tú papa ¿qué quieres de tomar? Estaba pensando algo ha de querer aquí y no es como que me dijo papá quiero casarme o estoy enamorada, no nos pidió nada simplemente lo hizo con una buena actitud y al final le dije Raquel estoy muy contento de que tienes buena actitud y le di abrazos y besos. Hay que premiar a nuestros hijos y reconocer lo que ellos hacen. Tal vez nuestros hijos lo único que pueden sacar en la escuela es un seis, sacaron cinco, cuatro y de repente sacaron un seis y llegan a la casa y la mamá le dice, ¡burra! La siguiente vez que traiga un seis dígale hija que tremendo seis, que bonito seis, porque a la mejor es lo único que se puede sacar. Hay niños que nada más se sacan un siete y no pueden más. Hay niños que nada más con un siete se conforman  y ciertamente eso está mal.

Los niños entraron a la escuela en septiembre, en octubre Jafet empezó a ir muy bien, el año pasado no le fue muy bien pero ahora estuvo haciendo su tarea y haciendo su escuela bien sacando buenas calificaciones, y para hacerle saber a Jafet para apreciarlo, constantemente yo le decía, ¡muy bien! ¡échale ganas! y entre más le dice uno más le echa ganas, más quiere un diez, mas quiere hacer la tarea rápido pero Raquel se puso celosa y en vez de estar sacando dieses empezó a desobedecer ya no quería hacer la tarea ya no quería trabajar y antes de irnos a California le dije, ¿qué está pasando? Nos pusimos a platicar Nicole y yo y se puso a llorar y no nos quería decir. Dije, si esto es ahorita con una niña de 8 años ¿qué va a ser cuando tenga 13-14 años? Nicole y yo le dijimos, te amamos, estamos muy contentos pero teníamos que mostrarle un poquito de aprecio a Jafet porque allá arriba como que no funciona bien la máquina, ahorita le está echando muchas ganas y no porque le decimos a él tú no le vas a echar ganas y desde ahí empezó otra vez a salir bien en la escuela. A veces como papás no sabemos ¿qué está pasando? Un niño está bien y el otro no y ni idea. Póngase a platicar con sus hijos, vea que está pasando. Hay que premiar a este y al otro, hay que ponerles atención a los dos y si algo está pasando póngase a hablar con ellos porque los niños son bien celosos especialmente los hermanos. Hay veces que tiene que premiar a uno y cuando el otro está viendo dele algo a él también, con lo que se pueda pero hay que premiar a nuestros hijos.  El Señor Jesús cuando fue bautizado, Dios desde el cielo dijo, este es mi hijo amado en el cual tengo complacencia. Le estaba diciendo a todo el mundo yo me gozo en mi hijo y en su obediencia.

3.       Hay que castigar el mal comportamiento.

Y comparando esto en forma graciosa, sabemos que Santa Claus no existe, pero en forma graciosa los niños saben que cuando ellos se portan mal no hay regalos. En nuestros días nuestros niños se portan mal y el papá no hace nada, la mamá no hace nada, ya no les importa y lo que pasa es que ellos dicen, me porte bien o me porte mal no hay nada bueno ni nada malo y siguen con su vida que están viviendo. Como papás estamos pecando contra nuestros propios hijos cuando nosotros no los disciplinamos.

Vea lo que dice la biblia en el libro de Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Vea lo que dice Proverbios 3:12 “Porque Jehová al que ama castiga,

Como el padre al hijo a quien quiere.” La biblia dice allá en Hebreos 12:6 que Jehová al que ama castiga. La biblia dice en Proverbios, o sea en el antiguo testamento y en el nuevo testamento dice la biblia que Jehová castiga. No somos buenos padres si no castigamos. No somos buenos padres, si esta una carretera y nuestro hijo está ahí, y le decimos, no te vallas para allá porque te va a atropellar en carro y el niño desobedece y pasa el carro. ¿Quién es el culpable? Nosotros como papás. A veces, el castigo no es firme ni inmediato, nos esperamos veinte días  ya cuando el niño nos tiene hasta acá. Y ahora sí uno y dos y veinte o cincuenta y el niño todo inconsciente  y el niño ni sabe lo que paso porque no castigamos inmediatamente ese mal comportamiento. Si Santa Claus “castiga,” hay que reemplazar un poquito esa idea y hay que castigar a nuestros hijos cuando se portan mal, cuando pecan contra Dios, cuando no obedecen. A veces el problema es que no somos constantes cuando los castigamos. Hay que castigarlos con odio y todo lo demás, no, hay que castigarlo con amor y si puede castíguelos hasta sonriendo. Dice el hermano Kevin Wynne, Dios cuando castigaba al hombre con ira los castigaba. Hay ocasiones en las cuales nuestros hijos nos va a hacer enojar pero tenemos que respirar hondo, a lo mejor no podemos esperar 50 días para otra vez alegrarnos pero hay que castigarlos inmediatamente, hay que castigar ese comportamiento para que nuestros hijos vean que hay una retribución por sus malas acciones y cuando vallan creciendo puedan obedecer un poquito más al maestro y a las autoridades y no se metan en problemas.

Hace como una semana o dos, hubo una niña como de 10 años y su hermanito como de 8 años, allá en Estados Unidos se metieron a la casa de los vecinos porque la vecinita le había hecho algo a la niña de 10 años. Se trajo a su hermanito y entraron a la casa, agarraron la televisión de plasma y con un bilet la rallaron. Sacaron todas las cosas de la cocina, quebraron platos, se metieron y deshicieron toda la casa y los cacharon. La que los estaba entrevistando dijo, ¡hay que niños tan bonitos! Pero bien diablitos. Hay casos en los que no podemos decir, hay que niño tan bonito a un niño que se ha portado así. Hasta en los ojos se ve la maldad y dicen, a mí no me importa, sé que a mi papá ni a mi mamá les importo y viven en este mundo y en esta sociedad odiando a todo el mundo. Odian más cuando no reciben castigo y no reciben castigo porque tampoco reciben amor. En una familia cristiana donde deben de recibir amor pero igualmente también castigo no crecen con odio a la vida. Interesantemente lo niños que son más castigados, no abusados sino castigados, son los niños que más aman y quieren. Me he dado cuenta que los niños que más les doy son los que más vienen y dicen papá, mamá te amo pero tenemos que hacerlo con amor. Eso es algo que el mundo a veces no lo puede comprender.

4.       Hay que regalar amor y cariño.

Esto es algo que en cierta manera Santa Claus no puede dar. Él no puede dar amor. El nada más llega y da un regalito y se va y hasta se comen las galletas y la leche. Los tres reyes magos no sé qué comerán. Esto es algo que ellos no pueden dar porque vienen una sola vez y se van hablando teóricamente. Usted y yo estamos con ellos todo el tiempo y este pasa bien rápido. Lo que nosotros podemos hacer con ellos es darles más amor y cariño. Ciertamente hay ocasiones en que es bueno darles algo y dice la palabra de Dios que cuando nosotros oramos a Dios le concede las peticiones de nuestro corazón y hay ocasiones en que Dios simplemente nos da algo y nos dice, aquí estoy yo y te amo y nosotros a veces ni se lo pedimos. Pero de parte de nosotros cuando estamos con nuestros hijos, un día ellos se van a casar, un día se va a ir a estudiar o de misioneros. Estábamos platicando con David y le dijo a mi esposa, cuando yo crezca me voy a casar y me voy a ir con mis hijos muy lejos. Le pregunte ¿A dónde te vas a ir? ¿A África? Dijo, todavía no sé pero me voy a ir muy lejos de pastor a otra iglesia, ya está pensando en irse. Nuestros hijos algún día se van a ir y el tiempo que estamos pasando con ellos ahorita es el tiempo que estamos invirtiendo para que cuando ellos lleguen a casarse ese matrimonio resulte, para que todo lo que yo le enseñe ahorita pueda hacer seguir su vida adelante. Le estoy enseñando a volar ahorita para que cuando se eche del árbol no se caiga y se mate y pueda volar. Ya que se fue es muy tarde para cambiar las cosas, tenemos que hacerlo ahorita. Mientras tenemos ese tiempo hay que regalarles lo que mucha gente no les puede dar a nuestros hijos y eso es amor y cariño. Amor y cariño no es trabajar como negro veinte años y de repente ya se va el niño o la niña, salieron de la prepa o de la universidad. Darles amor y cariño no es darle todo lo que ellos quieren. Darles amor y cariño es mucho más que eso, es pasar tiempo con ellos, es amarlos, es pasar la navidad juntos sin nadie más en vez de ir allá con toda la familia, quédese con ellos, le aseguro que a lo mejor va a recordar más esa navidad que la navidad que pasaba con todos los primos y sobrinos que eran como cien. Hay que darles un poquito más de amor y un poquito más de cariño.

5.       Sea su héroe.

A lo mejor ahora en nuestros días ya Santa Claus no es el héroe que él quiera por eso anda bien triste y se queda en el polo norte porque ya lo reemplazo spiderman y superman y todos los demás. En nuestros días ya está Bluedemon y el Santo y no sé quién más de luchadores, Lady Gaga y Ricky Martin. Yo me imagino que los niños tienen sus héroes y el ultimo héroe que ellos tienes es uno. El ultimo que ellos piensan como héroe somos nosotros.  Debemos de ser unos buenos héroes. Por ejemplo tenemos los héroes de Chapultepec ellos se agarraron, se mataron y ya. El ser un héroe es estar dispuesto a dar su vida por alguien más. Le dicen a uno, usted es un héroe y él dice no, nada más yo estaba ahí e hice lo que tenía que hacer y ya lo llamaron héroe. Rescato al niñito que se estaba ahogando, usted es un héroe y dice, se estaba ahogando ni modo que lo dejara ahí. Nada más este ahí y haga lo que tenga que hacer y va a ser un héroe. Este dispuesto a dar su vida por su hijo o por su hija.

Hace dos o tres días alguien me estaba preguntando, ¿estarías dispuesto a dar la vida por tu hijo o por tu hija? Yo dije sí, ni pensé. Unos dijeran no que se los lleve el tren y yo me desaparezco. Hay que cambiar esa idea y ese pensamiento y decir yo voy a estar ahí y voy a hacer lo que tengo que hacer. Creo que en cierta manera el hermano Crispín y la hermana Lolita son unos héroes. El venirse de Tlapa, dejar Ur de los caldeos y su parentela, irse a una ciudad y dejar una casa diez o veinte veces más chiquita de lo que tenían nada más para estar con sus hijos yo creo que eso es muy bueno. ¿Qué está haciendo usted? Si sus hijos se fueran a Tlapa ¿se iría a Tlapa? Hay muchas maneras de poder ser el héroe de nuestros hijos. Nuestros hijos dicen, aquí tengo mi héroe y el si me escucha y se imaginan ser como ellos pero nosotros como papás yo creo que podemos reemplazar a todos estos superhéroes que hay alrededor y decir, yo quiero ser el héroe de mi hijo y mi hija. Que no llegue un día en donde decepcionemos a nuestros hijos, quizá nuestros hijos nos miraban y nos tenían en alto y de repente sucede algo, un divorcio, una infidelidad y ahora ese héroe que tenían ya no está, ya se fue, desapareció. Eso es muy triste, el dejar de ser el héroe de nuestros propios hijos. De la misma manera que nuestros hijos nos necesitan, nosotros necesitamos a nuestros hijos. Si nosotros simplemente olvidáramos a nuestra hija de 5 meses y la dejáramos sin comer una semana o un mes y regresamos a ver como esta, ya no va a esa tan bien.  Depende completamente de nosotros. Mientras van creciendo, nosotros dependemos en cierta parte de ellos. Cuando van a correr o cuando hacen algún deporte quieren que los veamos y que nosotros nos sorprendamos. Que sepan nuestra admiración. Nosotros también como papás cuando nuestros hijos ya no nos pelan ni nos hacen caso, nos duele, porque los necesitamos a ellos y nosotros debemos de buscar ser el héroe de nuestros hijos. Que al final de nuestra vida nosotros digamos no tengo nada de que dolerme, no tengo ningún remordimiento, fui el papá que quise ser y nuestros hijos nos tengan siempre como un héroe. Creo que un héroe de esta manera es aquel que como Juan dice, no me miren a mí, vean a Jesús, yo no estoy haciendo nada simplemente estoy haciendo lo que Jesús quiere que haga. Es necesario que el crezca pero que yo mengue. Es necesario que nuestros hijos puedan ver a Cristo en nosotros en nuestra vida y que ellos nos puedan tener a nosotros como héroes. ¿Está siendo usted el héroe de sus hijos? ¿está usted siguiendo a Dios? Está diciendo yo estoy aquí, te voy a proteger, te voy a ayudar, voy proveer. Eso es lo que yo quiero, que mis hijos nunca se decepcionen de mí. Que nunca digan hay papa la regaste. A veces hay hijos que hasta groserías les dicen a sus papas porque ya no fueron sus héroes.

Escuche de una historia de una niña que vino aquí a la iglesia hace unos cuantos meses. Tenía como nueve o diez años. El papá llegaba a la casa y los golpeaba y dice que un día el papá agarro una pala y se la clavó en la espalda y la niña de trece o catorce años se quería suicidar. El papa no estaba siendo el héroe que ella necesitaba. Nosotros necesitamos ser los héroes de nuestros propios hijos. Que no sea Santa Claus ni los reyes magos, ni el pastor ni nadie. Que no sea la abuelita o el abuelito, nadie más, simplemente usted esté ahí  y haga lo que tiene que hacer. Eso es ser un héroe.