Lo que deseamos con esta conferencia es que podamos ser mejores cristianos, mejores pastores, mejores líderes para el Señor y aquí encontramos una tremenda enseñanza de Jonatán. Jonatán sin duda era un tremendo líder, era una persona que no se quedaba sentada, si no que él, cuando veía algo que se tenía que hacer, se ponía de pie y lo empezaba a hacer. Yo creo que podemos aprender mucho de Jonatán. 1 Samuel 14: 1 : “Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.”; 1 Samuel 14:6: “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.“; versículos del 13 al 15: “Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.”

Quiero hablarles acerca de “agarra el reto”, dice la Palabra del Señor que aquí está Jonatán, y me gusta lo que dice el versículo 1, dice ” aconteció un día”. Yo no sé para ti hermano, pero estas alarmas normalmente no suceden en la vida de alguien nominal. Si no dice la Palabra de Dios “aconteció un día”, para muchos cristianos simplemente nada acontece, para muchos cristianos nunca pasa nada, no hay gozo, no hay cambios, no hay crecimiento, no vemos gente salva, no lees la Biblia, no oras, no ves el poder de Dios en tu vida y simplemente no sucede nada. Y dice la Palabra del Señor “aconteció un día”, en otras palabras algo pasó, algo sucedió en la vida de Jonatán en la que cambio totalmente lo que él estaba haciendo ese mismo día.

Deja que Dios haga algo en tu vida y que hago algo acontezca en tu vida, no dejes que simplemente se pase un día tras otro sin que nada acontezca en tu vida. No puedes seguir una vida simple, no puedes seguir una vida nominal, no puedes seguir una vida en donde no pase nada, no hay gente salva, no estás creciendo, no estás haciendo algo para la obra del Señor, ya te acostumbraste, ya te desanimaste, es más estás dando pasos para atrás y no está pasando nada en tu ministerio, no está pasando nada en tu familia, no está pasando nada en tu iglesia, no está pasando nada en tu vida espiritual, deja que el Señor te hable, Dios te puede hablar. Cuando Dios habló a Jonatán y cuando Dios le puso esta visión a Jonatán y cuando Dios le dijo “mira Jonatán, aquí está algo que tú puedes hacer”, algo aconteció en ese día. Algo aconteció un día, cuando tú aceptaste a Cristo fue el mayor acontecimiento que hubo en tu vida y en mi vida, algo aconteció. ¿Por qué? porque llegó ese día en el que yo reconocí que yo iba rumbo al infierno, en donde yo reconocí que Cristo murió en la cruz por mis pecados, cuando yo reconocí que si yo no le pedía a Él salvación iba yo a continuar con ese camino al infierno y ese día le pedí a Cristo que me salvara y Él me salvó y Él me dio esas armas del Espíritu Santo, Él me hizo hijo suyo, Él me dijo que mi vida había cambiado completamente. Algo aconteció en mi vida ese día. No dejes que ese haya sido el último acontecimiento de tu vida, sino deja que Dios te siga usando, deja que Dios ponga algo en tu vida.

Aconteció en la vida de Jonatán, lo peor que puede haber en la vida de un cristiano es vivir una vida llena de ocio, simplemente hacer nada. Cuando alguien está viviendo una vida de ocio, nada acontece en tu vida, estás papaloteando, como cuando el Señor Jesucristo asciende al cielo en Hechos capítulo 1 y dice que los discípulos nada más se quedaron viendo y los ángeles del Señor tuvieron que decir, que así como Él se ha ido, Él va a regresar; pero tú ve y haz la obra del Señor, no te quedes mirando al cielo, hay que hacer algo, no te quedes en ociosidad, en ocio, simplemente rascándote la panza, haciendo nada, jóvenes ninis: que ni trabajan, ni estudian, ni hacen nada ni sirven para nada. Dile al Señor que te use de la misma manera que uso a Jonatán. No solamente porque era el hijo del rey Dios le habló, yo creo que ciertamente, porque somos hijos del rey Dios nos puede hablar a nosotros. Dice la Biblia que Jonatán, agarró una visión.

1. Agarra el reto

Agarra el reto, agarra esa visión. Si dios pone en tu corazón el hacer algo, hazlo. Si Dios pone en tu corazón el conquistar una montaña, conquistar un cerro de la misma manera que allá Josué y Caleb. Pídele a Dios que te dé una montaña porque sabes que lo puedes conquistar, ellos lo hicieron. Si Dios pone algo en tu corazón, si Dios pone una visión y no solamente porque hayas comido muchos chilaquiles, Dios te va a dar una visión. Pero Dios puede poner una visión en tu corazón. Dios puede poner un reto en tu corazón y eso fue lo mismo que pasó en la vida de Jonatán. Jonatán estaba desesperado, 600 personas, junto con él, y ahí estaba el rey y dice la Biblia que Josué se había sentado ahí, debajo de un árbol y andaba de aquí para allá; y andaba pensando y dijo “¿qué podemos hacer? ahí están los filisteos tenemos que hacer algo”. Y de repente Dios le dijo “mira esto es algo que tú puedes hacer,” quizás se lo presentó, se lo puso adelante de él, y Jonatán dijo que era lo que iba a hacer: que los iban a parar, que los iban a confrontar e iban a matarlos e iban acabarlos y exterminarlos.

Jonatán, yo imagino, que estaba lleno de un ánimo y pensando que eso era lo que iba a hacer: matarlos, exterminarlos. Pero dice la Palabra de Dios en versículo 1: “Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre“. Se iba a tener que confrontar con el desánimo, y él dijo “si yo le dijo a mi papá, mi papá no va a querer que yo vaya, mi papá me va a desanimar, mi papá va a decir que como vamos a poder contra todos los filisteos que no se puede”. Si tú quieres rendirte de tiempo completo al Señor y Dios ha puesto una carga en tu corazón. Si Dios te dice, “ve y conquista aquella ciudad, ve y abre una iglesia acá, ríndete como pastor, ríndete como misionero”, y tú estás pensando “lo voy a compartir con mi papá o mi mamá”. ¿Sabes? muchas veces ellos te van a desanimar; muchas veces hasta a veces nosotros pastores llegamos a desanimar a aquellos que quieren hacer algo para la obra del Señor.

Y dice la Palabra del Señor, que Jonatán estaba pensando “no le voy a decir a mi papá porque si le digo él me va a desanimar. Ya sé lo que voy a hacer”, y le dijo a su criado, a su paje de armas “ven y pasemos a la guarnición”; dice “ven conmigo y vamos a pasar hasta allá”. Nuevamente en el versículo 6 dice “pues Jonatán su paje de armas dijo ven y pasemos”, dijo “esto es lo que vamos a hacer, ven conmigo y vamos a pasar hasta allá”. De tal manera que Jonatán tenía un reto, Dios le había dicho “aquí está este reto, aquí está esta visión, yo te voy a usar a ti Jonatán para que tú acabes con los filisteos”. Si Dios te da una visión de lo que tú puedes hacer, tú nunca vas a poder hacerlo sólo. Ten una visión de lo que tú pudieras hacer pero es mejor tener una visión de lo que Dios pudiera hacer; porque si él hubiera dicho (Jonatán) “yo los voy a acabar”, él se hubiera desanimado prontamente. Pero la visión que tuvo Jonatán, él dijo “esto es lo que Dios puede hacer”.

Ciertamente Dios te puede usar, pero dentro de esta visión, dentro de este reto no estoy yo sólo, si no que es Dios conmigo. Muchas veces nosotros queremos hacer las cosas solas o sólos sin la ayuda de Dios. Estaba un joven explicando, llenando una forma y le habían pedido que explicara porque había tenido tantos golpes en su cuerpo, y él estaba explicando con la aseguradora, sentado en un escritorio. Estaba diciendo “pues había un edificio de 4 pisos y teníamos que bajar todo el escombro del cuarto piso a la calle, pero en vez de bajar por las escaleras, agarre una polea, agarre una soga y agarre una especie de cubeta, pero más grande, y eché todo el escombro ahí. Entonces yo baje hasta el primer piso y jale la polea y entonces la cubeta se vino hacia un lado, pero como yo nomás pesaba 60 kilos y todo eso pesaba más de 80 kilos, lo que pasó, fue que la cubeta se vino hacia abajo y yo me afiancé de la soga y me fui hacia arriba y cuando pasó la especie de cubeta gigante. Cuando pasamos ahí por el segundo piso, fue donde me quebré el brazo, pero me agarre bien fuerte y llegué hasta el cuarto piso sin soltarme, cuando la cubeta cayó hasta el piso, se rompió y entonces la mitad del escombro se cayó, la otra mitad quedó en la cubeta, la cubeta subió y yo baje. Ahí es cuando me fracturé las piernas, cuando caí hasta abajo, del porrazo que me di, solté la cuerda y ahí es cuando me fracturé más, porque todo cayó encima de mí, todo por haberlo hecho solo”. Hay ocasiones en el ministerio que lo queremos hacer todo solos, y estamos ahí y estamos con la carga y estamos echando a la cubeta y nos la imaginamos y nos bajamos y la jalamos y todo y nos complicamos la vida.

No estamos solos en el ministerio, tenemos a Dios con nosotros, Él me ayuda, Él está conmigo, dice la Palabra del Señor que “yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo “. De tal manera que no podemos hacer la obra del Señor solos. Cuando tienes una visión de parte del Señor, no eres tú solamente en ese plan de Dios, es Dios en ese plan. Dile al Señor, “Señor yo sé que no puedo alcanzar esa ciudad”; y yo no puedo, tú no puedes, no podemos solos. Pero le puedes decir al Señor ” yo no puedo pero tú sí puedes y si tú puedes, yo voy a hacer lo que yo pueda hacer, porque tú sí puedes”. No podemos solos, no podemos hacer la obra del Señor solos, pero ciertamente agarra el reto.

David vio lo que Dios podía hacer en Primera de Samuel 17, hay un gigante que está retando a los hijos de Israel y sale este gigante y David se enoja y dice “¿quién es este filisteo que está ofendiendo a mi Dios?”; y él va y se enfrenta con este gigante. Pero él dice “no te estás poniendo contra mí, si no te estás poniendo contra Dios”. Lo que nosotros hacemos en la obra de Dios no es “yo” si no es Dios solamente. De tal manera que aquí esta Jonatán y Jonatán está agarrando ese reto y diciendo “vamos a ir contra los filisteos”.

2. Avanza contracorriente

Ve lo que dice en el versículo 4-5: “Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa.” De tal manera que no era que ellos estaban acá arriba y los filisteos estaban abajo. Acabamos de pasar esta celebración de la Batalla del 5 de Mayo. Conocemos los Fuertes de Loreto y Guadalupe, allá en 1862 cuando las fuerzas de Puebla con este Zaragoza y van y ganan la batalla contra los franceses por cuestión, mucha de que estábamos arriba, no tan preparados, pero estábamos arriba y los demás abajo. Estaba lloviendo, se estaban resbalando, pero teníamos la ventaja de estar arriba. Aquí era al contrario, los filisteos estaban allá arriba en los peñascos y Jonatán y la gente estaban allá abajo y dice a Biblia que pasaron entre los desfiladeros y dice también que empezaron a subir y eso no detuvo a Jonatán, para que él se hubiera quedado en su casa. El no dijo “Señor, está bien alta esta montaña, es que mira este despeñadero, ¿qué tal si me caigo? es que es muy grande esta visión, muy grande este reto, yo no lo puedo hacer”.

Yo creo que el Señor le recordaba Jonatán que Él iba a estar con él, que no se preocupará, que lo iba a llevar, que lo iba a ayudar a que venciera a los filisteos. Ciertamente el enemigo es más poderoso que nosotros, pero nosotros vamos a poder contra el enemigo. Ve lo que dice la Biblia en Deuteronomio 20 :1: “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.” Jehová, nuestro Dios, está con nosotros, él es quien nos guía, él es quien está ahí a un lado como poderoso gigante, él es el que me puede ayudar a subir cualquier peñasco, Él es quien me puede ayudar a mantener sus ojos en Él, pero eso es lo que yo debo de hacer, debo de avanzar hacia adelante, no importa si hay un peñasco, no importa si hay alguna dificultad. ¿Por qué, sabes qué? va a haber pruebas en el ministerio, va a haber dificultades, la construcción de tu iglesia se va a detener, se va acabar el dinero, los diezmos van a empezar a bajar , te vas a encontrar con algunos gigantes, te vas a tener que enfrentar con ellos, aguanta las pruebas, aguanta las dificultades, aguanta la enfermedad, aguanta estos peñascos que puede haber allí, pero sigue adelante, agarra el reto y dile al Señor “Señor yo voy a continuar hacia adelante de tu mano”.

Dice “Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor yo estoy contigo“. Gloria al señor, porque está conmigo porque necesitamos de su presencia, si yo sé que la presencia va conmigo voy a seguir hacia adelante, si yo sé que Él me está tomando ahí de la mano, si yo sé que Él aún me está cargando, ¡gloria al Señor por eso! Me voy a cansar, y nos cansamos y nos fatigamos, pero ¿qué dice en Isaías? ” no importa si me fatigo, no importa si me canso los que esperan en Jehová vana a volar, los que esperan en Jehová van a levantar el vuelo como las águilas”. No te desanimes, no te eches para atrás, agarra ese reto, pero también avanza contra las dificultades contra las dificultades que te puedas meter porque es de Dios la obra, es de Dios que te ha dado esa visión, es de Dios que te ha dado ese reto, tú puedes continuar.

Dice la Palabra del Señor que Jonatán tenía un plan. Cuando Dios te da ese reto, y nos comenzamos a enfrentar a dificultades ciertamente debemos de tener un plan, muchas veces agarramos y decimos “ahí va y no importa como lleguemos”. Pero dice la Biblia en el versículo 6 “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos“. Yo me imagino a Jonatán diciéndole a su paje de armas, quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová”. Jonatán no dijo “no es difícil para mí, no es difícil para Jehová” fue lo que dijo. Salvar con muchos o con pocos. Pocos era una exageración ahí porque nada más eran dos; era Jonatán y era su paje de armas, si Jonatán y su paje de armas hubieran ido con sus papá o con la gente de ahí, con sus cuates, con sus amigos, “¿saben qué? los vamos a ir a enfrentar a los filisteos”. ¿Qué le hubieran dicho a Jonatán? “oye Jonatán estás loco, no lo hagas, no vayas, no vas a poder”. ¿Cuántos nos dicen eso hoy en día? “oye estás loco, cómo es que te metes a eso, te van a matar, no lo hagas”. Pero dice la Biblia que no importa si son muchos o pocos, de Dios es la victoria. Que eso no te detenga.

Ve lo que dice el Versículo 7: “haz todo lo que tengas en tu corazón.” ¡Gloria al Señor, por un buen asistente! Gloria al Señor cuando vas con tu asistente y dice “Dios puso esto en mi corazón, vamos a hacer, esto y aquello. Y tú haces esto. No importa haz todo lo que Dios ha puesto en tu corazón. Gloria al Señor por una buena esposa, cuando Dios ha puesto algo en tu corazón tú dices, “vamos a hacer esto y vamos a darle la honra y la gloria al Señor y vamos a criar unos hijos en amonestación del Señor y vamos a caminar con el Señor y vamos a ganar almas y vamos a ganar esta ciudad, no importa si somos muchos o pocos, vamos a hacer”. Y tu esposa dice “haz todo lo que Dios ha puesto en tu corazón”.

Anima a tu pastor, cuando tu pastor diga “vamos a hacer esto, vamos tener una conferencia de misiones, vamos a construir aquí en la iglesia, vamos a tener un maratón de ganar almas, vamos a hacer más por el Señor, vamos a levantar fondos para construir, vamos a hacer una conferencia, vamos a hacer cualquier cosa”; tú dile “pastor yo estoy con usted”. Vamos a hacer todo lo que Dios ha puesto en su corazón.

Luego dice en el versículo 8 -10 “Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.” ¿Sabes qué? Jonatán tenía un plan, tenía un plan, él dijo “vamos a hacer esto, si no funciona hacemos aquello, pero vamos a tener un plan”. A veces fracasamos porque no tenemos un plan, a veces fracasamos porque no tenemos un plan que no va de acuerdo al plan de Dios. Yo me imagino que Dios le dijo a Jonatán “mira Jonatán, en el momento en que tú subas si ellos te dicen sube, te voy a dar la victoria” Y Jonatán va con su paje y le dice “mira vamos a hacer esto” contando su plan. ¿Sabes qué es lo que pasó? que cuando empezaron a subir y los filisteos los vieron, ellos dijeron “¿quiénes son estos? ¿qué hacen? ¡están locos! son dos nada más. ¡uy bien fácil!” ni siquiera les aventaron piedritas, lanzas, ni nada. “Vengan para acá” pensaban, pero Dios tenía un plan.

No solamente tenían un plan, si no también tenían un propósito. Tenían un propósito y el propósito de ellos no era nada más subir a lo alto de ese peñasco, de ese lugar y decir “hemos llegado hasta este lugar”. Muchos de los propósito de a veces siervos de Dios, de pastores es “ya llegué aquí arriba véanme todos”, pero se le olvida que hay almas que ganar, que hay un guerra que tenemos que batallar allá. El propósito de Jonatán era el propósito correcto, el propósito era llegar hasta ahí y atar a los filisteos. Tenía un plan, y dijo a su paje “vamos a hacerlo”, tenía un propósito y el propósito era acabar a los filisteos, pero también tenía una pasión. Era una pasión de decir “nada nos va a detener”, era una pasión de que estaba en sus venas. Era una pasión de hacer la obra del Señor, era una pasión de ánimo, no era una pasión de ir arrastrando los pies y decir “ay la obra del Señor, ¡qué cansada! ¡ay la obra del Señor que difícil” y quejándose repetidamente. Si no él tenía un corazón vivo para el Señor, él tenía una pasión él decía “esto es para mi Señor, nosotros vamos a ir él nos ha encargado el hacer esto y vamos a subir y Dios nos va a dar victoria y la vamos a ganar y vamos a vencer y Dios nos va a ayudar”. Jonatán tenía una pasión, no era una vida miserable de cristiano si no era una vida llena de gozo, sabiendo que Dios le iba a dar la victoria.

Vive una vida con pasión, vive una vida emocionado para el Señor, no dejes que nada más la música sea lo que te emocione, que sea la misma presencia del Señor lo que te dé esa pasión y ese ánimo y esas ganas para seguir al Señor. Es muy fácil tener emociones pasajeras, pero ¡qué bendición, cuando Dios pone una carga en tu corazón y empiezas a ver la necesidad!, y dices “necesito hacer algo, no me puedo quedar aquí sentado”. Dice la Biblia en Mateo que el Señor Jesucristo recorría las aldeas y al estar recorriendo las aldeas tuvo compasión de ellos. El Señor Jesucristo tuvo esa pasión y la convirtió en compasión. Él dijo “hay estas almas que necesitan de mi” hay almas que necesitan de Cristo, tú sigue adelante, ten una pasión por el Señor.

1. Agarra el reto, 2. Avanza contra corriente, 3. Aférrate a Dios

3. Aférrate a Dios

En otras palabras, agárrate de la mano del Señor porque el viaje va a estar medio emocionante, dice la Biblia que Pablo en Segunda de Corintios 11, está Pablo contando acerca de la vida cristiana, que no ha sido tan pasiva. 2 Corintios 11: 23- “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. “Pero en Filipenses 4 el dice “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece“. ¿Sabes por qué? porque Pablo estaba aferrado al Señor, él estaba agarrado de la poderosa mano de Dios y él estaba diciendo “Señor yo no te voy a soltar, yo voy a estar caminando y cada paso que y dé ¡, voy a estar aferrad a tu mano, no te voy a dejar, guíame, llévame, introduce Señor en ese lugar de paz y gozo que tú solamente sólo me puedes dar”.

Salmos Capítulo 23 dice “Jehová es mi pastor“. Tenemos que reconocer que Jehová es mi pastor y nada me faltará, en lugares de delicados pasos me guiará. Salmos 23: 3 “Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.” Dice la Biblia que él me va a guiar por sendas de justicia. El problema es que a veces no quiero caminar las sendas de justicia agarrado de la mano del Señor, el problema es que hay tanta mundanidad en mi vida que no quiero agarrarme de la mano del Señor, quiero retroceder y es muy fácil agarrar y darme la media vuelta y olvidarme del Señor; olvidarme de lo que Él ha hecho en mi vida, olvidarme de donde Él me sacó. Es muy fácil olvidarnos del Señor cuando hay un poquito de mundanalidad en nuestro corazón. Es muy fácil olvidarnos del Señor cuando llega la tentación, es muy fácil olvidarnos del Señor cuando el pecado está jugando con nosotros, es muy fácil olvidarme del Señor cuando estoy coqueteando al mundo y a todo lo que en él hay. Por eso debemos de estar aferrados, agarrados del Señor, porque en el momento en que yo diga “Señor ahorita yo te alcanzo, yo sé que vas para allá y acá está este camino de justicia, ahorita yo te alcanzo” y nos despegamos un instante de Él, eso puede ser suficiente para arruinar nuestras vidas. Nada más.

Dice la Biblia constantemente de Saúl. Saúl tenía que esperara a Samuel para ofrecer sacrificios y Saúl se despegó y el pueblo y se desespero y él ofrece sacrificios y llega Samuel y le dice a Saúl ” locamente has hecho, ¿por qué no esperaste hasta que yo llegara?” El problema, muchas veces es que actuamos locamente, nos soltamos del Señor, pensamos que nosotros podemos caminar en esta vida cristiana sin Él. Pensamos que con nuestras propias fuerzas y con todo eso, esa inteligencia, porque somos bien inteligentes; “¡ay es que yo no necesito del Señor”-; y empezamos y decimos “que el Señor se adelante, que nosotros después llegaremos”. Pero de repente nos tropezamos, nos damos la media vuelta.

Dice la Biblia que la esposa de Lot, volteó hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal, (al huir de la quema de Sodoma y Gomorra). ¿Por qué volteó hacia atrás la esposa de Lot? Ella empezó a pensar quizás “mis joyas, ay mis zapatos, ay mis cosas, ay mis casita, ay mi silloncito” y empezó a pensar en todo eso y finalmente dio vuelta atrás y se hizo una estatua de sal.

Regresemos, para terminar, a lo que dice la Biblia: Número 1: agarra el reto, agarra una visión, 2. avanza contracorriente, aguanta las pruebas, van a venir pruebas va a ver peñascos, va a haber desfiladeros; 3. Aférrate a Dios, agárrate de Dios y dice la Biblia en el versículo 13 de Primera de Samuel 14: “Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba.” No dice caminando, dice trepando; y muchas veces para hacer la obra del Señor vas a tener que sacrificar, vas a tener que trepar, va a ser medio incómodo, no va a ser fácil, no vas a apretar en el elevador y llegar al piso que quieras, hasta la cima del peñasco. No, él con sus propias uñas empezó a trepar y dice la Biblia que trás él iba su paje de armas; no le dijo a su paje “mira pajecito yo soy Jonatán, soy el hijo del gran Rey Saúl, mejor tú sube primero y me vas contando si hay flechas o hay alacranes o cualquier cosa, y yo subo después de ti”. No, él tomó la iniciativa. Jonatán era un líder y agarro y dijo que lo siguiera, que pasaran que tenía un plan, que Dios los iba a ayudar y empezaron a subir y a escalar y dice que su paje de armas iba atrás de él.

Y dice después “los que caían delante de Jonatán , su paje armas los mataba”. Versículo 14-15: “Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.” ¿Sabes qué? aconteció un día, algo paso en la vida de Jonatán, pero ese acontecimiento no se quedó ahí en un deseo de Jonatán, no dijo “¡ay qué bonito fuera! si pudiéramos derrotar a todos los filisteos”. No fue sólo añoranza, no dejo eso ahí, si no tomó acción y dijo “yo voy a ir me voy a jalara este conmigo, Dios va a estar con nosotros, voy a confiar en Dios, me voy aferrar y me voy a agarra de la mano de Dios y vamos a hacer algo para el Señor”.

Cuando hicieron algo para el Señor, ¿sabes lo qué sucedió? la Tierra tembló y cuando tú hagas algo para el Señor, sabes lo qué va a pasar? la tierra va a temblar. En otras palabras el impacto que tú puedes hacer para el Señor va a ser tan increíble que la gente se va a quedar impresionada y, pero la gente no se quede impresionada con lo que tú has hecho, si no que se quede impresionada con lo que Dios puede hacer y por eso dice la Biblia en el versículo 23 “Así salvó Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén. ” Porque yo no soy quien salva, tú no eres quien salva, tú no tienes el poder, yo no tengo el poder, el único poder que nosotros tenemos es el poder de Dios y el único que puede salvar es Dios y el único que puede hacer temblar la tierra es Dios, nadie más puede hacer temblar la tierra. Ve y dile al Señor “Señor, que tiemble esta ciudad para ti, Señor que tiemble este pueblo para ti, Señor que tiemble aun nuestra iglesia para ti, que se cimbre, que se sienta que tu poder está aquí, que tú salvas vidas, que tú transformas vidas, que tú cambias vida, que tú salvas las almas, que tú puedes hacer algo, no por mí Señor, si no por tu gran poder”.

Dios puede hacer la Terra temblar. Déjame hacerte una pregunta, ¿cuándo fue la última vez que hiciste a tierra temblar?, cuándo fue la última vez que hiciste un impacto en donde quizás una familia completa se acercó al Señor? en donde quizás en un día fueron salvas 10 ó 30 personas? en donde quizás tú mismo te arrodillaste delante de la presencia del Señor y Dios te hizo temblar a ti por su presencia?. Necesitamos hacer la Tierra temblar, Jonatán y un paje de armas tuvieron la visión y la Tierra tembló, todo porque algo aconteció un día.