7 COSAS QUE ROBAN EL CORAZON DE NUESTROS HIJOS

Lucas 10:29-37 10:29 “Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.  Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

Vamos a orar. Señor te damos gracias por tu palabra, te pedimos Señor que la bendigas y que nos ayudes a poder aprender unas cosas para no arruinar la vida de nuestros hijos. Ayúdanos Señor a darnos cuenta que el diablo pone cosas allá en el mundo que están alejando a nuestros hijos de ti y están cayendo en manos de ladrones. Te pedimos de tu bendición y ayúdanos Señor a entender tu palabra te damos gracias y te pedimos todo esto en el nombre de Cristo Jesús, amén.

Quiero hablarle en los siguientes minutos de la historia del  buen Samaritano. Normalmente cuando vamos a través de esta historia hablamos acerca de una persona que va por ese camino, y empieza bajar desde Jerusalén a Jericó, cae en manos de ladrones y pasa un sacerdote y no le hace caso, después pasa un Levita y no le hace caso, después pasa un Samaritano y movido en misericordia lo toma en sus brazos, le ayuda y lo lleva con el mesonero. Esto nos habla en que nosotros como personas debemos reconocer que el Señor Jesús es como este buen Samaritano. También, reconocer que usted y yo debemos ser como este buen Samaritano, siempre buscando a aquel herido que no tiene a Cristo en su corazón y hablarle de Cristo y de la Salvación.

Pero, quiero poner de manera práctica que es lo que podemos aprender de esta historia si lo aplicamos a la familia. Regresando a la historia, en el versículo 30, dice: “Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones…” una de las cosas que podemos poner de manera práctica es ver a este hombre como si fuera uno de nuestros hijos. Reconocer que Dios nos ha puesto en esta tierra como mayordomos y como tales él busca que nosotros procuremos que nuestros hijos anden y caminen en las pisadas del Maestro. Quiere que enseñemos a nuestros hijos desde muy pequeños. Que bendición es cuando escucho de parte de padres de familia que esa no solo es su intención si no algo que están haciendo, enseñar a sus hijos y estar atentos con ellos.

Por otro lado vemos que el diablo no hace acepción de personas y que esta como león rugiente buscando a quién devorar. Está haciendo todo lo posible, con la mundanalidad y la música que hay alrededor, por destruir la vida de nuestros hijos. A veces decimos que eso no va a pasar con nuestra familia o con nuestros hijos. Qué bueno que no queramos que sea con nuestros hijos pero no por eso vamos a poner aparte la palabra de Dios diciendo, es que mis hijos están bien, no necesitan de la Biblia ni de la palabra de Dios, no necesitan de la iglesia ni de las cosas espirituales, mejor que ellos escojan su libre albedrío que ellos busquen y encuentren  lo mejor, y todo va a salir bien. Si hacemos esto, no todo va a salir bien. Va a haber fracasos, problemas y destrucción.

Dice la palabra de Dios “…un hombre descendía de Jerusalén a Jericó…”  Jerusalén está un poco al sur de Jericó,  en una montaña  y bajando esta montaña como a 45 minutos se encuentra Jericó. Dice la palabra de Dios que este hombre bajaba desde Jerusalén a Jericó. Jerusalén era un lugar de bendición donde estaba el templo de Salomón y el templo de Esdras, y después el templo de Herodes. Jerusalén era un lugar especial donde la palabra de Dios se predicaba, era el lugar del núcleo familiar. Este hombre deja Jerusalén y se va a Jericó recordándonos un poco al hijo prodigo, de cómo va con su papá y le dice, quiero todo el dinero, y se da la media vuelta y se lo malgasta. Podemos decir que este hijo prodigo esta en Jerusalén y baja a Jericó. La biblia no nos dice eso pero si nos habla de otro hombre que estaba en Jerusalén y empieza a bajar a Jericó y dice la palabra de Dios que cae en manos de ladrones. El diablo es un ladrón y él está ahí para robar varias cosas.

En la mañana los jóvenes estaban reunidos y se les enseñaron tres cosas que ellos deben de guardar. Una de ellas es su pureza, y el diablo esta para robar la pureza de los jóvenes. En este mundo en el que vivimos es muy fácil no guardar esa pureza que Dios quiere que guardemos y que el diablo está tratando de robar. Dice la palabra que este hombre cae en manos de ladrones. No solamente es la pureza la cual anda buscando el diablo. Principalmente es el corazón de nuestros hijos. Una de las cosas que debemos hacer como padres es cerciorarnos que siempre tenemos el  corazón de nuestros hijos.

Hay una historia en la palabra de Dios sobre David, dice la palabra de Dios que él tenía a su hijo Absalón y si ustedes recuerdan un poquito Tamar, la hermana de Absalón, se habían aprovechado de ella su propio hermano y Absalón mandó matar a su propio hermano y huye por unos cuantos años, después regresa a Jerusalén pasados 5 años. Dice la palabra de Dios que Absalón no sabía qué hacer y quema los campos de Joab y David pregunta ¿qué quiere Absalón? Y Joab le dice que quiere hablar con él, finalmente Absalón llega y se pone a platicar con David su padre y habían pasado 7 años. El trata de arreglar las cosas con su padre y dice la palabra de Dios que David solo le dio un beso. Creo que ese fue un beso de desprecio. Absalón estaba tratando de darle su corazón a su padre otra vez. Estaba dispuesto a decir, padre he pecado, padre me he portado mal, quiero arreglar las cosas, pero David simplemente le da un beso. Dice la palabra de Dios en el siguiente capítulo que Absalón se levanta contra su padre, se pone en las puertas de Jerusalén y empieza a decirle a la gente que ese hombre no los va a escuchar, que a él no lo escucho, no me hizo caso, yo quería hablar con él y a ti no te va a escuchar, dime todo lo que tú necesitas yo te voy a ayudar y hubo un complot en contra de David y ahora Absalón quería matar a su propio padre. Porque David había perdido el corazón de Absalón. Triste el día en el que perdemos el corazón de nuestros propios hijos. Hay muchas cosas que debemos hacer para no perder el corazón de nuestros hijos. Pero el diablo también está haciendo varias cosas para arruinar el corazón de nuestros hijos y nosotros estamos dejando que este ladrón venga y arruine su corazón.

Tengo 7 cosas que quiero mencionar, aunque hay muchísimas más y podemos tener una lista de 50 cosas, pero por lo menos podemos tener una lista de 7 cosas que yo creo que están robando el corazón de nuestros hijos y arruinando a nuestros hijos y nosotros los estamos dejando. Estamos abriendo la puerta sin necesidad de que nuestros hijos salgan de Jerusalén y estamos dejando a los ladrones entrar para que se roben el corazón de nuestros hijos.

Hace años escuche una historia, en Estados Unidos llegaron a una casa unos secuestradores y entraron al cuarto del niño tomándolo y saliendo por la puerta de la casa. En estados unidos muchas de las casas no las cierran con seguro. Aquí le ponen un candado, dos candados, tres candados, cuatro candados, cinco candados, la madera, el sillón, el refrigerador pero se les olvida el tragaluz y por ahí pasan los ladrones. Así que agarraron a este niño, no era un secuestrador era alguien de la familia, lo buscaron y lo encontraron y muchas historias de estas pasan. A veces estamos dejando la puerta abierta para que los ladrones entren y arruinen la vida de nuestros hijos.

 

1.      La música mundana.

Estamos abriendo esa puerta de la música mundana y está entrando a nuestros hogares. Yo no escucho música mundana pero de vez en cuando me ha tocado escuchar, en un taxi o en un autobús. Hace tiempo recuerdo que venia del aeropuerto y tome el autobús y tenían un tipo de música que me sorprendió, que triste que hermanos tengan que soportar esto, mi corazón esta con ustedes por el hecho de aguantar ese tipo de música. No sé qué les puedo decir, pónganse un tapón, unos audífonos, lleven una bolsa de basura y amárresela  en la cabeza, cómprese un iPod y ponga buena música cristiana. Podemos mencionar muchas otras cosas más pero yo creo que lo que más está arruinando a nuestros jóvenes es la música mundana. Y nosotros como padres como que la oímos y nos damos la vuelta, y no hacemos nada, no hay ningún problema y decimos bueno pues son jóvenes. Pero esa música está enseñando de una manera repetitiva lo que es el sexo, lo que son las drogas, lo que es la rebeldía, lo desobediencia, lo que es la promiscuidad, lo que es el fumar y el tomar, la homosexualidad y que no hay problema con esto, y manda a tu papá por allá, manda a tu mamá por allá, manda a la abuela al abuelo y a todo el mundo y que nadie te diga que hacer. Y ese joven lo está escuchando y dice nadie me va a decir que hacer, yo voy a hacer lo que yo quiera. Cuantos jóvenes por escuchar música se revelan en contra de sus papás y les agarran un odio al punto que hasta los matan. El problema estuvo en que abrimos esa puerta y vino el ladrón de la música mundana y empezó a enseñarle cosas contrarias a nuestros hijos que lo que dice la palabra de Dios y nosotros no estamos haciendo nada. Pastor, pero que tiene de malo la música mundana, tiene mucho de malo. Yo creo que debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para estorbar a nuestros hijos.

1 Samuel 3:13 “Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado.”  Aquí está hablando de Eli, un sacerdote. Sus hijos estaban haciendo lo que querían hacer y el papá estaba dándose la media vuelta y no estaba poniendo atención a lo que sus hijos estaban haciendo. Debemos reconocer que hay algunos ladrones a los que les debemos cerrar la puerta.

Recuerdo hace años en la preparatoria uno de mis amigos me presto un cassette y lo metí a una mochila. Era de Alejandra Guzmán. Esto ya hace como 20 años. Me prestan el cassete, lo llevo a la  casa, estaba en la mochila, no lo estaba escuchando y mi papá entro al cuarto, vio la mochila y lo que tenía adentro, vio el cassette y salió al patio, le dio unos cuantos marrazos. Empezamos a comer y me dijo, a propósito, encontré un cassette pero ya lo rompí. Le dijo que no era mío y él me dijo, yo sé que no era tuyo. Y en esos años esos cassettes costaban 300 mil pesos. Y tuve que pagar los 300 mil pesos. Le pregunte a mi papá porque lo quebró y dijo que porque era música mundana. Le dije, no era mía, alguien me la prestó, yo no la iba a escuchar y me dijo, es que ayude ahí un poquito. Sabe ¿cuál fue la última vez que traje música mundana a mi casa? Nunca, porque les decía a mis amigos, si me la prestas, ya no va a regresar. Viéndolo de manera retrospectiva quizá ese fue uno de los fundamentos de mi vida cristiana, de darme cuenta de que no vale la pena estar escuchando música mundana.

Dice la palabra de Dios, “…Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones,…”

2.      Internet en su cuarto.

Una de las cosas que estamos haciendo nosotros es abrir esa puerta y dejar que la música mundana pase y le enseñe todo lo que quiera a nuestros hijos. También estamos abriendo la puerta del internet. “Mamá necesito una computadora para la escuela, voy a reprobar y va a ser tu culpa.” Yo prefiero que mi hijo repruebe a que lo manipulen y le digan lo que tiene que hacer. “Es que la escuela quiere que venda los boletos de la lotería, ¿Qué voy a hacer?” bien fácil, solamente dígales que no, que usted es cristiano. La escuela no nos puede decir que hacer. Hace tiempo una hermana me dijo que en la escuela le dijeron que su hija tenía que participar en una danza hawaiana. Le pregunte, ¿Qué hizo hermana? Contestó, le dije que no. Y ¿Qué dijo la maestra? Dijo, a bueno. Pero a algunos viene el maestro y le dice, usted tiene que comprarle internet y lo hacemos solo porque el maestro nos dijo que lo hiciéramos. Ahora si va a tener internet yo creo que lo debe de tener en la sala en un lugar visible donde el papá y la mamá están checando y donde hay un tiempo determinado para que sus hijos estudien, pregunten, hablen e investiguen. Pero si lo ponen para chatear yo le  diría que mejor tire la computadora.

Había una muchachita en nuestra iglesia que chateaba por internet. Esto fue hace como 4 años. Y una persona de Monterrey le dijo a esta muchachita, yo tengo 20 años, me parezco a Luis Miguel. Y ella se derretía por él, le dijo que se quería casar con ella. Vino a Puebla este señor ella lo fue a ver y él se la llevo por tres, cuatro días. Todo por chatear por internet.

Lo que debemos entender nosotros como padres es que el diablo está entrando y está haciendo todo lo posible por destruir la familia, nuestros hijos, los buenos principios. Si va a tener algo ahí en su casa que este en la sala, que no estén chateando. Yo le sugiero que les prohíba chatear. Póngale una hora cuando puede estar en internet. Si va a hacer algo de tarea, sepa que es lo que va a hacer de tarea. Si va a escuchar predicación de pastor, pues todo el día. Pero que usted sepa y este al pendiente. Está abriendo una puerta y los ladrones están entrando a nuestra casa y nosotros estamos diciendo que está bien. Como lo que está sucediendo aquí con los cajeros automáticos, cada vez les suben más, como 20 pesos, 15 pesos, 30 pesos, 40 pesos, nos están asaltando pero nosotros vamos para que nos asalten. Y nosotros estamos haciendo lo mismo con la música y con el internet.

 

3.    Dejarlos hacer lo que sea. 

Si nada más los dejamos hacer lo que ellos quieran y no tenemos supervisión o reglas. Una casa sin reglas es una casa en caos, va a terminar mal. De por si el promedio de casas cristianas que están sirviendo al Señor y quieren realmente servirle es muy bajo. Hay muy pocas. En nuestros días el cristiano promedio, no les importa la música, no les importa el internet, no les importa que sus hijos hagan lo que sea, esperan que sus hijos no se vuelvan tan malos y que regresen a la iglesia si se van, que sepan la maldad pero que regresen a las cosas de Dios. Estamos agarrando a esos ladrones e invitándolos a nuestra casa. Cuantas veces yo he estado en casas en donde los hijos nada más agarran y se van. Los dejamos hacer lo que sea.

La otra vez predique en el tema “Criando Asesinos” y ¿sabe lo que debemos hacer para criar asesinos y secuestradores en nuestro país? ¡Nada! Simplemente no haga nada y vamos a criar asesinos y secuestradores en nuestro país. Yo creo que ninguno quisiera que su hijo fuera secuestrador o asesino. Me pregunto, cuantos papás que han ido a iglesias cristianas, terminaron teniendo hijos asesinos. Por no hacer un poquito de esfuerzo y por lo menos no dejar que sus hijos hicieran lo que quisieran.

Hace años yo tenía como 16 y mi hermana 15 años y en la casa teníamos una regla y la regla era llegar a la casa antes de las 9 de la noche. Un tío de nosotros nos llevó a unas nieves y estado ahí en las nieves dijimos, ¡faltan 5 minutos para las 9 vámonos! Y mi tío dijo, no, es mi hermano no te va a pasar nada. Llegamos como a las 9:15 p.m. y ¿sabe lo que hizo mi papá? Me mandó traer a la oficina y agarro el cinturón y me dijo ¿Qué pasa cuando llegas después de las nueve? Y me agarro y me dio diez. Y a mi hermana le dio otros diez.

Si nada más dejamos que hagan lo que sea van a terminar muy mal. Estamos abriendo la puerta a los ladrones para que arruinen a nuestros hijos.

4.      Televisión en su cuarto.

¡Peor si es de plasma! En la escuela les enseñan a sus hijos que tienen derechos, tienen derecho a que el papa le dé sopita, tiene derecho de doctor, tiene derecho de zapatitos, tiene derecho de tener una camita. El siguiente derecho es el de tener una televisión de 52 pulgadas de plasma en su cuarto con unas bocinas no nada más estereofónicas porque ahora ya hay de 5.1 o de 7.1. Los hijos ya dicen, este es mi cuarto, esta es mi vida, este es mi lugar, este es mi derecho. Y esto está ocasionando una dispersión en el hogar poquito a poquito. Era tremendo cuando todos los niños llegaban a la casa de mi abuelita, yo tenía como 7 años, había una sola televisión en la sala de blanco y negro y como 20 nietos mirando en una misma tele a “Tío Gamboin” y las caricaturas que había con Tío Gamboin eran buenas y bonitas caricaturas que enseñaban respeto, valores, obediencia. Tio Gamboin me enseño a obedecer. Pero las caricaturas de hoy con los Simpson, como el homosexual de Bob Esponja, Dragon Ball, el hombre de la Familia, los comerciales. Es imposible ver televisión hoy en día.

A los doce años recuerdo que íbamos a hacer un viaje. Y a los doce, trece años recuerdo que le dije a mi papá necesito unos tenis Nike para este viaje. Le pregunte ¿Me das permiso de vender la última televisión que tenemos? Me dijo que si, la vendí y me compre unos tenis Nike bien chidos. Y desde los 12 años no tengo televisión y no me he hecho más menso. Mis hijos no se han hecho más mensos. Si hubiera una forma de simplemente tener una tele donde le llegara la señal del “History Channel” sería feliz, pero tendría problemas porque me la pasaría viendo la tele. Antes el promedio era de 8 ó 9 horas de los hijos viendo televisión. Ahora ya son como 5 horas viendo televisión y 5 horas en internet. Y estamos que los ladrones entren a nuestra casa y hagan un desastre y dejen a nuestros hijos medios muertos. De por sí que andan todos sonsos y luego los mandamos con los ladrones imagínese.

5.      Música en su cuarto.

Estábamos una vez ganando almas y entramos a una vecindad y subimos al segundo piso. Estaba una puerta como de vidrio y estaba temblando la puerta por el ruido de la música. Toque y toque y no nos escuchaban. Finalmente se paró la música, me regrese y toque rápido y salió un muchacho y lo empecé a invitar a la iglesia y me dijo que él también era cristiano. No parecía.

Fuimos el año pasado a Agua Santa y en el cuarto, quinto piso había un joven con música, si la del otro era Heavy Metal, esta era de súper-extra-mega Metal. Cuando abrió la puerta era un joven todo de negro con tatuajes y es triste lo que está haciendo la música. No solamente la música mundana si no dejar que introduzcan esa música en sus cuartos. “Pero, ¿Qué hago?,”  pues usted es el papá. Pídale dirección al señor y a ver qué pasa. “Pastor, mi hijo se va a perder” pero ya está perdido,  no tiene que hacer nada más. “Pastor, pero voy a herir su ego” no se preocupe por eso. Ahora yo también creo que hay que hacerlo en amor. Si lo hacemos en amor, sabiendo que estamos haciendo lo correcto Dios nos puede bendecir.

6.      Dejarlos solos en su casa.

Recuerdo una vez que mis papás me dejaron solo, m e dejaron 30 pesos para comprar la leche, no sé si iban a llegar noche o hasta el siguiente día. Se fueron todos, nunca me dejaban solo y ese día me dejaron solo. Salí a comprar la leche allá en la bella ciudad de Iguala. Iba yo caminando por la calle y llegan unos judiciales, yo pensé que eran mis amigos, me decían que fuera y me acerque y me di cuenta de que no eran mis amigos y que me voy y me gritan, detente o si no te disparamos. Me di la vuelta y había dos amigos apuntándome como en las películas, me empujaron a un portón, dos me agarraron, uno me esculco y el otro me golpeo. Me decían tu eres el ladrón que anda por acá y les dije no, me pidieron mi identificación pero yo solo tenía 14 años. Un niño de catorce años normalmente no tiene identificación y les dije eso. Les mencione que ahí en el portón donde estábamos había una señora que yo conocía y le grite Socorro y nunca llego. Al otro día me entere que ahí estaba pero no quiso abrir la puerta. No quiso abrir porque una semana antes habían agarrado a su hermano y habían balaceado enfrente de su casa. Esos judiciales al otro día salió en el periódico que habían matado a un muchacho. Tal vez yo no estuviera aquí.

Apenas el hermano Tim y yo estuvimos en la casa de un pastor que yo aprecio mucho. Y una de las cosas que este pastor tiene como regla es nunca dejar a sus hijos. No los deja. Si van a salir un ratito los deja con la suegra. Son buenos jóvenes gracias a Dios pero en estos días en que vivimos no es fácil. Debemos de tomar ciertas precauciones.

7.      No estar al pendiente.

Estamos dejando que los ladrones entren a nuestra casa y asalten a nuestro hijo y lo dejen medio muerto y lo hieran con el pecado de la mundanalidad al no estar al pendiente. Cuando no le preguntamos, oye hijo ¿Cómo se llama tu maestro? ¿Cómo se llaman tus amigos? ¿Cómo vas en la escuela? Y estar al pendiente de su vida y de lo que está pasando, de que si tienen novio(a) y como van las cosas y estar simplemente al pendiente de la vida de nuestros hijos y saber que está pasando. El problema es que nos vamos, trabajamos 15 años regresamos a casa y nos damos cuenta de que ya no se puede hacer nada porque no estuvimos al pendiente.

Lucas 10:31 “Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.” Podemos aplicar muchas cosas. Pero lo que voy a aplicar en este lugar es que nuestros hijos ya están ahí medios muertos y la primera persona que pudiera pasar y hacer  algo por la vida de nuestros hijos serían sus propios amigos, las mismas personas que ellos pueden decir que les ayudan. Pero los amigos, no pueden ayudar a nuestros hijos porque nosotros somos los que conocemos más a nuestros hijos. Ahora en un caso fuera de sí, en donde el hijo ya se fue, anda en drogas y busca la atención de sus amigos porque sus papás no le dieron nada de atención. De repente se meten en un problema y piden la ayuda del amigo y los amigos dicen, tú te metiste en ese problema no te vamos a ayudar. Roban algún lugar y lo agarran y pide ayuda y sus amigos dicen, nosotros nos vamos. Matan a alguien o algo.

Recuerdo la vida de un muchacho hace años, tremendo joven para mí, en una buena iglesia. Se fue a los Estados Unidos y allá en el área de Los Ángeles en menos de un año y medio lo volví a ver y ya estaba con los pantalones aguados, tatuado, pelón. Le pregunte que paso. Este muchacho ya estaba en drogas. Y le dije, voy a ir a San Francisco por tres días y le dije que fuera conmigo y estuvimos platicando, quería ayudarle pero ya esa pared ya estaba bien cerrada. Sus papás perdieron el corazón de su hijo. Como seis meses después se tuvo que venir a México porque había matado a alguien. Regreso a los Estados Unidos, se volvió a meter otra vez en todo eso y ahorita creo que está en la cárcel. Porque entro un ladrón y otro y otro y su corazón se les empezó a ir de las manos a sus papás y después ya no se pudo hacer nada.

Dice la palabra de Dios que vino este sacerdote y no hizo nada. Después llego un Levita en el versículo 32 “…Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.”  Sabe a ¿quién buscan los hijos para pedir ayuda? A la familia. El problema es que muchas veces la familia es una familia inconversa, que no sabe de la palabra de Dios, que cuando llega dicen, es que tu papá te está lavando el coco, y tu mamá esto, y la palabra de Dios esto, tú disfruta la vida, vive la vida loca y dale la vuelta a la pachanga. Los amigos no pueden ayudar a nuestros hijos, la familia no puede ayudar a nuestros hijos. ¿Sabe quién puede ayudar a nuestros hijos? Nosotros. Los papás que todavía tenemos el corazón de nuestros hijos en nuestras manos.

Dice la palabra de Dios en el versículo 33 “…Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;”  y ese buen Samaritano yo creo que es un buen papá o una buena mamá que ve a su hijo ahí medio muerto. Yo prefiero que mis hijos antes de que ellos den su vida al mundo y a la perversión y a los problemas y a todo lo que hay allá afuera. Prefiero que mejor se vayan al cielo con el Señor, así se lo digo, porque es muy doloroso al saber de las cosas de Dios tener un hijo o una hija que se envuelvan en el mundo. Dice la palabra de Dios que este hombre cayo y lo hirieron tanto que esas heridas ahí le quedaron. Una herida del alcohol, de la sexualidad, de la promiscuidad, del sida, de las drogas, solamente la sangre de Cristo puede hacer algo con ese joven y en esa vida.

Pero vemos que llega aquí este Samaritano que refleja a un buen papá y se acerca a él. ¿Sabe que debemos hacer para volver a agarrar el corazón de nuestros hijos? Acercarnos a ellos. No esperar a que el hijo venga, hay papá mira tengo problemas y como que tú y yo no estamos bien. Un hermano me conto que hace unas semanas se llevó a su hija unos días de viaje y fue tremendo porque se pudo acercar a ella. Ahora las cosas están mucho mejor y dice casi la pierdo pero ya la encontré.

Cuando lo vio este padre a su propio hijo, aplicando este pasaje de esta manera, lo ve y no lo ve con repugnancia, no lo ve y le dice ¿para qué te fuiste al pecado? No lo ve y le dice ahora muérete y nunca regreses. Si no lo ve y su corazón se conmueve y en el versículo 34 dice, “…y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino;”  Para mí el aceite es el Espíritu Santo, el vino la sangre de cristo. Y dice, “…y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.”

Estamos abriendo un montón de puertas para que los ladrones entren en nuestra casa, pero este buen padre dijo, la regué, cometí errores, no debí de haber hecho esto pero mira lo único que me queda es amarte y acercarme a ti, enseñarte otra vez la palabra de Dios, lo único que me queda es estar aquí para lo que tu necesites, lo único que queda es que me perdones porque no fui lo que debí de haber sido, lo único que me queda decirte es que aquí está mi cabalgadura, mi corazón y te los doy. Y este padre lo lleva y dice, “Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.”  Y un buen padre le dice al Señor Jesucristo, aquí está mi hijo, yo no sé qué hacer porque como padre en este mundo, no nacimos siendo buenos padres pero si podemos saber cómo ser buenos padres a través de la palabra de Dios para poder decirle al Señor Jesús aquí está mi hijo, cuídamelo y todo lo que se necesite aquí estoy para hacer firme mi palabra como padre.