La Relación entre Pastor y Misionero –  Misionero Juan Álvarez

 

Quiero compartirles algo acerca de lo que es la obra misionera, aunque no todos sean pastores. Espero que sea de bendición para todos. Por la gracia de Dios tenemos ya un tiempo en el campo misionero, yo fui salvo en la iglesia Bautista Monte Abarim, en Cuernavaca en el año 1988 y ahí fui enseñado en el instituto, ahí trabajé, ahí el Señor obró en muchos aspectos de mi vida y gracias a esa buena enseñanza del hermano Parada, acerca de la palabra ‘aguanta’. Yo creo que es muy importante y en lo personal ha sido muy importante y es una muy parte muy cierta y muy real en el ministerio eso de aguantar. El tema que quiero compartir es acerca de la relación, o como lo quiera mirar, entre el pastor y el misionero. Nuestro país está siendo visitado por Dios, yo no tengo la menor duda de que Dios está haciendo algo muy especial en nuestra nación. Yo por donde voy, sea en el norte, en el sur o en donde sea de nuestra nación, estamos viendo como Dios está obrando, estamos viendo gente salva, iglesias comenzando por todos lados, institutos bíblicos llenos de jóvenes preparándose para el ministerio y siempre es emocionante cuando uno viene de un lugar donde es totalmente diferente, es otra etapa de lo que Dios está haciendo ahí en España.

Entiendo que en nuestro México también hay lugares que son muy difíciles. Pero cuando uno viene y ve todo ese movimiento y todo lo que Dios está llevando a cabo es imposible no darse cuenta de que la mano de Dios está obrando en el pueblo hispano. No solamente en México, es en general el pueblo hispano. Así que mirando un poco desde esta perspectiva hay algunas cosas que yo también me he dado cuenta en cuanto a lo que es y cómo como hispanos estamos viendo la obra misionera. A veces uno encuentra situaciones muy diversas, pastores que aman la obra misionera, pastores que todavía no entienden muy bien la obra misionera y pastores que están en el proceso de comenzara amar la obra misionera. Debemos de entender que nuestra nación ha sido y sigue siendo un campo misionero, aquí en México han venido muchísimos hermanos dando sus vidas para que nosotros recibiéramos el mensaje del Evangelio. Yo fu salvo bajo el ministerio de un misionero, yo no soy antiamericano, ni estas cosas, todo lo contrario, yo estoy muy agradecido con esta nación que ha invertido tantísimo dinero y tantísimos bienes para que nosotros aquí en México recibiésemos el Evangelio. Lo que estamos viendo ahora es la labor de muchos hombres y mujeres que dieron sus vidas para venir a nuestra nación para sembrar el Evangelio, lo que está pasando en México no es el fruto de hace 20, 30 ó 40 años, es el fruto de muchos más años atrás, de gente que fue fiel, sembrando con fidelidad para que en esta nación esté pasando lo que estamos viviendo ahora, esa es la realidad, no es generación espontánea, no es que algo surgió de repente como el big bang.

Hay mucho trabajo, hay mucha labor detrás de todo esto y a veces cuando uno está visitando iglesias, por ciertas circunstancias o lo que sea en los Estado Unidos, se da uno cuenta de cómo en general el pastor norteamericano trata muy bien al misionero. Yo lo he visto. Estamos hablando de un país con gran tradición, de muchos años, misionera. Pero yo me pregunto, ¿por qué nosotros los hispanos no podemos verlo de la misma manera? me he encontrado con pastores que a veces ven al misionero casi, casi como alguien que está mal con el Señor y esto, perdóneme si usted piensa de esta manera, esto es incorrecto. Así que voy a mencionar unas cosas, que espero le ayude a usted, principalmente como pastor, que es a quién más me dirijo, a mirarlo de otra manera. Yo no sé cuánto tiempo arde en venir Cristo, pero si el Señor tarda en llegar créame que Dios quiere usar México, como una potencia envidadora de misioneros. Ya nuestro país tiene representantes en muchos lugares del mundo, pero para que esto sea posible tiene que cambiar mucho nuestra mentalidad, tiene que cambiar cosas en como vemos esto en cuanto al pastor y el misionero.

Vamos a leer algo de la Palabra de Dios en el libro de Hechos 13:1 “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Si yo entiendo lo que dice aquí la Palabra de Dios, es el Espíritu Santo el que escoge a sus siervos, él es el que llama, él es el que preparara. Después leemos más adelante que dice en el versículo 3-4 : ” Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.”. Entonces es el Espíritu Santo   el que escoge a sus siervos, pero la iglesia es la que está detrás de estos siervos, así es el plan de Dios. Dios escoge a los siervos, son enviados, escogidos pos el Espíritu Santo, pero la iglesia está detrás de los siervos de Dios.

  1. El misionero es un colaborador, no un competidor

La primera cosa es que el misionero es un colaborador, no un competidor. Pastores, los misioneros no son un competidor suyo. El misionero es un colaborador, no un competidor. El misionero se enfrentará a retos distintos a los tuyos, a veces cuando un misionero va a ir a un campo caro, porque esto también es lo que pasa, no es lo mismo ir a Nicaragua que ir a Francia. En Nicaragua tal vez puedes vivir con una cantidad, pero si te vas a Francia te aseguro que eso se va a multiplicar muchísimo y no es que el misionero está buscando llevar mucho dinero a ese lugar, si no que está viendo la realidad del sitio. No es lo mismo, es totalmente diferente. Tengo un buen amigo ahí en Francia, tenemos buena comunión, buen compañerismo, le he visitado varias veces y ellos no viven como reyes, Dios les ha llamado para estar ahí, ellos se han adaptado, Dios provee por sus necesidades. El hermano dijo que es muy importante permanecer fieles, seguir constantes donde Dios nos ha llamado y entonces el misionero va a una iglesia y habla con el pastor y le presenta la necesidad y a veces los pastores, estoy hablando de pastores mexicanos e hispanos, como que no entienden muy bien esto de necesitar tanto dinero, pues es que así es la vida en ese lugar.

Si quieres llevar a cabo la obra o la labor, vas a necesitar recursos para vivir con tu familia, en un lugar donde no vas a pagar pesos, vas a pagar euros. Por ejemplo nosotros tenemos un local nuevo en nuestra iglesia, gracias a Dios la iglesia ha crecido, el lugar donde estamos ya no cabe la gente, tuvimos que alquilar un nuevo local, pagamos 1500 euros al mes de alquiler, 27 000 pesos al mes de alquiler, y dices “¡madre mía! eso es mucho”, pues sí porque es Europa, es la realidad, eso es donde vivimos. Y si nosotros como mexicanos vamos a ir a conquistar al mundo para Cristo, el pastor debe de entender que el misionero es un colaborador, no compite con usted. No se trata de ver, porque esto también lo he escuchado, pastores que se ofenden cuando escuchan cuanto necesita el misionero para llevar a cabo su labor. El misionero dice que necesita tanto y el pastor dice que es más de lo que él gana, y pues sí, pero es la realidad económica. Tenemos que cambiar nuestra mente.

  1. El misionero es un creyente normal con un llamado especial

Los misioneros no somos héroes, no somos diferentes, no somos especiales, somos pecadores salvos por gracia, pero Dios nos ha llamado, nos ha dado un llamado especial. Pastor, dedícale la atención que requiere. Cuando yo comencé a visitar iglesias en nuestro México, era bastante nuevo esto de misioneros visitando iglesias, buscando sostén para ir al campo misionero. Era bastante raro para los pastores. Más adelante hablaré de esto, pero pastor dedícale tiempo al misionero, si tienes misioneros visitándote en tu iglesia, si quieres conocerlos, si quieres saber cómo piensa, cual es su plan, dedícale tiempo, pasa tiempo con él. Cualquier duda que tengas habla con él, no es mejor que los demás pero tiene un llamado muy especial.

  1. El misionero tiene las mismas necesidades que cualquier otro creyente

No por ir al campo misionero es superior o es un súper cristiano. Cuando uno se va al campo misionero, en mi caso por ejemplo, nos fuimos en el año 1996, dejas todo, dejas casa, dejas familia, dejas cultura, todo lo dejas atrás para ir a un lugar totalmente diferente, donde la gente va a ser hostil, donde la gente no va a querer escuchar lo que tú le estás diciendo. Yo recuerdo que llegamos con 3 hijos y la gente nos regañaba, cuando íbamos caminando por la calle, la gente nos paraba y nos regañaba. Era increíble un viejito del pueblo donde yo vivía, se llamaba Marchamalo el pueblo, no un nombre bonito como Las Rosas del Monte o tantos nombres hasta raros que hay. No, este se llamaba Marchamalo, desde ahí comenzamos mal. ¡Qué nombre del pueblo!, llegamos a ese lugar y estaba yo caminando por el parque con mi hijo Arturo pequeño y me detiene un anciano del pueblo y me dice “oye tú no eres de aquí, ¿verdad?”; le digo “no, yo soy mexicano” me dijo varias cosas, entre ellas me dijo “¿en qué autobús se va para allá?” Dije “en autobús no sé, si quiere puede ir en submarino, pero autobús no hay para ir de España a México” y me dice “cuídate de nosotros”, así a lo bruto me lo dijo y continuó ” a tu cara te diremos muchas cosas buenas, pero cuando nos des la espalda te vamos a apuñalar” Bienvenido a España, ¡qué tremendo!

El misionero va a tener necesidades pastor, de que tú le hables. Es increíble el porcentaje de iglesias (no sé cual es, pero debe ser extremadamente bajo) que están en contacto con sus misioneros, que les escriben una nota, que les mandan un e-mail. Sabes que enviar e-mail es gratis. Vivimos en un tiempo en el que puedes llamar por skype y no te cuesta dinero, el misionero tiene necesidades.

  1. El misionero no es un mendigo

Ayer estábamos hablando de la diferencia de las palabras “méndigo” y “mendigo”. Méndigo es otra cosa, pero un mendigo es el que parece que está pidiendo dinero sentado en una esquina, o llega al coche y esta mendigando (pidiendo limosna). El misionero no está mendigando, el misionero le está dando al pastor la oportunidad de que colabores con su ministerio. Cuando vemos el plan de Dios para llegar al mundo, Dios usa hombres, escogidos y enviados por el Espíritu Santo pero apoyados por las iglesias, por hermanos que están tras de ellos. Vamos a ver un poco más adelante ese plan perfecto de Dios, como funciona el plan de Dios. Pero pastor, por favor, cuando un misionero te llama o va a la iglesia no tengas una imagen de ese misionero como un mendigo. ¿Sabes que hay pastores que han tenido algunas malas experiencias? y yo no digo que eso no pase, porque también puede pasar; hermanos que quizás muy neófito o inmaduros en la fe, misioneros que van en iglesias y han dejado un mal testimonio, eso también pasa, es real, pero no todos son iguales. Y a veces cuando has recibido un mal testimonio de un misionero y tú comienzas a hablar mal de la obra misionera, nada más por un misionero, estás metiendo la pata, porque estás tú enseñándole a tu gente a tener una imagen de lo que es un misionero, mejor enséñale a tu gente diles “hermanos, fue una mala experiencia, pero no todo es lo mismo, hay hombres que están haciendo una buena labor, hay hombres que están trabajando bien para el Señor”.

Es tan importante que enseñemos a la iglesia que los misioneros no son mendigos. Si tú no enseñas correctamente a u iglesia sobre la obra misionera, su propósito, e plan perfecto de Dios para hacer llegar su Evangelio a todo el mundo, no sólo estarás robando bendición a tu iglesia, si no que estarás contaminando a los creyentes con una idea incorrecta de lo que es un misionero. El plan de Dios es increíble, Dios escoge los hombres, las iglesias están detrás, ese misionero va a un país donde la iglesia en su conjunto no puede llegar, ese misionero está ganando almas en ese lugar y el plan de Dios es tal que el fruto que el misionero está ganando en ese lugar es también para la iglesia. ¡Eso es increíble! ese es el plan de Dios. Entonces, compatriotas mexicanos, hermanos mexicanos, no veamos al misionero como un competidor, no lo veamos como un creyente diferente, entendamos que tiene necesidades también el misionero, entendamos y enseñemos que el misionero no es un mendigo.

  1. El misionero no es un laboratorio de experimentación

¿ Cómo es esto? seguramente alguno no entienden a que me refiero, quizá algunos sí. Me refiero a lo siguiente: si quieres conocer al hombre que te pidió una cita para presentar el ministerio al cual el Señor le ha llamado, pasa tiempo con él, llévalo a un lugar donde puedas charlar con él, habla con su pastor, habla con el director del colegio bíblico donde estudió, pero no hagas experimentos con él. Un día visité una iglesia y el pastor me puso a vender ropa, y yo dije “me enseñaron en el instituto”- como le enseñamos a los niños a comerse lo que se ponían en frente y me puse a vender ropa, pero yo pensaba que no había ido a la iglesia vender ropa para el pastor, estuvo raro. Y otro pastor también me puso a cuidar un estacionamiento. A veces te ponen a dormir en el suelo y piensan ” a ver si aguanta”, es la idea que tienen. Nosotros pasamos tantas cosas, dormíamos en el suelo, a veces mi hija Raquel, que ya es una señorita, una vez tuvimos que ponerla a dormir en una maleta.

Se pasan muchas cosas, pero yo no soy creyente de esa idea de que yo voy a probar al misionero a ver si va a aguantar, deja que Dios lo pruebe, Dios lo va a probar, Dios lo va a a preparar, Dios va a hacer su labor en esa persona y créeme que Dios lo hace. Yo no comulgo con la idea de que el misionero es mexicano y que sólo con arroz y frijoles. No lo creo, porque también nos gusta la carne. Sí somos mexicanos, somos aguantadores, pero no es por ahí. Si quieres conocer, pastor, a un misionero, quieres saber cómo es , habla con él, pasa tiempo con él, habla con el pastor de ese misionero, habla con el director donde estudió ese misionero, pero no hagas cosas raras con ese hombre, con esa parejita que está visitando. A veces está uno visitando y yo recuerdo el tiempo de visitar iglesias, fue precioso, hubo tiempos duros. Me acuerdo una vez con mi esposa embarazada y en pleno visitar iglesias le vino una apendicitis, tuvo que ir al hospital, tenía embarazo de mi hija Raquel, el médico dijo ” van a perder el bebé, prepárense”, gracias a Dios no lo perdimos, ahí está mi hija. Pero todo eso era a reparación que Dios estaba llevando a cabo en nuestras vidas, porque íbamos a ir a un lugar difícil, un lugar duro. Así que no vean a ese misionero como un laboratorio donde tú puedes hacer tus experimentos, escucha, no saques conclusiones sobre ese siervo de Dios por la opinión de alguien. No crean chismes, ni habladurías y digan que es mal misionero, sé más sabio. Todos sabemos que aquí es casi ‘todos contra todos’ desgraciadamente, tristemente. No por la opinión que alguien tenga de cierto hombre tengas tú automáticamente una opinión de él. Eso es absurdo. No te hagas una opinión de alguien sólo por lo que alguien te dio de esa persona, que tal si lo que te dijeron sobre esa persona no es verdad. Investiga bien y aún así ten cuidado.

  1. El misionero también necesita saber de ti, pastor

Nos gusta a las iglesias y pastores, recibir, y digo nosotros porque nosotros también tenemos nuestros misioneros que apoyamos nuestra iglesia en España y nos gusta saber de ellos. Nos gusta saber cómo va la obra Es normal, es correcto, pero también tómate el tiempo y entiende que el misionero también necesita saber de ti, como pastores queremos saber, como están ellos que nos están representando en otra parte del mundo o del país. Pero ¿sabes qué? los misioneros también necesitan escuchar del pastor. Por ejemplo, yo a veces envidió a uno de mis compañeros de equipo, porque formamos un equipo en España para trabajar juntos. Este equipo lo comenzamos, nosotros y una familia norteamericana, y trabajamos muy bien porque Dios formó ese equipo y me encanta a veces, por como su iglesia de este hermano, cada mes le envían un libro y está en contacto el pastor con los misionero y yo a veces digo que me da un poco de envidia, ver como el pastor está en contacto con su misionero.

Nosotros recibimos una felicitación de cumpleaños o de aniversario. Cuando mis hijos eran pequeños y recibían ellos su tarjeta de felicitación en tiempo de su cumpleaños, ellos se emocionaban un montón cuando llegaba su tarjeta y se emocionaban porque era un tarjeta de felicitación y adentro iba un sobre de kool-aid y a veces le ponían unas pegatinas y les encantaba a mis hijos recibir eso. Ellos esperaban con ansía su cumpleaños porque iban a recibr esa felicitación, esa tarjeta de una iglesia y es una iglesia que está en USA, hispanoamericana; tiene ambos departamentos, pero es lo único que ellos recibían y son las únicas noticias que teníamos de un pastor o de una iglesia, aparte de esto nada más. Nosotros los latinos tenemos una muy mala cultura en lectura y también en escritura, somos muy malos, malísimos. La Biblia nos enseña que busquemos los dones mejores, yo también creo que hay cosas que nos podeos ejercitar por ejemplo escribir una carta a los misioneros, que ellos sepan de ti también. Es que tú no tienes idea lo que es para un misionero recibir aunque sea unas palabras. Yo les aseguro que los hermanos misioneros en lugares hostiles, donde la gente lo ve como un enemigo,¿ tú crees que para él no sería una gran bendición recibir una carta o una llamada de un pastor diciendo “hermano, te amo, estoy orando por ti, ¿cómo cree que se sentiría? le daría ánimo. Desarrollemos estas cosas. No es extraño, ni es imposible, tenemos que aprender, el misionero también necesita saber de ti.

  1. El misionero no lo sabe todo.

Ten paciencia y ora por él. Yo llevo 18 años en el campo misionero y te puedo decir que cada día aprendo algo nuevo. Piensa que ese hermano con su familia ha llegado a un lugar desconocido, sobre todo los que van al extranjero, donde va a haber muchas cosas diferentes. El misionero se va a enfrentar a situaciones que no le enseñaron en el instituto. No hay instituto que un bíblico que queda dar experiencia, eso lo dará el campo misionero, las pruebas, los retos, los desánimos. ¿Sabes qué los misioneros se desaniman también? son seres humanos normales, no son súper hombres.

Cuando estás en un campo misionero dónde vas todos los días por las calles tratando de ganar almas y la gente no quiere y no quiere. Nos visitó un equipo de un instituto bíblico el año pasado, un buen grupo de jóvenes, me los llevé a ganar almas, por los pueblos del país vasco, todos los días desde la mañana hasta la tarde estábamos ganando almas en las calles. ¿Sabes cuántas almas ganaron? ni una. Algunos se quedan sorprendidos, pero así es ese lugar. Y ellos daban folletos y trataban de hablar con la gente, y la gente n quería y había gente grosera, había gente que veía y gritaba blasfemias en contra de Dios. Y estos hermanos vivieron en carne propia lo que es estar en el campo misionero, sentir el rechazo de la gente, lo que es sentir la hostilidad de la gente, esto es bueno para ellos, nunca lo habían vivido y ellos volvieron con otra perspectiva del campo misionero, porque estando aquí en México donde Dios está bendiciendo y donde Dios está haciendo grandes cosas, de repente escuchas de un lugar donde la gente no quiere y tú dices “¡uy! ahí hay algo mal!, algo están haciendo mal, no están ganando almas”. No es eso, es diferente el lugar, es distinto el lugar, es otra etapa. Europa está muerta espiritualmente, España ha sido un bastión del catolicismo, me decía un hermano que tiene 365 iglesias,¿ sabes de dónde vino eso? de España. Y ellos no quieren saber, y los vascos son muy especiales también al respecto, no creen en Dios, no quieren saber de Dios ,sin embargo Dios nos llevó a ese lugar y Dios tiene una iglesia en ese lugar y Dios tiene un ministerio hermosos en ese lugar, Dios está obrando ahí cosas increíbles, milagrosas, maravillosas. Pero el misionero no lo sabe todo, tiene que aprender tiene que vivir ahí, tiene que ir y experimentar lo que es ese lugar. Pastor, sé paciente con misionero, pregunta:¿oras por ellos? o pones las cartas en la pared ¿es suficiente? eso no es suficiente. El misionero necesita que tú ores por él. Que tú ruegues a Dios por él.

  1. El misionero tendrá fallos

Recuerda tus propios fallos. El misionero va a fallar, no todo lo sabe. Hace un momento mencioné que hay cosas que no enseñan en el instituto bíblico, en ninguno da experiencia. Da las herramientas para que el siervo vaya y haga la obra de Dios, la filosofía del ministerio, da muchas cosas buenas para preparar a ese varón, a esa dama para servir al Señor, pero experiencia no dan. Así que el misionero va a cometer fallos, él va a ir a hacer al lugar al cual Dios lo llamó la misma labor que tú haces en tu iglesia. Hay pastores que han metido la pata, sí, porque somos humanos y aunque tengamos ese llamado de Dios, seguimos siendo humanos, seguimos teniendo la misma naturaleza, seguimos teniendo las mismas tendencias humanas y el misionero va ir a esos lugares y seguramente se va a equivocar, pero dale chance de aprender. Nos ha ido a visitar un montón de gente, entre ellos un hermanos, que me dio “casi está comprobado que el misionero en los primeros 10 años es, es trabajo de Dios en el misionero y después ya que el siervo está listo Dios o puede usar”. Y me quedé sorprendido, pero supe que era cierto, es verdad. Dios no solamente obra a través del misionero para que la gente sea salva Dios tiene que obrar también en ese misionero y tiene hacer un montón de labor en ese siervo suyo, para que ese siervo suyo sea efectivo llevando a cabo la labor que Dios le ha llamado a hacer. Así que tenga paciencia con el misionero.

  1. El misionero es un siervo de Dios como tú.

Tu Dios es su Dios también, Dios cuida de él como a ti también te cuida Dios le protegerá como a ti también, Dios le prosperará así como a ti también, así que antes de atrevernos a juzgar, recuerda que tu Dios es el mismo Dios de él y ese Dios que está llevando a cabo la obra en él, es el mismo que está obrando en ti también Y eso que Dios está haciendo a través de ti, también lo hará a través de él. Yo entiendo que esto va más dirigido a pastores, y no todos son pastores o misioneros, pero es bueno también para todos, pero por favor entendamos que Dios nos está dando una oportunidad increíble como mexicanos para escribir en las páginas de la historia de misiones del mundo de la humanidad, esto es increíble. Y si no agarramos la oportunidad, Dios se la va a dar a otros. Yo como mexicano, cuando veo lo que Dios está haciendo y la oportunidad que Dios está dando a nuestra patria, a nuestro pueblo hispano, y veo que andamos en peleas en pleitos absurdos, en tonterías. En lugar de meternos en lo que es importante, ser prácticos.

Miren estos puntos que son muy prácticos, que aunque son para pastores principalmente, son cosas muy prácticas que a todos sirven. El misionero, es un colaborador, no es un competidor; el misionero es un creyente normal con un llamado especial; el misionero tiene las mismas necesidades que cualquier otro creyente; el misionero no es un mendigo; el misionero no es un laboratorio de experimentación; el misionero también necesita saber de ti; el misionero no lo sabe todo, ten paciencia y ora por él; el misionero tendrá fallos, recuerda tus propios fallos; el misionero es un siervo de Dios como tú.

Tal vez sea yo que estoy muy emocionado, pero es que al venir a México y al ver lo que Dios está haciendo, con eso voy a terminar había una conferencia de misiones internacionales y estaba un hermano de Ecuador, pastor y había otro de Venezuela y ellos dijeron “nosotros en Ecuador y en Venezuela estamos mirando a México, porque vemos que algo está pasando en México y nosotros vemos a México como un ejemplo”, así lo dijeron. Después dijo el hermano “si México no aprovecha su oportunidad, Dios se la va a pasar a otros”. Cuando dijo eso yo la verdad comencé a llorar, primero porque dije “¡cómo nos están observando de otros lugares, nos están viendo!” y después pensé “¿qué vamos a hacer con esto que Dios está poniendo en nuestras manos?” Es tan importante que todos y todas entendamos la obra misionera, que es algo increíble, algo maravilloso. De hecho ustedes son salvos por la obra misionera, de hecho yo soy salvo por la obra misionera. Y Dios nos está dando a nosotros los mexicanos la oportunidad de ir al mundo a predicar el Evangelio, espero que lo aprovechemos.