Daniel Sherman

Efesios 6:10-18
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder
de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis
estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda
la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo
acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos
con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15 y calzados los pies
con el apresto del evangelio de la paz. 16  Sobre todo, tomad el escudo de
la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17  Y
tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios; 18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos
los santos; 

Vivimos en un mundo caído, lleno de peligros. Pero la oposición más
fuerte que enfrentamos como creyentes aquí en la tierra es a un nivel
espiritual. Los que vivían en Éfeso sabían eso bien.

Hechos 19:13-20 - 13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes,
intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían
espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14
Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que
hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús
conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el
hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y
dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella
casa desnudos y heridos. 17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en
Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era
magnificado el nombre del Señor Jesús. 18 Y muchos de los que habían
creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19 Asimismo
muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era
cincuenta mil piezas de plata. 20 Así crecía y prevalecía poderosamente
la palabra del Señor.
Realmente estamos en una guerra espiritual y Pablo aquí nos instruye en
cómo enfrentar a las fuerzas malignas que nos oponen.

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder
de su fuerza.

No podemos pelear esta batalla con nuestros propios esfuerzos. Solamente si
dependemos de Dios para darnos los recursos necesarios, podremos vencer al
enemigo.

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre
y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes.

Pablo menciona que los que están en nuestra contra no son de carne y
hueso, sino seres espirituales malignos. Menciona varias características
de ellos:

principados - soberanía para reinar (tal vez a nivel local)
potestades - autoridad para actuar (de parte de Satanás en este caso)
los gobernadores de las tinieblas de este siglo - soberanía para reinar a
nivel mundial
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes - Son seres
espirituales malvados. Parece que su esfera normal de existir y moverse es
en el aire.

Dios sí nos ha dado los recursos necesarios para mantenernos firmes en
medio de la oposición de fuerzas satánicas y resistirlas con éxito. Nota
que Pablo no dice que debemos ir a buscar a esos seres malignos y retarlos
y atacarlos. (Dios no ha puesto un anuncio para reclutar
“cazademonios”). Dice que debemos estar firmes y resistir los ataques
de ellos hacia nosotros. La palabra “lucha” da a entender que es una
pelea de mano a mano hasta que uno de los dos gane.

14 Estad, pues, firmes,
Esto es un mandato. Debemos estar firmes y no huir. Debemos guardar la
posición donde Dios nos ha puesto en Su Cuerpo y pelear bajo Su mando.

ceñidos vuestros lomos con la verdad,
La preparación adecuada para enfrentar a las fuerzas satánicas, es la de
ser una persona de integridad. Al recibir la verdad del Evangelio y al
conocer la verdad de la Palabra de Dios, ya tenemos la capacidad de andar
en la verdad. Cristianos deshonestos serán descalificados de pelear
efectivamente en la batalla. Estarán cubiertos de vergüenza por su
carácter mundano.

y vestidos con la coraza de justicia,
Cristianos hipócritas tampoco estarán preparados para la batalla. Sus
actos de injusticia inhibirán su buen empeño en la batalla. La justicia
de Cristo le ha sido imputada a cada creyente y debe seguir Su ejemplo en
cuanto a cómo vivir una vida recta. 

2 Cor. 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Este pasaje en 2 Corintios enfatiza que somos nuevas criaturas en Cristo y
que Dios nos ha llamado a ser embajadores de Él. Desafortuanadamente no
todos los creyentes viven una vida victoriosa en Cristo, y por eso no
pueden pelear efectivamente en la batalla espiritual que nos enfrenta
diariamente. Hasta causan problemas para los demás, porque tenemos que
estar tratando de levantar a ellos y pelear contra el enemigo al mismo
tiempo.

15  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
¿Alguna vez has caminado descalzo en un campo lleno de espinas y vidrios
rotos? Es lo mismo que un creyente que no tiene la confianza de compartir
el mensaje del evangelio. Anda esquivando a todos los no creyentes,
evitando compartir con ellos. La persona que lleva el evangelio como una
parte normal de su vida, camina con confianza dondequiera que vaya.
1 Pedro 3:15 -  sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y
estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en
vosotros;

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno.
La base de nuestra fe es la Palabra de Dios. Debemos tener la plena
confianza que toda la Biblia es realmente la verdadera Palabra de Dios, y
debemos vivir nuestra vida en obediencia a lo que dice. Cuando Jesús
enfrentó varias tentaciones en el desierto, siempre respondió a Satanás
con la Palabra de Dios. Es nuestra defensa contra los ataques del enemigo.

17  Y tomad el yelmo de la salvación,
El Yelmo es la parte de la armadura que protege la cabeza y el rostro. En
la guerra espiritual es imprescindible mantener una plena seguridad en que
nuestra salvación en Cristo no se puede perder. Si el enemigo puede
convencernos que hemos perdido la esperanza de la vida eterna, nos elimina
de la batalla. Una de mis promesas favoritas en la Biblia es Juan 6:37-40,

37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le
echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad,
sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el
que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha
enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y
yo le resucitaré en el día postrero.

y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
La espada es nuestra arma tanto de ataque como para defendernos. La Palabra
de Dios es el fundamento de nuestra fe y de nuestra defensa en contra de
los ataques de Satanás. Pero a la vez la Palabra de Dios es nuestra arma
de ataque. Debemos saturarnos con todo el contenido de la Biblia. Hace unos
meses terminé mi lectura de la Biblia. Ya la he leído 40 veces y voy
ahora por 41.
Claro que además de leerla, debemos estudiarla detenidamente y ponerla en
práctica en nuestra vida diaria. Pero no nos haría ningún daño leer la
Biblia entera por lo menos una vez al año... por el puro deleite de leerla
y saturarnos de sus enseñanzas.

18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y
velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos

La oración es la clave de todo. Debemos orar en todo tiempo.

Col. 4:2 - Perseverad en la oración, velando en ella con acción de
gracias;

-¿Estás dependiendo de Dios o de tus propios esfuerzos?

-¿Has puesto toda la armadura que Dios te ha proporcionado?

-¿Hay alguna parte de la armadura que te falta? Parte del propósito de la
iglesia es ayudarte a poner toda la armadura de Dios. Dile al pastor.

-¿Estás manteniéndote firme?

-¿Estás resistiendo los ataques de Satanás?

-¿O te has dado por vencido?

Algunos no pueden darse por vencidos porque ni siquiera han entrado en la
batalla. ¡Los que no comparten el mensaje del evangelio como parte de su
vida normal ni siquiera han entrado en la batalla!

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre
y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes.

¡Qué estemos firmes! ¡Qué terminemos bien! ¡Qué usemos toda la
armadura que Dios nos ha apropiado!